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Con solo 13 días en el cargo, el ministro Germán Cardoso tuvo que adaptar sus intenciones y prioridades al avance diario del COVID-19. El sector turismo, uno de los motores esenciales de la economía uruguaya, se apagó: fronteras cerradas, miles de viajes cancelados, hoteles y restaurantes bajando la cortina. Al cierre de esta edición, menos de tres meses después, ya está planeando la reactivación, con la mirada puesta en el mercado interno, y la decisión de no dar por perdido el 2020. Lo está haciendo con el respaldo del presidente de la República y de todo el gobierno, y acompañado por los empresarios del sector, a quienes intenta dar un apoyo imprescindible para poder mantenerse y resurgir con fuerza tras la pandemia
¿Cómo se sintió al ingresar a esta cartera como miembro de la coalición?
Llegamos con un montón de proyectos, porque obviamente nos veníamos preparando para asumir la responsabilidad: planes a aplicar y objetivos claros en cuanto a las primeras acciones. Ir por el mercado brasileño, y tratar de equilibrar las diferencias en cuanto a turismo de argentinos y brasileños, teniendo en cuenta que estamos a la misma distancia territorial de Río Grande del Sur y de la provincia de Buenos Aires.
Ambas tienen dos poblaciones bastante parecidas; y cuando tú mirás los números por año, la cuenta da que cada cuatro argentinos viene un brasileño, más o menos. Obviamente, ahí había una determinación para tratar de equilibrar ese desbalance.
La conectividad —seguir trabajando en incentivarla— era otro de los desafíos, porque estamos convencidos de que para no ser dependientes de la región y de los desasosiegos económicos que nuestros vecinos lamentablemente tienen hay que trabajar en la conectividad.
¿Cuáles eran en principio las acciones a desarrollar con la impronta de un nuevo gobierno que entra 15 años después de tres períodos frenteamplistas, y cómo cambió este objetivo con el advenimiento de la pandemia?
El objetivo era desarrollar lo que sería la fase del turismo de inversiones, buscar la captación de grandes inversiones que se radicaran en el país para desarrollar complejos y estructuras turísticas que iban a dar mucho trabajo a nuestra gente.
Todos estos planes y proyectos, que no dejan de ser importantes y no los descartamos, hoy quedan en un segundo plano para dar paso a lo urgente: la atención de la pandemia y sus consecuencias.
Desde el 13 de marzo, cuando se declara la emergencia sanitaria, se cierran todos los centros turísticos nacionales: campings, termas, hoteles, cabañas, lugares de esparcimiento. Se cierran las fronteras, el puerto, los aeropuertos. Notoriamente el turismo es el que recibe el impacto en la primera línea de manera negativa. Es una industria que hoy está prácticamente sin actividad.
¿Está totalmente congelada?
Lentamente está comenzando una movilidad interna. Pero hay que entender que la determinación del gobierno fue priorizar la salud y proteger la vida de la población, tomando medidas que fueran en esa dirección. Creo que hoy eso nos da la oportunidad de ser reconocidos y visualizados en la región y el mundo como un país modelo por su manejo de la pandemia.
Los grandes planes se han postergado. ¿Irán hacia una estrategia más minimalista?
Sí. Si nosotros analizamos lo que era el comportamiento de turismo interno en el país, era una actividad que venía creciendo considerablemente en los últimos tiempos. Se le iba a seguir atendiendo en la medida de la importancia que había venido adquiriendo, pero no era la prioridad número uno.
¿Ahora lo es?
Hoy ha pasado a serlo. Porque es el primer paso que nosotros podemos dar para la reactivación. No va a ser la solución definitiva de la actividad turística, pero sí va a ser paliativa para el momento de enorme dificultad que el sector está viviendo. Es darle un muy fuerte impulso y generar estímulos para el desarrollo de la actividad turística interna. Es en lo único que dependemos de nosotros mismos como país.
Las fronteras están cerradas; Argentina maneja la situación de acuerdo a su realidad; a Brasil se le ha puesto la situación más complicada aún. Sus propios gobiernos, en función a sus propias realidades estaduales y provinciales, irán evaluando. Nosotros, por decisión nuestra, consideramos que lo primero que hay que hacer es dar paso a los protocolos que ya hemos enviado a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP).
¿Cómo se llegó a esa elaboración?
Nosotros advertimos que, producto de ansiedades comprensibles, había un montón de gente trabajando por sectores, individualmente, en la elaboración de protocolos y marcos de reapertura, con un objetivo: tratar de dar seguridad, tomar las prevenciones, estar higienizados. Advertimos rápidamente que era una debilidad, que debíamos unificar un protocolo único y no que hubiera ciento cincuenta protocolos distintos.
¿De qué forma se alcanzó esa decisión?
Lo hablamos con el presidente y lo definimos de esa manera; elaborar un protocolo único. Lo primero que hicimos fue hablar con el ministro de Salud Pública para plantearle la idea. Y nos envió un delegado, un médico especialista en relaciones laborales, porque hay que proteger al usuario, pero también al trabajador. Convocamos a la Cámara Uruguaya de Turismo, en la que están representadas las principales gremiales vinculadas al sector; en este caso, gastronomía y hotelería, fundamentalmente, pero también otras áreas. Y convocamos a la OPP, porque tiene que haber una unidad del Poder Ejecutivo, una unidad ejecutora que controle los protocolos y los apruebe. Se definió que fuera la OPP.
