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La compañía tiene previsto destinar alrededor de US$ 60 millones de dólares a inversión directa, gastos de operación y mantenimiento durante el plazo de la concesión.
Aeropuertos Uruguay y el Ministerio de Defensa Nacional celebraron el acto de toma de posesión del Aeropuerto Internacional de Melo, que de esta manera se convirtió en la cuarta terminal aérea en pasar a formar parte de Sistema Nacional de Aeropuertos que está desarrollando la compañía.
Durante el evento- que contó con la presencia del ministro de Defensa Nacional, Javier García; el intendente de Cerro Largo, José Yurramendi; autoridades nacionales y departamentales, y representantes de la compañía- Aeropuertos Uruguay presentó el plan de modernización que tiene para la terminal aérea de Melo.
La compañía tiene previsto destinar alrededor de US$ 60 millones a inversión directa, gastos de operación y mantenimiento durante el período de la concesión hasta 2053, y que incluyen la transformación del Aeropuerto de Melo en una terminal aérea moderna con estándares internacionales de seguridad operacional y nivel de servicios.
El plan de obras presentado incluye una reforma, modernización y ampliación de la actual terminal de pasajeros, la renovación de la infraestructura aeroportuaria incluyendo recapado de pista y plataforma, calle de rodaje, franjas de pista, entre otros.
Además, se llevará adelante la construcción de un cerco perimetral, la instalación de sistemas de ayudas visuales, balizamiento LED para pista e iluminación LED para plataforma.
El proyecto de inversión incluye también la compra de equipamientos para Bomberos, la instalación de nuevos equipos de comunicaciones, incluyendo CCTV, anillo perimetral de fibra óptica, entre otros y la construcción de una planta de combustible y una nueva estación meteorológica.
El cronograma y plan de obras fue acordado con la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica tras evaluar el estado actual, y necesidades del Aeropuerto, y está previsto que se comiencen en el primer semestre de 2024. Según anunció la compañía, el objetivo es contar con los más altos estándares de seguridad operacional, en línea con la normativa de la Organización de la Aviación Civil Internacional.
Durante el evento se destacó además el potencial para el Aeropuerto de Melo de convertirse en una nueva puerta de ingreso a Uruguay para la aviación general proveniente de Río Grande del Sur.
“Tanto por la cercanía geográfica como por el nivel de las instalaciones y los servicios disponibles, la terminal aérea tiene la oportunidad de convertirse en una puerta de ingreso a Uruguay para la aviación general y queremos explorar esa posibilidad”, señaló Diego Arrosa, CEO de Aeropuertos Uruguay.
Asimismo, el ejecutivo destacó el objetivo de la empresa de trabajar en conjunto con la comunidad local, y las autoridades para generar un ecosistema de desarrollo en torno del Aeropuerto, abriendo espacios de diálogo y cooperación con los distintos actores del departamento.
Aeropuertos Uruguay forma parte de Corporación America Airports, grupo que opera los aeropuertos de Carrasco y Punta del Este y que en noviembre de 2021 recibió la concesión para gestionar y modernizar las terminales de Carmelo, Rivera, Salto, Melo, Durazno y Paysandú formando el Sistema Nacional de Aeropuertos Internacionales.
El evento consolidó un nuevo avance en el desarrollo de una red aeroportuaria nacional moderna que permita crear focos de crecimiento, generando empleo, abriendo oportunidades de inversión, fortaleciendo la conectividad de Uruguay y promoviendo el desarrollo económico, turístico y logístico del país.
“Asumimos este compromiso con mucha responsabilidad y seguiremos trabajando codo a codo con el gobierno nacional y departamental para llevar a cabo proyectos que sean beneficiosos para toda la comunidad”, finalizó Arrosa.
El desempleo se situó en setiembre en 8,3 por ciento, con un aumento de 0,4 por ciento con relación al mes precedente, de acuerdo a los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística.
En el informe, el INE divulgó que la tasa de actividad alcanzó el 61,9 %, cuatro décimas por encima de lo registrado en agosto, mientras que la tasa de empleo fue del 56,8 %, dos décimas más que el mes pasado.
En términos concretos, el INE estima que hay 1.797.000 personas activas, 1. 648.000 empleadas y 148.700 desempleadas.
En Montevideo la tasa de actividad se ubicó en 62,9 %, la de empleo en 58,1 % y la de desempleo en 7,6 %, mientras que el resto del país registró una tasa de actividad de 61,3 %, una tasa de empleo de 55,9 % y una tasa de desempleo del 8,7 %.
