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Hugo Odizzio, presidente del directorio del Banco de Previsión Social (BPS), habló en entrevista sobre los desafíos que implica la reforma del sistema de seguridad social y su impacto en las cuentas públicas y la presión fiscal. Afirmó que a su juicio la edad de retiro no será el eje de la discusión, y recordó que actualmente los uruguayos se retiran en promedio a los 64 años. Abogó por un nuevo modelo de proximidad en el que el BPS brinde toda la información para que las personas puedan tomar sus decisiones con la mayor libertad.
El gobierno y todos los sectores políticos coinciden en la necesidad de reformar el sistema de seguridad social. ¿Cuál será el rol del BPS en ese proceso?
El BPS tendrá una importancia singular en el análisis previo y en el resultado. Lo tendrá en la preparación de la información para que se puedan evaluar los resultados y efectos de cualquier diseño que se pretenda hacer; y luego de que la reforma adquiera forma de ley, se apruebe, se promulgue y vuelva al BPS, lo tendrá en la transformación de la ley en derecho positivo para los ciudadanos.
Estamos en la primera etapa, comenzaron a llegar algunos pedidos de información, y más adelante, durante el trabajo de la comisión de expertos, nuestro trabajo va a seguir creciendo.
Siempre se habla de la necesidad de un consenso social sobre este tema, pero ¿quién quiere trabajar cinco o diez años más?
En el libro de Rodolfo Saldain La era de los nuevos viejos se analizan los cambios en la composición de la sociedad, que van más allá de la expectativa de vida, de que la gente vive más años. También está cambiando la composición de la sociedad porque cada vez las familias tienen menos hijos, las parejas los tienen cuando ya están más avanzadas en edad; incluso algunos atribuyen esto a los efectos de ciertas políticas contra el embarazo no deseado, que bajó la tasa de natalidad, que era más alta en los sectores de menores ingresos.
Hay cambios en muchos planos, y a mí en particular no me queda tan claro que la gente quiera trabajar menos, creo que la gente quiere vivir mejor. Yo tengo 62 años y me podría jubilar mañana, pero mi vocación es seguir trabajando porque me siento bien, tengo una forma más activa de encarar la existencia. Habrá gente que se querrá retirar antes, pero hoy ya ni siquiera se retiran a los 60 años pudiendo hacerlo; se retiran, en promedio, a los 64.
Si además se generan algunos estímulos para que la gente siga disfrutando el trabajo, disfrutando la vida y disfrutando el descanso, creo que es razonable pensar que la edad de retiro no va a ser el eje de discusión de la reforma.
Quizás muchas personas quieren mantenerse en actividad, más allá de que no estén conformes con las condiciones en las que trabajan.
No tenemos estadísticas; pero esos que estaban contentos, aunque asustados también, porque por la pandemia se fueron para la casa y no tenían que trabajar, creo que ya al mes tenían una sensación diferente, y algunos deben haber regresado contentos cuando los volvieron a convocar.
La inactividad se vive de acuerdo a cómo cada persona vive su existencia. El envejecimiento activo, como se le llama ahora, puede ser marcado por el empleo; pero si la persona trabajó toda su vida y pudo ahorrar, puede dedicarse a otras cosas, aunque siempre teniendo actividad. Eso de “me retiro y le voy a dar de comer a las palomas” no corre más.
Hace algunos años llegamos a tener en el BPS una publicidad en la que había un señor dándole de comer a las palomas. Mientras yo esté acá no creo que volvamos a ver esa publicidad, porque la gente tiene derecho a descansar, pero también tiene derecho a vivir una vida adulta, sana, con la mejor salud que el sistema le pueda asegurar, pero disfrutándola.
¿Cuál es la relación entre población activa y pasiva, y cómo pesa en el diseño de la reforma?
Ahí está uno de los desafíos de la reforma, analizar las variables de la economía y el empleo y de los niveles de las prestaciones para armonizarlas y hacer que el sistema sea sustentable en el transcurso del tiempo.
El hecho de que hay menos puestos de trabajo cotizantes, por la automatización de procedimientos y la evolución de la tecnología, significa que un sistema de protección social basado en las contribuciones de los trabajadores en su vida activa, que financian parcialmente las prestaciones de los que ya están retirados, es un modelo que cada vez es más difícil de sostener en forma autónoma.
En Uruguay hay ya muchos impuestos que se destinan a mantener ese sistema, y el escenario que se nos presenta en el mediano y largo plazo puede ser aún más desafiante.
Por eso se habla mucho de la importancia que tiene la educación —y de la hipoteca que significa sobre nuestro futuro como país—, de los niveles y resultados que hay de capacitación de los alumnos y egresos; porque es razonable pensar que los trabajos vinculados a procesos que puedan ser sustituidos por un automatismo, en el mediano y largo o muy largo plazo, van a tender a desaparecer, y todo lo asociado al conocimiento va a aumentar su valor.
La falta de un sistema educativo que genere ese conocimiento en los jóvenes uruguayos afecta increíblemente la sustentabilidad de la sociedad como entidad armónica, capaz de hacer la transferencia entre los que son capaces de contribuir y los que están precisando el apoyo.
Todo eso es un sistema bastante complejo que va a haber que ir armonizando, y la reforma deberá tener algunos instrumentos para autorregular esas fluctuaciones. Las reformas antes se hacían a 20 o 30 años, ahora es muy difícil saber qué va a pasar en ese tiempo.
¿La reforma tendrá como objetivo el equilibrio fiscal?
La reforma, al igual que en 1996, tiene como objetivo bajar la presión fiscal, atenuar el impacto sobre las finanzas públicas que provoca la seguridad social.
Si miramos la reforma del 96, tal cual lo planificado, hubo inicialmente un aumento del gasto para financiar el período de transición e ir haciendo el pasaje al nuevo sistema sin pérdida de derechos. Luego empezó a tenerse el efecto esperado, que fue una reducción de la asistencia del Estado, y en el 2007, 2008 se llegó a que prácticamente no hubo asistencia de Rentas Generales.
Después, con la reforma del 2008, volvimos a este escenario en el que estamos por arriba de los 600 millones de dólares de asistencia, y este año van a ser más aún.
La reforma será una reiteración de aquel modelo porque buscará proyectar escenarios en el mediano plazo que balanceen las cuentas de la seguridad social de manera que la sociedad en su conjunto tenga que transferir menos recursos para financiar el déficit.
No es una solución de un día para el otro, la apuesta es siempre a mejorar el desempeño del sistema para bajar los requerimientos que se hacen a Rentas Generales, que somos todos. A veces parece que Rentas Generales es algo mágico, que alguien llena de noche de dinero para que al otro día alguien lo pueda sacar.
Muchas veces se habla del costo político de hacer una reforma de este tipo y la necesidad de concretarla en el primer año de gobierno.
Ningún partido cuestionó la necesidad de la reforma, todos hablaron de la necesidad de revisar el sistema; había posiciones divergentes sobre si estamos en un escenario más o menos crítico, pero no hubo discusión en torno a la necesidad de procesar una reforma.
No creo que la urgencia que se plantea vaya de la mano de que después no vamos a tener los apoyos. Obviamente, cuanto más lejos de una instancia electoral se tratan estos temas, mayor es la posibilidad de darles una solución con más componente técnico y menores valoraciones políticas.
De todas formas, ese no es el sentido de la urgencia. La urgencia se debe a que esto recae en las espaldas de los contribuyentes y está hipotecando a las futuras generaciones; y cuanto antes tomemos las mejores decisiones, mejor perspectiva tendremos de lograr una reforma de calidad.
Si procesamos la reforma rápidamente, tendremos mejor perspectiva de atender como debemos a los adultos mayores y a las nuevas generaciones, para que puedan tener un buen nivel de vida sin una carga excesiva de impuestos, y que las empresas sean competitivas porque los aportes a la seguridad social no son altos.
Cuanto más pronto lleguen las soluciones, más pronto se verán los resultados, que no son para dentro de tres años; pero estimo que, para el clima de inversiones y la valoración del país en su calificación como deudor, un proceso tomado con seriedad da una indicación positiva.
Si Uruguay hace las reformas estructurales que debe hacer, podrá desempeñarse mejor tanto a nivel de la seguridad social como en la educación, o en aspectos fiscales o energéticos.
Y si todo ese conjunto de medidas —entre las cuales la seguridad social es parte importante— se lleva adelante con un sentido de responsabilidad y urgencia, estaremos dando una buena señal para quienes ven al país como destino de sus inversiones y también para las calificadoras de riesgo, que son en definitiva las que con su nota están determinando los intereses que paga el país por su deuda.
La urgencia es también una característica de esta Administración, para poder hacer la mayor cantidad de cosas dentro del período de gobierno; y en el caso de la reforma también ayuda a favorecer ese clima de negocios.
En otro ámbito totalmente diferente, los resultados que se han tenido hasta hoy en el combate a la pandemia llevan a que el país dé una señal de madurez política.
Creemos que hay muchas ideas sensatas en torno al tema de la reforma de la seguridad social, y esperemos que el panorama sea parecido, que la mayor parte de las decisiones tengan un gran consenso en el sistema político, con algunos matices, como lo hay en todo.
El Frente Amplio (FA) no votó la ley del año 96, y durante los 15 años de gobierno del FA esta fue ajustada, pero el sistema de ahorro individual que administran las AFAP no se derogó. Hay, por lo tanto, una política de Estado en materia de seguridad social.
El país, cuando las cosas son serias, las toma en serio. La matriz energética es otro ejemplo. Esperamos que haya otros temas en la agenda pública en los que también se proponga un enfoque serio y se pueda llevar adelante una visión colectiva, pensando en que somos un país chico y debemos buscar más las coincidencias que las diferencias.
¿La reforma abarcará a todas las cajas, serán todas convocadas e incluidas?
Incluidas es un término que en seguridad social implica muchas cosas. No me voy a expedir sobre la inclusión o no, sí en lo que hace a la consulta; porque con posterioridad a la reforma se creó un sistema de acumulación, entre diferentes entidades de seguridad social, que permite que yo acumule años de servicio como bancario, como policía y otros en el BPS, para obtener una jubilación, y que cada una de esas cajas me pague una parte.
Hoy todos los sistemas están conectados. Hay unos vasos comunicantes que no existían en el pasado, lo que lleva por lo menos a que podamos analizar las variables en su conjunto.
Después, aunque no sé cuáles son los escenarios que se analizan, se puede plantear una progresiva integración o convergencia, y puede haber otros mecanismos que —sin ir a esa convergencia y respetando las autonomías de las distintas instituciones de la seguridad social— vayan generando algún tipo de solución más coordinada que la actual.
¿Cuáles son las metas principales que se propondrá alcanzar durante su gestión?
Ahora justamente estamos construyendo esa visión, tenemos alguna idea que todavía puede ser más personal, pero que tiene que transformarse en una visión más institucional.
Si a mí me dijeran cómo querría yo ver al BPS dentro de uno años, querría que seamos capaces de transmitirle a la gente que tiene que cuidar su vínculo con la seguridad social.
Hoy hay una cantidad de gente, podemos discutir si son 250.000 o 400.000, que no ven en la inclusión en el sistema de seguridad social una solución a los problemas que tienen actualmente.
Eso es en parte porque el sistema no les resulta lo suficientemente atractivo, y en parte puede ser porque no les hemos dado a esas personas todos los instrumentos para comprender la importancia que tendría su inclusión en el sistema.
Es cierto que tener las herramientas para comprenderlo no quiere decir que después lo vayan a lograr, porque no es tan fácil formalizarse en algunas actividades.
Para avanzar mucho en ese sentido, me imagino un concepto de proximidad; porque el BPS pasó de ser un lugar donde se hacían colas y se llenaban formularios a un lugar al que se puede llamar por teléfono —aunque estamos demorando un poco con la atención, algo que nos tiene bastante preocupados—, un lugar en el que se dan muchas soluciones sin necesidad de venir al BPS, como las jubilaciones.
