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“Logramos los consensos necesarios sobre el arancel externo común (AEC) para la disminución del 10 % de un universo muy amplio de productos”, la mitad de lo que pretendía Brasilia, informaba el 8 de octubre el canciller de Brasil, Carlos França, tras la reunión que había mantenido con su par de Argentina, Santiago Cafiero, un encuentro tan sorpresivo como el acuerdo logrado, teniendo en cuenta que Buenos Aires se resistía a la pretensión de Brasilia. Ahora “será presentado a Paraguay y Uruguay” en la cumbre de fin de año del Mercosur, complementó.

Pero había mucho camino por recorrer pese al poco tiempo que restaba para ese encuentro, en el que sucedió lo que algunos expertos preveían: Uruguay ató su aprobación, sobre la cual no discrepa sustancialmente, al planteo de flexibilizar la disposición del Mercosur, que impide a uno de sus miembros negociar acuerdos por separado con terceros países o bloques, y todo se cayó con las consecuentes heridas.

Es bastante peligroso creer que Uruguay tenía un arma para presionar a Brasil, impulsor de la reducción del AEC y que aparecía como el más cercano a aceptar algún tipo de flexibilidad, anticipó en declaraciones a La Diaria en aquel momento el especialista en comercio internacional Marcel Vaillant, profesor de la Universidad de la República. “Nuestro único valor en esta negociación es la insignificancia, no la presión…”, recalcó.

En la última cumbre del bloque, Brasil se puso en línea con Argentina y Paraguay para postergar la corrección del tributo impuesto a los productos llegado de extrabloque ante la firmeza de Uruguay en su postura de flexibilizar el artículo 32 del Mercosur.

El gobierno uruguayo se presentó ante la cumbre por internet del 17 de diciembre sin ceder en su postura de supeditar la modificación del AEC a la del artículo 32 del tratado mercosuriano para que se le habilite la negociación con China en busca de un tratado de libre comercio bilateral, y ya desde la reunión del día anterior del Consejo de Mercado Común del bloque todos los participantes tuvieron claro que la cumbre de presidentes no tendría consensos.

“Hemos dicho más de una vez que, al mismo tiempo de la baja del arancel externo común (AEC), debería presentarse la flexibilización del bloque, las dos cosas van de la mano”, reiteró el presidente Lacalle Pou en los días previos, como lo había declarado apenas conocer el acuerdo alcanzado en octubre entre Cafiero y França.

El AEC aprobado en 1994 por los cuatro países fundadores del Mercosur, que entró en vigencia y comenzó a ser aplicado a las importaciones de bienes no originarios del bloque el 1o de enero de 1995, no abarcó el total de productos de la nomenclatura.

La propuesta de reducción incluye al 75 % del universo arancelario del bloque, aunque serán excluidos el sector automotor, el calzado y el textil. En la actualidad se aplica a las mercaderías —salvo rubros exceptuados— que llegan desde fuera del Mercosur un gravamen de entre 10 y 18 %, con un promedio que ronda el 13 % y un máximo de 35 %, mientras que en el resto del mundo se cobra una media de 5,5 %.

Recovecos de la diplomacia

“Es bueno para el país que el presidente Lacalle Pou sea un firme negociador que no arruga ante las potencias” del Mercosur, sostuvo poco antes de la cumbre, en una columna en el diario El Observador, el analista Ricardo Galarza.

Añadió que Uruguay “hace meses que busca, o bien, una modificación en tal sentido a la normativa del bloque, o que se le otorgue un waiver (dispensa) para negociar un tratado de libre comercio con China, postura a la que el gobierno argentino se ha opuesto desde el primer día, y sobre lo que no está dispuesto a ceder”.

“Brasil, en cambio, había dado muestras suficientes de no oponerse a la aspiración uruguaya e, incluso, su ministro de Economía, Paulo Guedes, hasta la apoyaba abiertamente”, recordó Galarza. “Pero algo pasó en el medio para que, en la antesala de esta cumbre, Uruguay llegara sin acuerdos previos con ninguno de sus socios, lo cual podría haber debilitado seriamente su posición”, apuntó.

“Esas previas en diplomacia se trabajan, y Uruguay al parecer no lo hizo, o no lo hizo de manera eficiente”, cuestionó.

Galarza entiende que “no había razón para no acompañar a Brasil en la baja del AEC, con independencia de lo que negociara Argentina por su lado, pues la buena diplomacia se asemeja a una vara y ya sabemos que estas se rompen con gran facilidad cuando son muy rígidas. Después de todo, esto del proteccionismo de las dos potencias del bloque es algo con lo que hemos vivido siempre y será para siempre, así que hay que armarse de paciencia y ser diplomático, muy diplomático”, sostuvo.

Para expertos consultados por el portal Tradenews tras la reunión Cafiero-França, “el acuerdo sellado entre ambos significaba una derrota para Brasil en cuanto afectaba su declarada postura aperturista según defiende el ministro de Economía, Paulo Guedes, quien había propuesto una reducción del 50 % del AEC, además de que se ampliaron las excepciones y la protección se extendería a los productos de marroquinería y electrodomésticos, además de los que ya hay para la industria liviana más vulnerable, calzados y textiles.

La decisión, primero unilateral, de Brasil de bajar el AEC, aunque no en el nivel que pretendía, fue asumida por Lacalle Pou como una señal indirecta de apoyo a su planteo de flexibilización. “Nosotros creemos que esto no hace más que respaldar lo que nosotros sosteníamos”, dijo el mandatario en rueda de prensa unos días antes de la cumbre.

“Es notorio que algunos países más grandes del bloque pueden darse algunos lujos que nosotros no podemos, porque nosotros somos en tanto y en cuanto nos abramos al mundo, y lo vamos a hacer como lo dijimos en campaña electoral. Ya empezamos con China, pero vendrán otros. Uruguay va a jugar en cancha grande y va a ganar en cancha grande, porque confiamos en los uruguayos, y ese es el camino que hemos elegido”, sentenció el presidente anunciando la posición a llevar a la cumbre.

En cambio para el legislador del Frente Amplio, Daniel Caggiani, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales de Diputados, Uruguay se encuentra, ante el acercamiento de Brasil a Argentina, que bajó sus decibeles de confrontación, en una situación de incertidumbre respecto de su política exterior, que se ha caracterizado por grandes declaraciones y pocas concreciones.

La fatiga de los 30

Las tensiones surgidas entre los países fundadores del Mercosur, ya sea por discrepancias ideológicas, rumbos comerciales u otros, tienen como telón de fondo a un bloque con fuerte deterioro de su flujo comercial interno, acentuado con la crisis económica provocada en especial por la pandemia de COVID-19, a juicio de analistas. Aunque hay datos de recuperación, los 30 años de existencia han generado desgastes varios.

A pesar de esas dificultades y de la disputa por el AEC y el planteo de flexibilización, el analista argentino Jorge Castro no cree que el bloque pueda llegar a quebrarse. “No creo, porque la norma [32] que establece que las negociaciones con nuevos espacios económicos internacionales se debe realizar por consenso no integra el Tratado de Asunción original”. “Es un acuerdo posterior”, aclaró al suplemento Economía y Política de la publicación argentina El Cronista.

“El Mercosur no está mejor que el año pasado”, admitió Marcelo Elizondo, consultor en economía y negocios internacionales, en nota al portal argentino Chequeado. Entiende que hay países que quieren potenciarlo, como es el caso de “Brasil, intentando rebajar el AEC e impulsa acuerdos de libre comercio del bloque que ya están en negociación, de Uruguay buscando un tratado de libre comercio con China por su cuenta, mientras que Argentina trata de mantener el statu quo acercándose un poco más a Brasil ahora, pero tratando de evitar el colapso, más que nada por una posición defensiva”.

Su colega Alejandro Frenkel, profesor de la argentina Universidad de San Martín, coincidió en el mismo informe en que “hay una reducción del comercio interregional y no se ven medidas que tiendan, por lo menos en el corto plazo, a revertir esa tendencia” que se aprecia desde el 2011, con algunas excepciones en el 2013, 2017 y 2018, para caer abruptamente en el 2020, año de comienzo de la pandemia.

En ese marco, apuntó contradicciones entre intenciones y hecho. El gobierno argentino de Alberto Fernández “sí intentó fortalecer el Mercosur”, mientras que “Brasil y Uruguay tienen una posición mucho más aperturista”, lo cual “implica debilitar” el bloque, “aunque para los gobiernos de ambos países signifique fortalecerlo”.