Las directoras de la consultora empresarial Kamden, Natalia Derderian, María Elena Azanza y Karla Bartel, conversaron con Somos Uruguay Revista sobre la trayectoria de la empresa, su experiencia en solucionar o evitar problemas y el rol de la planificación y sistematización de procesos ante el crecimiento que implica el desarrollo de franquicias. La consultora está integrada por un equipo multidisciplinario, que trabaja en el área contable, legal, de comunicación y marketing, para dar un abordaje integral a la consultoría.
¿A qué se dedica la consultora Kandem?
M. A.: Somos una consultora que se dedica al desarrollo y comercialización de franquicias, venimos trabajando con empresas y solucionando problemas desde hace 15 o 20 años. Siempre hemos trabajado en forma integral, antes un poco más en la parte contable, financiera, legal, y ahora más focalizados al modelo de franquicias.
¿Los elementos culturales importan a la hora de definir una franquicia?
N. D.: La marca tiene un valor y es un intangible importantísimo; por eso, siempre lo primero que consultamos, cuando viene un cliente que quiere crecer en esa forma ordenada, medida, es justamente si la marca la tiene registrada, para cuidarla. Las empresas, cuando tienen ese interés de crecer, también tienen ese temor de incluir a alguien, es como un matrimonio por conveniencia; hay, de alguna manera, una comunión con los franquiciados que se van a asociar, a nosotros nos ocupa cuidar la marca para que después no haya inconvenientes en el camino.
¿Cómo es el proceso desde que llega un interesado?
N. D.: Nos basamos en una serie de preguntas y a partir de allí realizamos un diagnóstico para ver si la empresa está apta para franquiciar, porque no todas las empresas son franquiciables, o algunas todavía están en camino, quizás les falta un poquito de horno como para que después la franquicia pueda desarrollarse bien.
M. A.: Nos llegan distintas empresas en distintas formas, hay algunas marcas que ya tienen el modelo desarrollado y vienen para que nosotros las comercialicemos, consigamos inversores. Otras vienen porque quieren ser franquiciadas, ya saben bastante sobre el modelo de franquicia y vienen para que nosotros les ayudemos a desarrollarlo para hacer operativa a la franquicia.
K. B.: A veces viene gente que quiere invertir, pero no está preparada para ser empresaria. Muchos dicen: “Yo quiero comprar y obtener una rentabilidad, pero no tengo mucha intención de estar al frente”, y ahí tenés que buscar qué modelo de negocio, qué tipo de inversión puede ser, y si realmente esa persona puede ser franquiciada para determinada marca.
N. D.: Tiene que haber un match entre la marca y el inversor. Nosotros hacemos el perfil económico y psicológico, también, cuando viene un inversor buscando una franquicia; pero quien tiene la última palabra es el franquiciante, y es un poco determinar si hay química, porque hay mucho en juego.
K. B.: Del otro lado también tenés un franquiciado que quiere invertir los ahorros de su vida en tu marca, y tenés que estar preparado para recibir a esa persona, que tiene muchas expectativas de trabajar con tu marca. La empresa tiene que estar bien preparada para brindarle a ese franquiciado todo lo que necesita, la instrucción, la preparación, escucharlo cuando tiene una inquietud, asesorarlo, estar en contacto permanente. Así como el franquiciante tiene su marca, que la cuida mucho y tiene miedo de exponerla, por el otro lado hay alguien que se está jugando todo para poner un negocio y que le vaya bien. Hay mucho en juego.
¿Cuándo termina el trabajo de la consultora?
M. A.: Si nos piden solamente desarrollar la franquicia, una vez que armamos los manuales, contrato y demás, termina ahí. Pero la idea es que se continúe ofreciendo la franquicia. Cuando comercializamos, el trabajo se termina cuando se vende la franquicia. Eso en los papeles, porque a nosotros nos gusta seguir acompañando y estando presentes, tanto del lado del franquiciado como del franquiciante.
K. B.: No es que viene el franquiciado, trae el dinero y listo, porque no sirve de nada una persona que pueda adquirir las franquicias si después no sabe cómo desarrollarlas, o no está ese ida y vuelta y esa preparación en conjunto que se tiene que dar. A veces se generan situaciones límites a la hora de hacer una inversión.
¿Trabajan con empresas uruguayas y extranjeras?
K. B.: Sí, hay muchas empresas que están viniendo de Argentina. Todo el mundo relaciona las franquicias con grandes marcas reconocidas, pero en realidad hay un montón de marcas nacionales que ya son franquicia.
Como equipo de trabajo, ¿cuáles son sus principales virtudes?