Antes había colas para cobrar en el BPS y hoy pagamos por banco, pagamos por redes de cobros y pago. Ya no ocurre que todo el mundo tiene que venir al BPS, las empresas casi no vienen. Procesamos 190.000 seguros de desempleo, y no hubo cuadras y cuadras de cola, sino que fue hecho a distancia.
Esa es la primera etapa del cambio. Nos alejamos de la gente, en cierta forma, al ofrecerles el servicio allí donde se encuentren o la posibilidad de ir a un lugar cerca de su casa, como puede ser un local de pagos.
Ahora tenemos que empezar en un camino inverso: acortar esa distancia que hicimos para evitar que todo el mundo viniera, y que el BPS empiece a ser el que vaya a las personas a las que les dijo que no hace falta que vengan.
¿Cómo decirlo? Avisándole en el teléfono que tiene para cobrar tal beneficio, con tal importe. Si nosotros liberamos un pago y le avisamos que ya puede cobrar, si habilita el GPS le podemos decir dónde lo puede cobrar en ese momento. Eso ya está, aunque no se hace por un tema operativo. Si se dio de alta por primera vez, avisarle que tiene la posibilidad de afiliarse a un prestador de salud; y si en ese momento hay una puntuación de satisfacción de los usuarios, decirle también que los usuarios valoran de tal forma a los prestadores de salud a los que tiene derecho por su lugar de residencia.
Es decir, darle a cada persona información que le agregue valor a las decisiones que toma en su vida cotidiana.
También tenemos la idea de generar más comunidad en torno a esta cuarta edad, este envejecimiento activo; creemos que hay instrumentos como el plan Ibirapitá y algunas asociaciones que son de gente mayor pero que tienen el espíritu del joven que llevan dentro, y queremos tratar de ayudar a que mejoren su calidad de vida.
Ese tiene que ser el BPS, y va en la línea de lo que dice el presidente de la República, de darles más libertad a las personas para elegir y tomar sus decisiones.
El embajador de China en Uruguay, Wang Gang, aseguró que existe una enorme potencialidad de crecimiento en las relaciones económico-comerciales entre ambos países. Destacó las exportaciones de bienes, en particular los agropecuarios, que colocan actualmente a China como el principal socio comercial de Uruguay, y enfatizó sus expectativas de un fuerte crecimiento en el área de las inversiones y el turismo, en colaboración con países vecinos. Dijo a Somos Uruguay Revista que la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a la que Uruguay adhirió en el 2018, es un camino idóneo para un gran incremento del intercambio en todas las áreas. Reiteró que China está disponible a avanzar en un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, o con Uruguay en forma bilateral
¿Cómo evalúa China el estado de las relaciones diplomáticas y económico-comerciales con Uruguay?
Ambos países establecimos relaciones diplomáticas en 1988. En el 2016, en ocasión de la visita del presidente Tabaré Vázquez a China, establecimos una asociación estratégica, y en el 2018 Uruguay se convirtió en el primer país del Mercosur en firmar un memorándum de entendimiento con la parte china para adherir a la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Durante muchos años China se ha mantenido como el mayor socio comercial y el mayor mercado, y también el mayor cooperante de Uruguay. De acuerdo con las estadísticas chinas, el comercio bilateral en el 2019 fue de unos 5.000 millones de dólares, 40 veces más que en 1988. Uruguay gozó de un superávit de 1.000 millones. Esto obedece principalmente a la colocación de los productos agropecuarios uruguayos, en especial la carne bovina.
China es un gran país agropecuario, y Uruguay es también una potencia, tanto en producción como en exportaciones, por lo que estamos convencidos de que en este rubro todavía tenemos grandes potencialidades y amplias perspectivas. Por ejemplo, hace poco más de un mes se embarcaron desde aquí 7.000 terneras y vaquillonas Holando en pie, un negocio que no se hacía desde hacía cinco años.
El pasado 26 de marzo tuve la oportunidad de reunirme con el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Carlos María Uriarte, e intercambiamos opiniones sobre el mayor desarrollo de nuestras relaciones agropecuarias, porque estas constituyen una parte importante de nuestra cooperación económico-comercial y han logrado un gran desarrollo en los últimos años.
Por ejemplo, en los últimos cinco años todos los ministros de Ganadería de Uruguay visitaron China cada año, y esto es un hecho sin precedentes tanto para el Ministerio de Ganadería uruguayo como un caso único para los titulares de las diferentes carteras, lo cual da muestra de la importancia de la cooperación agropecuaria en nuestras relaciones bilaterales y el interés que les atribuye la parte uruguaya. Por nuestra parte hubo dos viceministros de Agricultura que visitaron Uruguay en el 2018 y 2019.
En octubre del 2016, durante la visita presidencial, ambas parte firmamos un plan quinquenal de cooperación agropecuaria, que es una orientación, un norte para estas relaciones bilaterales.
En segundo lugar, también cabe destacar el avance de nuestra cooperación tecnológica en el área de la soja. En el año 2006 la Academia de Ciencias Agrarias de China firmó un acuerdo de cooperación con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria de Uruguay, y a partir de allí hemos logrado un gran desarrollo y cooperación, por ejemplo, en la mejora genética de la soja, el intercambio de recursos de germoplasma de soja, la construcción de un laboratorio conjunto, así como en la capacitación de personal profesional al respecto, aspectos que lograron grandes resultados.
En marzo del 2019, durante la visita a Uruguay de nuestro vice primer ministro, Hu Chunhua, firmamos un referéndum de cooperación tecnológica de recursos de germoplasma de soja para consumo humano, especificando la orientación y las prioridades al respecto.
En el año 2019 Uruguay exportó a China 1,37 millones de toneladas de soja, que significaron un 85,6 por ciento de las exportaciones totales de la soja uruguaya.
China sigue siendo el principal mercado de los productos agropecuarios uruguayos. En el 2019 importó 2.150 millones de dólares en productos agropecuarios uruguayos, significando un incremento de 21,9 por ciento en comparación con el año 2015. De estas importaciones, 1.310 millones de dólares fueron por productos ganaderos y 817 millones fueron por la soja, y 18,73 millones de dólares fueron para los productos acuáticos, pescado, camarones, etcétera.
¿Percibe usted que hay condiciones para una profundización de esta cooperación en el rubro agropecuario, para un mayor desarrollo del intercambio?
En cuanto a la futura cooperación agropecuaria creemos que tiene grandes potencialidades, porque nuestras economías son muy complementarias, y estamos dispuestos a unir nuestros esfuerzos junto a los de Uruguay para lograr un desarrollo más profundo.
En primer lugar, hay que consolidar aún más nuestros mecanismos de cooperación, porque entre ambos países tenemos varios; el más importante es el Comité Conjunto de Cooperación Agrícola, a nivel ministerial; y propusimos a Uruguay —cuando me reuní con el ministro— que se celebre este año, cuando pase la pandemia, o el año próximo, en China, la tercera reunión de este comité, a la cual estará invitado el ministro Uriarte, que todavía no conoce el país. Existen además otros mecanismos como el comité conjunto en materia de granos, el grupo de trabajo conjunto sobre cooperación forestal, el Comité de Cooperación en Recursos Hídricos, el comité consultivo en temas sanitarios, fitosanitarios e inocuidad de los alimentos, etcétera.
El plan quinquenal firmado en el 2016 está por terminar, y estamos dispuestos a conversar con la parte uruguaya para preparar el próximo plan quinquenal.
Debemos profundizar aún más nuestra cooperación agropecuaria, porque China es desde hace años la segunda economía del mundo, representa un 18 por ciento del producto mundial y posee el mayor número de personas de renta media, unos 400 millones de personas, cuyo nivel de vida y de consumo se eleva constantemente; y los productos agropecuarios uruguayos, naturales, de alta calidad, con mucha seguridad y trazabilidad, gozan de buena fama en el mercado chino.
Tomemos como ejemplo la carne uruguaya, que es uno de los principales productos de exportación; China es el mayor mercado a nivel mundial de consumo y de importación de la carne, y durante los últimos años hemos adoptado una política alentando más importaciones de la carne, acelerando además los trámites de acceso al mercado chino. Actualmente unas 1.623 empresas de 40 países están compitiendo en el mercado chino de la carne.
En el año 2019 China importó 5,5 millones de toneladas de carne, significando un incremento del 50 por ciento, y ocupando 20 por ciento del comercio cárnico a nivel global. Las importaciones de carne bovina fueron de 1,7 millones de toneladas, un incremento del 59 por ciento, entre las cuales se importaron 312.000 toneladas de Uruguay, ocupando un 18,35 por ciento del total de las importaciones de carne bovina de China, y también un 66,38 por ciento de la totalidad de las exportaciones de carne bovina de Uruguay el año pasado; o sea, unas 476.000 toneladas.
Como la demanda y el consumo de la carne bovina en China es muy fuerte, y existen muchos proveedores que quieren entrar en el mercado chino, y hay mucha competencia, creemos que Uruguay ya está en una posición muy ventajosa; y gozando de una fama creciente en el mercado chino, estamos convencidos de que la exportación de la carne uruguaya, especialmente la bovina, tiene una gran potencialidad en el mercado chino y un gran futuro.
Ya llevo dos años en Uruguay, y he podido contemplar que este país realmente goza de un ambiente natural y de recursos naturales privilegiados. Todo el país es una llanura suavemente ondulada, no existen ni desiertos ni volcanes, tampoco hay tsunamis o huracanes; o sea, condiciones muy buenas para el ganado. También las condiciones climáticas son excelentes; aunque hay sequías, no se pueden comparar con las de otros países, como China.
Dicen que Uruguay tiene capacidad para producir alimentos para una población 10 veces mayor a la que tiene, para entre 35 y 50 millones de personas. Esto quiere decir que la producción agropecuaria uruguaya tiene todavía grandes potencialidades que no han sido explotadas.
Muchas empresas chinas, incluso muchas privadas, tienen mucho interés en invertir en Uruguay en ganado, en frigoríficos, en tambos, en viñedos, en bodegas, etcétera, y esperamos que Uruguay pueda tener con el nuevo gobierno nuevas políticas, mayores políticas, que promuevan estas inversiones, para captar inversiones chinas en proyectos agropecuarios, para expandir la capacidad productiva y aumentar las exportaciones a China.
Como se sabe, China es el país con mayor población del mundo, con 1.400 millones de habitantes, o sea que es un mercado prácticamente infinito, y Uruguay no tendría problemas para exportar a China; cuanto más, mejor. También podemos desarrollar proyectos de inversión de ganar-ganar, tanto en cultivo de plantaciones agrícolas como en producción ganadera o en agroindustrias.
También quiero poner énfasis en el tema de los lácteos. En el 2019 los lácteos experimentaron un gran avance en sus exportaciones a China, porque antes no eran muchos. China superó ese año a Brasil, convirtiéndose en el tercer mercado de Conaprole, y creemos que tiene todavía grandes potencialidades.
China es el mayor país a nivel global en comercio de bienes; sin embargo, el comercio bilateral con Uruguay apenas ocupaba una parte ínfima, 1/900 del comercio chino a nivel mundial. A pesar de que somos el primer socio comercial y el mayor mercado, creemos que todavía hay grandes potencialidades.
China es el principal socio comercial; Uruguay exporta hacia ese destino gran parte de su producción, en particular en el terreno agropecuario. No hay, sin embargo, hasta el momento un gran desarrollo de las inversiones chinas en nuestro país, al menos no en la dimensión que están teniendo en otros países de mediano o bajo desarrollo. ¿Ve posible un impulso de las inversiones en un futuro próximo?