El objetivo fundacional del Mercosur fue la creación de un mercado común, y “algunos países entienden que comerciar con el afuera implica potenciarlo; y otros, como Argentina, creen que hay que protegerlo”, explicó.

La creación del bloque permitió en la década de 1990 que el comercio entre los cuatro países fundadores se quintuplicara, atraer inversiones y que fabricantes de automóviles construyeran cadenas de valor regionales.

Con errores de construcción y un desequilibrio natural con un Brasil abarcando 74 % del producto bruto regional, el Mercosur congrega una economía nominal de 1.835 billones de dólares y una población de casi 300 millones que hacen que sea una de las seis mayores comunidades económicas del mundo.

El Mercosur cumplió su objetivo de aumentar el flujo interno comercial, más allá del retroceso de los últimos años, pero ha fracasado en ser una “plataforma de salida al mundo”, ya que ha logrado muy pocos acuerdos comerciales fuera de la región, cuestionó el uruguayo Agustín Iturralde, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo, en la presentación del informe “Índice de Vulnerabilidad Comercial”. En el caso de Uruguay, su estructura exportadora al bloque ha reducido su peso relativo desde más de 50 % a fines de los años 90 hasta el 21,6 % en el 2020, aseguró.

Una hipotética ruptura con el Mercosur impactaría de forma relevante en las exportaciones de corte industrial al bloque, esto es el 10 % de las exportaciones totales de Uruguay al mundo, que equivalen a unos 808 millones de dólares”, agrega el documento presentado por Iturralde. Del mismo modo, explica que en el 2020 este país vendió bienes al mundo por 8.022 millones de dólares, de los cuales 1.731 millones fueron al bloque.

Empero, “el Mercosur como destino de las exportaciones uruguayas de bienes viene cayendo sistemáticamente desde hace 20 años”, agrega el informe que recoge el diario El País. En el 2001 el bloque absorbía el 41,3 % de las ventas de bienes uruguayas, siendo nuestro principal socio, mientras que en la actualidad representa el 21,6 %.

“Lo que le está pasando al Mercosur es el efecto de un proceso de fatiga al cumplir 30 años de creado”, afirmó Elizondo en el debate cubierto por El Cronista. “Los primeros 20 fueron muy exitosos y, cuando un proyecto genera resultados, deja satisfechos a todos, pero en los últimos 10 se empezó a achicar y ahora el comercio entre los socios es menor, apuntó”.

El año último, precisó Elizondo, Argentina le vendió al Mercosur la mitad de lo que había hecho en la última década. “Tanto Brasil como Uruguay lo que están viendo es que es necesario internacionalizar el bloque, porque el comercio entre nosotros tiene un límite”, afirmó.

En el 2021 las remesas a los países de ingreso bajo y mediano registran un sólido crecimiento del 7,3 % para alcanzar los US$ 589.000 millones. Este retorno al crecimiento supera las estimaciones previas y confirma la resiliencia de los flujos que se observó en el 2020, cuando las remesas disminuyeron apenas un 1,7 % pese a la profunda recesión mundial desencadenada por el COVID-19, según las estimaciones que figuran en la “Reseña sobre migración y desarrollo” publicada por el Banco Mundial.

Por segundo año consecutivo, se prevé que los flujos de remesas a los países de ingreso bajo y mediano (sin incluir a China) superen la suma de la inversión extranjera directa (IED) y la asistencia externa para el desarrollo. Esto subraya la importancia de las remesas como medio de sustento vital que permite a los hogares cubrir sus gastos esenciales relacionados con la alimentación, la salud y la educación durante los períodos de dificultades económicas en los países de origen de los migrantes.

“Los flujos de remesas que envían los migrantes han sido un complemento fundamental de los programas públicos de transferencia de efectivo, que buscan ayudar a las familias que enfrentan dificultades económicas durante la crisis de la COVID-19. Facilitar los flujos de remesas a fin de brindar alivio a los ajustados presupuestos de los hogares debería ser un componente fundamental de las políticas públicas para propiciar la recuperación mundial tras la pandemia”, señaló Michal Rutkowski, director mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.

Algunos factores que han contribuido al sólido crecimiento de las remesas son la determinación de los migrantes de ayudar a sus familias en épocas de necesidad, sumada a la recuperación económica en Europa y Estados Unidos, que a su vez fue respaldada por los estímulos fiscales y los programas de promoción del empleo.

En los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y en Rusia el repunte de las remesas al exterior también obedeció al aumento de los precios del petróleo y la recuperación económica que eso trajo consigo.

Se registró un sólido crecimiento de las remesas en la mayoría de las regiones. Los flujos aumentaron un 21,6 % en América Latina y el Caribe, un 9,7 % en Oriente Medio y Norte de África, un 8 % en Asia meridional, un 6,2 % en África al sur del Sahara y un 5,3 % en Europa y Asia central.

En Asia oriental y el Pacífico, las remesas disminuyeron un 4 %, aunque, si se excluye a China, registraron un aumento del 1,4 % en la región. En América Latina y el Caribe, el crecimiento fue sumamente sólido debido a la recuperación económica en Estados Unidos y a otros factores, entre ellos la respuesta de los migrantes ante los desastres naturales en sus países de origen y las remesas enviadas desde estos países a los migrantes en tránsito.

El costo de enviar US$ 200 a otro país continuó siendo elevado, y se situó en un 6,4 % del monto transferido en el primer trimestre del 2021, según la base de datos sobre el precio de envío de remesas a nivel mundial que mantiene el Banco Mundial.

Esto representa más del doble del 3 %, la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que debe lograrse antes del 2030. La región más costosa a la que enviar dinero es África al sur del Sahara (8 %), en tanto que la más barata es Asia meridional (4,6 %). Los datos revelan que los costos tienden a ser más altos cuando las remesas se envían mediante un banco, frente a canales digitales u operadores de transferencias de dinero que ofrecen servicios de envíos directos.

“El impacto inmediato de la crisis en los flujos de remesas fue muy profundo. El sorprendente ritmo de recuperación es una buena noticia. Para preservar los flujos de remesas, en particular mediante los canales digitales, sigue siendo fundamental que los migrantes y los proveedores de servicios de remesas puedan acceder a cuentas bancarias.

Asimismo es necesario que las respuestas de política sigan velando por la inclusión de los migrantes, en particular en los ámbitos del acceso a las vacunas y la protección contra las remuneraciones insuficientes”, dijo Dilip Ratha, autor principal de la reseña y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD).

Se espera que las remesas aumenten un 2,6 % en el 2022, en consonancia con las previsiones macroeconómicas mundiales. Un resurgimiento de los casos de COVID-19 y la imposición de nuevas restricciones a la movilidad plantean los principales riesgos de que las perspectivas referidas al crecimiento mundial, el empleo y los flujos de remesas a los países en desarrollo no se materialicen.

El paulatino desmantelamiento de los paquetes de estímulos fiscales y de promoción del empleo, en un contexto de recuperación económica, también podría perjudicar los flujos de remesas.

Tendencias regionales en las remesas

Se prevé que los flujos de remesas registrados oficialmente con destino a la región de Asia oriental y el Pacífico disminuirán un 4 % en el 2021, hasta llegar a los US$ 131.000 millones. Sin incluir a China, las remesas en la región aumentaron un 1,4 % en el 2021, y se estima que crecerán un 3,3 % en el 2022.

Como porcentaje del producto interno bruto (PIB), los principales receptores en la región son las economías más pequeñas, como Tonga (43,9 %), Samoa (21,1 %) y las islas Marshall (12,8 %).

El costo medio para enviar US$ 200 a la región se redujo hasta situarse en un 6,7 % en el primer trimestre del 2021 en comparación con el 7,1 % registrado un año antes. En los corredores más baratos de la región se registró un costo medio de un 2,7 % para las transferencias, principalmente a Filipinas, mientras que, en los cinco corredores más caros, sin incluir el de Sudáfrica a China (que es atípico), el costo medio fue de un 15 %.

Tras una caída del 8,6 % en el 2020, se prevé que los flujos de remesas a Europa y Asia central crecerán un 5,3 % en el 2021 hasta alcanzar los US$ 67.000 millones, producto del repunte de la actividad económica en la Unión Europea y del aumento de los precios de la energía.

Se estima que las remesas crecerán un 3,8 % en el 2022. Actualmente las remesas son la principal fuente de financiamiento externo en la región. Las entradas han sido iguales o superiores a la suma de la IED, las inversiones de cartera y la asistencia externa para el desarrollo en el 2020 y el 2021.