M. A.: Nuestro fuerte es solucionar los problemas de las empresas, eso lo venimos haciendo desde siempre; y con la experiencia sabemos qué tenés que solucionar en la parte de personal, en los procesos operativos, en la parte de contratos. El fuerte es ese. En casi todas las áreas de la empresa podemos intervenir porque tenemos mucha experiencia en solución de problemas en distintos rubros, servicios e industrias, y ahora la estamos aplicando a las franquicias. La franquicia con nosotros no solo se lleva el modelo de tal, sino que también se lleva una empresa bien estructurada y con mejores chances de no tener problemas.
K. B.: Como conocemos los pasos que vienen, sabemos cómo evitar los problemas, entonces el cliente está respaldado, sabe a dónde va. Capaz que podés llegar a donde todos quieren llegar, pero el tema es lograrlo estando tranquilo y sin tener inconvenientes.
M. A.: En el caso del modelo de franquicias, las empresas crecen bastante; pasan, por ejemplo, de tener un local a tener 19. Entonces hay cosas para las que tenés que estar preparado; en la parte de cobranzas, operativa, logística. Tener un proceso establecido y estandarizado para que eso no te desborde.
N. D.: Así ahorrás tiempo y dinero, porque al adelantarte evitás inconvenientes que podés llegar a tener, te estás ahorrando dolores de cabeza y dinero.
K. B.: Eso es algo importante, porque a veces los empresarios miran lo urgente, pero no ven lo importante. Cada empresa es distinta, uno va viendo en cada caso cuál es la situación que le puede generar para evitarla; y si la tiene —porque a veces ya viene con la situación entre manos—, solucionarla.
M. A.: Otro de los fuertes es la energía que le ponemos. Dejamos todo en los proyectos.
N. D.: Las empresas ponen mucha energía y ven que de este lado también respondemos de esa misma manera.
K. B.: Atrás de las empresas hay personas que vienen esforzándose desde hace muchísimos años, que arrancaron siendo pequeños emprendedores —la mayoría son así—, y nosotros tratamos eso con el cariño que ellos también le ponen, porque es algo que hay que cuidar y proteger.
¿Qué fortalezas ofrece Uruguay a los inversores extranjeros?
K. B.: La estabilidad. Vos tenés determinadas normas, modificaciones, pero —más allá de lo comercial— lo económico se mantiene. Es un concepto de base que el inversor puede tener la tranquilidad de que algo es así y no va a quebrarse, y eso es un valor muy importante de Uruguay.
M. A.: Además de un conjunto de beneficios para los inversores, que hace que también tu inversión valga.
N. D.: Se te ayuda a instalarte, a tener ese trato igualitario con el empresario nacional; existe la ley de promoción de inversiones, la ley de zonas francas, los beneficios de la Comisión de Aplicación; y es todo eso lo que una empresa extranjera consulta antes de decidir venir a instalarse a Uruguay para traer su franquicia. Ellos vienen porque saben que Uruguay es el número uno en estabilidad política; pero después quieren empezar a hilar fino, y les das datos reales de los beneficios que puede tener la empresa, y eso los anima a venir.
El transporte público de pasajeros de vehículos impulsados por energía eléctrica tiene virtudes y seguridades para funcionar en áreas urbanas y suburbanas, pero para media y larga distancia, al igual que pasa con los camiones, el hidrógeno verde es el adecuado; por esa razón, en un futuro no muy lejano, esos dos sistemas van a tener que convivir en Uruguay.
A esa conclusión llegó el presidente de la Cámara de Transporte del Uruguay, Juan Salgado, reflexionando, en diálogo con Somos Uruguay Revista, respecto del devenir del servicio colectivo de pasajeros en tiempo de crisis energéticas y de cuidados del ambiente, en el que los combustibles de origen fósil pierden terreno por su carácter contaminante, el alto costo derivado de la guerra ruso-ucraniana y el agotamiento de las reservas de fácil acceso.
Para el empresario, no hay dudas de que el transporte colectivo avanzará hacia un cambio de la matriz energética, como lo hizo en general el país en la década del 2010 con la instalación de parques eólicos y otras fuentes renovables, que dieron soberanía para no depender del petróleo y derivados en la producción de electricidad.
“El objetivo es que para el 2040 ningún ómnibus de Cutcsa utilice combustibles derivados del petróleo”, afirmó el también presidente de esa empresa, la principal del sector en Montevideo y con alcance a la zona metropolitana en San José y Canelones.
Salgado afirmó que prefiere “que sea el Estado” quien comercialice el hidrógeno verde, que se obtiene a partir de energías renovables (también el gris, que no ayuda al cuidado ambiental por ser producido con gas natural), aunque, si no lo hace, la empresa a su cargo está dispuesta a estudiar la posibilidad de asociarse con privados para ese fin.