En cuanto a inversiones, es un tema muy importante en las relaciones bilaterales, y un punto débil en nuestras relaciones, porque China es hoy por hoy el principal inversor del mundo; y sin embargo, las inversiones en Uruguay, sobre todo en comparación con otros países de la región, son muy pocas.
En el 2018 firmamos un acuerdo de cooperación por el cual Uruguay se adhirió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y creemos que en este marco, con el nuevo gobierno uruguayo, podríamos explorar la posibilidad de atraer mayores inversiones chinas en Uruguay, porque —como todos saben— inversión es sinónimo de empleo, y el empleo trae bienestar social.
Cabe destacar que las inversiones foráneas jugaron un papel importantísimo en el desarrollo de la economía china, sobre todo después de nuestra reforma y apertura; generaron mucho empleo, trajeron mucha tecnología y ayudaron mucho al despegue de la economía china.
El nuevo gobierno uruguayo está asignando mucha importancia a la captación de inversiones extranjeras para generar empleo y lograr un mayor bienestar del pueblo uruguayo. Como nuestras relaciones han entrado en una nueva era con el nuevo gobierno, esperamos que las inversiones chinas puedan jugar un papel más importante en el ulterior desarrollo de nuestras relaciones económico-comerciales.
Uruguay es un país pequeño comparativamente, con poca población, y un mercado también relativamente pequeño. Estos son factores que no son muy buenos para captar inversiones. Sin embargo, siempre hay oportunidades.
Por ejemplo, hay una empresa privada china, Shandong Baoma, que durante los últimos años ha estado tratando de invertir en Uruguay, en un proyecto pesquero. Su dueño ha venido muchas veces a estudiar el proyecto, es una inversión de 210 millones de dólares, bastante grande en relación con lo que tenemos actualmente entre ambos países, un proyecto que prevé construir un espigón, un muelle, algunos frigoríficos, un mercado de productos pesqueros.
Sin embargo, este proyecto ha tropezado con muchos obstáculos, mucha oposición. Hubo un invierno —no recuerdo si el año pasado o en el 2018— en que un importante diario local sacaba un artículo por semana durante casi dos meses, oponiéndose férreamente a este proyecto.
Uruguay tiene un medioambiente privilegiado y el pueblo uruguayo le atribuye mucha importancia a su protección, y lo comprendemos. Todo proyecto industrial necesita un estudio de impacto ambiental. Uruguay ha tenido otros proyectos de inversión industrial extranjeros mucho mayores que este, por lo que esperamos que con el nuevo gobierno se pueda retomar el proyecto y podamos fortalecer aún más nuestro intercambio de opiniones, y esperamos que la parte uruguaya nos pueda brindar facilidades en el usufructo de terrenos, en tributación y en las políticas de financiamiento y de inversiones.
A pesar de los tropiezos en sus inversiones en Uruguay, este grupo de Shandong abriga un gran sentimiento de amistad hacia el pueblo uruguayo. Últimamente hizo una donación de insumos médicos para ayudar al pueblo uruguayo a combatir la pandemia.
¿Qué perspectivas tiene el turismo desde China?
China es actualmente el mayor emisor de turistas a nivel global. El año pasado llegaron a 155 millones los chinos que salieron del país como turistas, y su consumo per cápita es también el número uno del mundo. Sin embargo, a Uruguay han venido muy pocos; el año pasado apenas fueron algunos miles. La mayoría entró por Colonia, vino de Buenos Aires. Creemos que es un gran mercado, y el turismo es un rubro muy importante —también para Uruguay— de inversiones para captar divisas para la economía.
Creemos que promover a Uruguay solo es difícil, sobre todo en cuanto a las conexiones aéreas; tienen que venir por Argentina, por Brasil, por Chile; no hay muchos vuelos directos a Uruguay. En el mercado del turismo hay que jugar juntos, con Brasil, con Argentina y con Chile por la Antártida. Si se formara un paquete conjunto para atraer a los turistas chinos, creo que valdría la pena explorarlo, porque es realmente un gran mercado.
Uruguay podría, junto con Chile, lanzar un paquete para promover la Antártida, porque este turismo de alta gama actualmente en China es un mercado, aunque incipiente, pero con gran futuro; está viniendo mucha gente.
Uruguay lanzó algunas medidas para favorecer el turismo chino, como, por ejemplo, desde el 2017 Uruguay ha venido implementando una política de exención de visas a los ciudadanos chinos que tengan visa de Estados Unidos, Canadá o Reino Unido. En julio del 2018 entró en vigor un acuerdo de visas con múltiples entradas, con vigencia por 10 años, para hombres de negocios de ambos países.
Las hipótesis de un mayor desarrollo en las relaciones económico-comerciales están muy relacionadas al tema arancelario, y esto nos lleva a plantearnos la posibilidad de avanzar en la firma de un tratado de libre comercio. ¿Ve posibilidades reales? ¿China mantiene su disponibilidad?
El tratado de libre comercio (TLC) fue una iniciativa del presidente Vázquez durante su visita de Estado a China, en octubre del 2016, que China acogió con buenos ojos, porque —como es sabido— estamos a favor del libre comercio, del multilateralismo, y de que todo TLC es ventajoso, es propicio para acuerdos de mutuo beneficio, de ganar-ganar entre los países.
Hemos firmado TLC con muchos países, como con los competidores de Uruguay: Australia, Nueva Zelanda; y luego de la firma todos incrementaron notablemente sus exportaciones a China, sobre todo los países que venden materias primas, productos agropecuarios como carne y lácteos, que es el caso de Nueva Zelanda y Australia, que son importantes proveedores de estos productos a China.
A Uruguay, que es también un gran proveedor de estos productos, le favorecería mucho un TLC, porque China es un gran mercado, un gran importador. Con un eventual TLC Uruguay podría vender mucho más a China sin arancel o con arancel mucho más bajo.
En diciembre pasado pude visitar Paysandú, y una planta que está exportando naranjas y arándanos. Según nos comentaron, tienen arándanos de gran calidad en comparación con otros países de la región, como Chile y Perú. Sin embargo, como no hay un TLC, tienen que pagar aranceles bastante altos y no pueden competir con otros países que sí lo tienen y entran al mercado chino sin arancel.
Actualmente Uruguay no puede competir con Nueva Zelanda y Australia; estos están mucho más cerca, por lo que pagan menos flete, y con el TLC entran libremente al mercado chino.
China vería con buenos ojos tanto un TLC bilateral con Uruguay como un TLC con el Mercosur. Sin embargo, como Uruguay es parte del Mercosur y este tiene sus restricciones a firmar TLC con otros países, entendemos que no es un tema bilateral entre China y Uruguay. Por nuestra parte lo vemos con buenos ojos, y creemos que la pelota está en la cancha de Uruguay y del Mercosur.
¿Qué oportunidades le crea a Uruguay su participación en la Iniciativa de la Franja y la Ruta[Dana1]?
Uruguay adhirió en el 2018 a la iniciativa, y creemos que es una gran oportunidad, porque China es uno de los mayores inversores en el mundo y también tiene una gran capacidad tanto en construcción de infraestructura como en financiamiento.
Últimamente Uruguay se incorporó al Banco de Inversiones e Infraestructuras de Asia, un importante banco que tiene su sede en Pekín. Uruguay fue el segundo país de América Latina en incorporarse oficialmente, después de Ecuador.
En el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta hay más políticas privilegiadas, hay más políticas de inversión, y también hay muchos proyectos que podrán acceder a facilidades de financiamiento. Unas empresas chinas bastante importantes, estatales también, se presentaron en las licitaciones para el Ferrocarril Central; sin embargo, ninguna fue elegida; en realidad, por culpa de las empresas chinas, porque no pudieron terminar con sus procedimientos, trámites internos. Pero todavía hay oportunidades, inclusive hay proyectos dentro del proyecto del ferrocarril en los cuales se puede trabajar aún más, y las empresas chinas seguramente estarán interesadas.
Estaba también hace algunos años el proyecto de puerto de aguas profundas. Parece que alguna gente aún está interesada en impulsarlo. Y en carreteras, en telecomunicaciones, en ferrocarriles, puertos, o en las inversiones que mencionaba en frigoríficos, en inversiones agropecuarias, en tambos, todo esto se podría incluir en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Es un marco que alienta y promueve la interconectividad, tanto material como en internet; por ejemplo, Huawei, 5G; todo esto está incluido en la iniciativa, es una canasta de la que todos podemos sacar ventaja.
China está recuperando el ritmo habitual de funcionamiento de su sociedad y su economía tras haber sufrido un fuerte impacto por la pandemia del COVID-19. ¿Cree usted que la economía y el intercambio comercial chino tendrán un impacto significativo?
En cuanto a la pandemia y sus impactos a la economía china, queremos destacar que China es el mayor productor manufacturero del mundo, la llaman “la fábrica del mundo” y es un importante eslabón en las cadenas de producción y de abastecimiento a nivel global. Los impactos de la pandemia a la economía china deben ser parciales y temporales, pasajeros.
La economía china es muy resiliente y su característica y su inercia de consumo es enorme, no va a sufrir grandes cambios, por lo que creemos que esto no va a impactar mucho en las exportaciones uruguayas, en particular en las agropecuarias. De hecho, ya en el primer trimestre se ha experimentado un gran repunte en las exportaciones de carne a China, que sufrieron algún revés a finales del año pasado.
¿Puede ser un obstáculo la situación internacional, la pandemia y los enfrentamientos políticos entre los mayores países, para el desarrollo de las relaciones económico-comerciales entre Uruguay y China?
La pandemia va a pasar, y debemos fortalecer el multilateralismo, la cooperación; no deberían intervenir los enfrentamientos políticos en las relaciones económico-comerciales. Creemos que no va a influir en el desarrollo de las relaciones económico-comerciales, principalmente luego de que el gobierno uruguayo diera mucha importancia a las inversiones, sobre todo a las inversiones chinas, y especialmente en el proyecto pesquero del que hablamos.
Parece que el nuevo gobierno ha retomado el interés en el desarrollo de este proyecto, y esperamos que ambas partes podamos tener una comunicación más fluida, más constructiva, para explorar esta posibilidad. Porque para Uruguay es una inversión grande, y para China tampoco es una inversión pequeña; y esta inversión no es del Estado chino, es privada. El gobierno lo que hace en este caso es alentar a que se pueda desarrollar, y garantizar el marco jurídico y económico a nivel de gobierno. Creemos que es un proyecto que se puede retomar y una posibilidad que ambas partes podemos estudiar, porque generará bastante empleo, que para Uruguay es también muy importante. El tema ambiental, el usufructo del terreno, todo se puede estudiar.
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Llevo dos años acá, y muchos amigos uruguayos me dicen que Uruguay tiene dos embajadores en China; uno es Fernando Lugris, que está en Pekín, y el otro en Montevideo; porque estamos ambos enfrascados en promover las inversiones chinas en Uruguay y las exportaciones uruguayas a China, y también en fomentar el turismo chino a Uruguay.
Doctor Pablo Durán Maurele
Abogado. Especialista en Derecho Laboral. Integrante del Consejo Superior Tripartito. Delegado Empresarial en varios grupos (ocho) de Consejos de Salarios. Integrante de la Comisión Nacional Tripartita de Seguridad Laboral de la Industria Química. Ex subinspector general de Trabajo.
El mundo no estaba preparado para enfrentar los efectos devastadores del
COVID-19. Al día 17 de junio del 2020 hay 8.449.983 casos confirmados y 452.465 muertes.[1]
Esta pandemia constituye un gigantesco problema con impredecibles consecuencias en lo sanitario, social, económico y laboral para los países.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el COVID-19 afectará la cantidad de empleo, tanto en lo que hace al desempleo o subempleo, la calidad del trabajo; lo que vislumbra que las novaciones y modificaciones de los contratos de trabajo hacia la precarización de condiciones en lo que hace al salario y protección social serán una realidad.
