Campiglia Construcciones, historia y presente de una empresa líder

El director de Campiglia Construcciones, Germán Campiglia, y su gerente general, el arquitecto Matías Coll, recibieron a Somos Uruguay Revista en la sede de la empresa para conversar sobre su trayectoria, las claves para mantenerse como una empresa de referencia y el valor del diálogo entre el sector público y el privado para encarar los desafíos que enfrenta la construcción.

¿Cómo fueron los inicios de Campiglia y cuáles fueron aquellos hitos que marcaron su desarrollo?

G. C.: Eduardo Campiglia, que es el presidente del directorio, empezó trabajando en una licitación de Antel en 1979, ganó la primera licitación pública para la limpieza de cámaras, que era un trabajo que nadie quería hacer. Con un equipo mínimo pudo empezar a competir con esas empresas que sí tenían estructuras más grandes y empezó a ganar pequeños trabajos que nadie quería. Ahí comenzó la historia de la empresa. Al poco tiempo, en 1980, se jugó a hacer un edificio para viviendas en la calle Antonio Machado, que fue nuestra primera obra de promoción privada. En 1993 se compraron terrenos en la actual zona WTC, donde años más tarde concretamos otros hitos, como el complejo Torres Náuticas y Torre Caelus, y el proyecto Estrellas del Sur en Barrio Sur, en el marco de la Ley de Vivienda de Interés Social.

A lo largo de la vida de la empresa se han construido más de 500.000 metros cuadrados, y cada obra ha dejado su huella, con aciertos y errores, en un camino de aprendizaje constante. Es parte de nuestra identidad, somos una empresa con visión de largo plazo, apostando a construir ciudad, a generar empleo y apoyar a nuestro país con nuestra actividad.

Otros hitos, en lo que fue la antigua división Ingeniería, son varias licitaciones importantes para UTE y Antel, la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de Carrasco, la Torre Ejecutiva, el Auditorio Nacional del Sodre, entre otros.

Por último, pero como un hito para la actividad de la empresa, fue la asociación con Pilay Uruguay desde el 2008, construyendo edificios para Campiglia Pilay, que representan una alternativa de inversión en el sector inmobiliario.

 ¿Qué evolución ha tenido el sector desde que comenzaron, y qué cambios debieron asumir para seguir siendo una empresa de referencia?

M. C.: Somos una empresa que ha permanecido en el mercado, con una visión de largo plazo, eso es un diferencial que nos convierte en una de las empresas referentes del sector.

G. C.: El tener en nuestro logo el nombre Campiglia te genera una responsabilidad adicional. Queremos hacer cosas lindas y bien, que cuando nuestros clientes nos compren salgan satisfechos y, si se puede, con un poco más de lo que esperaban.

M. C.: Somos una empresa que participa en muchas partes de la cadena de valor en el sector inmobiliario, desde la gestión del suelo, pasando por el desarrollo de proyectos, su construcción, comercialización y financiación.

Quizás haya sido consecuencia de la evolución del sector inmobiliario, donde se torna

necesario generar sinergias entre estas áreas para poder proyectarse a futuro, dar

continuidad, brindar confianza e intentar plasmar los valores de la empresa en cada

tarea que emprendemos.

La evolución de la industria de la construcción ha sido muy importante en los 43 años de vida que lleva la empresa. Siempre hemos apostado a la incorporación de tecnología aplicada a los procesos, la participación de equipos técnicos profesionales, la mejora continua de los procesos constructivos o la migración hacia sistemas que redunden en mayor eficiencia y calidad final.

En materia de seguridad laboral también hemos trabajado fuertemente, no solo en el cumplimiento estricto de la normativa y convenios vigentes, sino en la cultura laboral, que es la principal herramienta de prevención.

Hoy nos enfrentamos a nuevos desafíos en el desarrollo de proyectos, dada la participación de nuevos actores en el mercado inmobiliario que quizás no tengan una perspectiva de largo plazo, pero que, al provenir de diferentes sectores o regiones, aportan miradas novedosas.

¿Cuáles son los proyectos más destacados en la actualidad y por dónde ven el crecimiento de la empresa?

M. C.: Actualmente estamos con proyectos en construcción de gran escala, como Estrellas del Malvín, y formamos parte del equipo que desarrolla el proyecto COSMOS. Estrellas de Malvín significó retornar al desarrollo de vivienda promovida, que apoyamos fuertemente cuando fue aprobada en el 2011, pero que con los cambios normativos introducidos en el 2014 y 2017 generó un desestímulo, no solo a nosotros, sino a gran parte de los promotores.

El cambio normativo introducido en el 2020 nos impulsó a retomar el camino iniciado, a poder ofrecer viviendas más ajustadas a la capacidad de ahorro y de inversión de las familias. Es muy importante el volumen de viviendas que se ha volcado al mercado en los últimos dos años, ampliando la oferta. Las políticas públicas tienen un efecto importante. El otro marco que se creó, que ha sido exitoso, es el de permitir el desarrollo de proyectos de oficinas y viviendas amparado en la ley de promoción de inversiones, por el cual se conceden exoneraciones fiscales para los proyectos de gran dimensión económica.

COSMOS es el resultado de años de trabajo en conjunto con el estudio Kimelman, y gracias a la visión del gobierno nacional anterior, que dio los incentivos necesarios para la promoción de grandes proyectos, y al gobierno nacional actual, que mejoró algunos criterios, logramos concretar exitosamente la participación de inversores institucionales. Es un proyecto que implica más de 90.000 metros cuadrados de superficie y 165 millones de dólares de inversión, ejecutados a través de un fideicomiso financiero.

COSMOS nos ha dado la oportunidad de aprender e incorporar nuevos instrumentos de financiación, trabajar con inversores institucionales y aportar nuestro know how no desde la ejecución de obras, sino desde el desarrollo y gerencia de proyectos.

Nos abre oportunidades para pensar en proyectos que puedan ser atractivos para la generación de instrumentos de inversión local, a la vez que puedan facilitar el acceso a la vivienda a más familias.

Es una preocupación permanente de Campiglia Construcciones poder expandir las soluciones de vivienda a los sectores a los que hoy no logramos llegar, por múltiples causas. Hemos colaborado a través de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay con el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, dando nuestra óptica en la gestación del plan Entre Todos, que intenta ser un instrumento para estos fines. Lo vemos con buenos ojos, entendemos que existen elementos que hay que pulir para que sea exitoso, como lo es la ley de vivienda promovida.

Es un momento de incertidumbre a nivel internacional, más allá de las fortalezas de la economía del país. ¿Cómo afecta eso a la hora de definir una inversión o tomar una decisión vinculada a bienes?

M. C.: En un contexto de incertidumbre, de aumento de tasas de referencia, de volatilidad de precios y de inflación globalizada, los inmuebles representan un refugio de capital. En este sentido, la fortaleza institucional de nuestro país, asociado a reglas claras, y la previsibilidad de nuestro mercado incentivan a la inversión.