Como porcentaje del PIB, en la República Kirguisa y Tayikistán las remesas superan el 25 %. El costo medio de enviar US$ 200 a la región aumentó levemente de un 6,5 % en el 2020 a un 6,6 % en el primer trimestre del 2021, lo que en gran medida reflejó un drástico aumento de los costos en el corredor entre Turquía y Bulgaria. Rusia, donde los costos cayeron de un 1,8 % a un 1 %, es uno de los países más baratos del mundo para enviar remesas.

Crecen las remesas a América Latina

Los flujos de remesas con destino a América Latina y el Caribe probablemente alcancen un nuevo máximo de US$ 126.000 millones en el 2021, lo que representa un sólido crecimiento del 21,6 % con respecto al 2020. México, el principal receptor de remesas de la región, recibió un 42 % (US$ 52.700 millones) del total.

El valor de las remesas como porcentaje del PIB excede el 20 % en varias de las economías más pequeñas: El Salvador (26,2 %), Honduras (26,6 %), Jamaica (23,6 %) y Guatemala (18 %).

Los efectos adversos del COVID-19 y de los huracanes Grace e Ida contribuyeron al aumento de los flujos de remesas a México y América Central. Otros factores detrás del aumento fueron la recuperación de los niveles de empleo y los programas de asistencia fiscal y social en los países anfitriones, en particular en Estados Unidos.

Un aumento en el número de migrantes en tránsito en México y en otros países, sumado a las remesas que recibieron del exterior como ayuda para los costos de estadía y de viaje, parece haber sido otro importante factor que explica este marcado incremento. Se espera que en el 2022 las remesas aumenten un 4,4 %, principalmente debido a las perspectivas de un menor crecimiento de Estados Unidos.

El costo de enviar US$ 200 a la región fue de un 5,5 % en promedio en el primer trimestre del 2021 frente al 6 % del año anterior. Con un costo medio del 3,7 %, México siguió siendo el país receptor de remesas más barato del Grupo de los Veinte. No obstante, los costos de las remesas son exorbitantes en los corredores más pequeños.

Se prevé que las remesas enviadas a los países en desarrollo en la región de Oriente Medio y norte de África han crecido un 9,7 % en el 2021 hasta alcanzar los US$ 62.000 millones, producto del retorno al crecimiento de los países anfitriones en la Unión Europea (en particular Francia y España) y del repunte de los precios internacionales del petróleo, que tuvo efectos positivos sobre los países del CCG.

El aumento obedeció al marcado incremento de las entradas a Egipto (un 12,6 %, hasta llegar a los US$ 33.000 millones) y a Marruecos (un 25 %, hasta alcanzar los US$ 9.300 millones), donde los fenómenos de migración de retorno y migración de tránsito, respectivamente, desempeñaron un papel importante en estos resultados positivos.

Los ingresos por remesas en el Magreb (Argelia, Marruecos y Túnez) aumentaron un 15,2 %, impulsados por el crecimiento en la zona euro. Los flujos hacia varios países cayeron en el 2021, entre ellos Jordania (disminución del 6,9 %), Djibouti (disminución del 14,8 %) y el Líbano (disminución del 0,3 %).

En la región en desarrollo de Oriente Medio y Norte de África, tradicionalmente las remesas han sido la principal fuente de recursos externos frente a la asistencia externa para el desarrollo, la IED, las inversiones de cartera y los flujos de deuda.

Para el 2022, las perspectivas del crecimiento de las remesas son más modestas, de un 3,6 %, debido a los riesgos que plantea el COVID-19.

El costo de enviar US$ 200 a la región se redujo de un 7,0 %, hace un año, a un 6,3 % en el primer trimestre del 2021.

Es probable que las remesas hacia Asia meridional hayan crecido alrededor de un 8 % en el 2021, hasta llegar a los US$ 159.000 millones. El aumento de los precios del petróleo potenció la recuperación económica e impulsó el repunte de las remesas provenientes de los países del CCG, que dan empleo a más de la mitad de los migrantes de Asia meridional.

La recuperación económica de Estados Unidos y los programas de estímulo que aplicó el país también contribuyeron al crecimiento. En India, las remesas aumentaron un 4,6 % en el 2021 para situarse en US$ 87.000 millones. En Pakistán se registró otro año de remesas sin precedentes, con un crecimiento del 26 % y un volumen que alcanza los US$ 33.000 millones en el 2021.

Además de los factores usuales, la iniciativa de promoción de las remesas adoptada por el gobierno de Pakistán para facilitar los envíos usando los canales formales atrajo enormes volúmenes.

Asimismo la frágil situación de Afganistán se transformó en un motivo inesperado para el envío de remesas en el 2021, en particular para los refugiados afganos en Pakistán y para las familias en Afganistán.

Las remesas, cuyo volumen duplicó con creces la IED en el 2021, son la principal fuente de divisas en la región. La región con los costos medios más bajos del mundo es Asia meridional, con un 4,6 %. No obstante, enviar dinero usando los canales oficiales es costoso en comparación con los canales informales, que siguen siendo populares. Impulsar políticas de reducción de costos crearía una situación en la que todos ganan y que sería ventajosa para los migrantes y para los gobiernos de la región.

Los flujos de remesas a África al sur del Sahara también retomaron la senda de crecimiento en el 2021, con un aumento del 6,2 % hasta situarse en US$ 45.000 millones. Nigeria, el principal receptor de la región, está registrando un modesto repunte de los flujos de remesas, en parte debido a la creciente influencia de las políticas dirigidas a fomentar el uso del sistema bancario para canalizar las remesas.

Los países donde los flujos de remesas representan un porcentaje importante del PIB incluyen a Gambia (33,8 %), Lesotho (23,5 %), Cabo Verde (15,6 %) y las Comoras (12,3 %). Se prevé que en el 2022 los flujos de remesas aumentarán un 5,5 %, de la mano de la recuperación económica sostenida en Europa y Estados Unidos.

El promedio de los costos fue del 8 % en el primer trimestre del 2021, frente al 8,9 % de hace un año. Pese a que la migración interregional representa más del 70 % de la migración transfronteriza, los costos son elevados debido al escaso volumen de flujos formales y a la utilización de tipos de cambio del mercado negro. (Fuente: Banco Mundial).

El Instituto Nacional de Carnes presentó el balance anual del sector cárnico en el país y confirmó que, tras el aumento en los precios de exportación de carne bovina, ovina y aviar, el movimiento del mercado alcanzó los 4.000 millones de dólares en el 2021.

El ministro de Ganadería, Fernando Mattos, precisó que el rol del gobierno es facilitar y generar condiciones para los negocios y que el mérito al desempeño es del sector.

El presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Conrado Ferber, acompañado por el titular del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, presentó los datos de ingresos, que representan el 25 % de las exportaciones globales del país y una recuperación del consumo de proteínas en Uruguay.

Mattos consideró que las cifras se encaminan a un récord de producción y exportación, lo que afianza la política nacional de carne que impulsa el gobierno.

También valoró el respeto del protocolo COVID-19 en el sector cárnico, que posibilitó un aumento en el promedio de exportación de carne bovina, ubicado en 4.300 dólares la tonelada, y la carne ovina, por encima de 5.000 dólares la tonelada.

“Tenemos margen para seguir creciendo con políticas a largo plazo”, enfatizó el secretario de Estado, quien ejemplificó que se impulsó la inversión productiva a través de la Ley de Inversiones.

Asimismo aseguró que los mercados externos están ávidos de la carne uruguaya y, en ese sentido, mencionó a China, Corea del Sur y Japón, así como poder acceder a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, compuesta por Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Por su parte, Ferber explicó que la cadena completará ingresos totales por ventas al exterior de unos 2.900 millones de dólares, como consecuencia del aumento en los volúmenes y los precios de casi todos los productos de exportación. Esta situación significó un incremento de más del 50 % en el ingreso de divisas del sector.

El jerarca acotó que la recuperación del mercado chino, con un 58 %, lo convierte en un socio comercial que superará los 1.600 millones de dólares de compras de las carnes uruguayas, seguido de la Unión Europea y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, con más de 330 millones cada uno. Juntos completan un 82 % del total. A su vez, indicó que si se agrega el consumo interno, el movimiento del mercado cárnico alcanza a 4.000 millones de dólares.

Más consumo en el mercado interno

El gerente de Información del INAC, Jorge Acosta, indicó que el consumo total de proteínas por persona revirtió la tendencia a la disminución que se observaba desde hace tres años. Según estimaciones preliminares, el consumo total cerrará con un aumento cercano a los tres kilogramos por persona por año, de 85,6 kilogramos en 2020 a 88,5 en 2021.