Así, la OIT en su página web ha expresado: “El mundo del trabajo se ve profundamente afectado por la pandemia mundial del virus. Además de ser una amenaza para la salud pública, las perturbaciones a nivel económico y social ponen en peligro los medios de vida a largo plazo y el bienestar de millones de personas. La OIT y sus mandantes —gobiernos, trabajadores y empleadores— tendrán un papel decisivo en la lucha contra el brote, pues han de velar por la seguridad de las personas y la sostenibilidad de las empresas y los puestos de trabajo”.[2]
Asimismo consta en dicha página que, con fecha 8 de abril del 2020, la OIT incorpora una publicación titulada: “OIT: El COVID-19 destruye el equivalente a 14 millones de empleos y desafía a buscar medidas para enfrentar la crisis en América Latina y el Caribe”, que contiene una recopilación de datos que se tomaron para un nuevo informe de la OIT lanzado el martes 7 de abril del 2020, en Ginebra, del que destacamos:
“‘Estamos ante una destrucción masiva de empleos, y esto plantea un desafío de magnitudes sin precedentes en los mercados laborales de América Latina y el Caribe’, dijo el Director Regional de la OIT, Vinícius Pinheiro. ‘Desde ahora sabemos que al mismo tiempo que se supera la emergencia sanitaria deberemos enfrentar una verdadera reconstrucción de nuestros mercados de trabajo’. En todo el mundo, la pérdida de horas de trabajo fue de 6,7 %, equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo en el segundo trimestre de 2020. El documento de la OIT habla de la peor crisis desde la II Guerra Mundial, que al final podría dejar un saldo de desempleo y precariedad en el trabajo. El informe además estima enormes pérdidas en los distintos grupos de ingresos, y advierte que los sectores más expuestos al riesgo incluyen los servicios de hospedaje y restauración, la manufactura, el comercio minorista y las actividades empresariales y administrativas. En América Latina y el Caribe más de 50 % de todos los trabajadores se desempeñan justamente en los sectores más expuestos a una crisis como son los de comercio y servicios, según datos el último informe Panorama Laboral de la región, presentado en enero justamente antes que se iniciara el contagio global del COVID-19. Pinheiro destacó que existe particular preocupación por el empleo de las mujeres, que podrían resultar más afectadas porque están sobrerrepresentadas en los sectores de salud, turismo y servicios. También explicó que los impactos de la crisis sobre el turismo tendrán un impacto mayor sobre la región del Caribe, que es altamente dependiente de los empleos e ingresos generados por este sector. El nuevo informe de OIT destaca que en estos sectores muchas personas están empleadas en trabajos mal remunerados, de baja calificación, donde una pérdida imprevista de ingreso tiene consecuencias devastadoras. Dice que los países con niveles de informalidad alta enfrentan desafíos adicionales, tanto sanitarios como económicos, incluyendo la falta de cobertura en seguridad social. De acuerdo con estimaciones de OIT en América Latina y el Caribe la tasa de informalidad es de 53 %, lo cual afecta a más de 140 millones de hombres y mujeres en el trabajo.”[3]
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en dicha línea, ha expresado: “La pandemia impacta las economías de América Latina y el Caribe a través de factores externos e internos cuyo efecto conjunto conducirá a la peor contracción de la actividad económica que la región haya sufrido desde que se iniciaron los registros en 1900”.[4]
El Banco Mundial prevé que los efectos de la crisis global por el COVID-19 sumirá a Latinoamérica en una recesión, con una contracción del producto interno bruto (PIB) DE 4,6 % en el 2020.
En promedio, las proyecciones para los Estados Unidos prevén una caída de la actividad del casi 4 % frente a un crecimiento pronosticado del 1,9 % en diciembre del 2019.
Uruguay no escapa a esa realidad.
El informe reseñado elaborado por el Banco Mundial anticipa una caída del PIB del 2,7 % para nuestro país, expresando: “La crisis es generalizada y golpea a países que tenían un crecimiento sólido en años anteriores como Panamá, que se contraerá el 2%, y también a economías como la de Uruguay, que el año pasado tuvo un crecimiento levemente por encima de cero y que en 2020 tendrá una caída del PIB de 2,7 %”.[5]
El Ministerio de Economía y Finanzas estima una caída del PIB en torno al 3 %.[6]
A la fecha, existen en Uruguay 200.000 personas en seguro de desempleo en las modalidades seguro de paro tradicional (decreto ley n.° 15.180 de 20/08/1981, publicado en el Diario Oficial el 07/09/1981, y su modificativa n.° 18.339 de 24/10/08) y seguro de paro flexible (resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social n.° 143 de fecha 18 de marzo del 2020 y sus modificativas: n.° 163/20 de 20/03/20; n.° 526720 de 08/05/20):[7]
Se debe tener presente que al 10 de enero del 2020 —fecha anterior a que se declarara la emergencia sanitaria— existían en seguro de desempleo 48.000 trabajadores.[8]
Durante la crisis del año 2002, en el mes de mayor cantidad de trabajadores enviados al seguro de desempleo (agosto del 2002), dicho número fue de 11.541.[9]
Todos estos datos demuestran incontrovertiblemente que no existe precedente que se compare con los efectos devastadores de esta pandemia, que ha atravesado transversalmente a todos los sectores de la sociedad, economía, empresas y trabajadores sin distinción.
Hubo sectores de la actividad nacional que intempestivamente vieron cesada total y absolutamente su actividad comercial: hoteles, agencias de viajes, cines, comercios gastronómicos, los cuales tardarán mucho tiempo en restablecer los niveles de actividad anteriores a marzo del 2020, que ya eran complejos, recesivos y con altos grados de desocupación (10,5 % de desocupación,[10] el guarismo más alto de los últimos diecisiete años).
Con fecha 13 de marzo del 2020, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, actuando en Consejo de Ministros, declaró el estado de emergencia nacional sanitaria como consecuencia de la pandemia originada por el virus COVID-19.[11]
Todo esto determinó que, a partir de tal declaración, se aprobaran por el Estado diversas normas cuya finalidad fue atenuar el impacto de la crisis sanitaria en las relaciones de trabajo:
Quedarán comprendidos los trabajadores en suspensión parcial por reducción del número de días de trabajo mensual, con un mínimo de seis jornales en el mes, o por la reducción del total de las horas de su horario habitual en un porcentaje de un 50 % o más del legal o habitual en épocas normales, y que reúnan los demás requisitos exigidos por el decreto ley n.° 15.180 de 20/08/81 en la redacción dada por la ley n.° 18.399 de 24/10/08.
El monto del subsidio será el equivalente al 25 % del promedio mensual de las remuneraciones nominales computables percibidas en los seis meses inmediatos anteriores a configurarse la causal, calculado en forma proporcional al período amparado por dicho subsidio.
Veremos que esta norma fue ampliada y modificada por otra posterior, a la que nos referiremos.
Asimismo, en regulación novedosa y sumamente flexible, se expresa que el artículo 4 de la Resolución del MTSS de fecha 18/03/20[13] ampara a los trabajadores que hubieran agotado la cobertura por el régimen general de subsidio por desempleo, “tanto a quienes hubieran recibido cobertura por la causal despido como por la causal suspensión total de actividades, aunque no haya transcurrido el término previsto en el art. 6.4) del Decreto Ley N° 15.180 de 20 de agosto de 1981 en la redacción dada por la ley N° 18.399 de 24 de octubre de 2008”.
Después de cuatro meses de emergencia sanitaria, de a poco, los motores de la economía comenzaron a prenderse. Pero esto, a la fecha, no es suficiente para poder retomar la actividad con visos de normalidad por parte de las empresas y los trabajadores en seguro de desempleo, dado que existen muchos sectores de actividad que están actualmente inactivos.
Tan grandes son las incertidumbres que esta crisis provoca y provocará en las empresas y puestos de trabajo que los actores sociales (PIT-CNT, cámaras empresariales, Poder Ejecutivo), en forma excepcional, en el ámbito del Consejo Superior Tripartito, están negociando una 8.a Ronda de Consejo de Salarios “puente“, que evite la apertura negocial de los 153 grupos que finalizarán sus convenios el 30 de junio del 2020, con iguales condiciones para todos los sectores de actividad, y que permita transitar los futuros meses sin conflictividad laboral.
Los postulados básicos de dicha ronda —si prospera el gran acuerdo nacional— son los siguientes:
Estas acciones del gobierno y de los actores sociales tienen como norte primordial priorizar el empleo y evitar la pérdida de miles de puestos de trabajo de los compatriotas que tienen sus contratos laborales suspendidos por estar amparados en el subsidio por el empleo.
En dicha línea de acción, el Poder Ejecutivo ha anunciado recientemente la adopción de instrumentos con la finalidad de acompañar la gradualidad de la reactivación de los comercios y distintos sectores de la economía y, también, de incentivar el empleo y la sustentabilidad de las empresas.
El 15 de julio del 2020 se cumplirán cuatro meses del envío al seguro de paro de la mayoría de los trabajadores que fueron puestos en esta situación a partir de la declaración de emergencia sanitaria por el gobierno. Es sabido que ese es el plazo máximo permitido por el decreto ley n.° 15.180 artículo 6.1 A) para el envío al seguro de paro por causal de suspensión total de trabajo.
Esto genera una gran incertidumbre sobre cuántos de esos cientos de miles de trabajadores en seguro de paro total configurarán causal de despido por no reintegro a sus puestos de trabajo (despido ficto: artículo 9 del decreto ley n.° 15.180).
Si bien la ley de seguro de desempleo prevé que se pueda obtener una prórroga al plazo de seguro por desempleo por causal suspensión total de trabajo hasta por un año (artículo 10 del decreto ley n.° 15.180), para ello es necesario promover el trámite correspondiente ante el MTSS, recabar la conformidad o consentimiento de los trabajadores que se verán beneficiados con la prórroga del seguro de desempleo y además, la empresa deberá por declaración, asegurar que dichos puestos de trabajo serán mantenidos.
En un contexto de tanta incertidumbre, para un número muy importante de empresas, será muy difícil asumir esos compromisos, lo que genera el convencimiento de que, lamentablemente, habrá muchas pérdidas de puestos de trabajo. Analistas estiman que estas podrán superar los varios miles.
En lo que hace al seguro de paro flexible, hoy, está prevista su vigencia hasta el 30 de julio del 2020. Pero el Poder Ejecutivo ya ha anunciado que se extenderá hasta el 30 de setiembre del 2020.
Creemos que esta noticia es muy importante, porque ese seguro de paro flexible viabilizará que la actividad comercial, de servicios e industrial pueda ir progresiva y gradualmente reactivándose, siendo compatible hasta dicha fecha la actividad parcial y el amparo al seguro de desempleo por horas o jornales reducidos o no trabajados.
Otra medida recientemente anunciada por el Poder Ejecutivo para promover el empleo y la sustentabilidad de las empresas, reduciendo los impactos de las pérdidas de las fuentes de trabajo, consiste en otorgar a estas una partida fija de $ 5.000 mensuales, durante tres meses, por cada trabajador adicional que contraten respecto a la nómina de trabajadores que tenían al 31 de mayo de 2020.
También, y conforme a la reglamentación que se determinará por el Poder Ejecutivo, las empresas gozarán del beneficio indicado ($ 5.000) por cada trabajador en seguro de desempleo que se reintegre a su puesto de trabajo.
Es aún muy prematuro para poder calibrar si estos instrumentos ideados por el Poder Ejecutivo son suficientes para contener y evitar la pérdida masiva de puestos de trabajo y la precarización de las condiciones laborales.
Lo que sí es claro es que, a nivel de las relaciones laborales, hay un antes y un después de la pandemia: las nuevas tecnologías, las ventas online y a través de aplicaciones informáticas, en celulares y tabletas, el teletrabajo, la flexibilidad horaria, la compensación horaria, la erradicación de las rigideces normativas sobre tiempos de trabajo, el goce de descansos intermedios, licencias, etcétera, serán los grandes paradigmas de los tiempos que vienen.
