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Lunes, 18 Abril 2022 10:44

Nº 97 | Abril de 2022

Con el compromiso de bajar el costo de vida de los uruguayos, Ta-Ta, Multi Ahorro Hogar, BAS, City y Woow, vuelven con una nueva edición del Ciber Plus. Gracias esta animalada de descuentos se podrán adquirir productos a la mitad del precio

Esta imperdible oferta se extenderá desde el 14 marzo hasta el 21 del mismo mes, donde los clientes de Ta-Ta, Multi Ahorro Hogar, BAS, woOw y City podrán comprar cientos de productos a través de sus páginas de e-commerce, con descuentos de otro planeta.


Esta nueva edición del Ciber plus ofrecerá artículos de diferentes categorías, entre las que destacan: indumentaria, electro, tecnología, productos de almacén, bebidas, cuidado personal, entretenimiento, turismo, experiencias y capacitación.Los clientes de Ta-Ta Supermercados podrán adquirir estos descuentos en exclusivo desde de la web https://www.google.com/url?q=http://www.tata.com.uy&source=gmail&ust=1647433139295000&usg=AOvVaw2PXPjDIlsZ_dMcycB5MIal">www.tata.com.uy,  Woow  https://www.google.com/url?q=http://www.woow.com.uy&source=gmail&ust=1647433139295000&usg=AOvVaw2rI2-wyJteiPkt-E_Rwaxm">www.woow.com.uy, City https://www.google.com/url?q=http://www.city.woow.com.uy&source=gmail&ust=1647433139295000&usg=AOvVaw2Hbj7XgpAB7NZgv0hXpwU-">www.city.woow.com.uy y BAS https://www.google.com/url?q=http://www.bas.com.uy&source=gmail&ust=1647433139295000&usg=AOvVaw0atrxCGwOyHG76ZvxaiBL0">www.bas.com.uy. Al mismo tiempo, se podrá acceder a los descuentos de Multi Ahorro Hogar en sus tiendas online: https://www.google.com/url?q=http://www.multiahorro.com.uy&source=gmail&ust=1647433139295000&usg=AOvVaw1_-JY7fr0149GUfSKvW8eQ">www.multiahorro.com.uy, y en sus tiendas físicas de todo el país.

Llega Ciber Plus y, una vez más, Grupo TATA, se prepara para ofrecer “una animalada de descuentos”.

El quinto local dentro del departamento de Tacuarembó arribó para contribuir al objetivo histórico de la empresa: bajar el costo de vida del Uruguay

Montevideo, febrero de 2022. El pasado 11 de febrero, la segunda ciudad con mayor población del departamento de Tacuarembó se preparó para recibir por primera vez a Ta-Ta Supermercados. La empresa, abrió su primer local en Tacuarembó en el año 1996. 25 años después, se expanden dentro del departamento, sumando un quinto local con el fin de seguir mejorando el día a día de sus clientes. En la inauguración, se hicieron presentes las autoridades de Ta-Ta y realizaron una recorrida por el establecimiento, situado en la calle Gral. Leandro Gómez.

             

El espacio, cuenta con 525 m2 y está orientado, como todas las sucursales, a alcanzar la excelencia en la satisfacción de los clientes. En este sentido, la inversión estimada fue de US$ 1.300.000. Por otro lado, fueron contratados 32 colaboradores directos, motivados por trabajar en un entorno inclusivo de trabajo en equipo y con las herramientas necesarias para el logro de los objetivos. De esta forma, la cifra total de colaboradores Ta-Ta en todo el país asciende las 5000 personas.

Conscientes de la importancia que nuestra cadena de supermercados tiene en el consumo de los uruguayos, Ta-Ta definió su misión como “Bajar el costo de vida del Uruguay”. Por este motivo, tiene presencia en todos los departamentos del país y con esta apertura alcanza el número 88. Cada una de sus sucursales, se encuentran orientadas a que la empresa sea el mejor lugar para comprar; trabajar; invertir; además de impactar positivamente en las comunidades donde opera.

El próximo martes 15 de febrero entre las 09:30 y las 15:30hs en el estacionamiento del Hiper Cerro (Av. Carlos María Ramírez 1490) se dispondrán de las vacunas para aquellos mayores de 12 años que no hayan efectuado su primera dosis

Montevideo, 11 de febrero de 2022. Para volver a la normalidad, es necesario seguir tomando las medidas necesarias de prevención contra el virus, y la vacuna no es la excepción. Por este motivo, el próximo martes 15 de febrero, el Ministerio de Salud Pública pondrá a disposición un móvil vacunatorio ubicado en el estacionamiento de la Sucursal Hiper Cerro de Ta-Ta y Farmacia San Roque. Allí, entre las 09:30 y las 15:30hs estarán a disposición todas las vacunas del esquema de vacunación obligatorio y Covid-19 para individuos a partir de los 12 años de edad.

Uruguay es uno de los países más avanzados en cuanto a las tasas de vacunación contra el Covid-19 en América del Sur. Acorde a datos de la reconocida revista inglesa The Economist, nuestro país se ubica en segundo lugar mejor protegido ante la variante ómicron. Esto se debe al compromiso de parte de la población al momento de aplicar las dosis de las vacunas. En porcentajes, más de un 80% tiene la 1º dosis y más de la mitad de los uruguayos aplicaron la tercera dosis, de refuerzo.

Es importante considerar que la campaña de vacunación no terminó todavía. Y para disminuir los casos, cuidarnos y cuidar a los demás, la vacuna es primordial. Por este motivo, el próximo martes 15 de febrero, en el rango horario de las 09:30 a las 15:30, el MSP dispondrá de un móvil vacunatorio ubicado en la Sucursal Hiper Cerro de Ta-Ta y Farmacia San Roque (Av. Carlos María Ramírez 1490).

Allí, las personas podrán obtener su dosis y asesorarse con información de parte de staff especializado. El espacio contará con gazebos, agua y asientos, suministrados por Ta-Ta y San Roque, para que las personas puedan aguardar los minutos necesarios tras efectuada la dosis. Todo estará condicionado para el fácil acceso y la buena circulación de los presentes, de modo que estén cómodos al momento de la vacunación.

La jornada se repetirá el próximo 12 de marzo en el mismo horario para quienes no puedan formar parte de este. Sigamos cuidándonos para así combatir al virus entre todos. ¡Te esperamos!

Con la presencia del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, el Banco República y la Unión de Exportadores entregaron los reconocimientos al esfuerzo exportador 2021. El titular del BROU, Salvador Ferrer, destacó que en los primeros once meses del año las exportaciones de bienes del Uruguay, incluyendo las zonas francas, superaron los 10.400 millones de dólares, cifra récord en términos anuales.

La ceremonia se realizó en la sede del Banco República en un formato híbrido que contó con asistencia presencial y al mismo tiempo fue transmitida de forma virtual. Acompañaron al mandatario en la actividad, además de Ferrer y la presidenta de la Unión de Exportadores, Andrea Roth, la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche.

Ferrer manifestó que la actividad exportadora une al país y exige trabajar en equipo para crecer hacia el mundo, lo que genera empleo y oportunidades para todos los uruguayos.

Además, mencionó que el avance en esta materia es uno de los pilares del desarrollo económico, y que la apertura comercial es esencial para el crecimiento económico del país. También señaló que China es un gran foco de oportunidad, pero no el único, y que abrirse al mundo es lo que guía el rumbo.

Récord de ventas al exterior

En los primeros once meses del año, las exportaciones de bienes de Uruguay, incluyendo las zonas francas, superaron los 10.400 millones de dólares, cifra récord en términos anuales. Si se compara con el año 2019, el crecimiento es de 20 %; y con respecto al 2020, las exportaciones subieron un 40 %.

El jerarca señaló que, en cuanto al comercio de bienes, Uruguay sigue siendo un país con una cadena exportadora basada en el sector agroindustrial, en que la carne, la celulosa, los oleaginosos y los lácteos constituyen los principales productos de venta al exterior. Los siguen los concentrados de bebidas y la energía eléctrica.

Con respecto a esta última, destacó que se encuentra por primera vez entre los grupos de mayor exportación. El cambio de la matriz, basado en fuentes renovables, le permitió al país dejar de ser importador neto para convertirse en exportador, lo que genera divisas muy importantes.

Ferrer recordó que entre las exportaciones de servicios están las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), las telecomunicaciones, los servicios profesionales y de consultoría y los servicios financieros, rubros que representan en los últimos años más del 40% de este tipo de ventas, con cifras que superan los 2.000 millones de dólares anuales.

Finalmente, reconoció a las empresas y los emprendedores que realizan un gran esfuerzo para llegar al mundo con sus productos y servicios.