El fideicomiso al gasoil es un subsidio directo para quien usa el sistema de transporte y eso permitió, por ejemplo, que el boleto urbano de pasajeros en Montevideo aumentase solo de 33 pesos en marzo del 2017 a 36 en la actualidad, con los descuentos correspondientes; pero si ese beneficio desaparece, el precio se incrementará 12 pesos, automáticamente, estimó Salgado.
Es muy claro que el fideicomiso permitió mantener esos valores, porque aquí “no hay magia, pues los salarios siguieron aumentando, al igual que los repuestos y el mantenimiento en general”, mientras que “el precio del gasoil se mantuvo estable, aunque el barril de petróleo costara 20 o 150 dólares”, explicó. El valor de referencia para Montevideo es, desde hace años, 13,13 pesos por litro.
“No debe haber en el país un subsidio o gasto que vaya tan directamente al cliente o al usuario como este, y es a nivel nacional, lo utilizan empresas de todo el país, tanto que solo 39 por ciento del total terminó volcándose al transporte urbano de Montevideo, mientras que el resto va a líneas públicas del interior de ciudades, y suburbanas de corta, mediana y larga distancia”, detalló.
Fideicomiso para desarrollo
El fondo se conforma con un porcentaje de lo abonado por los usuarios de vehículos con motores diésel, que hoy es de 3,48 pesos por litro, y está destinado a subvencionar parte del boleto a todas las empresas, personas físicas o jurídicas nacionales concesionarias de servicios regulares de transporte colectivo en líneas urbanas, departamentales y nacionales que se encuentren al día con los pagos a la Dirección General Impositiva y al Banco de Previsión Social, según reza el sitio en internet de la Corporación Nacional para el Desarrollo, que es la administradora.
En el marco de la discusión por el fideicomiso, está entre los cuestionamientos el de quienes advierten que ese subsidio puede hacer demorar el paso del sistema al uso de autobuses impulsados con energías limpias.
“Estamos trabajando con el Ministerio de Industria, en conjunción con las carteras de Transporte y de Economía, en el cambio de la matriz energética” y “hemos encontrado buena receptividad”, dijo Salgado. Agregó que “quizás este fideicomiso, que es un beneficio para la gente, pueda terminar de ser un gasto”.
El empresario entiende que se puede utilizar esa misma fuente de subsidio, “que en lugar de ser un gasto, se convierta en una inversión, porque en algún momento desaparecerá el motivo del subsidio, va a bajar en el mediano y en el largo plazo”.
Cada vez que somos convocados por el ministerio “reafirmamos que nos parece que es correcto que vayamos hacia ese cambio de matriz energética utilizando esos recursos para hacer algo que sea de largo plazo”, indicó.
Hasta ahora lo que hizo el fideicomiso fue mantener el precio del boleto, pero de aquí en adelante puede servir para incentivar la transformación hacia la energía limpia, explicó Salgado. En ese sentido, añadió, “nosotros hace pocos meses anunciamos que nuestro plan de renovación de flota normal de coches gasoleros lo transformábamos a eléctricos”, en un cronograma que comienza con 250 unidades para el 2025, seguido de igual cantidad para el 2030, 2035 y 2040, cuando se completaría el cambio en el 100 por ciento de los vehículos.
De todas maneras, Salgado aclaró que lo central es “brindar el mejor servicio, hoy más que nunca”. Hay dos variables que se tienen que tener en cuenta fundamentalmente, advirtió; una es la calidad del servicio, y la otra es el precio del boleto, “que hoy es mucho más sensible de lo que fue en toda su historia, porque cuando el mercado cae de la forma que lo hizo desde la pandemia de COVID-19, aumentar el boleto pensando en recaudar más termina siendo contraproducente, porque el mercado no lo tolera y cae”.
Una de las variables más importantes es tener mejor presencia y servicios con los recursos que existen. Para eso es necesario que las autoridades dispongan medidas para que el transporte sea más rápido. “Estamos trabajando con la intendencia en busca de hacer intervenciones urbanas con ese fin”, comentó el presidente de Cutcsa.
En el marco de esa mejora del servicio destacó las buenas unidades con que cuenta Montevideo, que tiene la flota más nueva de la historia del transporte del país, con aire acondicionado, red de wifi y puertos USB en muchas de ellas, a lo que se debe sumarle mayor facilidad para que los autobuses recorran en el menor tiempo posible el trayecto de origen a destino.