[1]Fuente: Sinae, Sistema Nacional de Emergencias. Informe de fecha 18 de junio del 2020.
[2] Véase: <https://www.ilo.org/global/topics/coronavirus/lang--es/index.htm>.
[3] Véase: <https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_741222/lang--es/index.htm>.
[4] Cepal: Informe especial COVID-19 n.° 2: “Dimensionar los efectos del COVID 19 para pensar en la reactivación”, p. 7.
[5] Publicación diario El País, 13 de abril 2020, p. 3.
[6] Lineamientos del Poder Ejecutivo: 8.ª Ronda de Consejo de Salarios: Presentación ante el Consejo Superior Tripartito.
[7]Información presentada por el Poder Ejecutivo en “Lineamientos Salariales 8.ª Ronda Salarial, el día 18 de junio del 2020 ante el Consejo Superior Tripartito.
[8]Fuente: Poder Ejecutivo: Lineamientos 8.ª Ronda Consejo de Salarios.
[9] Hugo Bai; Paula Carrasco, Andrés Dean; Ivonne Perazzo: “Los seguros de desempleo ante un mercado en terapia intensiva. Insumos para enfrentar la pandemia”. FCEA, Instituto de Economía – Udelar, 20 de abril del 2020.
[10]Informe del Instituto Nacional de Estadística correspondiente a los meses de marzo y abril del 2020.
[11] Decreto n.º 93/20 de fecha 13/03/20.
[12]Art. 6: “Exhórtase a todos los empleadores a instrumentar y promover, todos los casos que sea posible, que los trabajadores realicen sus tareas en sus domicilios. Esta situación, deberá ser comunicada a la Inspección General de Trabajo a sus efectos. El Empleador deberá suministrar los implementos necesarios para realizar la tarea encomendada”. La comunicación al MTSS se debe hacer vía remota, por mail: a la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
[13] Artículo 4: resolución n.º 143 de 18/03/20: “El régimen especial que aquí se establece amparará a los trabajadores que hubieren agotado la cobertura por el régimen general de subsidio por desempleo a la fecha de la presente resolución, a los trabajadores que cuenten con cobertura por el régimen general así como aquellos que cuenten con cobertura del subsidio por desempleo en el marco de la facultades previstas en el art. 10 del Decreto Ley N° 15.180 de 20 de agosto de 1981, en la redacción dada por el art. 1 de la ley N° 18.399 de 24 de octubre de 2008. El régimen especial al que refiere la presente resolución suspenderá el cobro del subsidio por desempleo correspondiente, reiniciándose el mismo al finalizar el amparo aquí previsto”.
[14]Artículo 2: “Quedan comprendidos los trabajadores en situación de suspensión parcial por reducción de número de días de trabajo mensual con un mínimo de seis (6) jornales en el mes y un máximo de diecinueve (19) jornales en el mes o la reducción del total de las horas de su horario habitual en un porcentaje del cincuenta por ciento (50 %) o más del legal o habitual en épocas normales y que reúna los demás requisitos exigidos por el decreto Ley No. 15.180 de 20 de agosto de 1981 en la redacción dada por la ley No 18.399 de 24 de octubre de 2008.”
[15] Artículo 3: “El monto de la prestación será equivalente al veinticinco por ciento (25%) del promedio mensual de las remuneraciones nominales computables percibidas en los seis meses inmediatos anteriores a configurarse la causal, calculando en forma proporcional al período amparado por el subsidio. Las remuneraciones a considerar comprenden aquellas actividades por las cuales se genera el subsidio. El monto a percibir en ningún caso, será inferior al setenta y cinco (75%) del promedio de las remuneraciones mensuales percibidas en los últimos seis meses, incluyendo la suma nominal abonada por el empleador por el período efectivamente trabajado”.
[16]Artículo 2: “Dicho acuerdo, deberá: a) ser consignado por escrito y presentado ante el Ministerio de Trabajo y de la Seguridad Social a efectos de que la Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social tome conocimiento del mismo; b) corresponda a la totalidad del período de la misma o a la fracción convenida previamente, en este caso, el período nunca debe ser inferior a 10 días”.
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El miércoles 21 de julio, el Presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Fernando Mattos y el Vicepresidente, Conrado Ferber, hicieron entrega al Secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, de la primera partida de dinero que el instituto donará al Fondo Solidario Covid-19.
En total serán 10 entregas, iguales y consecutivas, por un monto total equivalente a US$ 20 millones que aportará INAC.
Esta contribución se enmarca de acuerdo con lo dispuesto por la Ley N° 19.874 del 8 de abril de 2020 y la resolución de Junta de fecha 11 de mayo de 2020.
También estuvieron presentes en la entrega el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte, el Subsecretario de esa cartera, Ignacio Buffa y la Directora General de Secretaría del MGAP, Fernanda Maldonado.
El presidente de INAC, Fernando Mattos, dijo que “con mucho gusto transferimos estos fondos para apoyar el accionar del Poder Ejecutivo contra el coronavirus” y aseveró que este aporte “es un apoyo aprobado por unanimidad de la Junta y absolutamente necesario para mitigar las consecuencias de la pandemia”.
Por su parte, el Ministro Uriarte valoró este gesto y declaró estar “doblemente orgulloso”, por un lado “por el esfuerzo del sector productivo” y “como integrante del gobierno y representante del Poder Ejecutivo”. Agregó que ha sido testigo “de los dos lados” y subrayó sentirse “muy orgulloso” al ver “el gesto de solidaridad” que tiene el sector productivo. Deseó que “este tipo de gestos sea contagioso, porque la batalla aún no está ganada”.
El Secretario Álvaro Delgado agradeció “en nombre del Poder Ejecutivo y en nombre de la sociedad” la voluntad de aportar “un grano de arena” que definió como “más que un grano es un médano”. Destacó el hecho como “un ejemplo para que otras instituciones puedan ir en el mismo camino y sentir que esto no es un tema solamente de salud pública, pero también de la sociedad y del país, en el que todos estamos comprometidos”.
Delgado señaló que “es un gusto” venir en nombre del gobierno nacional a recibir este tipo de aporte genuino, que si bien “son recursos públicos, tienen origen privado”, porque “lo aportan los productores, la industria frigorífica y los consumidores, que hacen posible que funcione INAC y la Junta tomó una decisión histórica, tanto en el monto de donación, como en el gesto solidario”.
En ese sentido, agregó que esta acción tiene “un componente muy importante” dado que “INAC se siente parte de una solución” y por eso destacó que “es el ejemplo” de cómo “una institución muy particular y multipartita está dando una señal de involucramiento en un problema que nos compromete a todos”.
Con solo 13 días en el cargo, el ministro Germán Cardoso tuvo que adaptar sus intenciones y prioridades al avance diario del COVID-19. El sector turismo, uno de los motores esenciales de la economía uruguaya, se apagó: fronteras cerradas, miles de viajes cancelados, hoteles y restaurantes bajando la cortina. Al cierre de esta edición, menos de tres meses después, ya está planeando la reactivación, con la mirada puesta en el mercado interno, y la decisión de no dar por perdido el 2020. Lo está haciendo con el respaldo del presidente de la República y de todo el gobierno, y acompañado por los empresarios del sector, a quienes intenta dar un apoyo imprescindible para poder mantenerse y resurgir con fuerza tras la pandemia
¿Cómo se sintió al ingresar a esta cartera como miembro de la coalición?
Llegamos con un montón de proyectos, porque obviamente nos veníamos preparando para asumir la responsabilidad: planes a aplicar y objetivos claros en cuanto a las primeras acciones. Ir por el mercado brasileño, y tratar de equilibrar las diferencias en cuanto a turismo de argentinos y brasileños, teniendo en cuenta que estamos a la misma distancia territorial de Río Grande del Sur y de la provincia de Buenos Aires.
Ambas tienen dos poblaciones bastante parecidas; y cuando tú mirás los números por año, la cuenta da que cada cuatro argentinos viene un brasileño, más o menos. Obviamente, ahí había una determinación para tratar de equilibrar ese desbalance.
La conectividad —seguir trabajando en incentivarla— era otro de los desafíos, porque estamos convencidos de que para no ser dependientes de la región y de los desasosiegos económicos que nuestros vecinos lamentablemente tienen hay que trabajar en la conectividad.
¿Cuáles eran en principio las acciones a desarrollar con la impronta de un nuevo gobierno que entra 15 años después de tres períodos frenteamplistas, y cómo cambió este objetivo con el advenimiento de la pandemia?
El objetivo era desarrollar lo que sería la fase del turismo de inversiones, buscar la captación de grandes inversiones que se radicaran en el país para desarrollar complejos y estructuras turísticas que iban a dar mucho trabajo a nuestra gente.
Todos estos planes y proyectos, que no dejan de ser importantes y no los descartamos, hoy quedan en un segundo plano para dar paso a lo urgente: la atención de la pandemia y sus consecuencias.
Desde el 13 de marzo, cuando se declara la emergencia sanitaria, se cierran todos los centros turísticos nacionales: campings, termas, hoteles, cabañas, lugares de esparcimiento. Se cierran las fronteras, el puerto, los aeropuertos. Notoriamente el turismo es el que recibe el impacto en la primera línea de manera negativa. Es una industria que hoy está prácticamente sin actividad.
¿Está totalmente congelada?
Lentamente está comenzando una movilidad interna. Pero hay que entender que la determinación del gobierno fue priorizar la salud y proteger la vida de la población, tomando medidas que fueran en esa dirección. Creo que hoy eso nos da la oportunidad de ser reconocidos y visualizados en la región y el mundo como un país modelo por su manejo de la pandemia.
Los grandes planes se han postergado. ¿Irán hacia una estrategia más minimalista?
Sí. Si nosotros analizamos lo que era el comportamiento de turismo interno en el país, era una actividad que venía creciendo considerablemente en los últimos tiempos. Se le iba a seguir atendiendo en la medida de la importancia que había venido adquiriendo, pero no era la prioridad número uno.
¿Ahora lo es?
Hoy ha pasado a serlo. Porque es el primer paso que nosotros podemos dar para la reactivación. No va a ser la solución definitiva de la actividad turística, pero sí va a ser paliativa para el momento de enorme dificultad que el sector está viviendo. Es darle un muy fuerte impulso y generar estímulos para el desarrollo de la actividad turística interna. Es en lo único que dependemos de nosotros mismos como país.
Las fronteras están cerradas; Argentina maneja la situación de acuerdo a su realidad; a Brasil se le ha puesto la situación más complicada aún. Sus propios gobiernos, en función a sus propias realidades estaduales y provinciales, irán evaluando. Nosotros, por decisión nuestra, consideramos que lo primero que hay que hacer es dar paso a los protocolos que ya hemos enviado a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP).
¿Cómo se llegó a esa elaboración?
Nosotros advertimos que, producto de ansiedades comprensibles, había un montón de gente trabajando por sectores, individualmente, en la elaboración de protocolos y marcos de reapertura, con un objetivo: tratar de dar seguridad, tomar las prevenciones, estar higienizados. Advertimos rápidamente que era una debilidad, que debíamos unificar un protocolo único y no que hubiera ciento cincuenta protocolos distintos.
¿De qué forma se alcanzó esa decisión?
Lo hablamos con el presidente y lo definimos de esa manera; elaborar un protocolo único. Lo primero que hicimos fue hablar con el ministro de Salud Pública para plantearle la idea. Y nos envió un delegado, un médico especialista en relaciones laborales, porque hay que proteger al usuario, pero también al trabajador. Convocamos a la Cámara Uruguaya de Turismo, en la que están representadas las principales gremiales vinculadas al sector; en este caso, gastronomía y hotelería, fundamentalmente, pero también otras áreas. Y convocamos a la OPP, porque tiene que haber una unidad del Poder Ejecutivo, una unidad ejecutora que controle los protocolos y los apruebe. Se definió que fuera la OPP.