Sobre este punto, detalló que el consumo promedio de carne bovina per cápita era en el 2020 de 45,7 kilogramos por año, y en el 2021 se ubicará en 46,6. Con respecto a la carne aviar, era de 20,8 kilogramos el año pasado y ahora se situará en 23,2.

En cuanto a la carne porcina, dijo que era de 16,6 kilogramos en 2020, y en el 2021 será de 16,4, mientras que el consumo de carne ovina era de 2,5 kilogramos, y será de 2,2.

En términos de precios al público, el año cierra con aumentos diferenciales en las carnes. Mientras la bovina acumula un incremento de 21,5 %, el de la porcina y la aviar están por debajo de la inflación, 3,7 % y 4,2 %, respectivamente.

Formalización y digitalización del mercado interno

En la actividad, la gerenta de Mercado Interno, Fernanda Cuervo, recordó que para noviembre del 2022 existirán únicamente guías electrónicas y que toda transacción de comercio o movimiento de carnes será en forma digital, a diferencia del presente, en que se realiza en papel.

Dijo que se avanzó en el registro de carnicerías y pollerías del territorio nacional y que aquellos comerciantes del interior que no hayan realizado el trámite podrán aprovechar de las exoneraciones de costos ante el INAC si comienzan las gestiones antes del 31 de diciembre próximo.

Afirmó que dicho registro brinda garantías a los comerciantes y a los consumidores de que se está comprando en un local habilitado u homologado por el INAC. Para ello, se han estado entregando códigos QR, que se colocan en las vitrinas, y mediante los cuales se puede obtener la información acerca de para qué fue habilitado ese local.

Sobre finales de enero, se terminarán de entregar en todo el país y aquellos comercios que cumplan con el registro podrán promocionarse ante el consumidor como formalizados. (Fuente: Comunicación Presidencial).

Por primera vez en 30 años, nuestro país no firmó el documento final

“No pudimos llegar a entendimientos totales” este año, “pero hubo sinceramiento y todos sabemos que tenemos vocación de un Mercosur, quizás en el futuro un poco distinto”, sugirió el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en su intervención en la cumbre semestral del bloque de diciembre, que culminó con un resultado inédito como fue, por primera vez en 30 años, cerrar con una declaración en la cual faltó una firma, y fue la uruguaya.

La rebaja del arancel externo común (AEC) y la flexibilización del artículo 32 del Tratado de Asunción metieron la cola, y a la hora de conciliar posiciones, Uruguay decidió no suscribir el texto que sí fue firmado por los restantes miembros fundadores y plenos del Mercosur, Argentina, Brasil y Paraguay, algo que desde la creación del grupo en 1991 nunca había ocurrido.

“Uruguay ha sido claro de cuál es el camino e insistiremos en los tiempos que vienen” en modificar la cláusula que impide negociar por separado acuerdos de libre comercio con otros países o bloque, sostuvo Lacalle Pou en su intervención en la LIX Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, realizada el viernes 17 vía Internet, en la que Brasil entregó la presidencia temporal a Paraguay. “Debemos buscar un punto intermedio para que todos se sientan satisfechos”, planteó.

Añadió que la realidad del Mercosur no deja a Uruguay con “todos sus intereses satisfechos”, aunque valoró que entre las mejores cosas que ocurrieron en el semestre que finaliza fue el “sinceramiento” de las posturas de los cuatro gobiernos y reclamó buscar un punto intermedio para que todos los estados parte se sientan satisfechos.

“Tenemos vocación de pertenecer al Mercosur, quizás con un futuro próximo un poco distinto, pero es allí donde tenemos que seguir tratando de hablar de prosperidad y libertad”, por lo cual “lamento que no haya habido entendimientos totales”, señaló el mandatario uruguayo. “Somos optimistas porque el mundo necesita nuestros productos, de la inteligencia de nuestros compatriotas, está ávido de mirar a esta región y nosotros como uruguayos y el Mercosur seguimos apostando firmemente y de manera muy optimista al mundo”, agregó.

La propia decisión de Argentina, Brasil y Paraguay de suscribir y hacer público un comunicado al término de la cumbre sin la firma de Uruguay marca las molestias con la posición del último país dado que el tratado establecido en 1991 en Asunción señala expresamente que todas las decisiones, incluidas las declaraciones y pronunciamientos, se toman con el consenso de los cuatro miembros pleno o no hay resolución

El primero en expresarse decepcionado con la posición de Uruguay que llevó a postergar la aprobación del bloque de rebajar el AEC fue el presidente anfitrión, Jair Bolsonaro, quien entiende que esa medida beneficiará a todos los sectores productivos de la región. En esa línea le siguió su secretario de Negociaciones Bilaterales y Regionales para las Américas, Pedro Costa e Silva, quien dijo que es una postura que “causa un bloqueo que es difícil de entender", según declaró al término de la reunión.

“La decisión de Uruguay de condicionar la rebaja arancelaria del Mercosur a la libertad para negociar en forma individual acuerdos comerciales, como el que trata de iniciar con China, puede dejar a ese país en un callejón sin salida”, advirtió el diplomático brasileño que coordinó esta cumbre.

Detrás de esos conceptos, igual Brasilia está dispuesto a conversar con Montevideo. "La puerta con Uruguay estará siempre abierta y queremos hallar caminos conjuntos, pero lo que no puede haber son bloqueos", puntualizó.

También se propone dialogar el mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quien se comprometió al asumir la presidencia semestral del Mercosur a “continuar participando en forma activa de procesos regionales de integración y a aunar los esfuerzos, a través del diálogo y la tolerancia ante las divergencias”.

“Los hechos han demostrado que el mejor camino para defender nuestros intereses es trabajar en forma conjunta y coordinada”, ante lo cual “daremos prioridad al proceso de revisión del AEC, en el que hemos llegado a un acercamiento importante de posiciones en los últimos meses”, complementó.

Esa intención positiva manifestada por Abdo Benítez fue delineada posteriormente ante la prensa por su canciller, Euclides Acevedo, al informar que el mandatario de ese país emprenderá en enero y febrero una gira para reunirse con sus pares Lacalle Pou, Bolsonaro y Alberto Fernández, de Argentina, en busca de consensos para dirimir los asuntos que generan rispideces.

Acevedo sostuvo que el Mercosur “tiene que buscar otros bloques para comerciar, pero actuando con toda la potencia de nuestro capital de más de 200 millones de habitantes”. “El mercado tenemos que saber usarlo", dijo.

Declaración tripartita

El comunicado en discordia que el gobierno de Uruguay se negó a suscribir indica en uno de sus tramos principales que los tres países "se comprometen con la revisión del arancel externo común (AEC), como instrumento primordial para el fortalecimiento de la unión aduanera del Mercosur, y a lograr un acuerdo cuatripartito en beneficio de la productividad y competitividad de las economías de los estados partes en la próxima presidencia pro tempore".

La discrepancia del gobierno de Lacalle Pou con el texto referido a la rebaja del AEC, sobre el cual acepta su discusión, es porque esa intención no quedó ligada al tratamiento de su reclamo de reformular el artículo 32 del tratado que prohíbe a los estados parte del Mercosur negociar en forma individual “acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias”.

Lacalle Pou insistió en muchas ocasiones previas que ambas discusiones “van de la mano”, actitud que reafirmó cuando Argentina y Brasil anunciaron un acuerdo primario, que se preveía firmar en esta cumbre y que finalmente no se hizo, de una rebaja de 10 por ciento del AEC, que rige desde el 1 de enero de 1995 para los bienes de extrazona, salvo los exceptuados expresamente. El tributo que se aplica en la actualidad se ubica entre 10 y 18 por ciento, con un promedio de 13 por ciento y un máximo de 35 por ciento, mientras que en el resto del mundo se cobra una media de 5,5 por ciento.

La flexibilización de la normativa 32 es planteada por Uruguay ante el avance las conversaciones con China para lograr el comienzo de negociaciones por un tratado de libre comercio bilateral.

“En el marco de la celebración de la LIX Cumbre de jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, precedida de la LIX Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común, los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay reiteran su compromiso con el bloque y expresan el propósito de continuar a trabajar, con espíritu constructivo y ánimo de entendimiento, en favor del fortalecimiento del proceso de integración”, comienza el texto emitido el 17 de diciembre.

Los tres presidentes “se congratulan por la celebración, en 2021, de los 30 años del Tratado de Asunción, cuya implementación ha traído beneficios tangibles e intangibles para la región, que se ha hecho más estable, cooperativa, integrada y próspera”.

Luego enfoca el mensaje hacia el AEC sobre el que destacan su compromiso con la revisión del mismo, “como instrumento primordial para el fortalecimiento de la unión aduanera del Mercosur”, por la tanto el compromiso es “lograr un acuerdo cuatripartito en beneficio de la productividad y competitividad de las economías de los estados partes en la próxima presidencia pro tempore”.