El director de Campiglia Construcciones, Germán Campiglia, y su gerente general, el arquitecto Matías Coll, recibieron a Somos Uruguay Revista en la sede de la empresa para conversar sobre su trayectoria, las claves para mantenerse como una empresa de referencia y el valor del diálogo entre el sector público y el privado para encarar los desafíos que enfrenta la construcción.
¿Cómo fueron los inicios de Campiglia y cuáles fueron aquellos hitos que marcaron su desarrollo?
G. C.: Eduardo Campiglia, que es el presidente del directorio, empezó trabajando en una licitación de Antel en 1979, ganó la primera licitación pública para la limpieza de cámaras, que era un trabajo que nadie quería hacer. Con un equipo mínimo pudo empezar a competir con esas empresas que sí tenían estructuras más grandes y empezó a ganar pequeños trabajos que nadie quería. Ahí comenzó la historia de la empresa. Al poco tiempo, en 1980, se jugó a hacer un edificio para viviendas en la calle Antonio Machado, que fue nuestra primera obra de promoción privada. En 1993 se compraron terrenos en la actual zona WTC, donde años más tarde concretamos otros hitos, como el complejo Torres Náuticas y Torre Caelus, y el proyecto Estrellas del Sur en Barrio Sur, en el marco de la Ley de Vivienda de Interés Social.
A lo largo de la vida de la empresa se han construido más de 500.000 metros cuadrados, y cada obra ha dejado su huella, con aciertos y errores, en un camino de aprendizaje constante. Es parte de nuestra identidad, somos una empresa con visión de largo plazo, apostando a construir ciudad, a generar empleo y apoyar a nuestro país con nuestra actividad.
Otros hitos, en lo que fue la antigua división Ingeniería, son varias licitaciones importantes para UTE y Antel, la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de Carrasco, la Torre Ejecutiva, el Auditorio Nacional del Sodre, entre otros.
Por último, pero como un hito para la actividad de la empresa, fue la asociación con Pilay Uruguay desde el 2008, construyendo edificios para Campiglia Pilay, que representan una alternativa de inversión en el sector inmobiliario.
¿Qué evolución ha tenido el sector desde que comenzaron, y qué cambios debieron asumir para seguir siendo una empresa de referencia?
M. C.: Somos una empresa que ha permanecido en el mercado, con una visión de largo plazo, eso es un diferencial que nos convierte en una de las empresas referentes del sector.
G. C.: El tener en nuestro logo el nombre Campiglia te genera una responsabilidad adicional. Queremos hacer cosas lindas y bien, que cuando nuestros clientes nos compren salgan satisfechos y, si se puede, con un poco más de lo que esperaban.
M. C.: Somos una empresa que participa en muchas partes de la cadena de valor en el sector inmobiliario, desde la gestión del suelo, pasando por el desarrollo de proyectos, su construcción, comercialización y financiación.
Quizás haya sido consecuencia de la evolución del sector inmobiliario, donde se torna
necesario generar sinergias entre estas áreas para poder proyectarse a futuro, dar
continuidad, brindar confianza e intentar plasmar los valores de la empresa en cada
tarea que emprendemos.
La evolución de la industria de la construcción ha sido muy importante en los 43 años de vida que lleva la empresa. Siempre hemos apostado a la incorporación de tecnología aplicada a los procesos, la participación de equipos técnicos profesionales, la mejora continua de los procesos constructivos o la migración hacia sistemas que redunden en mayor eficiencia y calidad final.
En materia de seguridad laboral también hemos trabajado fuertemente, no solo en el cumplimiento estricto de la normativa y convenios vigentes, sino en la cultura laboral, que es la principal herramienta de prevención.
Hoy nos enfrentamos a nuevos desafíos en el desarrollo de proyectos, dada la participación de nuevos actores en el mercado inmobiliario que quizás no tengan una perspectiva de largo plazo, pero que, al provenir de diferentes sectores o regiones, aportan miradas novedosas.
¿Cuáles son los proyectos más destacados en la actualidad y por dónde ven el crecimiento de la empresa?
M. C.: Actualmente estamos con proyectos en construcción de gran escala, como Estrellas del Malvín, y formamos parte del equipo que desarrolla el proyecto COSMOS. Estrellas de Malvín significó retornar al desarrollo de vivienda promovida, que apoyamos fuertemente cuando fue aprobada en el 2011, pero que con los cambios normativos introducidos en el 2014 y 2017 generó un desestímulo, no solo a nosotros, sino a gran parte de los promotores.