Nos sirvió mucho su delegado también, más allá de que ya lo enviamos a la OPP y en una semana nos devolverá la aprobación o las modificaciones que se entienda que hay que hacerle.
¿Cuál es la esencia de ese protocolo?
Quisimos lograr dos cosas. Primero, emitir un sello. Cada comercio va a tener un sello identificatorio, que se va a poner en algún lugar visible y va a ser la prueba de que ya ha sido controlado en el proceso de reapertura, y que brinda las garantías que está exigiendo el gobierno tanto para preservar la salud como para dar las medidas preventivas para trabajadores y clientes. Tan importante como garantizar la seguridad a trabajadores y usuarios es recuperar la confianza de la gente.
Que la gente se anime...
Todo un desafío producto de la pandemia. Por eso dijimos de un protocolo único, controlado. Incluimos todas las miradas y perspectiva: Salud Pública, OPP, nosotros, los gastronómicos, los hoteleros. Lo controla el gobierno, lo homologa, emite el sello. Más allá de elaborarlo, tenemos que controlar que se aplique. A través de la OPP se lleva al Congreso de Intendentes, y serán las intendencias —con sus cuerpos de inspección— quienes fiscalicen la aplicación del protocolo.
Dentro del ámbito del turismo hay operadores con más espalda que otros que son muy pequeños. ¿A ese que se debate entre cerrar o seguir abierto se le brindará algún tipo de apoyo extra?
Logramos con el Banco República asistir a este tipo de circunstancias y de comerciantes que están con dificultades con el acceso al crédito de la unidad de la microempresa. Este es el principal desafío que tenemos hoy: sostener al sector y fundamentalmente al pequeño, que es el que está con mayores dificultades; una medida que logramos yendo a hablar con el presidente del Banco República.
¿Se podrá reactivar la fase uno —el turismo interno— en breve, o ya se piensa en enero del 2021?
No, no. Tenemos la determinación de la activación de turismo interno en un futuro muy cercano.
Usted pone mucho énfasis en la necesidad de recuperar y mejorar la conectividad. ¿Cuán esencial es en el desarrollo de nuestro país turístico?
Entre Argentina y Brasil tenemos 270 millones de personas. Si sumamos Perú, Paraguay y Chile, llegamos rápido a los 300 millones en un radio medianamente cercano. Son muchos. Cuando analizamos de acuerdo a una elaboración propia, vemos que la cuenta turismo Uruguay da que nuestro principal cliente es Argentina, segundo Brasil, luego otros destinos de América, después Europa y luego Estados Unidos.
Primera conclusión: ¿Por qué tenemos mayor cantidad de europeos que americanos, si el vuelo demora bastante menos a Miami que a Madrid? Hoy tenemos dos compañías para Europa, el doble de conectividad. Y con Estados Unidos solo un vuelo con Miami.
Madrid nos hace dejar el resto de la distribución europea, lo que no quita la intención de atraer turistas desde algún otro lugar de Europa, como puede ser Alemania o países más nórdicos. Argentina es nuestro principal cliente; pero si analizamos dónde van ellos, somos el quinto destino; el primero es Estados Unidos, segundo el Caribe, tercero Europa y cuarto Brasil. Entonces ahí también existe una posibilidad interesante de crecer de manera considerable. Seguir apostando a la región, donde tenemos mucho terreno por ganar aún.
Cardoso también consideró que para lograr un buen turismo de inversiones es esencial lograr otro destino directo de Estados Unidos, como Nueva York o Los Ángeles. “Y algún otro destino de Europa”. Objetivos realizables que se vieron postergados, pero están en carpeta y en permanente estudio. El ministro remarcó que la conectividad dentro del país es clave para hacer surgir otros destinos, además de los de “sol y playa”, que ya están legitimados para uruguayos y argentinos hace muchos años.
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Recogemos algunas de sus declaraciones de los últimos dos meses:
Juventud y experiencia
Germán Cardoso está vinculado al turismo desde muy joven. A partir de los 19 años se desempeñó en esta actividad, y desde el año 1994 es convencional del Partido Colorado. En el año 2000 ocupó un puesto como edil de Maldonado e integró varias comisiones como Presupuesto y Hacienda, Tierras y Fraccionamientos, Ganadería, Agricultura y Pesca, Contralor del Saneamiento y de Turismo. Cuatro años después fue electo diputado y se integró a la Comisión de Turismo y Deportes.
Los uruguayos y la pandemia
“Uno ha visto de todo en estos tiempos. Reacciones de todo tipo. Incluso de países del primer mundo que nos tienen acostumbrados a ser líderes. Y uno los miraba al principio y decíamos que quizás tenían razón. Y la verdad es que los hechos contundentes nos han ido dando la razón a nosotros, que aplicamos medidas preventivas fuertes: con cuatro contagiados suspender las clases, cerrar fronteras, y pidiendo encarecidamente a la gente, pero desde la libertad, nunca obligando; generando conciencia. Y vale reconocer el esfuerzo que hizo la inmensa mayoría.”
José Manuel Madrid / PaltaSocial Agencia Digital
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Este es un tema sensible para muchos emprendedores. ¿Por qué le tengo que vender solo a un grupo de personas?
El nicho es una porción de mercado conformado por un grupo de gente con un interés en común. Son parte de un mercado más grande con sus propias necesidades o preferencias.
Si estás empezando tu negocio y no tienes los recursos suficientes para invertir en publicidad, dirigirte a un público específico y posicionarte como una autoridad en esa comunidad, te hará una marca relevante y por lo tanto identificable. Esto te ayudará con el tiempo a aumentar tu espectro de ventas a un territorio más grande.
Para dejarlo más claro vamos a usar un ejemplo.
Caso A. (Mercado grande)
Producto: Línea de platos de comida listos para calentar.
Público: Personas que tienen poco tiempo para cocinar o que prefieren comprar comida hecha en vez de hacerla, pero no quieren renunciar a comer rico y saludable.
Caso B. (Mercado pequeño)
Producto: Línea de platos de comida libres de gluten, listos para calentar.
Público: Personas diagnosticadas con celiaquía que tienen poco tiempo para cocinar o que prefieren comprar comida hecha en vez de hacerla, pero no quieren renunciar a comer rico y saludable.
En el caso A notamos que hay un nicho de mercado relevante, pero bastante amplio. En el caso B tenemos a un nicho de mercado mucho más reducido -aunque en los últimos años las ofertas Gluten Free han aumentado- e identificable.
Vamos a seguir desarrollando el caso B.
¿Quiénes son esas personas?
Hombres y mujeres que fueron diagnosticados como celíacos y por lo tanto necesitan una dieta balanceada Gluten Free.
¿Dónde viven?
Posiblemente en toda la ciudad, pero ¿todos los celíacos pueden comprar esos platos listos para calentar? Los productos Gluten Free suelen ser productos de alto valor económico, por lo que posiblemente el cliente ideal de esta marca ficticia es alguien que tiene determinados ingresos, y posiblemente se encuentre en barrios de clase media o clase media alta.
¿El segundo cliente ideal de esta marca pueden ser personas celíacas que no se ajustan a los precios regulares de esos productos?
Si, claro. Esa marca puede tener una serie de productos de menor costo para dirigirse a un segundo nicho de mercado. Sin olvidar que sus productos estrellas son los ofrecidos a su primer público objetivo.
Esta marca puede pasar del nicho A al nicho B siendo un referente en el negocio porque tiene claro a quién le habla y cómo le habla. Y puede ir del B al C fácilmente, al identificar que ahora existen muchos niños y adolescentes diagnosticados con la celiaquía y los padres están más conscientes del padecimiento relacionado con esta enfermedad.
Este tipo de nichos son ideales para construir comunidades potentes, porque al estar unidos por características tan particulares y comprometidos con diferentes causas, se crean conexiones humanas a través de esos productos o servicios.
Esto es algo identificable en marcas que venden productos para mascotas, productos o servicios para personas veganas, negocios comprometidos con el medio ambiente o con la igualdad de género.
Como podrás darte cuenta, al excavar en ese público objetivo que tienes definido, posiblemente puedas encontrarte con una mina de oro que ignorabas por querer venderle a todo el mundo.
La clave está en que no te quedes con lo superficial y te hagas la mayor cantidad de preguntas posibles. Cuando te haces las preguntas correctas, la creatividad se dispara y comienzas a construir poco a poco una identidad como marca o negocio claramente identificable.
¿Cómo hago para que ese nicho que tengo definido me encuentre?
Entrega mucho valor. Ofrece contenido que ayude a mejorar la vida de las personas que componen tu nicho. De esta manera te convertirás en una autoridad de tu mercado, también te ayudará a construir una comunidad sólida que le dará reputación a tu marca o negocio. Recuerda, no hay nada que facture mejor que una buena reputación.
Lo realmente importante son los consumidores que constituyen tu nicho y el valor que le agregas a sus vidas. No tendrás la necesidad de buscar clientes, ellos vendrán solos.
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El presidente de la Asociación de Despachantes de Aduana del Uruguay, Gerardo Ramis, realizó un balance de los temas fundamentales que ocuparon su gestión
Estando en la finalización del período de gestión de la Comisión Directiva que rigió los destinos de la Asociación de Despachantes de Aduana del Uruguay (ADAU) estos últimos tres años, cabe realizar un breve balance de lo actuado. Si bien han sido muchos los desafíos que debimos enfrentar en los últimos años, de todas formas, gracias al trabajo realizado,estimo que se pudo cumplir con un amplio cronograma de actividades y objetivos en beneficio del gremio y del comercio exterior, tanto a nivel nacional como internacional.
Todo esto no hubiera sido posible sin el fructífero y constante trabajo que llevamos adelante con todas las autoridades públicas, el Ministerio de Economía, y de manera especial con la Dirección Nacional de Aduanas y la Administración Nacional de Puertos, para la implementación de mejores procedimientos tanto en importación, como en exportación y en tránsito.
En ese sentido fue intensa la colaboración de las comisiones especiales que asesoran a la Comisión Directiva, aportando el conocimiento y la experiencia de muchas firmas despachantes especializadas en cada una de estas operaciones; particularmente en este último año, en el que se puso en marcha un nuevo procedimiento de control en la exportación, que requirió un intenso trabajo tanto con Aduana como con nuestros colegas despachantes, para que los exportadores y todos quienes participan en esa operativa tomaran debida conciencia de la sensibilidad que este tema pasó a tener para la imagen de nuestro país en el exterior.
También en este período fue positivo nuestro relacionamiento con las autoridades de la Administración Nacional de Puertos, con quienes continuamos trabajando, entre otros temas, en la mejora de los servicios de pago online, y en general aportando en las reuniones semanales de la subcoordinadora y de la Comisión Coordinadora Honoraria nuestro asesoramiento sobre distintos temas operativos.
Desarrollamos además una intensa actividad como miembros integrantes del Instituto Nacional de Logística (Inalog), que llevó adelante varias iniciativas tendientes a la mejora del ámbito de nuestro comercio exterior, con el objetivo de atraer nuevos inversores facilitando procedimientos y analizando los tiempos y costos de nuestra cadena logística.
En ese sentido, llevó adelante, con la colaboración de Transforma Uruguay y la dirección de una empresa consultora extranjera, un pormenorizado análisis de todos los costos que tienen, en nuestro país, distintas operativas de comercio exterior a fin de analizar oportunidades para mejorar nuestra competitividad.
En dicho estudio sobre competitividad, ADAU aportó el conocimiento y la experiencia en todos aquellos aspectos que pudieran ser sensibles al momento de comerciar con otros mercados internacionales, tanto en el ingreso como en el egreso de las mercaderías. El informe brindó herramientas importantes que marcan una hoja de ruta en lo que significará en el futuro nuestro posicionamiento internacional en esa materia.