También se detienen en resaltar temas de salud en la agenda de integración, “con miras a apoyar los esfuerzos para enfrentar mejor los impactos económicos, sociales y de salud asociados a la pandemia de Covid 19, así como las situaciones de crisis que puedan presentarse en el futuro”.

“Nos comprometemos a continuar la modernización del Mercosur mediante el fortalecimiento del libre comercio y la convergencia y armonización regulatoria dentro del bloque; aumentar la competitividad y la integración con la economía regional e internacional; la generación de resultados concretos para la ciudadanía, en una agenda no limitada a temas comerciales; y la continuación del proceso de reforma institucional del bloque, para optimizar su estructura y funcionamiento”, sostienen más adelante.

Otro asunto abordado es el energético. “Argentina, Brasil y Paraguay se congratulan por la reanudación del tratamiento del sector en el Mercosur, después de 10 años de inactividad, y enaltecieron los términos de la declaración de los ministros de Energía de los estados partes del Mercosur, Bolivia y Chile sobre Integración Energética Regional, del 7 de diciembre de 2021, que apunta hacia la actualización de la agenda de integración energética en el Cono Sur”.

Luego repasa la prioridad dada a la integración regional en el marco de la cual se retomó, se indica, las reuniones de las comisiones administradoras de los acuerdos de libre comercio con Chile, Colombia y Perú, y se firmó el 1º. de diciembre el Acuerdo de Libre Comercio entre Paraguay y Chile, que completa los instrumentos comerciales de última generación del Mercosur con esos países.

“Durante el semestre se realizaron la II Reunión del Comité Conjunto del Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y Egipto, así como la II Reunión del Comité Conjunto de Administración del Acuerdo de comercio preferencial con la Unión Aduanera de África del Sur, oportunidades que permitieron monitorear la implementación de los acuerdos y explorar posibilidades de profundización del comercio”, se detalla.

También indica que se continuó con el esfuerzo de “reforma institucional con miras a dotar al Mercosur de una estructura eficiente y ágil, para la consecución de los objetivos de la integración.

Los tres países firmantes apuntan en otros pasajes los acuerdos alcanzados en el bloque en materia de reconocimiento de estudios, títulos y diplomas de enseñanza superior técnico-profesional, tecnológica, artística y de formación de profesores entre los estados parte del bloque, así como la adopción del “acuerdo del Mercosur para la prevención y lucha contra la corrupción en el comercio y en las inversiones internacionales”.

En el ítem final, Argentina, Brasil y Paraguay manifiestan “su voluntad en avanzar con el proceso de adhesión plena de Bolivia al Mercosur para la consolidación del proceso de integración de América del Sur”.

Cada uno a su tiempo

“Lamentamos no haber podido llegar a un acuerdo sobre la rebaja del AEC este semestre, a pesar de los esfuerzos realizados por Brasil y nuestra voluntad de aceptar una reducción menor a la inicialmente prevista, pero este tema seguirá siendo una prioridad en la agenda porque beneficiará a nuestro sector privado y a nuestra ciudadanía”, enfatizó Bolsonaro al abrir la cumbre y dar la bienvenida a sus pares del Mercosur, Luis Alberto Arce, de Bolivia, en proceso de adhesión plena, y otras autoridades de países asociados.

Bolsonaro admitió, apenas comenzada la reunión, y marcando así el talante que tuvo el encuentro, que la revisión del nivel de este tributo común para los productos importados de fuera del bloque fue una meta prioritaria de su presidencia semestral del bloque, que no se pudo alcanzar pese a las negociaciones que llegaron a buen puerto con Argentina, que se había mostrado reacio en un comienzo.


En otro tramo de su discurso defendió una modernización del grupo para que sea un instrumento de "progreso y libertad para los pueblos”.

Su canciller, Carlos França, fue el encargado a continuación de resumir el balance de lo hecho en el segundo semestre del año e informar sobre las discusiones en el Consejo de Mercado Común, que reúne a los cancilleres y ministros de Economía en el día previo a la cumbre. No hubo acuerdo pese a los esfuerzos sobre algo que parecía virtualmente consensuado, informó.

A su vez, Costa e Silva indicó que Uruguay apoya la reducción de los aranceles externos, pero "el problema está en la vinculación que hace" entre ese asunto y su pretensión de flexibilización el Mercosur.

"Se debe buscar la flexibilidad dentro de las reglas, sobre todo cuando hay dos países que ya han dicho que no lo van a aceptar" de la forma en que lo propone el gobierno uruguayo, explicó. “Ese país ha anticipado una discusión que no era para ser tenida ahora", dijo.

Por su parte, Fernández sostuvo que se debe priorizar la integración dinámica y competitiva en las cadenas regionales de valor. “Este proyecto de integración regional es el más importante para la Argentina, porque entendemos que en este mundo cada vez más regionalizado no hay futuro para países ermitaños que se encierren en sí mismos o emprendan aventuras en soledad”.

“La vecindad es una condición natural que se convierte en una ventaja comparativa, cuando se le agrega el valor del esfuerzo conjunto, de la construcción permanente, de confianza y de los proyectos comunes”, apuntó. Luego instó a sus pares a “discutir a fondo con lealtad y franqueza cómo seguir asociándonos en materia de infraestructura, conectividad, energía e inteligencia comercial (…) sin miedo ni importar los signos políticos distintos o las diferencias ideológicas de los gobiernos del bloque".

Para el mandatario argentino, un “Mercosur sólido da mayor capacidad de negociación colectiva con el resto del mundo y la clave es conseguir aperturas de mercados relevantes sin asumir obligaciones imposibles de cumplir”. “Esto nos exige una visión comercial integrada y una capacidad de coordinación para atender a cada uno de nuestros intereses nacionales”, puntualizó.

“Vivimos este tiempo y vemos el desarrollo de los demás socios como nuestro desarrollo, pero no solamente por generosidad, lo que les estoy diciendo surge de los hechos. No competimos, todos nos comprometimos por la creación de empleo, el crecimiento de uno siempre ha favorecido el crecimiento del resto”, expresó en otro pasaje de su intervención.

Precisó que “estamos terminando el segundo año de una pandemia der COVID-19 que, a diferencia del anterior, ha sido el de la recuperación de nuestras economías, que han comenzado a recobrar impulso, y ahora tenemos por delante el desafío de hacer sostenible esa expansión, asegurando que sus beneficios puedan llegar a toda la población”.

“Hace 10 años alcanzamos récords de intercambio, el desafío hoy es recuperar esos niveles”, enfatizó.

Finalmente dijo querer que “el Mercosur mire a sus propios integrantes y a sus propios pueblos, así como a nuestros vecinos, para que el resto de América Latina acompañe y se asocie a nuestro proyecto integrador”.

A su turno, el nuevo presidente temporal del Mercosur, Abdo Benítez, señaló ante sus pares que “Paraguay, como expresión de su política exterior, reafirma su compromiso de continuar participando de forma activa de procesos regionales de integración y abogó por aunar los esfuerzos a través del diálogo y la tolerancia ante las divergencias, para avanzar hacia una vinculación real y efectiva orientada a las necesidades de nuestros ciudadanos respetuosa de la democracia, el estado de derecho, la protección y promoción de los derechos humanos”.

A continuación se comprometió a dar prioridad a la discusión por la reducción del AEC y aseguró que “el mejor camino para defender los intereses es trabajar de forma conjunta y coordinada”. “El Mercosur ha multiplicado más de 12 veces el comercio entre sus socios en 30 años y en el caso de mi país, es su principal socio comercial, aún en plena pandemia el bloque concentró 64 por ciento de nuestras exportaciones, más de 80 por ciento con valor agregado, y es responsable de 35 por ciento de nuestro intercambio global”, detalló.

“En este semestre hemos tenido conversaciones en temas muy relevantes como son el AEC, los regímenes especiales de importación y de origen, así como también en las dimensiones sociales, culturales, educativas y la coordinación de políticas en materia de derechos humanos y la construcción de una ciudadanía común en el bloque”, sostuvo.

Abdo Benítez anunció que durante su presidencia temporal va a “desarrollar una agenda dinámica y proactiva y, en ese contexto, daremos prioridad al proceso de revisión del AEC, en el que hemos llegado a un acercamiento importante de posiciones en los últimos meses”, además de “impulsar las conversaciones respecto de la coordinación de políticas macroeconómicas en el Mercosur, tratar de avanzar en la aplicación de la Agenda Digital y dar continuidad a los trabajos para la adecuación del sector automotor a la unión aduanera”.