Por su parte, Roth celebró la presencia del presidente Lacalle Pou y el trabajo del gobierno para ayudar al sector a superar los obstáculos tras la pandemia de COVID-19. Asimismo dijo que, junto con el BROU, se premia el esfuerzo exportador y citó las dificultades de los últimos dos años y los grandes desafíos que enfrentó el sector exportador, lo que puso a prueba la capacidad de las empresas, acotó.

Premios a exportadores

Diversas empresas del medio fueron premiadas como mayores exportadoras generales, sectoriales y clientes del BROU por su desempeño en el período octubre 2020 – setiembre 2021.

Los mayores exportadores fueron Conaprole en el sector de lácteos, Cargill Uruguay SA en el rubro de semillas y oleaginosos, y UTE en la energía eléctrica.

Se otorgaron, además, tres reconocimientos especiales a los tres principales destinos de exportación: China, Brasil y Estados Unidos.

Por otro lado, se premió a los exportadores de zonas francas (Montes del Plata SA y UPM, en el rubro celulosa, Pepsico en concentrados de bebidas, y Mega Pharma SA en productos farmacéuticos), y se reconoció nuevamente al sector exportador en el rubro servicios, distinguiendo en esta oportunidad a servicios profesionales de construcción y TIC.

A su vez, se entregó un reconocimiento de exportación verde por los esfuerzos de producción amigable con el medioambiente, y por primera vez se entregaron premios a empresas exportadoras con políticas de innovación y perspectiva de género.

Los mayores exportadores por rubros fueron:

FRIGORÍFICO TACUAREMBÓ SA

carne

FORESTAL ORIENTAL SA

madera

CARGILL SA

semillas y oleaginosas

CONAPROLE

lácteos

UTE

energía eléctrica

SAMÁN SA

cereales

CRISTALPET SA

plásticos

LANAS TRINIDAD SA

lanas

MALTERÍA URUGUAY SA

productos de molinería

PAYCUEROS SA

cueros

GLADENUR SA

animales vivos

EURO AUTOMOTRIZ SA

vehículos automóviles

LABORATORIOS MICROSULES URUGUAY SA

productos farmacéuticos

AARHUSKARLSHAMN LATIN AMERICA SA

grasas y aceites

EVAMEL SA

pescados

CITRÍCOLA SALTEÑA SA

frutas y frutos

HENIL SA

demás productos de origen animal

ONTILCOR SA

preparaciones de carne

YAZAKI URUGUAY SA

máquinas y aparatos

OXITENO URUGUAY SA

productos de limpieza

(Fuente: Unión de Exportadores y Comunicación Presidencial).

Un tratado de libre comercio (TLC) con China debe ser amplio y abarcador, con apertura gradual del mercado uruguayo a partir de desgravaciones arancelarias progresivas, flexibilidad para la aplicación de cláusulas de salvaguardia y la no inclusión de compromisos en compras públicas, todos aspectos considerados imprescindibles por los industriales nacionales, según un pormenorizado estudio presentado este mes al gobierno del presidente Luis Lacalle Pou.

La Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) sostiene también que se deben incluir normas de origen, técnicas, en materias sanitarias y fitosanitarias, obstáculos al comercio, de propiedad intelectual, inversiones, comercio de servicios, defensa comercial, mercado electrónico y ambiente, además de un universo suficiente de excepciones para proteger la industria nacional.

La visión del muy variado sector industrial del país sobre el acuerdo que se proponen negociar Uruguay y China es positiva para el 29 % de los ejecutivos consultados por la firma Equipos Consultores para la CIU, muy positiva para el 13 %, neutra para el 28 %, negativa para el 17 %, muy negativa para el 10 %, mientras que el 3 % restante no sabe o no contesta.

“Nos comprometimos con un estudio concienzudo, profundo y riguroso, de cada sector de actividad, de aquellos que se van a beneficiar, de los que pueden encontrar oportunidades y de los que tienen sensibilidades claras para competir con una nación tan gigantesca como China. Nuestra obligación, como gremial de gremiales, fue reunir la información, hacer una fotografía de la realidad y presentarla al gobierno”, explicó el
presidente de la CIU, Alfredo Antía, en el acto de entrega el pasado 7 de diciembre, según recoge la gacetilla de la entidad.

El documento “Posible TLC Uruguay-China: contribución de la CIU al Estudio Conjunto de Factibilidad y eventual inicio de un proceso de negociación” está a disposición (de acceso en el portal de la gremial) “como una oferta de este sector de actividad al país, para que este acuerdo signifique oportunidades de desarrollo, inversión y de empleo para los compatriotas”, apuntó Antía.

La industria aportó el año pasado 5.400 millones de dólares de valor agregado de producción; representa el 12 % del producto interno bruto (PIB); es el primer empleador del país, con 156.500 trabajadores, que equivalían al 10 % del total a fines del 2021, con sectores que se destacan, como el procesamiento de alimentos (la principal actividad manufacturera), el automotor, calzado, construcción, tecnologías de la información y la comunicación (TIC), lácteos, papelera, madera, químicas y farmacéuticas; parte de un espectro amplísimo.

El proceso de análisis sobre los impactos de un posible tratado con China, que dio paso al documento, comenzó con un seminario en la modalidad virtual realizado el 8 de octubre con la participación de los economistas chilenos Andrés Rebolledo y Milenka Montt, quienes intercambiaron con directivos y representantes de gremiales integrantes de la CIU las experiencias recogidas en acuerdos similares entre el gigante asiático y su país, Perú y Costa Rica.

“Es una oferta para sacar el mejor resultado posible y para que este tratado sea de oportunidades de desarrollo, inversión y empleo”, destacó Antía en rueda de prensa, tras la presentación hecha en conjunto con Rebolledo ante el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, el prosecretario Rodrigo Ferrés, el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, su subsecretario, Walter Verri, la directora de Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas, Marcela Bensión, el director general para Asuntos Económicos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Fernando López Fabregat, y otras autoridades.

La CIU se había expresado dispuesta a colaborar con el gobierno nacional apenas el presidente Lacalle Pou anunció el 7 de setiembre que había recibido de las autoridades de China la aceptación de la propuesta de realizar estudios de factibilidad con miras a comenzar negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre los dos países.

El informe “Posible TLC Uruguay-China: contribución de la CIU al Estudio Conjunto de Factibilidad y eventual inicio de un proceso de negociaciones” es el producto del equipo creado en su momento para ayudar con el estudio de factibilidad que Uruguay y China comenzaron a trabajar de inmediato con metas para fines de año, con el propósito de analizar el impacto que sobre el sector puede conllevar un acuerdo de este tipo.

Antía recordó ante la prensa que la gremial que hoy conduce estuvo dispuesta a trabajar ante una posibilidad de este tipo, como ya había ocurrido en el 2016, cuando el entonces presidente Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020) firmó en Beijing con su par de China, Xi Jinping, un acuerdo para avanzar en tratativas con la meta de llegar a un tratado en el 2018, que finalmente no se concretó.

El mayor demandante de alimentos del mundo quiere trabajar con Uruguay y esa es una oportunidad que este sector en particular, que en los últimos 12 meses fue responsable de 9 % de las exportaciones nacionales, no debe desperdiciar, resaltaron en su momento portavoces del gobierno uruguayo.

China, con 1.400 millones de habitantes y 400 millones de ellos de renta media, es la segunda economía mundial y responsable del 18 % del producto global. Desde el 2013 es el principal destino de la producción uruguaya al exterior, con 32 % del total, seguido por Brasil con 15 %, la Unión Europea con 14 %, Estados Unidos con 7 %, Argentina con 5 % y México con 3 %.

La carne bovina, con 60 % del total de ventas a China, lidera ese flujo comercial, seguida por los productos lácteos con 9 %, subproductos cárnicos con otro 9 %, la soja con 7 %, ganado en pie y madera con 5 % cada uno, y la carne ovina y caprina con 4 %, de acuerdo al instituto Uruguay XXI.

Precisamente, uno de los sectores más favorecidos por un acuerdo bilateral de este tipo es el de los frigoríficos, que en sus ventas a China dejaron en su aduana unos 150 millones de dólares el año pasado en concepto de aranceles de importación, comentó Antía, para luego indicar que Uruguay en este rubro está hoy en desventaja con competidores directos como Australia y Nueva Zelanda, que ya tienen tratados con ese país y sus embarques son menos costosos por la cercanía geográfica.

Visiones dispares, intereses contrapuestos

Rebolledo, responsable del equipo de trabajo montado por la CIU, aseguró que el documento contiene información muy precisa y detalla la situación de cada uno de los sectores de la industria nacional y, ante ello, entiende que un tratado con China es una oportunidad que Uruguay tiene que aprovechar.

Además es el momento histórico para que China muestre especial interés en Uruguay, según indica el estudio y ha reiterado Antía. Hay razones de estrategia geopolítica en su disputa global con Estados Unidos, y esta sería una manera de entrar en América Latina y en particular en el Mercado Común del Sur (Mercosur) a partir de un país con condiciones para transformarse a no muy largo plazo en el hub (nodo distribuidor) para gran parte de la región. También, y de particular importancia para Beijing, está su interés de abaratar compras de alimentos y materias primas así como ampliar inversiones.