El cambio normativo introducido en el 2020 nos impulsó a retomar el camino iniciado, a poder ofrecer viviendas más ajustadas a la capacidad de ahorro y de inversión de las familias. Es muy importante el volumen de viviendas que se ha volcado al mercado en los últimos dos años, ampliando la oferta. Las políticas públicas tienen un efecto importante. El otro marco que se creó, que ha sido exitoso, es el de permitir el desarrollo de proyectos de oficinas y viviendas amparado en la ley de promoción de inversiones, por el cual se conceden exoneraciones fiscales para los proyectos de gran dimensión económica.
COSMOS es el resultado de años de trabajo en conjunto con el estudio Kimelman, y gracias a la visión del gobierno nacional anterior, que dio los incentivos necesarios para la promoción de grandes proyectos, y al gobierno nacional actual, que mejoró algunos criterios, logramos concretar exitosamente la participación de inversores institucionales. Es un proyecto que implica más de 90.000 metros cuadrados de superficie y 165 millones de dólares de inversión, ejecutados a través de un fideicomiso financiero.
COSMOS nos ha dado la oportunidad de aprender e incorporar nuevos instrumentos de financiación, trabajar con inversores institucionales y aportar nuestro know how no desde la ejecución de obras, sino desde el desarrollo y gerencia de proyectos.
Nos abre oportunidades para pensar en proyectos que puedan ser atractivos para la generación de instrumentos de inversión local, a la vez que puedan facilitar el acceso a la vivienda a más familias.
Es una preocupación permanente de Campiglia Construcciones poder expandir las soluciones de vivienda a los sectores a los que hoy no logramos llegar, por múltiples causas. Hemos colaborado a través de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay con el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, dando nuestra óptica en la gestación del plan Entre Todos, que intenta ser un instrumento para estos fines. Lo vemos con buenos ojos, entendemos que existen elementos que hay que pulir para que sea exitoso, como lo es la ley de vivienda promovida.
Es un momento de incertidumbre a nivel internacional, más allá de las fortalezas de la economía del país. ¿Cómo afecta eso a la hora de definir una inversión o tomar una decisión vinculada a bienes?
M. C.: En un contexto de incertidumbre, de aumento de tasas de referencia, de volatilidad de precios y de inflación globalizada, los inmuebles representan un refugio de capital. En este sentido, la fortaleza institucional de nuestro país, asociado a reglas claras, y la previsibilidad de nuestro mercado incentivan a la inversión.
Con 19 años, Andrés Klappenbach dejó su Nueva Helvecia natal para llegar a Montevideo. Trabajó varios años en una barraca hasta que encontró la oportunidad para concretar la idea en la que había pensado durante varios años: armar un emprendimiento gastronómico. Hoy 25 trabajan en la casa central de Empanadas Don Pedro, que tiene otras cinco sucursales como franquicias.
¿Cómo fueron los inicios de Don Pedro?
Yo me vine de Nueva Helvecia a trabajar a una barranca, en 1993, y estuve ahí hasta el 2008. Me casé en 2004 con Daniela y en 2005 tuvimos a Lucía, mi hija. Vivíamos en Ciudad de la Costa y mi señora trabajaba cuidando niños. En determinado momento, después de tener a Lucía, tuvimos que ver qué hacíamos; si volvía a trabajar o no, y pensamos que no tenía sentido ir a cuidar a otro niño para traer a otra persona que cuidara a nuestra niña, era un cambio que no nos servía y por ese lado empezamos a ver qué hacer. Yo siempre tuve en la cabeza hacer algún emprendimiento en gastronomía y así fue que empezamos en 2007, abrimos en el garaje de nuestra casa en Ciudad de la Costa. Ahí fue donde arrancó Don Pedro, en el garaje de mi casa, en ese momento dijimos “salir a trabajar es cambiar la plata, vamos a hacer un emprendimiento acá y vemos qué pasa”.
¿Tenías algún indicio de que el proyecto podía ser exitoso o fue solo probar suerte?
La verdad que fue un poco de todo. A mí siempre me gustó la cocina y siempre quise tener un emprendimiento propio, pero la idea de arrancar como arrancamos fue un poco de las ganas de eso y del necesitar de otra entrada. Yo seguía trabajando en la barraca, trabajaba mi señora y bueno cuando llegaba después de las 19.00hs, yo seguía dando una mano y ahí hacíamos el reparto. Arrancamos a trabajar con la gente del barrio, con pedidos. La gente empezó a probar y le empezó a gustar. Mi señora hacía un plato del día, y hacíamos de todo un poco, milanesas, chivitos, y también empanadas. La gente del barrio empezó a comprar, fuimos creciendo y de a poquito fuimos viendo que la veta era seguir ese camino.