Salud y ambiente

Entre los varios asuntos con tratamiento específico en la cumbre del Mercosur se destaca el referido a la lucha contra el COVID-19 sobre lo cual se acordó sumar esfuerzos para promover la recuperación post pandemia y encontrar respuestas conjuntas a los desafíos en materia política y social de la región.

Los cuatro países del Mercosur señalaron que esas respuestas deben superar “lo meramente económico, teniendo como centro el bienestar de sus ciudadanos, para que los mismos puedan percibir resultados tangibles y concretos derivados de la integración regional”.

Los presidentes y ministros saludaron la realización de los trabajos de los distintos foros del bloque, en especial sobre recuperación postpandemia, y alentaron a los gobiernos y sociedades a que dediquen especial atención a la formulación de políticas públicas que incluya a los grupos más vulnerables y afectados por la crisis sanitaria, incluidos los migrantes.

Otra área abordada en la reunión virtual fue el Acuerdo de París sobre sobre cambio climático. El Mercosur reafirmó su compromiso con su plena implementación, pero también pidió tener en cuenta las distintas "realidades nacionales" y una acción climática global que considere "los principios de equidad y las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y sus respectivas capacidades".

Precisamente, varios países europeos han condicionado la aprobación de un tratado con el Mercosur a la realización de pasos concretos de parte de Brasil para terminar con la deforestación ilegal de la Amazonía y otras políticas que dañan el ambiente regional.

En el documento, también hacen un llamamiento a los países industrializados "para que cumplan la meta de movilización anual de 100.000 millones de dólares desde 2020" para lograr un cumplimiento global de los compromisos del Acuerdo de París.

La crisis actual debe ser aprovechada como una oportunidad para repensar la agenda de financiamiento para el desarrollo de los países de ingreso medio, como los de América Latina y el Caribe. Es una ocasión para alcanzar un amplio consenso social y político que permita aplicar reformas ambiciosas con el fin de emprender un proceso de construcción sostenible e igualitario hacia el futuro, coincidieron representantes de los países de América Latina y el Caribe reunidos en el trigésimo sexto período de sesiones del Comité Plenario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). La secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, presentó cinco propuestas de financiamiento para el desarrollo de la región.

En la reunión, que se realizó el 3 de diciembre en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, participaron representantes de 37 Estados miembros de la Cepal y de tres miembros asociados, quienes aprobaron el programa de trabajo de la Comisión para el 2023 y reafirmaron su papel como componente esencial del sistema de la ONU, con miras a lograr el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones —económica, social y ambiental— de forma equilibrada e integrada a nivel regional.

El encuentro fue inaugurado por Rodolfo Solano, ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, en su calidad de presidente del comité plenario de la Cepal, y Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, y contó con una intervención especial de María Luiza Ribeiro, jefa de gabinete de la Oficina Ejecutiva del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.

Durante su intervención inaugural, Solano afirmó que la Cepal es un aliado incondicional de América Latina y el Caribe en la articulación de esfuerzos para abordar los desafíos de mejor manera y avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

“Costa Rica ha trabajado muy de cerca con la Comisión para lograr sociedades más inclusivas y equitativas”, expresó.

María Luiza Ribeiro, en tanto, destacó que la labor de la Cepal ha puesto especial atención en los efectos de la pandemia de COVID-19 y en las causas estructurales de la desigualdad, la pobreza y la exclusión, en línea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Alicia Bárcena, por su parte, destacó el liderazgo de Costa Rica en la Presidencia del Comité Plenario de la CEPAL. Asimismo dio cuenta de las actividades de la Comisión en el 2020 y destacó que, pese a la pandemia provocada por el COVID-19, los mandatos entregados por los países han sido cumplidos.

En la ocasión, la funcionaria presentó el documento “Una agenda innovadora de financiamiento para el desarrollo para la recuperación de América Latina y el Caribe”, elaborado por la Cepal a solicitud del gobierno de Costa Rica.

“El COVID-19 ha evidenciado la necesidad de abordar el problema del financiamiento para el desarrollo de los países de ingreso medio. La pandemia ha empeorado los problemas estructurales de América Latina y el Caribe en materia de inversión, productividad, informalidad, desigualdad y pobreza”, subrayó Bárcena durante su presentación.

Recordó que América Latina y el Caribe es actualmente la región más endeudada del mundo en desarrollo. La deuda bruta del gobierno general promedia el 77,7 % del PIB regional, aunque en algunos casos supera el 100 % del producto, y el servicio total de la deuda representa el 59 % de sus exportaciones de bienes y servicios.

“El alto nivel de endeudamiento resultante de una menor recaudación de impuestos, junto con el incremento de las transferencias corrientes para apoyar a los hogares y las empresas, ha aumentado las necesidades de liquidez de los países, a pesar de la considerable heterogeneidad de su situación fiscal y vulnerabilidad de la deuda. Esta situación ha reducido el espacio fiscal para implementar políticas contracíclicas, socavando la capacidad de los países para construir un futuro mejor”, afirmó la secretaria ejecutiva de la Cepal.

El informe propone una innovadora agenda de financiamiento para el desarrollo para la recuperación de la región basada en cinco medidas de política: ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo; fortalecer la cooperación regional aumentando la capacidad de préstamo y respuesta de las instituciones financieras regionales, subregionales y nacionales, y estrechando sus vínculos con los bancos multilaterales de desarrollo; y llevar a cabo una reforma institucional de la arquitectura de la deuda multilateral.

Propone también proporcionar a los países un conjunto de instrumentos innovadores destinados a aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo, e integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda a una estrategia de resiliencia encaminada a construir un futuro mejor. En este último punto, el documento subraya como ejemplo el Fondo de Resiliencia del Caribe, un fondo fiduciario establecido como una asociación público-privada cuyo propósito es financiar intervenciones estratégicas en todo el Caribe para aliviar dificultades que afectan a la subregión.

En sus resoluciones, los países miembros del Comité Plenario reconocieron los esfuerzos de la Cepal para garantizar la continuidad de sus operaciones y la disponibilidad de sus productos y servicios considerando los desafíos que plantea la pandemia de COVID-19, y reiteraron el papel de la Comisión en el apoyo a la implementación de la Agenda 2030, así como la respuesta regional y mundial para lograr una recuperación sostenible, resiliente e inclusiva de la pandemia.

Asimismo los Estados miembros aprobaron el cambio desde Comité a Conferencia Regional sobre Cooperación Sur-Sur de América Latina y el Caribe, la que pasará a ser un órgano subsidiario de la Cepal que contribuirá al apoyo de los Estados miembros en las iniciativas de cooperación sur-sur y triangular.

Finalmente, ratificaron que el trigésimo noveno período de sesiones de la Cepal se realizará durante el 2022 en Argentina.

En el marco de la reunión, Alicia Bárcena anunció que, junto al secretario general António Guterres, han acordado el cierre oficial de su gestión al frente de la Secretaría Ejecutiva de la Cepal para el 31 de marzo del 2022.

A través de un video, Guterres destacó el “liderazgo estelar” de Alicia Bárcena al frente de la Cepal, institución en la que encabezó “una gestión progresista y visionaria”.

Por su parte, los embajadores presentes en la reunión agradecieron y destacaron la labor realizada por Alicia Bárcena a quien dieron una ovación unánime y expresaron sus mejores deseos al término de su mandato. (Fuente: Cepal).

El ministro de Ambiente, Adrián Peña, visitó la sucursal de Ta-Ta ubicada en Solymar y conoció algunas de las formas bajo las cuales la empresa opera en pos de la sustentabilidad

Ta-Ta tiene un objetivo claro: “Bajar el costo de vida del Uruguay”, pero ¿cómo lo hace? A partir de sus cuatro ejes estratégicos: ser el mejor lugar para comprar; ser el mejor lugar para trabajar; ser el mejor lugar para invertir; así como impactar de forma positiva en las comunidades donde opera.

Y la sustentabilidad es transversal a estos cuatro ejes. Uno de los fines de Ta-Ta es medir y minimizar el impacto medioambiental de sus consumos energéticos en las tiendas, para así mejorar la eficiencia en esta área. En esta línea, el pasado martes 30 de noviembre, el ministro de Ambiente, Adrián Peña, visitó el local de Ta-Ta de Solymar, con la finalidad de conocer el proyecto de gestión integral de residuos implementado por la empresa. A su vez, se le presentó la última planta solar del local, que comenzó a operar en enero del 2021.