El experto chileno agregó ante la prensa que el informe bajo su dirección “muestra las bases para un acuerdo comprensivo y balanceado, buscando que este permita conjugar los intereses de sectores que tienen expectativas muy importantes respecto de crecer en el mercado chino, junto con otros sectores que tienen algún grado de sensibilidad y por lo tanto tienen disposición a participar de un acuerdo comercial de este tipo, pero con los resguardos que permitan adecuarse a estas nuevas condiciones de competencia”.

La experiencia de los países latinoamericanos que han firmado acuerdos de esta naturaleza indica que no solo acrecentaron sus exportaciones, sino que además atrajeron inversiones de China, como fue el caso de Chile, que en 15 años de vigencia multiplicó por cinco sus ventas, en cuanto a los bienes fue por dos, y las empresas con negocios en el mercado chino se han triplicado, añadió el experto, quien fue jefe del equipo negociador de Santiago ante Beijing en ese tratado bilateral, así como en procesos de otros países con las principales economías del mundo, además de embajador en Montevideo.

Entre las principales conclusiones de los especialistas convocados por la CIU destaca que la mayoría de los sectores productivos consultados indicaron que un TLC con China sería beneficioso para Uruguay, aunque existen visiones e intereses muy dispares en relación a cuáles podrían ser los impactos.

“Probablemente haya sectores que se vean perjudicados y seguramente va a haber herramientas de políticas públicas tanto para las empresas como para los trabajadores, un camino que hay que recorrer, identificar claramente de qué modo podemos mantener a los soldados y al comercio de pie”, sostuvo en varias entrevistas Antía. Empero, dijo que la gremial intentará ayudar a los sectores más sensibles que podrían verse damnificados ante una mayor apertura comercial.

Algunos de los empresarios alertan sobre los perjuicios de una mayor apertura del comercio chino, entre ellos la posibilidad de represalias desde Argentina, Brasil o Paraguay, socios de Uruguay en el Mercosur, por esta decisión unilateral de avanzar en negociaciones bilaterales, dado que el bloque es el destino principal de lo producido por la industria manufacturera nacional.

Otras posibles amenazas que conlleva un tratado de libre comercio con China son: la posibilidad de un cambio de la corriente exportadora y una alta dependencia de ese gigante; una asimetría en la competencia, ya que Uruguay dispone de estándares ambientales, laborales, entre otros, que son más exigentes; dificultades internas en materia de competitividad; el ingreso masivo al país de productos terminados a menor precio, poniendo en riesgo la producción nacional; una barrera cultural asociada a la comprensión idiomática, así como una difícil generación de contactos confiables, sostiene el documento.

Los colores de la realidad

El estudio “Posible TLC Uruguay-China: contribución de la CIU al Estudio Conjunto de Factibilidad y eventual inicio de un proceso de negociación” describe con precisión la situación, expectativas y dudas al interior del sector, para lo cual se establecieron categorías de empresas y rubros sobre los eventuales impactos de un tratado Uruguay-China.

Entre las ventajas generales apuntadas se cuentan rebajas arancelarias y cuotas para la exportación de bienes agroindustriales con alta recepción china, diversificación de la oferta exportable y promoción de agregación de valor en el país, eliminación del arancel de materias primas e insumos intermedios, lo que facilita a los negocios, incremento de las inversiones chinas en este territorio, entre otros beneficios.

La distribución por colores ubica en la zona verde a quienes prevén un beneficio o incremento del beneficio ante un acuerdo como el buscado, como son la industria frigorífica, lácteos, lana, la producción arrocera y el sector vitivinícola, entre los principales.

En amarillo o neutral se ubican las industrias que experimentan incertidumbre frente a los alcances del tratado, no exentas de expectativas, y ahí están alimentos procesados, insumos farmacéuticos y químicos, la industria naval y la de maquinaria agrícola.

Quienes podrían tener un impacto negativo de un TLC Uruguay-China y fueron puestos en zona roja abarcan a la industria metalúrgica y automotriz, de aluminio, el calzado, textiles y vestimenta, la perfumería y cosmética, la siderurgia, plástico y vidrio, y curtiembres. Para esos sectores, la CIU presenta recomendaciones y asegura que se cuentan con instrumentos para mitigar estas sensibilidades.

 

Costos, regulaciones y modernización

La CIU se manifestó conforme con la recepción del gobierno de Lacalle Pou a los planteos, contenidos en el documento, que hacen a encontrar mecanismos y apurar reformas para que el país avance hacia una mayor competitividad. Para ello se requiere de un apoyo en paralelo de las autoridades nacionales, según Rebolledo.

El experto dijo que Uruguay debería preparar un plan para mejorar la competitividad de la industria exportadora del país y aprovechar esta oportunidad para abordar los desafíos pendientes en términos de costos, entre otros, energéticos y logísticos. El documento sostiene que, pese a que Uruguay es líder en penetración de energías limpias, aún tiene los precios más elevados en la materia del Mercosur y del resto de América Latina y el Caribe, al igual que en logística, porque los combustibles siguen siendo alrededor del doble más caros que en los demás países de la región.

“Si Uruguay quiere aprovechar de mejor manera el TLC con China y constituirse en un centro logístico, debe mejorar sus costos internos para ser competitivo en la región”, sentencia la CIU.

Frente a ese abanico de desafíos y oportunidades se plantean además medidas de política pública, como diseñar instrumentos que contribuyan a la diversificación productiva, una campaña de imagen-país con foco en China y los mercados asiáticos, así como reformar las relaciones laborales y la negociación colectiva, que para la CIU es fundamental para poder tener condiciones apropiadas de competitividad. “Hay que abordar los diferentes mecanismos que existen en la legislación del trabajo que rigidiza este mercado y hace perder competitividad al país y a sus sectores exportadores en los mercados globales”, enfatiza también el informe empresarial.

Uruguay, además, debe prestar especial atención a la diversificación productiva y evitar que China, acuerdo de por medio, concentre la oferta exportable. Un principio fundamental del desarrollo exportador es ampliar tipos de productos, mercados y empresas, destaca el estudio.

En otro aspecto, los expertos contratados por la CIU indican que el país debe reforzar las capacidades regulatorias y de certificación para mejorar la competitividad y su ingreso a los mercados internacionales de forma consolidada con una mayor predictibilidad y seguridad al comercio de bienes agrícolas, alimentos procesados, químicos y demás. Se deben también aplicar instrumentos de defensa comercial, máxime en un escenario de apertura comercial en aumento y mayor impacto en la producción local, advierten los industriales.

 

"Contribución del Sector Industrial al Estudio Conjunto de Factibilidad de un eventual TLC entre la República Popular China y la República Oriental del Uruguay"

El documento de la Cámara de Industrias se desarrolla en varios capítulos, a saber:

El repaso de antecedentes de negociación de Chile y otros países de la región con China.


La observación del impacto de tales TLC en los flujos de comercio.


El relevamiento de las inquietudes de cada sector industrial nacional.

El detalle de los capítulos que, a juicio de la CIU, debieran formar parte de un TLC con China.

Reflexiones y propuestas de la CIU en relación a cada uno de esos capítulos.

La identificación de oportunidades y amenazas que presenta un posible TLC con China.

 

La CIU y los contenidos del tratado

Apertura gradual del mercado uruguayo, basado en un cronograma de desgravación arancelaria progresiva, que incluya canastas desde 0 a 15 años y un universo suficiente de excepciones.

Normas de origen flexibles y adecuadas a la estructura productiva de Uruguay.

Régimen de certificación: autoridad oficial responsable y entidades habilitadas delegadas.


Importancia de las normas técnicas, fitosanitarias y zoosanitarias.

Mantener la flexibilidad para la aplicación de cláusulas de salvaguardia.

No incluir compromisos en materia de compras públicas: salvaguardar regímenes que prioricen la industria nacional.

Temas con enfoque “cooperación”: propiedad intelectual, facilitación de negocios, medioambiente, comercio electrónico.

Algunos temas para futuras etapas: renegociación/profundización, actualización de normas, acumulación diagonal de origen con terceros.

……….

“Logramos los consensos necesarios sobre el arancel externo común (AEC) para la disminución del 10 % de un universo muy amplio de productos”, la mitad de lo que pretendía Brasilia, informaba el 8 de octubre el canciller de Brasil, Carlos França, tras la reunión que había mantenido con su par de Argentina, Santiago Cafiero, un encuentro tan sorpresivo como el acuerdo logrado, teniendo en cuenta que Buenos Aires se resistía a la pretensión de Brasilia. Ahora “será presentado a Paraguay y Uruguay” en la cumbre de fin de año del Mercosur, complementó.