Dentro del ámbito privado, cabe destacar que fue por demás intenso el trabajo realizado de manera conjunta, tanto con la Confederación de Cámaras, de la que somos miembros, como con las distintas gremiales, para lograr objetivos de interés común en procura de un comercio exterior más ágil. Así es que llevamos delante de manera coordinada distintas iniciativas con la Unión de Exportadores del Uruguay, la Cámara de Industrias y la Cámara Nacional de Comercio y Servicios.
Como un ejemplo concreto, se pudo implementar un nuevo régimen promocional de exportaciones hasta US$ 2.000, llamado Tu Exporta, para micro y pequeñas empresas, en cuyo desarrollo participaron organismos públicos y privados, tanto la Oficina de Transforma Uruguay de Presidencia de la República, el Ministerio de Economía y Finanzas, la Ventanilla Única de Comercio Exterior, la Dirección Nacional de Aduanas, la Unión de Exportadores y nuestra Asociación, logrando generar un ámbito de negocios de exportación para artesanos y pequeños productores que no accedían a esta posibilidad por costos y formalidades.
Asimismo se participó en la concreción de un completo mapeo de exportación y de importación que realizó la Cámara de Industrias del Uruguay, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo por Procomex y la Confederación de Industrias de Brasil.
Durante el desarrollo de este trabajo, se analizaron detenidamente todos los procesos de importación y exportación con el objetivo de ubicar oportunidades de mejora, cuellos de botella y costos que pudieran ser reducidos o eliminados a fin de que nuestro comercio exterior sea más competitivo a nivel internacional.
A nivel internacional, durante este período continuamos participando en eventos de la Asociación Internacional de Profesionales Aduaneros, y de la Federación Internacional de Agentes de Aduana, entidades de las que somos afiliados y desde donde trabajamos desde hace ya años en la defensa y profesionalización del rol de los despachantes de aduana.
También hemos mantenido la participación en reuniones de comités técnicos en la Organización Mundial de Aduanas (OMA), donde pudimos obtener información técnica fundamental para el mejor desempeño de nuestra actividad, conociendo además en ese ámbito hacia dónde avanzan las aduanas del mundo en aspectos de procedimientos, integración de fronteras, sistemas informatizados, etcétera.
A nivel interno, nos enfocamos especialmente en brindar más y mejor servicio a nuestros asociados, que es uno de los principales objetivos de nuestra institución, apuntando especialmente a poner el acento en desarrollar un constante plan de capacitación y perfeccionamiento para los despachantes de aduana y sus funcionarios.
En ese sentido, en el 2019 se dictaron más de 15 cursos o seminarios para nuestros socios, instancias que trataron sobre diversos temas que se vinculan con la profesión, con el aporte de los mejores expositores nacionales e internacionales, y que consideramos importantes para mantenernos al día en aspectos del comercio que requieren constante actualización.
Así se dieron charlas, cursos o conferencias que abordaron entre otros temas la prevención del lavado de activos, Medios de Pago en el Comercio Internacional, Admisión Temporaria, o Sistema Armonizado de clasificación de Mercaderías.
También, con el objetivo de beneficiar a nuestros socios, se puso a disposición de estos —sobre todo de las firmas despachantes de aduana que desarrollan su tarea fuera de la Ciudad Vieja— una cómoda oficina en nuestra sede social, equipada con computadoras, impresoras y todos aquellos insumos que les permitan, sin tener que desplazarse, poder desarrollar de manera eficiente su actividad profesional.
Cabe destacar que en este período se cumplieron los primeros 15 años de la fundación de nuestra Escuela de Formación Profesional en Comercio Exterior y Aduanas.
Este acontecimiento nos demostró que año a año nuestra escuela continúa creciendo, siendo la única institución de enseñanza en América Latina con la certificación Picard otorgada por la Organización Mundial de Aduanas, con la calificación de entidad de enseñanza terciaria no universitaria, y con un selecto plantel docente.
A eso se suma que este año estamos trabajando con la Academia Internacional de la Organización Mundial de Aduanas (WCO Academy) para suscribir un acuerdo por el cual nuestra escuela pasará a ser un representante distribuidor en América Latina de todos los cursos que dicta dicha academia desde Bruselas.
No podemos dejar de mencionar que todas estas actividades que veníamos desarrollando se vieron a partir de marzo de este último año drásticamente alteradas, no solo desde el punto de vista de nuestra actividad, sino de todos los actores que integramos la cadena logística del comercio exterior, ante el surgimiento de la pandemia del COVID-19.
Resulta imposible determinar qué consecuencias tendrá en el futuro para nuestro país y el mundo la actual emergencia sanitaria, en especial en el comercio exterior, pero mientras tanto todos hemos asumido el compromiso de, en la medida de lo posible, mantener en funcionamiento la cadena de pagos y la sustentabilidad del país.
Ante este escenario y mientras esta emergencia aún está en curso, somos conscientes de que el comercio exterior no puede detenerse y que los despachantes de aduana debemos continuar brindando nuestro servicio profesional a fin de mantener el abastecimiento al mercado de bienes sensibles o no, pero que deben llegar de todas formas a los hogares de los uruguayos.
Por tanto, es de destacar el apoyo y colaboración que en todo momento las autoridades tanto aduaneras como portuarias nos han venido brindando para flexibilizar y digitalizar todos aquellos procesos que requerían necesariamente la presencia física en sus oficinas, o la observancia estricta de plazos que en esta coyuntura no se iban a poder cumplir como estaba previsto.
En esa línea, mantuvimos contactos con todos los organismos involucrados en la operativa, tanto públicos como privados, para así estructurar procedimientos eficientes digitalizados, manteniendo a todos nuestros asociados informados constantemente, a fin de que las operaciones de importación, exportación y tránsito pudieran continuar realizándose de la mejor manera posible.
En otro orden de cosas, también desde el punto de vista interno y con el objeto de mantener los servicios presenciales en nuestra sede social, debimos adoptar ciertas medidas, pasando parte del personal a realizar tareas por teletrabajo, para que, en caso de que fuera necesario y ante una emergencia, se contara con un equipo de respaldo que pudiera dar continuidad a los mismos.
Entendimos además que nuestra profesión no podía estar al margen de las campañas solidarias que se estaban llevando adelante con el objeto de asistir a aquellos que más lo necesitan en este momento. Al efecto, la Comisión Directiva dispuso realizar un aporte económico al fondo Coronavirus, como una forma de que nuestra actividad estuviera presente en esa iniciativa humanitaria.
En forma paralela, como una manera de que la opinión pública tomara conocimiento de la labor que continuamos desarrollando los despachantes de aduana durante esta difícil etapa, realizamos un breve spot publicitario que fue difundido por medios de comunicación.
En el spot hicimos conocer la labor que desempeñamos como auxiliares de la función pública aduanera, y destacamos nuestro compromiso de seguir contribuyendo, con los debidos recaudos, para que tanto los insumos sanitarios como los productos de primera necesidad lleguen a nuestra población, con la certeza de que nuestro aporte profesional es útil para que Uruguay pueda sortear de la mejor manera esta difícil situación.
En definitiva, si bien son muchos los objetivos cumplidos y los que aún quedan por lograr, estos son algunos de los que, gracias a la colaboración de nuestros asociados y la gestión de la Comisión Directiva, hemos podido concretar como una contribución tanto a nuestra profesión como también al comercio exterior de nuestro país.
Avícolas del Oeste lanzó una nueva línea de productos cocidos, prontos para consumir, congelados, buscando llegar a todo tipo de público con un alimento diseñado especialmente para cubrir las nuevas necesidades, destacado por ser de calidad, sano, nutritivo, tentador y confiable. Incluye varios productos gourmet, envasados para dos o cuatro personas. La empresa, de conducción familiar, fue fundada en 1965 por Ernesto Frontini, quien comenzó criando y faenando pollos en el fondo de su casa, y se transformó con los años en un referente del sector
Avícolas del Oeste fue fundada por Ernesto Frontini cuando tenía 15 años, con la ayuda de sus padres Tito y Chona, criando y faenando pollos en el fondo de su casa.
En 1968 compró la primera chacra con el fin de hacer galpones de crianza. Esa fue su gran inversión inicial, y desde ese momento innovar y crecer se convirtieron en los objetivos primordiales, según relata su hija, Sabrina.
Tras dos décadas de esfuerzos, en 1990 se consolidó la producción y la empresa se hizo un lugar en el mercado vendiendo pollo con menudos. En 1995 avanzó con la automatización de sus procesos, más maquinaria y distribución propia en todo el país.
Ya entrando en el nuevo siglo, en el 2000 lograron finalmente la integración vertical: molino, incubadora, fasoneros y frigorífico.
En el 2005 la oferta de productos se extendió a cortes y elaborados, y se integró la segunda generación.
En el 2019, Avícolas del Oeste amplió nuevamente su propuesta con las líneas actuales de productos elaborados cocidos y congelados.
Satisfacer las nuevas tendencias
Avícolas del Oeste comercializa productos elaborados de pollo, cocidos al horno (como en casa) y congelados, envasados al vacío en porciones de a dos o de a cuatro.
“Buscamos poder llegar con una propuesta distinta a la familia, y que ello represente una solución a la hora de hacer la comida en el día a día”, explicó Sabrina Frontini, hija del fundador de la empresa.
“¿A qué apuntamos? Visualizamos las nuevas tendencias de productos naturales, sanos y nutritivos, y el cambio de costumbres, la revalorización del tiempo. Queremos ser parte de esta revolución.”
“Al cliente final”, relató, “le damos un producto especialmente diseñado para cubrir estas nuevas necesidades: de calidad, sano, nutritivo, tentador y confiable, con el respaldo de nuestra marca y servicio de calidad”.
¿Cuál es el objetivo comercial de la nueva línea y qué tipo de inversión hicieron para proyectarla?
Buscamos innovar, sorprender al cliente, con una nueva línea de productos congelados gourmet. Todos son cocidos en un horno especial y congelados en abatidor para que no se pierda el sabor.
Además, estamos convencidos de que es importante generar un valor agregado al producto que ya teníamos, apuntando hacia las nuevas tendencias.
Para desarrollar los nuevos productos invertimos en la construcción de una nueva planta y en la compra de hornos Rational y abatidores.
Retail y Delibox implican la convicción de llegar a todo tipo de público y en todo tipo de puesto de venta. Tienen que ver también con llegar a un público más joven.
Delibox, al igual que Westchicken o Wingit, son marcas que buscan otra manera de llegar al público con productos de Avícolas del Oeste. Con Delibox pretendemos llegar más a las familias mediante una propuesta diferente de combos especialmente armados y pensados para sus necesidades.
Con las otras dos marcas logramos llegar a los bares y atender al público más joven.
¿Comparten los desafíos de todas las empresas de alimentos o hay exigencias y desafíos propios del sector avícola?
El sector avícola tiene sus particularidades y es bastante especial. Pero nos sentimos parte del rubro alimentación y compartimos los mismos desafíos que enfrenta cualquier empresa productora en nuestro país.
En Uruguay se hace muy difícil competir con mercadería que llega del exterior, y es casi imposible exportar. Pero seguiremos trabajando en esto y en el ingreso y adaptación de la planta a nuevas tecnologías, buscando derribar estas fronteras y procurando un futuro mejor para la avicultura en nuestro país.
¿Existen nichos de mercado aún por explorar?
Siempre existen nuevos nichos en el mercado, el único límite es la imaginación. Tenemos un departamento de la empresa abocado a innovar e investigar nuevas posibilidades. Es justamente con este equipo que se desarrolló esta nueva línea de cocidos en la que hoy tenemos más de 30 propuestas de diferentes platos a degustar y con quienes seguiremos investigando nuevas alternativas.