“Es un placer para nosotros haber recibido al ministro Adrián Peña y que pudiera ver en primera persona una de las formas en las que operamos por la sustentabilidad. Desde Ta-Ta, nos comprometemos a diario por ser más responsables con el medioambiente y eficientes con la energía, todo con el fin de impactar positivamente en las comunidades donde operamos”, afirmó Carlos Cattaneo, gerente de Mantenimiento y Compras Indirectas de Ta-Ta.

Dejando de lado las prácticas tradicionales de envíos de residuos a disposición final, Ta-Ta, en conjunto con Ventus, Reacción y Farmared-Logired, implementa un sistema por el que se recuperan los residuos y se valorizan a través del reciclaje y compostaje en más de un 55 %, y en proceso de mejora continua.

“Es un orgullo poder liderar desde Ventus este proyecto pionero para el manejo integral de residuos. Estamos convencidos de que desde nuestro lugar podemos ayudar a industrias y comercios de nuestro país a generar acciones concretas orientadas a los principios de economía circular”, sostuvo Francis Raquet, director de Desarrollo de Negocios de Ventus.

El mencionado sistema de gestión integral de residuos se ejecuta de manera selectiva y sostenible en 27 sucursales de la cadena de Supermercados Ta-Ta de nuestro país.

Por su parte, la planta solar, de 200kWp de potencia, fue construida también por el equipo de Ventus en el techo del local, a partir de la instalación de más de 500 módulos. Estos le permiten a Ta-Ta abastecerse del 50 % de su consumo total de energía. A la fecha, Ta-Ta cuenta con seis plantas solares operando y tiene en fase de construcción tres más para el primer cuatrimestre del 2022.

A partir de acciones como estas, durante tres años consecutivos, el Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay otorgó reconocimiento a las sucursales Ta-Ta por su eficiencia energética, obteniendo en diciembre del 2020 el Premio Nacional de Eficiencia Energética.

Y, una vez más, Supermercados Ta-Ta refuerza sus objetivos, constituyéndose como el mejor lugar para trabajar, invertir, comprar, así como impactar de forma positiva en las comunidades donde opera.

En diálogo con Somos Uruguay Revista, el director de la cadena de helados artesanales Chelato, Nicolás Baladon, habló sobre el crecimiento exponencial de la empresa y el proceso de internacionalización de la marca, que está presente en más de 30 países, el proceso de adaptación a otros mercados, la irrupción de la pandemia y el rol que jugó la compra online y el servicio de delivery para salir a flote

¿Cómo surgió la posibilidad de internacionalizar la marca?

Tuvimos varios acercamientos para vender el máster franquicia afuera; y la última vez, dentro de la negociación, se llegó a la opción de instalar una fábrica a nivel local, y que no sea exportación. Fue un lindo desafío del que recién ahora, años después, pandemia de por medio, se están viendo los resultados.

¿Qué efectos puede tener sobre la empresa ese proceso?

Para nosotros era un desafío como personas, más que para darle un valor agregado a la empresa. Obviamente no deja de ser un negocio, uno siempre sueña con la internacionalización desde el día uno en que emprende, y hoy es un sueño cumplido y vamos por más países en el 2022; ya estamos pensando en España y Perú.

Entre los desafíos que implica esa internacionalización, ¿cuáles son los más destacables?

Fue muy difícil la adaptación social, más que nada porque te encontrás con un mundo distinto al que conocías, con una cultura que te cambia por completo las reglas de juego. También el captar proveedores, cuando no conocés a nadie, no sabés por dónde empezar a buscar, no fue nada fácil.

Por ejemplo, en Paraguay no se manejan con Mercado Libre, hay una empresa local. En su momento, PedidosYa tampoco existía, la empresa local era fuertísima, ni siquiera Uber estaba. Eso te daba una señal de lo patriota que es el país y lo que apoyan a sus emprendimientos. Llegar con una marca de otro lado asustaba mucho, pero por suerte nos vinculamos con gente increíble, armamos un lindo grupo y en poco tiempo nos hicimos conocer y fuimos aceptados.

 

¿Cómo afectó la emergencia sanitaria al sector y cuáles son las perspectivas de recuperación?

Fue muy duro, sobre todo en Paraguay, donde hubo lockdown [cuarentena en las casas]. Al principio, con el delivery se remó; pero llegó un momento en que ya ni eso servía.

Uruguay sufrió un par de meses, aparte justo fue invierno, época en que por lo general el consumo es bajo; pero ya era demasiado bajo. Pero tuvimos justo una expansión a partir de junio, cuando empezamos a abrir prácticamente una franquicia por mes, y hasta el día de hoy no hemos parado. Las tiendas no han llegado ni cerca aún a prepandemia en Uruguay, pero al haberse triplicado la producción, cuando pasás raya, el resultado es mayor.

 En los últimos tiempos ha habido cambios en las formas de consumo, con el crecimiento de los deliveries, y elecciones de compra que se concretan en la web.

¿Cómo se ha adaptado la empresa a esos cambios?

Increíblemente nosotros veníamos adelantados con eso, y teníamos fecha de lanzamiento de nuestra plataforma web en los dos países en marzo 2020, una vez que se terminara la temporada fuerte, porque estábamos con más demanda de lo que podíamos producir en verano.

Yo justo estaba en Brasil cuando cayeron los primeros casos en Río de Janeiro, y pude ver dos semanas antes que nos iban a cerrar, lo que nos dio tiempo a conseguir la flota de deliveries y lanzar el servicio la primera semana de pandemia en ambos países.

Realmente fue lo que nos salvó en su momento. Eran 130 pedidos todos los días, la web era hasta las 24.00 horas, y teníamos que cortar a las 20.00 porque teníamos demoras de cuatro horas por día desde casa central. En tiempos normales, unos 15 pedidos es un muy buen día de delivery en una heladería. Hoy por hoy, ya volvió a la normalidad; existe, pero no es que haga la diferencia.

 

¿Cuáles han sido los principales logros de este año?

Este año la meta era llegar a 30 franquicias y se llegó a 31. El tiempo para concretar era hasta el 31 de octubre y tuvimos que cerrar el 8 porque no íbamos a poder abastecerlos a todos. También se cortaron las ventas, no vendemos a clientes nuevos hasta marzo del 2022. Se hizo una gran inversión aprovechando el apoyo del gobierno con proyectos de inversión de unos 500.000 dólares, triplicando la capacidad de producción, y triplicamos personal y la flota de camiones para poder llegar a la meta de las tiendas.

 

¿Cuál ha sido la clave para la expansión?

Tanto en la expansión como en el desarrollo, desde el día uno, para mí, la clave fueron los contactos: mi “mayor capital oculto“, como me gusta llamarles.

Miércoles, 29 Diciembre 2021 16:07

Nº 96 | Diciembre de 2021

BAS se une a la iniciativa de impacto social “Navidad Solidaria” que Ta-Ta lleva a cabo por tercer año consecutivo y juntos se preparan para generar miles de sonrisas a niñas, niños y adolescentes del INAU

Montevideo, 21 de diciembre de 2021. Lograr una feliz navidad para todos, es posible, Ta-Ta lo sabe mejor que nadie. Por eso, es el tercer año consecutivo en que lleva adelante su iniciativa de impacto positivo en la comunidad “Navidad Solidaria” entregando miles de juguetes a niñas, niños y adolescentes de hogares del INAU, en los diecinueve departamentos del país. Y esta vez, realizan esta acción con BAS, la marca de indumentaria de diseño uruguayo. Juntos, se proponen demostrar que lograr una feliz navidad para todos es posible tomando acciones para lograrlo.

¿Qué más lindo que sentir que alguien se preocupa por nosotros? Que piensa en lo que nos gusta recibir, sentir o hacer. La navidad es un buen momento para brindar algo de nosotros a los demás y nos une a nuestros seres queridos, compartiendo sonrisas. Ta-Ta, desde hace tres años, se inspira en el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño en el cual se declara su “derecho al descanso, al juego, al arte y a la cultura”, y considera que la navidad no es la excepción. Todos tienen derecho a recibir regalos, divertirse, aprender jugando, así como a mantener la imaginación y la esperanza intactas.

Por eso, durante el día de hoy, Ta-Ta y BAS realizan el recorrido por los diecinueve departamentos del país repartiendo juguetes y, más allá del regalo, generando nuevas aventuras, experiencias e historias a las niñas, niños y adolescentes del INAU. De este modo, se transmite el espíritu navideño además de cumplirse con la política de cercanía de Ta-Ta, cuyo propósito es “Bajar el costo de vida del Uruguay” y el propósito de BAS “Disfruta de lo Simple”, así también se logra la sonrisa de sus clientes, colaboradores, fundadores y de la comunidad donde están presentes.