Pero había mucho camino por recorrer pese al poco tiempo que restaba para ese encuentro, en el que sucedió lo que algunos expertos preveían: Uruguay ató su aprobación, sobre la cual no discrepa sustancialmente, al planteo de flexibilizar la disposición del Mercosur, que impide a uno de sus miembros negociar acuerdos por separado con terceros países o bloques, y todo se cayó con las consecuentes heridas.

Es bastante peligroso creer que Uruguay tenía un arma para presionar a Brasil, impulsor de la reducción del AEC y que aparecía como el más cercano a aceptar algún tipo de flexibilidad, anticipó en declaraciones a La Diaria en aquel momento el especialista en comercio internacional Marcel Vaillant, profesor de la Universidad de la República. “Nuestro único valor en esta negociación es la insignificancia, no la presión…”, recalcó.

En la última cumbre del bloque, Brasil se puso en línea con Argentina y Paraguay para postergar la corrección del tributo impuesto a los productos llegado de extrabloque ante la firmeza de Uruguay en su postura de flexibilizar el artículo 32 del Mercosur.

El gobierno uruguayo se presentó ante la cumbre por internet del 17 de diciembre sin ceder en su postura de supeditar la modificación del AEC a la del artículo 32 del tratado mercosuriano para que se le habilite la negociación con China en busca de un tratado de libre comercio bilateral, y ya desde la reunión del día anterior del Consejo de Mercado Común del bloque todos los participantes tuvieron claro que la cumbre de presidentes no tendría consensos.

“Hemos dicho más de una vez que, al mismo tiempo de la baja del arancel externo común (AEC), debería presentarse la flexibilización del bloque, las dos cosas van de la mano”, reiteró el presidente Lacalle Pou en los días previos, como lo había declarado apenas conocer el acuerdo alcanzado en octubre entre Cafiero y França.

El AEC aprobado en 1994 por los cuatro países fundadores del Mercosur, que entró en vigencia y comenzó a ser aplicado a las importaciones de bienes no originarios del bloque el 1o de enero de 1995, no abarcó el total de productos de la nomenclatura.

La propuesta de reducción incluye al 75 % del universo arancelario del bloque, aunque serán excluidos el sector automotor, el calzado y el textil. En la actualidad se aplica a las mercaderías —salvo rubros exceptuados— que llegan desde fuera del Mercosur un gravamen de entre 10 y 18 %, con un promedio que ronda el 13 % y un máximo de 35 %, mientras que en el resto del mundo se cobra una media de 5,5 %.

Recovecos de la diplomacia

“Es bueno para el país que el presidente Lacalle Pou sea un firme negociador que no arruga ante las potencias” del Mercosur, sostuvo poco antes de la cumbre, en una columna en el diario El Observador, el analista Ricardo Galarza.

Añadió que Uruguay “hace meses que busca, o bien, una modificación en tal sentido a la normativa del bloque, o que se le otorgue un waiver (dispensa) para negociar un tratado de libre comercio con China, postura a la que el gobierno argentino se ha opuesto desde el primer día, y sobre lo que no está dispuesto a ceder”.

“Brasil, en cambio, había dado muestras suficientes de no oponerse a la aspiración uruguaya e, incluso, su ministro de Economía, Paulo Guedes, hasta la apoyaba abiertamente”, recordó Galarza. “Pero algo pasó en el medio para que, en la antesala de esta cumbre, Uruguay llegara sin acuerdos previos con ninguno de sus socios, lo cual podría haber debilitado seriamente su posición”, apuntó.

“Esas previas en diplomacia se trabajan, y Uruguay al parecer no lo hizo, o no lo hizo de manera eficiente”, cuestionó.

Galarza entiende que “no había razón para no acompañar a Brasil en la baja del AEC, con independencia de lo que negociara Argentina por su lado, pues la buena diplomacia se asemeja a una vara y ya sabemos que estas se rompen con gran facilidad cuando son muy rígidas. Después de todo, esto del proteccionismo de las dos potencias del bloque es algo con lo que hemos vivido siempre y será para siempre, así que hay que armarse de paciencia y ser diplomático, muy diplomático”, sostuvo.

Para expertos consultados por el portal Tradenews tras la reunión Cafiero-França, “el acuerdo sellado entre ambos significaba una derrota para Brasil en cuanto afectaba su declarada postura aperturista según defiende el ministro de Economía, Paulo Guedes, quien había propuesto una reducción del 50 % del AEC, además de que se ampliaron las excepciones y la protección se extendería a los productos de marroquinería y electrodomésticos, además de los que ya hay para la industria liviana más vulnerable, calzados y textiles.

La decisión, primero unilateral, de Brasil de bajar el AEC, aunque no en el nivel que pretendía, fue asumida por Lacalle Pou como una señal indirecta de apoyo a su planteo de flexibilización. “Nosotros creemos que esto no hace más que respaldar lo que nosotros sosteníamos”, dijo el mandatario en rueda de prensa unos días antes de la cumbre.

“Es notorio que algunos países más grandes del bloque pueden darse algunos lujos que nosotros no podemos, porque nosotros somos en tanto y en cuanto nos abramos al mundo, y lo vamos a hacer como lo dijimos en campaña electoral. Ya empezamos con China, pero vendrán otros. Uruguay va a jugar en cancha grande y va a ganar en cancha grande, porque confiamos en los uruguayos, y ese es el camino que hemos elegido”, sentenció el presidente anunciando la posición a llevar a la cumbre.

En cambio para el legislador del Frente Amplio, Daniel Caggiani, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales de Diputados, Uruguay se encuentra, ante el acercamiento de Brasil a Argentina, que bajó sus decibeles de confrontación, en una situación de incertidumbre respecto de su política exterior, que se ha caracterizado por grandes declaraciones y pocas concreciones.

La fatiga de los 30

Las tensiones surgidas entre los países fundadores del Mercosur, ya sea por discrepancias ideológicas, rumbos comerciales u otros, tienen como telón de fondo a un bloque con fuerte deterioro de su flujo comercial interno, acentuado con la crisis económica provocada en especial por la pandemia de COVID-19, a juicio de analistas. Aunque hay datos de recuperación, los 30 años de existencia han generado desgastes varios.

A pesar de esas dificultades y de la disputa por el AEC y el planteo de flexibilización, el analista argentino Jorge Castro no cree que el bloque pueda llegar a quebrarse. “No creo, porque la norma [32] que establece que las negociaciones con nuevos espacios económicos internacionales se debe realizar por consenso no integra el Tratado de Asunción original”. “Es un acuerdo posterior”, aclaró al suplemento Economía y Política de la publicación argentina El Cronista.

“El Mercosur no está mejor que el año pasado”, admitió Marcelo Elizondo, consultor en economía y negocios internacionales, en nota al portal argentino Chequeado. Entiende que hay países que quieren potenciarlo, como es el caso de “Brasil, intentando rebajar el AEC e impulsa acuerdos de libre comercio del bloque que ya están en negociación, de Uruguay buscando un tratado de libre comercio con China por su cuenta, mientras que Argentina trata de mantener el statu quo acercándose un poco más a Brasil ahora, pero tratando de evitar el colapso, más que nada por una posición defensiva”.

Su colega Alejandro Frenkel, profesor de la argentina Universidad de San Martín, coincidió en el mismo informe en que “hay una reducción del comercio interregional y no se ven medidas que tiendan, por lo menos en el corto plazo, a revertir esa tendencia” que se aprecia desde el 2011, con algunas excepciones en el 2013, 2017 y 2018, para caer abruptamente en el 2020, año de comienzo de la pandemia.

En ese marco, apuntó contradicciones entre intenciones y hecho. El gobierno argentino de Alberto Fernández “sí intentó fortalecer el Mercosur”, mientras que “Brasil y Uruguay tienen una posición mucho más aperturista”, lo cual “implica debilitar” el bloque, “aunque para los gobiernos de ambos países signifique fortalecerlo”.

El objetivo fundacional del Mercosur fue la creación de un mercado común, y “algunos países entienden que comerciar con el afuera implica potenciarlo; y otros, como Argentina, creen que hay que protegerlo”, explicó.

La creación del bloque permitió en la década de 1990 que el comercio entre los cuatro países fundadores se quintuplicara, atraer inversiones y que fabricantes de automóviles construyeran cadenas de valor regionales.

Con errores de construcción y un desequilibrio natural con un Brasil abarcando 74 % del producto bruto regional, el Mercosur congrega una economía nominal de 1.835 billones de dólares y una población de casi 300 millones que hacen que sea una de las seis mayores comunidades económicas del mundo.