Calidad y sabor
Los nuevos productos que ofrece Avícolas del Oeste vienen de a dos unidades, envasados al vacío. “Están pensados para dos o cuatro personas. Los diseñamos con la colaboración de un chef. La idea es sorprender al público con una propuesta distinta, más allá de pizzas o empanadas”, detalló Sabrina Frontini.
La oferta es variada: gourmet barbacoa, supremas rellenas de jamón y queso o espinaca y queso, milanesas napolitanas, muslos cuarto de pollo a la manteca negra y ajo y a la pizza, arrollados, pamplonas, pinchos rápidos hechos con el solomillo de pollo y la panceta.
Agregó que en la propuesta de la empresa destacan alitas picantes, pensadas y diseñadas para el paladar de los uruguayos. Pican, pero no mucho.
Frontini anunció que en un futuro cercano habrá nuevos productos.
Cuatro pilares
Sabrina Frontini sostuvo que Avícolas del Oeste basa su éxito en cuatro pilares.
El primero es la calidad. “Gracias a la integración vertical podemos controlar la alimentación de los pollos, que es uno de los principales factores para logar una buena materia prima, y tenemos además un equipo que se dedica a la gestión y control de las buenas prácticas de manera constante e integral”.
“El segundo es la marca. Apostamos a marcar una diferencia, y hoy en día somos reconocidos y buscados por el consumidor final. Este es el mayor reconociendo que podemos recibir.”
“El tercer pilar es nuestro personal”, siguió. “Tenemos un equipo humano invaluable, con personas que nos acompañanhace muchos años. Ellos son claves, y aportan permanentemente un gran conocimiento especifico en cada una de las aéreas nombradas”.
Por último, Frontini destacó la distribución, que permite a la empresa cubrir todo el país mediante sus camiones y centros logísticos en Paysandú, Salto y Maldonado.
La seguridad informática, la protección de la información y los datos son fundamentales para una empresa, y con la expansión del teletrabajo —hecho provocado por la pandemia—, garantizarla se vuelve cada vez más importante, afirmó en diálogo con Somos Uruguay Revista José Luis López, director ejecutivo de ESET Uruguay. El experto destacó las ventajas de nuestro país por su infraestructura tecnológica, muy superior a la de la mayoría de los otros de la región, la red de fibra óptica y las velocidades de acceso internacional a internet, pero alertó sobre la “poca educación” que existe respecto a las estrategias de seguridad informática
Cuando hablamos de información, de datos que se pueden almacenar, nos referimos a uno de los bienes que más cotizan. Mucho más que el petróleo. Hoy, los datos ganan elecciones y definen el rumbo del mundo de los negocios. Salvaguardar y mantener estos nuevos tesoros de manera segura es tarea dura y ardua, más allá del buen posicionamiento que tiene nuestro país en el ámbito de la seguridad informática. Lo más laborioso es entender lo importante y trascendente que es cuidar la información.
ESET es una empresa dedicada a la seguridad informática. Ofrece soluciones de seguridad para empresas y consumidores en más de 202 países desde hace más de 30 años. En Uruguay protege a más de 50.000 equipos y dispositivos de más de 2.000 empresas, ofreciendo soporte técnico local desde el 2004.
“El trabajo de ESET es proteger y monitorear discretamente las 24 horas del día, los siete días de la semana, actualizando las defensas en tiempo real para mantener a los usuarios seguros y las empresas funcionando sin interrupción. Las amenazas en evolución requieren de todo un equipo de seguridad que también esté en movimiento y actualización. Respaldada por centros de investigación y desarrollo en todo el mundo, ESET se convirtió en la primera compañía de seguridad informática en ganar 100 premios VB100 del laboratorio Virus Bulletin, identificando todas las muestras de malware in-the-wild sin interrupción desde el 2003”, afirmó José Luis López, director ejecutivo de ESET Uruguay.
En épocas en que se impone el teletrabajo o home working como una herramienta que llegó para quedarse, Uruguay se ha destacado por su adaptación y su seguridad a la hora de aplicarla.
Según López, “técnicamente, el país se encontró en una posición privilegiada para esto. Su infraestructura tecnológica es muy superior a la de la mayoría de los países de la región. La red de fibra óptica y las velocidades de acceso internacional a internet constituyen un rasgo diferencial que ahora tuvimos la oportunidad de valorar”.
Ser un país bien conectado juega a favor de la tarea de cuidar la seguridad en el ciberespacio. “Y desde el punto de vista de la seguridad informática, según el Global Cybersecurity Index de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, organismo de las Naciones Unidas, Uruguay ocupa el tercer puesto entre los países más seguros de América en materia cibernética, solamente superado por Estados Unidos y Canadá. Este índice analiza la capacidad y la experiencia de diferentes organizaciones para trabajar y proteger a los diferentes usuarios de la red en los países asociados a la UIT”, explicó.
No obstante, siempre hay flaquezas o puntos débiles. En el caso de nuestro país es la “poca educación” que existe respecto a las estrategias de seguridad informática, sobre todo cuando bajamos al nivel del usuario sentado frente a su computadora.
“Una empresa, cualquiera sea su tamaño, debe tener claro que casi siempre su principal valor está en la información almacenada en forma de datos. De esto depende su negocio”, precisó el empresario, quien sabe de primera mano que cada día los datos cotizan más y por tanto se vuelven más codiciados y vulnerables.
Precauciones básicas
Según el director ejecutivo de ESET, “las precauciones básicas empiezan con el uso de un software que cumpla las funciones de antivirus, pero que también pueda ayudar a evitar la pérdida de estos datos, que son el activo de la empresa. Esto último puede ocurrir por el robo o por la fuga de información o también porque un cibercriminal pueda tomar el control de nuestro equipo”.
También una empresa debe preocuparse por evitar el borrado —accidental o no— de sus archivos. “Un sistema de respaldo es imprescindible”, explicó.
Además, se debe evitar el acceso no autorizado de cualquier persona o de un software malicioso (ransomware) que acabe robando o cifrando la información y haciéndola inutilizable. Son situaciones que toda empresa debería estar preparada para enfrentar.
López hizo hincapié en la educación como término clave para afianzar la seguridad: “Cuando se habla del trabajo desde la casa, todo este escenario puede ser mucho más delicado. La primera recomendación: el personal debería tener nociones básicas de seguridad informática. La educación es lo primero en lo que toda empresa debería invertir”.
Cuando se utiliza una plataforma preparada para el teletrabajo, las cosas podrían ser más sencillas, “pero como en ciberseguridad siempre es el ser humano quien termina decidiendo para bien o para mal (a través de un simple clic), el entrenamiento previo sigue siendo fundamental”.
Aunque educar previene, está claro que “no todas las empresas de nuestro país están preparadas aún hoy para esto”, alertó.
ESET recomienda estar atentos a situaciones en apariencia sencillas: “Las redes sociales pueden ser muy útiles para el trabajo de cualquier oficina, incluso cuando lo hacemos desde nuestra casa. El acceso a un wifi de buena calidad también es una herramienta que fácilmente puede hacernos olvidar que estamos trabajando de forma remota”.
Pero primero, advirtió López, “debemos ser conscientes de que al ingresar datos críticos como usuario y contraseña en un acceso web, cuando estamos conectados a una red pública desconocida (o incluso a la de nuestro propio hogar, si nunca nos preocupamos por configurarla de forma segura), podríamos estar poniendo en peligro a toda nuestra empresa. La empresa debe ser consciente de todos estos peligros para así preparar el entorno”.
Cómo debe prepararse a la empresa
Según López, “para empezar, la empresa debería como mínimo implementar contraseñas robustas en cualquier acceso remoto a información crítica de la compañía. El factor de doble autenticación es una herramienta eficaz —aun con sus debilidades— para minimizar el riesgo de que nos roben nuestras credenciales”.
“No instalar aplicaciones no autorizadas, cuando estamos utilizando nuestra computadora o la proporcionada por la empresa, es otra de las recomendaciones básicas”.
El experto menciona también otros modos de protegerse, como utilizar una red privada virtual o VPN para conectarnos a los servidores de la empresa y no instalar dispositivos USB no autorizados. “Podremos evitarnos varios dolores de cabeza”. Y agregó que es clave “mantener el sistema operativo y todo el software necesario actualizado. Si nuestra empresa nos proporciona el equipo, ya debería estarlo. Si usamos nuestro propio equipo, deberíamos asegurarnos antes o consultarlo con el departamento técnico de la empresa”.
En definitiva, se trata de prevenir, de no dejar la información valiosa accesible a quienes no desean darle un buen fin o, simplemente, son ajenos a la empresa o institución.
“Ya lo dijimos, respaldar nuestra información es importante. Pero también deberíamos pensar en un programa que pueda cifrarla para que, en caso del robo físico del equipo, no corramos el riesgo de que información crítica de la empresa pueda llegar a caer en manos no deseadas o tomar estado público.”
Otros consejos útiles son “no dejar sesiones abiertas cuando no estamos frente a la computadora o dispositivo. Y no descargar archivos ni hacer clic en enlaces no solicitados recibidos vía mail o a través de mensajes, aun cuando creamos que son enviados por alguien de la compañía”.
López relató que empresas importantes, con una gran infraestructura en seguridad, han sufrido grandes pérdidas por creer que un mail o un mensaje han sido enviados por una persona conocida.
“Es muy fácil obtener esta información de internet para suplantar la identidad de alguien que simule ser de nuestra compañía. Esto es más delicado cuando estamos trabajando de forma remota, porque no siempre podremos corroborar fácilmente su procedencia.”
Sin embargo, reiteró López, el primer paso para cualquier empresa, es conocer la importancia de proteger su negocio de las amenazas cibernéticas. “La educación es fundamental para implementar el teletrabajo de manera segura. No dar información o enviar archivos o datos al primero que los pida puede ser algo obvio, pero la confianza que nos puede brindar trabajar desde nuestro hogar puede hacer que olvidemos tomar precauciones que en otras situaciones serían obvias”.
SI aún no los conoces mira por favor este VIDEO de 30 segundos para saber quienes son
“NST, Google for Education Partner y Google Cloud Partner”, quiere invitarte a que puedas sumarte como “PADRINO SOLIDARIO” para poder ayudar a REDALCO, un ONG que hace un trabajo increíble para darle de comer a muchísima gente en medio de esta pandemia y necesita de nuestra ayuda URGENTE.
Las consecuencias económicas desfavorables han generado una creciente emergencia alimentaria y la organización entrega frutas y verduras al 60% de las ollas populares de Montevideo.
VER VIDEO del impacto del trabajo de Redalco
El 50% de los insumos de 130 ollas populares, son entregados por Redalco para atender a 13.000 personas que presentan dificultades para acceder a una alimentación sana y nutritiva ante la emergencia sanitaria y alimentaria que enfrenta el país a raíz de la pandemia del coronavirus (COVID-19).
Por el momento cuentan con recursos para sostener el apoyo por dos semanas más, implicando esto un riesgo para la sostenibilidad de las ollas, que brindan una alimentación en este momento tan difícil.
En este marco, se propuso triplicar la cantidad de kg de alimentos, pasando de 20.000kg a 60.000kg de forma mensual y lo consiguieron, ahora su meta es sostenerlo hasta que sea necesario.
Para lograrlo han creado mecanismos para que las empresas colaboren.
El mismo se enmarca bajo el “plan de padrinazgos” que mediante la contribución de las empresas se logra sostener las entregas de alimentos a las instituciones beneficiarias de Redalco.
PARA PODER AYUDAR A REDALCO
En su página web redalco.org se despliegan las formas para colaborar.
Además, Redalco invita además a contribuir compartiendo esta iniciativa en las redes sociales, Instagram, Facebook y Twitter.
Muchas Gracias a todos los que puedan sumarse!!