Nos sirvió mucho su delegado también, más allá de que ya lo enviamos a la OPP y en una semana nos devolverá la aprobación o las modificaciones que se entienda que hay que hacerle.
¿Cuál es la esencia de ese protocolo?
Quisimos lograr dos cosas. Primero, emitir un sello. Cada comercio va a tener un sello identificatorio, que se va a poner en algún lugar visible y va a ser la prueba de que ya ha sido controlado en el proceso de reapertura, y que brinda las garantías que está exigiendo el gobierno tanto para preservar la salud como para dar las medidas preventivas para trabajadores y clientes. Tan importante como garantizar la seguridad a trabajadores y usuarios es recuperar la confianza de la gente.
Que la gente se anime...
Todo un desafío producto de la pandemia. Por eso dijimos de un protocolo único, controlado. Incluimos todas las miradas y perspectiva: Salud Pública, OPP, nosotros, los gastronómicos, los hoteleros. Lo controla el gobierno, lo homologa, emite el sello. Más allá de elaborarlo, tenemos que controlar que se aplique. A través de la OPP se lleva al Congreso de Intendentes, y serán las intendencias —con sus cuerpos de inspección— quienes fiscalicen la aplicación del protocolo.
Dentro del ámbito del turismo hay operadores con más espalda que otros que son muy pequeños. ¿A ese que se debate entre cerrar o seguir abierto se le brindará algún tipo de apoyo extra?
Logramos con el Banco República asistir a este tipo de circunstancias y de comerciantes que están con dificultades con el acceso al crédito de la unidad de la microempresa. Este es el principal desafío que tenemos hoy: sostener al sector y fundamentalmente al pequeño, que es el que está con mayores dificultades; una medida que logramos yendo a hablar con el presidente del Banco República.
¿Se podrá reactivar la fase uno —el turismo interno— en breve, o ya se piensa en enero del 2021?
No, no. Tenemos la determinación de la activación de turismo interno en un futuro muy cercano.
Usted pone mucho énfasis en la necesidad de recuperar y mejorar la conectividad. ¿Cuán esencial es en el desarrollo de nuestro país turístico?
Entre Argentina y Brasil tenemos 270 millones de personas. Si sumamos Perú, Paraguay y Chile, llegamos rápido a los 300 millones en un radio medianamente cercano. Son muchos. Cuando analizamos de acuerdo a una elaboración propia, vemos que la cuenta turismo Uruguay da que nuestro principal cliente es Argentina, segundo Brasil, luego otros destinos de América, después Europa y luego Estados Unidos.
Primera conclusión: ¿Por qué tenemos mayor cantidad de europeos que americanos, si el vuelo demora bastante menos a Miami que a Madrid? Hoy tenemos dos compañías para Europa, el doble de conectividad. Y con Estados Unidos solo un vuelo con Miami.
Madrid nos hace dejar el resto de la distribución europea, lo que no quita la intención de atraer turistas desde algún otro lugar de Europa, como puede ser Alemania o países más nórdicos. Argentina es nuestro principal cliente; pero si analizamos dónde van ellos, somos el quinto destino; el primero es Estados Unidos, segundo el Caribe, tercero Europa y cuarto Brasil. Entonces ahí también existe una posibilidad interesante de crecer de manera considerable. Seguir apostando a la región, donde tenemos mucho terreno por ganar aún.
Cardoso también consideró que para lograr un buen turismo de inversiones es esencial lograr otro destino directo de Estados Unidos, como Nueva York o Los Ángeles. “Y algún otro destino de Europa”. Objetivos realizables que se vieron postergados, pero están en carpeta y en permanente estudio. El ministro remarcó que la conectividad dentro del país es clave para hacer surgir otros destinos, además de los de “sol y playa”, que ya están legitimados para uruguayos y argentinos hace muchos años.
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Recogemos algunas de sus declaraciones de los últimos dos meses:
Juventud y experiencia
Germán Cardoso está vinculado al turismo desde muy joven. A partir de los 19 años se desempeñó en esta actividad, y desde el año 1994 es convencional del Partido Colorado. En el año 2000 ocupó un puesto como edil de Maldonado e integró varias comisiones como Presupuesto y Hacienda, Tierras y Fraccionamientos, Ganadería, Agricultura y Pesca, Contralor del Saneamiento y de Turismo. Cuatro años después fue electo diputado y se integró a la Comisión de Turismo y Deportes.
Los uruguayos y la pandemia
“Uno ha visto de todo en estos tiempos. Reacciones de todo tipo. Incluso de países del primer mundo que nos tienen acostumbrados a ser líderes. Y uno los miraba al principio y decíamos que quizás tenían razón. Y la verdad es que los hechos contundentes nos han ido dando la razón a nosotros, que aplicamos medidas preventivas fuertes: con cuatro contagiados suspender las clases, cerrar fronteras, y pidiendo encarecidamente a la gente, pero desde la libertad, nunca obligando; generando conciencia. Y vale reconocer el esfuerzo que hizo la inmensa mayoría.”