El Mercosur cumplió su objetivo de aumentar el flujo interno comercial, más allá del retroceso de los últimos años, pero ha fracasado en ser una “plataforma de salida al mundo”, ya que ha logrado muy pocos acuerdos comerciales fuera de la región, cuestionó el uruguayo Agustín Iturralde, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo, en la presentación del informe “Índice de Vulnerabilidad Comercial”. En el caso de Uruguay, su estructura exportadora al bloque ha reducido su peso relativo desde más de 50 % a fines de los años 90 hasta el 21,6 % en el 2020, aseguró.

Una hipotética ruptura con el Mercosur impactaría de forma relevante en las exportaciones de corte industrial al bloque, esto es el 10 % de las exportaciones totales de Uruguay al mundo, que equivalen a unos 808 millones de dólares”, agrega el documento presentado por Iturralde. Del mismo modo, explica que en el 2020 este país vendió bienes al mundo por 8.022 millones de dólares, de los cuales 1.731 millones fueron al bloque.

Empero, “el Mercosur como destino de las exportaciones uruguayas de bienes viene cayendo sistemáticamente desde hace 20 años”, agrega el informe que recoge el diario El País. En el 2001 el bloque absorbía el 41,3 % de las ventas de bienes uruguayas, siendo nuestro principal socio, mientras que en la actualidad representa el 21,6 %.

“Lo que le está pasando al Mercosur es el efecto de un proceso de fatiga al cumplir 30 años de creado”, afirmó Elizondo en el debate cubierto por El Cronista. “Los primeros 20 fueron muy exitosos y, cuando un proyecto genera resultados, deja satisfechos a todos, pero en los últimos 10 se empezó a achicar y ahora el comercio entre los socios es menor, apuntó”.

El año último, precisó Elizondo, Argentina le vendió al Mercosur la mitad de lo que había hecho en la última década. “Tanto Brasil como Uruguay lo que están viendo es que es necesario internacionalizar el bloque, porque el comercio entre nosotros tiene un límite”, afirmó.

En el 2021 las remesas a los países de ingreso bajo y mediano registran un sólido crecimiento del 7,3 % para alcanzar los US$ 589.000 millones. Este retorno al crecimiento supera las estimaciones previas y confirma la resiliencia de los flujos que se observó en el 2020, cuando las remesas disminuyeron apenas un 1,7 % pese a la profunda recesión mundial desencadenada por el COVID-19, según las estimaciones que figuran en la “Reseña sobre migración y desarrollo” publicada por el Banco Mundial.

Por segundo año consecutivo, se prevé que los flujos de remesas a los países de ingreso bajo y mediano (sin incluir a China) superen la suma de la inversión extranjera directa (IED) y la asistencia externa para el desarrollo. Esto subraya la importancia de las remesas como medio de sustento vital que permite a los hogares cubrir sus gastos esenciales relacionados con la alimentación, la salud y la educación durante los períodos de dificultades económicas en los países de origen de los migrantes.

“Los flujos de remesas que envían los migrantes han sido un complemento fundamental de los programas públicos de transferencia de efectivo, que buscan ayudar a las familias que enfrentan dificultades económicas durante la crisis de la COVID-19. Facilitar los flujos de remesas a fin de brindar alivio a los ajustados presupuestos de los hogares debería ser un componente fundamental de las políticas públicas para propiciar la recuperación mundial tras la pandemia”, señaló Michal Rutkowski, director mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.

Algunos factores que han contribuido al sólido crecimiento de las remesas son la determinación de los migrantes de ayudar a sus familias en épocas de necesidad, sumada a la recuperación económica en Europa y Estados Unidos, que a su vez fue respaldada por los estímulos fiscales y los programas de promoción del empleo.

En los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y en Rusia el repunte de las remesas al exterior también obedeció al aumento de los precios del petróleo y la recuperación económica que eso trajo consigo.

Se registró un sólido crecimiento de las remesas en la mayoría de las regiones. Los flujos aumentaron un 21,6 % en América Latina y el Caribe, un 9,7 % en Oriente Medio y Norte de África, un 8 % en Asia meridional, un 6,2 % en África al sur del Sahara y un 5,3 % en Europa y Asia central.

En Asia oriental y el Pacífico, las remesas disminuyeron un 4 %, aunque, si se excluye a China, registraron un aumento del 1,4 % en la región. En América Latina y el Caribe, el crecimiento fue sumamente sólido debido a la recuperación económica en Estados Unidos y a otros factores, entre ellos la respuesta de los migrantes ante los desastres naturales en sus países de origen y las remesas enviadas desde estos países a los migrantes en tránsito.

El costo de enviar US$ 200 a otro país continuó siendo elevado, y se situó en un 6,4 % del monto transferido en el primer trimestre del 2021, según la base de datos sobre el precio de envío de remesas a nivel mundial que mantiene el Banco Mundial.

Esto representa más del doble del 3 %, la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que debe lograrse antes del 2030. La región más costosa a la que enviar dinero es África al sur del Sahara (8 %), en tanto que la más barata es Asia meridional (4,6 %). Los datos revelan que los costos tienden a ser más altos cuando las remesas se envían mediante un banco, frente a canales digitales u operadores de transferencias de dinero que ofrecen servicios de envíos directos.

“El impacto inmediato de la crisis en los flujos de remesas fue muy profundo. El sorprendente ritmo de recuperación es una buena noticia. Para preservar los flujos de remesas, en particular mediante los canales digitales, sigue siendo fundamental que los migrantes y los proveedores de servicios de remesas puedan acceder a cuentas bancarias.

Asimismo es necesario que las respuestas de política sigan velando por la inclusión de los migrantes, en particular en los ámbitos del acceso a las vacunas y la protección contra las remuneraciones insuficientes”, dijo Dilip Ratha, autor principal de la reseña y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD).

Se espera que las remesas aumenten un 2,6 % en el 2022, en consonancia con las previsiones macroeconómicas mundiales. Un resurgimiento de los casos de COVID-19 y la imposición de nuevas restricciones a la movilidad plantean los principales riesgos de que las perspectivas referidas al crecimiento mundial, el empleo y los flujos de remesas a los países en desarrollo no se materialicen.

El paulatino desmantelamiento de los paquetes de estímulos fiscales y de promoción del empleo, en un contexto de recuperación económica, también podría perjudicar los flujos de remesas.

Tendencias regionales en las remesas

Se prevé que los flujos de remesas registrados oficialmente con destino a la región de Asia oriental y el Pacífico disminuirán un 4 % en el 2021, hasta llegar a los US$ 131.000 millones. Sin incluir a China, las remesas en la región aumentaron un 1,4 % en el 2021, y se estima que crecerán un 3,3 % en el 2022.

Como porcentaje del producto interno bruto (PIB), los principales receptores en la región son las economías más pequeñas, como Tonga (43,9 %), Samoa (21,1 %) y las islas Marshall (12,8 %).

El costo medio para enviar US$ 200 a la región se redujo hasta situarse en un 6,7 % en el primer trimestre del 2021 en comparación con el 7,1 % registrado un año antes. En los corredores más baratos de la región se registró un costo medio de un 2,7 % para las transferencias, principalmente a Filipinas, mientras que, en los cinco corredores más caros, sin incluir el de Sudáfrica a China (que es atípico), el costo medio fue de un 15 %.

Tras una caída del 8,6 % en el 2020, se prevé que los flujos de remesas a Europa y Asia central crecerán un 5,3 % en el 2021 hasta alcanzar los US$ 67.000 millones, producto del repunte de la actividad económica en la Unión Europea y del aumento de los precios de la energía.

Se estima que las remesas crecerán un 3,8 % en el 2022. Actualmente las remesas son la principal fuente de financiamiento externo en la región. Las entradas han sido iguales o superiores a la suma de la IED, las inversiones de cartera y la asistencia externa para el desarrollo en el 2020 y el 2021.

Como porcentaje del PIB, en la República Kirguisa y Tayikistán las remesas superan el 25 %. El costo medio de enviar US$ 200 a la región aumentó levemente de un 6,5 % en el 2020 a un 6,6 % en el primer trimestre del 2021, lo que en gran medida reflejó un drástico aumento de los costos en el corredor entre Turquía y Bulgaria. Rusia, donde los costos cayeron de un 1,8 % a un 1 %, es uno de los países más baratos del mundo para enviar remesas.

Crecen las remesas a América Latina

Los flujos de remesas con destino a América Latina y el Caribe probablemente alcancen un nuevo máximo de US$ 126.000 millones en el 2021, lo que representa un sólido crecimiento del 21,6 % con respecto al 2020. México, el principal receptor de remesas de la región, recibió un 42 % (US$ 52.700 millones) del total.

El valor de las remesas como porcentaje del PIB excede el 20 % en varias de las economías más pequeñas: El Salvador (26,2 %), Honduras (26,6 %), Jamaica (23,6 %) y Guatemala (18 %).