Después de un año en que trabajamos de esa forma, mi señora cocinaba de día y yo llegaba de noche, le daba una mano para cocinar y salí a repartir también. Ya después de unos meses tomamos a una persona para que nos diera una mano para repartir y tomamos otro. Después de estar un año en el garaje de mi casa empezamos a ver que teníamos un negocio para llevar adelante y del que podíamos vivir perfectamente, empezamos a buscar un local y nos fuimos a donde estamos ahora en Doroteo García Lago y Avenida Giannattasio, en Lomas de Solymar.
¿Cuántos empleados tienen ahora?
Ahora tenemos 25 y tenemos franquicias. Comenzamos con un local en 2008 y ahora tenemos cuatro locales. En un principio era rotisería y de todo un poco, después se empezó a canalizar más por la empanada y buscando la forma de seguir creciendo fue que empezamos a incursionar en la franquicia. Hoy tenemos el local central y tenemos cuatro franquicias, Roosevelt, Malvín, Pocitos y Cordón.
¿Cómo es la toma de decisión de asumir el riesgo de una inversión sin demasiado respaldo?
No es fácil, porque arrancamos sin un mango, con alguna cosa que conseguimos prestada, con la propia cocina de nuestra casa y alguna cosa que compramos financiada. Después cuando nos mudamos, también fue con lo justo, con algún préstamo chico que conseguimos, comprando siempre las cosas de a poco, cuando se podía una heladera, o una cocina, durante muchos años el crecimiento fue así.
¿En algún momento la continuidad del emprendimiento corrió riesgo?
La verdad que no, pusimos el negocio en el momento justo, en un lugar donde no había casas de empanadas y fue un negocio que empezó a funcionar bien desde el principio. Siempre hicimos un producto muy artesanal que le gustó a la gente y ahora seguimos trabajando de esa forma. Tenemos altos y bajos, épocas que trabajás mejor o peor, pero nunca un momento en que pensáramos que el negocio se acabara.
¿Cómo fue el cambio en lo cotidiano, de pasar de cocinar a tener que tener una visión de cancha de los diferentes locales?
Con mi señora estamos siempre pendientes del negocio, cuidando la calidad y que las cosas salgan bien. Fue un proceso de ir aprendiendo un montón de cosas, pasar de ser empleado a ser patrón implica aprender un montón de cosas, nosotros trabajábamos mucho, hoy tenemos más personal, pero en su momento se dedicó varias horas del día al negocio. También cometimos errores.
¿Qué errores recordás?
A veces uno probaba un gusto de repente que no salía, también abrimos una sucursal en Shangrilá, hace unos siete u ocho años, que fue el primer intento de franquicia que se hizo y no dio resultado fue mal encarado con poca experiencia en la franquicia y ese local se cerró, fue una inversión importante que salió mal y eso sirvió para aprender bastante, saber elegir al franquiciado es fundamental, que sea una persona que también se comprometa con el negocio, que le ponga las ganas que uno le pone también y fue así que arrancamos de nuevo a incursionar en la franquicia.
¿Cuál es la principal virtud de Empanadas Don Pedro?
Lo que nosotros tenemos más que nada es un buen servicio al cliente y una buena atención y sobre todo un buen producto, que es lo que nos diferencia. Tratamos de incentivar a la gente y a los repartidores también para que atienda bien al cliente.
¿De dónde surge el conocimiento o el interés por la cocina?
A mí siempre me gustó incursionar en la cocina y sin haber tenido nunca un estudio de cocina. Cuando empezamos a hacer las empanadas, íbamos probando un poco los condimentos que usábamos, las proporciones, “hay que ponerle un poco más de esto, sacarle de esto” y ahí íbamos corrigiendo.
Con ocho sucursales en Montevideo y Ciudad de la Costa, Bazar Del Sur, se ha convertido en el principal referente del rubro, con más de tres mil artículos de bazar, menage, organización, decoración, limpieza profesional y descartables compostables. El respeto al trabajo, la vocación de servicio para con el cliente, el trabajo en equipo y el compañerismo han sido algunos de los valores en los que han sustentado su desarrollo. La gerenta comercial de Bazar del Sur, Mariana Román, habló con Somos Uruguay sobre cómo surgió la empresa y qué hizo posible su crecimiento.
¿Cómo fueron los inicios de Bazar del Sur?
Bazar del Sur surge de la necesidad del bazar de cercanía, entendimos que había zonas donde podíamos potenciar aún más nuestros productos y acercarle al público los productos que consumen todos los días. Ahí fue cuando nació el primero en El Cordón, en sus inicios bajo el nombre de plásticos del Sur, en su comienzo se dedicaba casi exclusivamente a la venta de productos plásticos de la marca Sanremo, luego ampliamos nuestro mix de productos y cambiamos el nombre a Bazar Del Sur®, con el objetivo de posicionarnos como bazar útil y práctico.
