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Seminario organizado por TCP
Terminal Cuenca del Plata organizó el martes 30 de agosto el seminario “Tráfico marítimo de estupefacientes e impacto en la imagen del país”, que buscó reflexionar sobre las implicancias y los riesgos asociados al tráfico de estupefacientes, la necesidad de discutir las posibles medidas para mitigar sus consecuencias desde el abordaje de la seguridad y el potencial del trabajo en equipo para fortalecer las medidas de protección y desalentar el negocio del narcotráfico.
En el seminario participaron el director de la Secretaría de Inteligencia de Estado, Álvaro Garcé, el gerente general de TCP, Vincent Vandecauter, el gerente de riesgos de protección de TCP, Marcelo Wilson, Oscar Baladán, de la organización de profesionales de seguridad ASIS International, el gerente de riesgos de la Dirección Nacional de Aduanas, Diego Casella, y el prefecto del puerto de Montevideo, capitán de navío Néstor Lemos.
Garcé hizo hincapié en la exigencia de incrementar la capacidad de respuesta del Estado ante el creciente poder del crimen organizado, y planteó la necesidad de mejorar la represión, la prevención y la disuasión, e invertir en recursos humanos, capacitación y tecnología para contrarrestar el despliegue del narcotráfico por aire, tierra y mar.
“El crimen organizado nos interpela hoy como Estado de Derecho, nos desafía, de un modo creciente, está presente en la región y a estas redes no les importa la ley, no les importan mucho las personas, van en la dirección de un propósito de lucro y nos imponen a nosotros, al sector público, la obligación de dar una respuesta eficaz”, expresó.
Para Garcé, la clave para la mayor efectividad, además de la inversión, está en la sinergia entre el sector público y el privado, por lo que destacó la oportunidad de la instancia convocada por TCP.
Por su parte, el gerente general de TCP, Vincent Vandecauter, realizó una puesta a punto sobre la implementación del acuerdo con el gobierno y anunció que se está a pocos meses de comenzar la obra física de la nueva terminal de contenedores. Vandecauter recordó los inicios de TCP y señaló que para alcanzar la infraestructura que hoy tiene la empresa mixta fueron invertidos más de 250 millones de dólares.
Vandecuater resaltó la evolución de las exigencias del mercado marítimo, con barcos más grandes y con más calado, con navieras que requieren mejores servicios, y destacó que avanzar hacia esa nueva etapa es esencial para que el puerto de Montevideo no pierda su conexión con el mundo logístico. “Para eso vamos a construir un segundo muelle de más de 700 metros, agregar 22 hectáreas de playa e invertir alrededor de 500 millones de dólares para actualizar toda esta infraestructura”, expresó, y resaltó que se trata de la inversión más grande en la historia del puerto de Montevideo.
En tanto, el gerente de riesgos de protección de TCP, Marcelo Wilson, habló sobre los medios y estrategias de protección de la terminal especializada en carga y descarga de contenedores. Wilson dijo que el crimen organizado emplea canales logísticos normales y empresas instaladas, por lo que no es sencilla su identificación. La carga ilegal se ubica en commodities, cargas específicas, en los contenedores, o se carga durante el trayecto utilizando precintos gemelos.
“La política institucional es integrar la terminal a la cadena logística con protección y haciendo cultura de la protección”, agregó, y resaltó el rol del código internacional para la salvaguardia de los buques y de las instalaciones portuarias en dicha protección.
Oscar Baladán, asistente del vicepresidente regional de ASIS International, dijo que hace unos años atrás se consideraba la seguridad como un área paralela de la empresa, pero con el tiempo se ha comprendido que la seguridad es una parte integral, que debe cumplir con sus mismos objetivos y sus mismos procesos.
“El narcotráfico es transversal a todos los procesos, a toda la sociedad y a todo tipo de empresas”, expresó, y “está presente en toda la sociedad”.
El gerente de riesgos de la Dirección Nacional de Aduanas, Diego Casella, explicó que las divisiones de análisis de riesgo y de control de cargas son claves en el combate al narcotráfico. Dijo que hay tres momentos principales en el análisis de riesgo: el momento previo al arribo de la mercadería, cuando hay una declaración aduanera, y durante el despacho. “En estos tres momentos es que se enfoca la división análisis de riesgo para realizar los controles”, señaló.
Casella dijo que la división identifica los riesgos de seguridad, explosivos, armas y sustancias prohibidas. “En las Aduanas de todo el mundo es imposible el chequeo del 100 por ciento de la mercadería; lo que se hace es una revisión en base a una gestión de riesgo, donde se consideran determinadas variables y parámetros a analizar que determinan qué mercadería debemos analizar”, agregó.
Luego de tener la declaración aduanera y saber qué tipo de carga es, se incorporan controles automáticos del sistema, como los precintos, a los que calificó como una pieza “clave” en el control porque informan si el contenedor fue abierto o no.
“Si tenemos un precinto que realmente coincide con la declaración, esa carga tiene un muy alto porcentaje de probabilidad de no haber sido adulterada. Lo contrario es si tenemos una declaración en la que el precinto declarado no coincide con el precinto físico”, señaló.
Casella dijo que el sistema integrado de inteligencia aduanera permite tener concentrada la información y hacer una selectividad en el momento del control. Entre las medidas de control de las cargas destacó el bloqueo del contenedor, la revisión física, la revisión documental, el escaneo, la inspección de inventarios y las auditorías.
Además, planteó que la estructura organizativa de la Aduana permite que las diferentes áreas colaboren en el análisis de riesgo y destacó la importancia de generar una sinergia entre todos los actores que participan en la actividad portuaria. “Hemos dejado las chacras que todos tenemos, trabajamos en el mismo lugar físico, tenemos personal que pertenece a varias unidades del Estado; para nosotros es un desafío maximizar todo ese potencial que tenemos de conocimiento y de experiencia ya adquirida”, agregó.
El capitán de Navío Néstor Lemos, prefecto del puerto, comentó varios casos exitosos en la lucha contra el narcotráfico marítimo, y destacó el fortalecimiento de los lazos de confianza y cooperación entre la Armada y la Dirección Nacional de Aduanas, compartiendo herramientas, bases de datos, medios tecnológicos y humanos.
Lemos señaló como caso de éxito la incautación de 418 kilos de cocaína en el 2018, en la operación Infinito, en que a partir de información proveniente de Argentina se logró encontrar la droga en una exportación de lana sucia con destino a Amberes, por parte de una empresa que nunca había exportado.
Otro caso mencionado por Lemos fue la cocaína incautada en un contenedor de arroz, en tránsito, procedente de Paraguay y con destino a Benín. Tras la inspección del contenedor se pudo detectar que llevaba 3.264 kilos de cocaína. En el 2019 se incautaron 5.906 kilos de cocaína con destino a Togo, que viajaba en bolsones de harina de soja en cuatro contenedores. Otra de las incautaciones mencionadas por Lemos fue una carga de 40 kilos de metanfetaminas, en 2022, con origen Amberes y destino Paraguay.
Una de las modalidades delictivas abordadas por el prefecto fue el problema del uso de embarcaciones pequeñas para contaminar los barcos en ultramar. “Esto a veces se debe a que los controles en los puertos son mayores”, señaló, y recordó la incautación de 600 kilos de cocaína en una lancha en la costa de Canelones y otros 1.344 kilos que fueron encontrados en la costa de Rocha.
“El combate a este flagelo requiere la colaboración de todos los actores, hasta de aquellos menos relevantes. Solo de esa forma será posible adelantarnos a su acontecimiento”, agregó Lemos.