Los efectos adversos del COVID-19 y de los huracanes Grace e Ida contribuyeron al aumento de los flujos de remesas a México y América Central. Otros factores detrás del aumento fueron la recuperación de los niveles de empleo y los programas de asistencia fiscal y social en los países anfitriones, en particular en Estados Unidos.

Un aumento en el número de migrantes en tránsito en México y en otros países, sumado a las remesas que recibieron del exterior como ayuda para los costos de estadía y de viaje, parece haber sido otro importante factor que explica este marcado incremento. Se espera que en el 2022 las remesas aumenten un 4,4 %, principalmente debido a las perspectivas de un menor crecimiento de Estados Unidos.

El costo de enviar US$ 200 a la región fue de un 5,5 % en promedio en el primer trimestre del 2021 frente al 6 % del año anterior. Con un costo medio del 3,7 %, México siguió siendo el país receptor de remesas más barato del Grupo de los Veinte. No obstante, los costos de las remesas son exorbitantes en los corredores más pequeños.

Se prevé que las remesas enviadas a los países en desarrollo en la región de Oriente Medio y norte de África han crecido un 9,7 % en el 2021 hasta alcanzar los US$ 62.000 millones, producto del retorno al crecimiento de los países anfitriones en la Unión Europea (en particular Francia y España) y del repunte de los precios internacionales del petróleo, que tuvo efectos positivos sobre los países del CCG.

El aumento obedeció al marcado incremento de las entradas a Egipto (un 12,6 %, hasta llegar a los US$ 33.000 millones) y a Marruecos (un 25 %, hasta alcanzar los US$ 9.300 millones), donde los fenómenos de migración de retorno y migración de tránsito, respectivamente, desempeñaron un papel importante en estos resultados positivos.

Los ingresos por remesas en el Magreb (Argelia, Marruecos y Túnez) aumentaron un 15,2 %, impulsados por el crecimiento en la zona euro. Los flujos hacia varios países cayeron en el 2021, entre ellos Jordania (disminución del 6,9 %), Djibouti (disminución del 14,8 %) y el Líbano (disminución del 0,3 %).

En la región en desarrollo de Oriente Medio y Norte de África, tradicionalmente las remesas han sido la principal fuente de recursos externos frente a la asistencia externa para el desarrollo, la IED, las inversiones de cartera y los flujos de deuda.

Para el 2022, las perspectivas del crecimiento de las remesas son más modestas, de un 3,6 %, debido a los riesgos que plantea el COVID-19.

El costo de enviar US$ 200 a la región se redujo de un 7,0 %, hace un año, a un 6,3 % en el primer trimestre del 2021.

Es probable que las remesas hacia Asia meridional hayan crecido alrededor de un 8 % en el 2021, hasta llegar a los US$ 159.000 millones. El aumento de los precios del petróleo potenció la recuperación económica e impulsó el repunte de las remesas provenientes de los países del CCG, que dan empleo a más de la mitad de los migrantes de Asia meridional.

La recuperación económica de Estados Unidos y los programas de estímulo que aplicó el país también contribuyeron al crecimiento. En India, las remesas aumentaron un 4,6 % en el 2021 para situarse en US$ 87.000 millones. En Pakistán se registró otro año de remesas sin precedentes, con un crecimiento del 26 % y un volumen que alcanza los US$ 33.000 millones en el 2021.

Además de los factores usuales, la iniciativa de promoción de las remesas adoptada por el gobierno de Pakistán para facilitar los envíos usando los canales formales atrajo enormes volúmenes.

Asimismo la frágil situación de Afganistán se transformó en un motivo inesperado para el envío de remesas en el 2021, en particular para los refugiados afganos en Pakistán y para las familias en Afganistán.

Las remesas, cuyo volumen duplicó con creces la IED en el 2021, son la principal fuente de divisas en la región. La región con los costos medios más bajos del mundo es Asia meridional, con un 4,6 %. No obstante, enviar dinero usando los canales oficiales es costoso en comparación con los canales informales, que siguen siendo populares. Impulsar políticas de reducción de costos crearía una situación en la que todos ganan y que sería ventajosa para los migrantes y para los gobiernos de la región.

Los flujos de remesas a África al sur del Sahara también retomaron la senda de crecimiento en el 2021, con un aumento del 6,2 % hasta situarse en US$ 45.000 millones. Nigeria, el principal receptor de la región, está registrando un modesto repunte de los flujos de remesas, en parte debido a la creciente influencia de las políticas dirigidas a fomentar el uso del sistema bancario para canalizar las remesas.

Los países donde los flujos de remesas representan un porcentaje importante del PIB incluyen a Gambia (33,8 %), Lesotho (23,5 %), Cabo Verde (15,6 %) y las Comoras (12,3 %). Se prevé que en el 2022 los flujos de remesas aumentarán un 5,5 %, de la mano de la recuperación económica sostenida en Europa y Estados Unidos.

El promedio de los costos fue del 8 % en el primer trimestre del 2021, frente al 8,9 % de hace un año. Pese a que la migración interregional representa más del 70 % de la migración transfronteriza, los costos son elevados debido al escaso volumen de flujos formales y a la utilización de tipos de cambio del mercado negro. (Fuente: Banco Mundial).

El Instituto Nacional de Carnes presentó el balance anual del sector cárnico en el país y confirmó que, tras el aumento en los precios de exportación de carne bovina, ovina y aviar, el movimiento del mercado alcanzó los 4.000 millones de dólares en el 2021.

El ministro de Ganadería, Fernando Mattos, precisó que el rol del gobierno es facilitar y generar condiciones para los negocios y que el mérito al desempeño es del sector.

El presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Conrado Ferber, acompañado por el titular del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, presentó los datos de ingresos, que representan el 25 % de las exportaciones globales del país y una recuperación del consumo de proteínas en Uruguay.

Mattos consideró que las cifras se encaminan a un récord de producción y exportación, lo que afianza la política nacional de carne que impulsa el gobierno.

También valoró el respeto del protocolo COVID-19 en el sector cárnico, que posibilitó un aumento en el promedio de exportación de carne bovina, ubicado en 4.300 dólares la tonelada, y la carne ovina, por encima de 5.000 dólares la tonelada.

“Tenemos margen para seguir creciendo con políticas a largo plazo”, enfatizó el secretario de Estado, quien ejemplificó que se impulsó la inversión productiva a través de la Ley de Inversiones.

Asimismo aseguró que los mercados externos están ávidos de la carne uruguaya y, en ese sentido, mencionó a China, Corea del Sur y Japón, así como poder acceder a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, compuesta por Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Por su parte, Ferber explicó que la cadena completará ingresos totales por ventas al exterior de unos 2.900 millones de dólares, como consecuencia del aumento en los volúmenes y los precios de casi todos los productos de exportación. Esta situación significó un incremento de más del 50 % en el ingreso de divisas del sector.

El jerarca acotó que la recuperación del mercado chino, con un 58 %, lo convierte en un socio comercial que superará los 1.600 millones de dólares de compras de las carnes uruguayas, seguido de la Unión Europea y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, con más de 330 millones cada uno. Juntos completan un 82 % del total. A su vez, indicó que si se agrega el consumo interno, el movimiento del mercado cárnico alcanza a 4.000 millones de dólares.

Más consumo en el mercado interno

El gerente de Información del INAC, Jorge Acosta, indicó que el consumo total de proteínas por persona revirtió la tendencia a la disminución que se observaba desde hace tres años. Según estimaciones preliminares, el consumo total cerrará con un aumento cercano a los tres kilogramos por persona por año, de 85,6 kilogramos en 2020 a 88,5 en 2021.

Sobre este punto, detalló que el consumo promedio de carne bovina per cápita era en el 2020 de 45,7 kilogramos por año, y en el 2021 se ubicará en 46,6. Con respecto a la carne aviar, era de 20,8 kilogramos el año pasado y ahora se situará en 23,2.

En cuanto a la carne porcina, dijo que era de 16,6 kilogramos en 2020, y en el 2021 será de 16,4, mientras que el consumo de carne ovina era de 2,5 kilogramos, y será de 2,2.

En términos de precios al público, el año cierra con aumentos diferenciales en las carnes. Mientras la bovina acumula un incremento de 21,5 %, el de la porcina y la aviar están por debajo de la inflación, 3,7 % y 4,2 %, respectivamente.

Formalización y digitalización del mercado interno

En la actividad, la gerenta de Mercado Interno, Fernanda Cuervo, recordó que para noviembre del 2022 existirán únicamente guías electrónicas y que toda transacción de comercio o movimiento de carnes será en forma digital, a diferencia del presente, en que se realiza en papel.

Dijo que se avanzó en el registro de carnicerías y pollerías del territorio nacional y que aquellos comerciantes del interior que no hayan realizado el trámite podrán aprovechar de las exoneraciones de costos ante el INAC si comienzan las gestiones antes del 31 de diciembre próximo.