¿Qué fue lo que impulsó al nacimiento de la empresa?
Nuestra historia y antecedentes se desarrollaron en el ramo industrial, importación y distribución. Siempre observamos la venta retail como una oportunidad para desarrollar. Por el 2010, se presentó la posibilidad de instalarnos en El Cordón, que es una zona comercial de gran afluencia de público.
¿Cuál fue la clave para lograr desarrollarse?
Como todo nuevo emprendimiento la clave está en el espíritu emprendedor, persiguiendo una convicción con perseverancia, además de contar con una oferta y precios de productos con demanda. Nosotros también gestionamos con una cuota de profesionalización que nos ha llevado a una mejora constante y crecimiento acelerado.
La clave para seguir desarrollándonos es la mejora continua, profesionalizar la gestión y una mirada visionaria para superar los futuros desafíos, adaptarnos a las nuevas tendencias y adelantarnos a nuestros competidores
¿Qué es lo mejor que tiene la empresa?
El equipo de trabajo, la energía de sus recursos humanos que acompañan las grandes marcas que representamos y desarrollamos en Uruguay. Lo mejor que tenemos es nuestro servicio y compromiso con el cliente.
¿Cómo se imaginan en los próximos 10 años?
Nos vemos liderando el segmento de bazar con franquicias en el interior del país para aquellos emprendedores que tengan ganas de incorporarse a nuestra organización por lo que en 10 años nos vemos con varias sucursales más, amoldándonos a las nuevas tendencias del mercado.
La Asociación Casa Ronald McDonald y Editorial Planeta tuvieron el placer de invitar a la conferencia del Dr. Daniel López Rosetti; “Estrés Sufrimiento y Felicidad”.
La conferencia se realizó el jueves 15 de setiembre en el Auditorio del WTC donde cerca de 200 personas se reunieron para escuchar al reconocido médico argentino.
Al comenzar la conferencia la directora ejecutiva de la Asociación Casa Ronald McDonald, Sandra Marcos, agradeció a los presentes y a las empresas por su apoyo y recordó que todo lo recaudado es destinado al funcionamiento de las Casas Ronald en el Hospital Pereira Rossell y en el Hospital de Tacuarembó, donde cada año se ayudan a más de 7.000 familias de niños internados, niños en tratamiento médico y embarazadas de todo el país.
Durante la charla, el Dr. López Rosetti recorrió los principales temas de su último libro “Estrés Sufrimiento y Felicidad”, e invitó a los asistentes a tener siempre presente la frase de Buda, “el dolor es inevitable, el sufrimiento es optativo”. La jornada también contó con una breve meditación guiada por el doctor.
Al finalizar su exposición el autor firmó ejemplares de su nuevo libro y conversó con los asistentes.
La jornada solidaria de McDonald’s se realizará el viernes 14 de octubre, donde toda Big Mac cuenta.
En el día de ayer, y con la presencia de Luis Suárez, McDonald’s realizó una conferencia de prensa para presentar la nueva edición del Gran Día, su jornada solidaria que busca generar fondos para colaborar con la Asociación Casa Ronald McDonald y los Centros Educativos Impulso.
Todo lo generado en la jornada del Gran Día por la venta de la hamburguesa Big Mac será destinado a la Asociación Casa Ronald McDonald para que continúe asegurando el funcionamiento de sus casas, una dentro del Hospital Pereira Rossell y otra en el Hospital de Tacuarembó además de la sala familiar educativa ubicada en el 5to. piso del Pereira Rossell; y para que el Centro Educativo Impulso continúe generando oportunidades educativas de calidad a más de 1050 niños/jóvenes de Casavalle, con el objetivo de darles un futuro mejor donde puedan elegir qué quieren ser.
El director de McDonald’s, Ricardo Méndez, recordó que el Gran Día es la jornada solidaria que busca colaborar con las comunidades donde operan, en este caso la Asociación Casa Ronald McDonald y con los Centros Educativos Impulso de Casavalle. Asimismo, agradeció a Luis Suárez por ser la figura de la campaña e invitó a todos los uruguayos a comer una hamburguesa Big Mac el próximo viernes 14 de octubre.
Al igual que años anteriores, se puede colaborar con esta causa comprando el bono solidario, el cual tiene un valor de $10 y se vende del 14 de setiembre al 13 de octubre en todos los restaurantes de McDonald’s del país.