El gerente de Consultoría y Análisis de Riesgo de Securitas, Oscar Baladán, habló con Somos Uruguay Revista sobre el rol que cumplen los análisis de riesgo para una solución integral en seguridad, sobre el papel que juega la información y el conocimiento para fundamentar las recomendaciones a las empresas, y la versatilidad de los servicios que puede brindar Securitas. También se refirió al vínculo con el cliente, la importancia de proteger los activos intangibles de una empresa y la interacción entre análisis de riesgo, tecnología, personal y procedimientos.

 ¿Qué implica ser consultor en seguridad?

En Uruguay somos pocos, seis o siete, que tenemos el conocimiento que debe tener un consultor y también la certificación internacional, Certificación en Protección Profesional, que la da el organismo ASIS y que tenemos que recertificar cada tres años. Eso nos respalda porque trabajamos bajo estándares internacionales, que son fácilmente contrastables. Además, hay 40.000 miembros en el mundo de ASIS, y uno puede buscar con su certificación quiénes trabajan en cada área y consultarlos.

¿Qué aspectos es necesario evaluar en una consultoría en protección de activos?

 Normalmente empezamos con un análisis de riesgo, en el que determinás varias cosas, como qué activos tangibles tenés que proteger, como personas, propiedad, información, pero también los activos intangibles, tan importantes como los tangibles, como el buen nombre de una empresa, su prestigio.

Securitas acaba de cumplir 15 años, somos una multinacional; si nosotros tenemos un problema, nuestro nombre puede caerse, podemos perder clientes, nuestros competidores pueden aprovechar esa situación.

Hoy algunos activos intangibles son tan importantes como los tangibles, aunque nunca como las personas, que siempre son lo más importante, no solo las que tenés como empleados, sino también tus visitas, tus proveedores, toda tu cadena de suministros, que es un valor importantísimo, más cuando estamos viviendo una crisis internacional en la cadena de suministros.

¿Cómo sigue el proceso después del análisis de riesgo?

Después que determinás qué activos tenés que proteger, tenés que determinar qué vulnerabilidades tenés vos ante cada amenaza interna o externa. No es lo mismo si una empresa está en un barrio o en otro. Hay que considerar la seguridad del barrio en su conjunto. Después, tengo que analizar cada amenaza que pueda afectar cada activo y su impacto. A través de una métrica y una matriz de riesgo entre probabilidad y criticidad, uno puede determinar cuáles son los riesgos de cada activo. Algunos se pueden eliminar, pero normalmente no: hay que disminuir el riesgo o transferirlo a través de una póliza de seguros; se puede difundir el riesgo geográficamente (por ejemplo, Ancap tiene la refinería y los depósitos separados).

¿La consultoría implica visitas a la empresa para conocer la situación particular de cada cliente?

Cada trabajo es particular del cliente; normalmente lleva una o más visitas a la empresa, diurnas y nocturnas. Cuando uno hace un informe final, hace recomendaciones que no siempre las puede realizar Securitas. Por ejemplo, poner iluminación, rejas o cortar el pasto. Hay un concepto, que es de la década del sesenta, que es el manejo del medioambiente para crear seguridad y prevenir el delito. Eso se hace manteniendo la vegetación controlada y la iluminación con determinados estándares.

¿Cuáles son los principales tipos de soluciones que se proponen?

Las soluciones se basan en tres partes principales: tecnología, personas y procedimientos.

¿Resulta difícil para quien contrata reconocer sus propias vulnerabilidades en materia de seguridad?

 Sí, porque uno ya tiene sus vicios y sus convencimientos preestablecidos, por eso lo lógico es contratar un consultor y auditorías externas, porque hay que tener claro que el consultor recomienda, pero no decide.

¿Las recomendaciones se dan sin considerar los costos?

Sí, yo recomiendo y después la empresa lo adecua a su presupuesto. Quizás alguien está de acuerdo con las recomendaciones y necesita generar las bases para pedir precios, o se piensa desde el inicio. Este año nos contrató una empresa que estaba diseñando con sus arquitectos una nueva planta, entonces hicimos un estudio de seguridad de acuerdo a los planos, y la última reunión la hicimos con la arquitecta para determinar qué tipo de puerta precisamos en cada lugar, por ejemplo.

 ¿Cuáles son los desafíos más importantes del área?

Las soluciones evolucionan y evoluciona el mercado. Cuando empezamos, hace ocho años, Securitas no tenía una gerencia de consultoría. El desafío en ese momento fue crear la gerencia de consultoría y que empezara a funcionar. El mercado interno tampoco estaba acostumbrado a tener un consultor en quien apoyarse. Toda la empresa, si necesita un consejo técnico de seguridad, no va a agarrar un manual, va a consultar a la gerencia de consultoría. El desafío desde hace unos años es el mercado externo. Entre nuestra cadena de clientes, tenemos la cadena más importante de frigoríficos del país y ellos exportan a Estados Unidos, por eso tienen que cumplir ciertos requisitos de la agencia estatal de ese país, la Food and Drug Administration (FDA).

Nosotros le damos la capacitación en el plan de defensa alimentaria a todo el personal de supervisión, de trabajo y de gerencia. Para ellos es importantísimo, porque si tenés un problema no solo perdés el mercado y te cuesta recuperarlo, sino que también generás desempleo, lo que es un problema para el país.

¿Qué tipo de empresas y de seguridad abarcan los servicios de Securitas?

Teniendo una base de seguridad firme, reconocida y potente, y podemos trabajar en diferentes empresas. Por ejemplo, somos especialistas en silos en todo el país. Recorremos el país para hacer planes de seguridad en plantas de silos, y cada rubro tiene su especificidad. Por ejemplo, dependiendo de si exporta o no exporta, el estudio es distinto. También la experiencia que tenemos es lo que nos da la ductilidad. Tenemos barrios privados que son abiertos y barrios privados cerrados casi herméticos, que tienen problemas de seguridad, porque también la seguridad hay que tomarla objetiva y subjetivamente, y tenés que hacer una conjugación de las dos.

Muchas veces se trata de hacer sentir seguro al usuario de que todo lo que tiene le alcanza para su seguridad. Tenemos un equipo de análisis de riesgo y trabajamos de afuera hacia adentro. Todo lo que nosotros explicamos sirve para la casa, para la familia, lo de afuera te va a variar necesariamente tu seguridad interna.

Para eso, desde hace unos años tenemos un equipo de análisis de riesgo que hace el mapa de riesgo de todo el país y dividido por departamentos, con la información estadística del Ministerio del Interior con los delitos rapiña, hurto y homicidio.

Usamos información proveniente de los 3.000 guardias que están permanentemente viendo eventos, tenemos unas 6.000 cámaras de clientes que monitorean unas 20.000 cuentas de alarma, y tenemos la información policial de los medios de comunicación.

Todos los días analizamos y clasificamos diferentes zonas de Montevideo, Colonia, Rocha, Canelones, San José y Maldonado. Tenemos el detalle de dónde fue cada homicidio, y tenemos la información de todo el caso, con qué arma, a quién, si detuvieron al homicida, el contexto.

 ¿Qué uso le dan al mapa de riesgo?

 El mapa de riesgo lo usamos para dos cosas, para venderlo a nuestros clientes y para dar capacitaciones de seguridad ciudadana a técnicos, y también lo usamos para cuando hacemos los estudios de seguridad.

Si tenés el conocimiento y tenés la información disponible, podés hacer muchas cosas. ¿Cómo demuestro a mi cliente que mi estudio de seguridad está fundado en datos? A través del mapa de riesgo. Somos la única empresa de seguridad que puede tener esta información. Solo Securitas ha apostado al conocimiento, porque es la base de todo el trabajo de seguridad. Podemos discutir los costos o las soluciones, pero no en qué nos basamos.

 ¿Cómo está Uruguay en relación a otras partes del mundo en materia de seguridad?

Nosotros fuimos pioneros en el uso de equipos como las cámaras térmicas o los radares con cámaras que uno puede manejar. Estamos en la seguridad en el más alto nivel, usamos la tecnología que está disponible en el mundo y el conocimiento lo tenemos.

En Securitas, así como tenemos un equipo de riesgo, tenemos un equipo de soluciones de seguridad. El experto en tecnología hace su diseño tecnológico, y el gerente de vigilancia especializada arma su estructura de seguridad física.

La seguridad se maneja a partir de un análisis de riesgo, un diseño de sistema electrónico, y luego están las personas y los procedimientos. A partir de ahí se le da una solución de seguridad, holística y global.

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