Afirmó que dicho registro brinda garantías a los comerciantes y a los consumidores de que se está comprando en un local habilitado u homologado por el INAC. Para ello, se han estado entregando códigos QR, que se colocan en las vitrinas, y mediante los cuales se puede obtener la información acerca de para qué fue habilitado ese local.

Sobre finales de enero, se terminarán de entregar en todo el país y aquellos comercios que cumplan con el registro podrán promocionarse ante el consumidor como formalizados. (Fuente: Comunicación Presidencial).

Por primera vez en 30 años, nuestro país no firmó el documento final

“No pudimos llegar a entendimientos totales” este año, “pero hubo sinceramiento y todos sabemos que tenemos vocación de un Mercosur, quizás en el futuro un poco distinto”, sugirió el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en su intervención en la cumbre semestral del bloque de diciembre, que culminó con un resultado inédito como fue, por primera vez en 30 años, cerrar con una declaración en la cual faltó una firma, y fue la uruguaya.

La rebaja del arancel externo común (AEC) y la flexibilización del artículo 32 del Tratado de Asunción metieron la cola, y a la hora de conciliar posiciones, Uruguay decidió no suscribir el texto que sí fue firmado por los restantes miembros fundadores y plenos del Mercosur, Argentina, Brasil y Paraguay, algo que desde la creación del grupo en 1991 nunca había ocurrido.

“Uruguay ha sido claro de cuál es el camino e insistiremos en los tiempos que vienen” en modificar la cláusula que impide negociar por separado acuerdos de libre comercio con otros países o bloque, sostuvo Lacalle Pou en su intervención en la LIX Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, realizada el viernes 17 vía Internet, en la que Brasil entregó la presidencia temporal a Paraguay. “Debemos buscar un punto intermedio para que todos se sientan satisfechos”, planteó.

Añadió que la realidad del Mercosur no deja a Uruguay con “todos sus intereses satisfechos”, aunque valoró que entre las mejores cosas que ocurrieron en el semestre que finaliza fue el “sinceramiento” de las posturas de los cuatro gobiernos y reclamó buscar un punto intermedio para que todos los estados parte se sientan satisfechos.

“Tenemos vocación de pertenecer al Mercosur, quizás con un futuro próximo un poco distinto, pero es allí donde tenemos que seguir tratando de hablar de prosperidad y libertad”, por lo cual “lamento que no haya habido entendimientos totales”, señaló el mandatario uruguayo. “Somos optimistas porque el mundo necesita nuestros productos, de la inteligencia de nuestros compatriotas, está ávido de mirar a esta región y nosotros como uruguayos y el Mercosur seguimos apostando firmemente y de manera muy optimista al mundo”, agregó.

La propia decisión de Argentina, Brasil y Paraguay de suscribir y hacer público un comunicado al término de la cumbre sin la firma de Uruguay marca las molestias con la posición del último país dado que el tratado establecido en 1991 en Asunción señala expresamente que todas las decisiones, incluidas las declaraciones y pronunciamientos, se toman con el consenso de los cuatro miembros pleno o no hay resolución

El primero en expresarse decepcionado con la posición de Uruguay que llevó a postergar la aprobación del bloque de rebajar el AEC fue el presidente anfitrión, Jair Bolsonaro, quien entiende que esa medida beneficiará a todos los sectores productivos de la región. En esa línea le siguió su secretario de Negociaciones Bilaterales y Regionales para las Américas, Pedro Costa e Silva, quien dijo que es una postura que “causa un bloqueo que es difícil de entender", según declaró al término de la reunión.

“La decisión de Uruguay de condicionar la rebaja arancelaria del Mercosur a la libertad para negociar en forma individual acuerdos comerciales, como el que trata de iniciar con China, puede dejar a ese país en un callejón sin salida”, advirtió el diplomático brasileño que coordinó esta cumbre.

Detrás de esos conceptos, igual Brasilia está dispuesto a conversar con Montevideo. "La puerta con Uruguay estará siempre abierta y queremos hallar caminos conjuntos, pero lo que no puede haber son bloqueos", puntualizó.

También se propone dialogar el mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quien se comprometió al asumir la presidencia semestral del Mercosur a “continuar participando en forma activa de procesos regionales de integración y a aunar los esfuerzos, a través del diálogo y la tolerancia ante las divergencias”.

“Los hechos han demostrado que el mejor camino para defender nuestros intereses es trabajar en forma conjunta y coordinada”, ante lo cual “daremos prioridad al proceso de revisión del AEC, en el que hemos llegado a un acercamiento importante de posiciones en los últimos meses”, complementó.

Esa intención positiva manifestada por Abdo Benítez fue delineada posteriormente ante la prensa por su canciller, Euclides Acevedo, al informar que el mandatario de ese país emprenderá en enero y febrero una gira para reunirse con sus pares Lacalle Pou, Bolsonaro y Alberto Fernández, de Argentina, en busca de consensos para dirimir los asuntos que generan rispideces.

Acevedo sostuvo que el Mercosur “tiene que buscar otros bloques para comerciar, pero actuando con toda la potencia de nuestro capital de más de 200 millones de habitantes”. “El mercado tenemos que saber usarlo", dijo.

Declaración tripartita

El comunicado en discordia que el gobierno de Uruguay se negó a suscribir indica en uno de sus tramos principales que los tres países "se comprometen con la revisión del arancel externo común (AEC), como instrumento primordial para el fortalecimiento de la unión aduanera del Mercosur, y a lograr un acuerdo cuatripartito en beneficio de la productividad y competitividad de las economías de los estados partes en la próxima presidencia pro tempore".

La discrepancia del gobierno de Lacalle Pou con el texto referido a la rebaja del AEC, sobre el cual acepta su discusión, es porque esa intención no quedó ligada al tratamiento de su reclamo de reformular el artículo 32 del tratado que prohíbe a los estados parte del Mercosur negociar en forma individual “acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias”.

Lacalle Pou insistió en muchas ocasiones previas que ambas discusiones “van de la mano”, actitud que reafirmó cuando Argentina y Brasil anunciaron un acuerdo primario, que se preveía firmar en esta cumbre y que finalmente no se hizo, de una rebaja de 10 por ciento del AEC, que rige desde el 1 de enero de 1995 para los bienes de extrazona, salvo los exceptuados expresamente. El tributo que se aplica en la actualidad se ubica entre 10 y 18 por ciento, con un promedio de 13 por ciento y un máximo de 35 por ciento, mientras que en el resto del mundo se cobra una media de 5,5 por ciento.

La flexibilización de la normativa 32 es planteada por Uruguay ante el avance las conversaciones con China para lograr el comienzo de negociaciones por un tratado de libre comercio bilateral.

“En el marco de la celebración de la LIX Cumbre de jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, precedida de la LIX Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común, los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay reiteran su compromiso con el bloque y expresan el propósito de continuar a trabajar, con espíritu constructivo y ánimo de entendimiento, en favor del fortalecimiento del proceso de integración”, comienza el texto emitido el 17 de diciembre.

Los tres presidentes “se congratulan por la celebración, en 2021, de los 30 años del Tratado de Asunción, cuya implementación ha traído beneficios tangibles e intangibles para la región, que se ha hecho más estable, cooperativa, integrada y próspera”.

Luego enfoca el mensaje hacia el AEC sobre el que destacan su compromiso con la revisión del mismo, “como instrumento primordial para el fortalecimiento de la unión aduanera del Mercosur”, por la tanto el compromiso es “lograr un acuerdo cuatripartito en beneficio de la productividad y competitividad de las economías de los estados partes en la próxima presidencia pro tempore”.

También se detienen en resaltar temas de salud en la agenda de integración, “con miras a apoyar los esfuerzos para enfrentar mejor los impactos económicos, sociales y de salud asociados a la pandemia de Covid 19, así como las situaciones de crisis que puedan presentarse en el futuro”.

“Nos comprometemos a continuar la modernización del Mercosur mediante el fortalecimiento del libre comercio y la convergencia y armonización regulatoria dentro del bloque; aumentar la competitividad y la integración con la economía regional e internacional; la generación de resultados concretos para la ciudadanía, en una agenda no limitada a temas comerciales; y la continuación del proceso de reforma institucional del bloque, para optimizar su estructura y funcionamiento”, sostienen más adelante.

Otro asunto abordado es el energético. “Argentina, Brasil y Paraguay se congratulan por la reanudación del tratamiento del sector en el Mercosur, después de 10 años de inactividad, y enaltecieron los términos de la declaración de los ministros de Energía de los estados partes del Mercosur, Bolivia y Chile sobre Integración Energética Regional, del 7 de diciembre de 2021, que apunta hacia la actualización de la agenda de integración energética en el Cono Sur”.

Luego repasa la prioridad dada a la integración regional en el marco de la cual se retomó, se indica, las reuniones de las comisiones administradoras de los acuerdos de libre comercio con Chile, Colombia y Perú, y se firmó el 1º. de diciembre el Acuerdo de Libre Comercio entre Paraguay y Chile, que completa los instrumentos comerciales de última generación del Mercosur con esos países.

“Durante el semestre se realizaron la II Reunión del Comité Conjunto del Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y Egipto, así como la II Reunión del Comité Conjunto de Administración del Acuerdo de comercio preferencial con la Unión Aduanera de África del Sur, oportunidades que permitieron monitorear la implementación de los acuerdos y explorar posibilidades de profundización del comercio”, se detalla.

También indica que se continuó con el esfuerzo de “reforma institucional con miras a dotar al Mercosur de una estructura eficiente y ágil, para la consecución de los objetivos de la integración.

Los tres países firmantes apuntan en otros pasajes los acuerdos alcanzados en el bloque en materia de reconocimiento de estudios, títulos y diplomas de enseñanza superior técnico-profesional, tecnológica, artística y de formación de profesores entre los estados parte del bloque, así como la adopción del “acuerdo del Mercosur para la prevención y lucha contra la corrupción en el comercio y en las inversiones internacionales”.

En el ítem final, Argentina, Brasil y Paraguay manifiestan “su voluntad en avanzar con el proceso de adhesión plena de Bolivia al Mercosur para la consolidación del proceso de integración de América del Sur”.

Cada uno a su tiempo

“Lamentamos no haber podido llegar a un acuerdo sobre la rebaja del AEC este semestre, a pesar de los esfuerzos realizados por Brasil y nuestra voluntad de aceptar una reducción menor a la inicialmente prevista, pero este tema seguirá siendo una prioridad en la agenda porque beneficiará a nuestro sector privado y a nuestra ciudadanía”, enfatizó Bolsonaro al abrir la cumbre y dar la bienvenida a sus pares del Mercosur, Luis Alberto Arce, de Bolivia, en proceso de adhesión plena, y otras autoridades de países asociados.

Bolsonaro admitió, apenas comenzada la reunión, y marcando así el talante que tuvo el encuentro, que la revisión del nivel de este tributo común para los productos importados de fuera del bloque fue una meta prioritaria de su presidencia semestral del bloque, que no se pudo alcanzar pese a las negociaciones que llegaron a buen puerto con Argentina, que se había mostrado reacio en un comienzo.


En otro tramo de su discurso defendió una modernización del grupo para que sea un instrumento de "progreso y libertad para los pueblos”.

Su canciller, Carlos França, fue el encargado a continuación de resumir el balance de lo hecho en el segundo semestre del año e informar sobre las discusiones en el Consejo de Mercado Común, que reúne a los cancilleres y ministros de Economía en el día previo a la cumbre. No hubo acuerdo pese a los esfuerzos sobre algo que parecía virtualmente consensuado, informó.

A su vez, Costa e Silva indicó que Uruguay apoya la reducción de los aranceles externos, pero "el problema está en la vinculación que hace" entre ese asunto y su pretensión de flexibilización el Mercosur.

"Se debe buscar la flexibilidad dentro de las reglas, sobre todo cuando hay dos países que ya han dicho que no lo van a aceptar" de la forma en que lo propone el gobierno uruguayo, explicó. “Ese país ha anticipado una discusión que no era para ser tenida ahora", dijo.

Por su parte, Fernández sostuvo que se debe priorizar la integración dinámica y competitiva en las cadenas regionales de valor. “Este proyecto de integración regional es el más importante para la Argentina, porque entendemos que en este mundo cada vez más regionalizado no hay futuro para países ermitaños que se encierren en sí mismos o emprendan aventuras en soledad”.

“La vecindad es una condición natural que se convierte en una ventaja comparativa, cuando se le agrega el valor del esfuerzo conjunto, de la construcción permanente, de confianza y de los proyectos comunes”, apuntó. Luego instó a sus pares a “discutir a fondo con lealtad y franqueza cómo seguir asociándonos en materia de infraestructura, conectividad, energía e inteligencia comercial (…) sin miedo ni importar los signos políticos distintos o las diferencias ideológicas de los gobiernos del bloque".

Para el mandatario argentino, un “Mercosur sólido da mayor capacidad de negociación colectiva con el resto del mundo y la clave es conseguir aperturas de mercados relevantes sin asumir obligaciones imposibles de cumplir”. “Esto nos exige una visión comercial integrada y una capacidad de coordinación para atender a cada uno de nuestros intereses nacionales”, puntualizó.

“Vivimos este tiempo y vemos el desarrollo de los demás socios como nuestro desarrollo, pero no solamente por generosidad, lo que les estoy diciendo surge de los hechos. No competimos, todos nos comprometimos por la creación de empleo, el crecimiento de uno siempre ha favorecido el crecimiento del resto”, expresó en otro pasaje de su intervención.

Precisó que “estamos terminando el segundo año de una pandemia der COVID-19 que, a diferencia del anterior, ha sido el de la recuperación de nuestras economías, que han comenzado a recobrar impulso, y ahora tenemos por delante el desafío de hacer sostenible esa expansión, asegurando que sus beneficios puedan llegar a toda la población”.

“Hace 10 años alcanzamos récords de intercambio, el desafío hoy es recuperar esos niveles”, enfatizó.

Finalmente dijo querer que “el Mercosur mire a sus propios integrantes y a sus propios pueblos, así como a nuestros vecinos, para que el resto de América Latina acompañe y se asocie a nuestro proyecto integrador”.

A su turno, el nuevo presidente temporal del Mercosur, Abdo Benítez, señaló ante sus pares que “Paraguay, como expresión de su política exterior, reafirma su compromiso de continuar participando de forma activa de procesos regionales de integración y abogó por aunar los esfuerzos a través del diálogo y la tolerancia ante las divergencias, para avanzar hacia una vinculación real y efectiva orientada a las necesidades de nuestros ciudadanos respetuosa de la democracia, el estado de derecho, la protección y promoción de los derechos humanos”.

A continuación se comprometió a dar prioridad a la discusión por la reducción del AEC y aseguró que “el mejor camino para defender los intereses es trabajar de forma conjunta y coordinada”. “El Mercosur ha multiplicado más de 12 veces el comercio entre sus socios en 30 años y en el caso de mi país, es su principal socio comercial, aún en plena pandemia el bloque concentró 64 por ciento de nuestras exportaciones, más de 80 por ciento con valor agregado, y es responsable de 35 por ciento de nuestro intercambio global”, detalló.

“En este semestre hemos tenido conversaciones en temas muy relevantes como son el AEC, los regímenes especiales de importación y de origen, así como también en las dimensiones sociales, culturales, educativas y la coordinación de políticas en materia de derechos humanos y la construcción de una ciudadanía común en el bloque”, sostuvo.

Abdo Benítez anunció que durante su presidencia temporal va a “desarrollar una agenda dinámica y proactiva y, en ese contexto, daremos prioridad al proceso de revisión del AEC, en el que hemos llegado a un acercamiento importante de posiciones en los últimos meses”, además de “impulsar las conversaciones respecto de la coordinación de políticas macroeconómicas en el Mercosur, tratar de avanzar en la aplicación de la Agenda Digital y dar continuidad a los trabajos para la adecuación del sector automotor a la unión aduanera”.

Salud y ambiente

Entre los varios asuntos con tratamiento específico en la cumbre del Mercosur se destaca el referido a la lucha contra el COVID-19 sobre lo cual se acordó sumar esfuerzos para promover la recuperación post pandemia y encontrar respuestas conjuntas a los desafíos en materia política y social de la región.

Los cuatro países del Mercosur señalaron que esas respuestas deben superar “lo meramente económico, teniendo como centro el bienestar de sus ciudadanos, para que los mismos puedan percibir resultados tangibles y concretos derivados de la integración regional”.

Los presidentes y ministros saludaron la realización de los trabajos de los distintos foros del bloque, en especial sobre recuperación postpandemia, y alentaron a los gobiernos y sociedades a que dediquen especial atención a la formulación de políticas públicas que incluya a los grupos más vulnerables y afectados por la crisis sanitaria, incluidos los migrantes.

Otra área abordada en la reunión virtual fue el Acuerdo de París sobre sobre cambio climático. El Mercosur reafirmó su compromiso con su plena implementación, pero también pidió tener en cuenta las distintas "realidades nacionales" y una acción climática global que considere "los principios de equidad y las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y sus respectivas capacidades".

Precisamente, varios países europeos han condicionado la aprobación de un tratado con el Mercosur a la realización de pasos concretos de parte de Brasil para terminar con la deforestación ilegal de la Amazonía y otras políticas que dañan el ambiente regional.

En el documento, también hacen un llamamiento a los países industrializados "para que cumplan la meta de movilización anual de 100.000 millones de dólares desde 2020" para lograr un cumplimiento global de los compromisos del Acuerdo de París.

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