Una Cumbre del Mercosur con sabor amargo para Uruguay

Por primera vez en 30 años, nuestro país no firmó el documento final

“No pudimos llegar a entendimientos totales” este año, “pero hubo sinceramiento y todos sabemos que tenemos vocación de un Mercosur, quizás en el futuro un poco distinto”, sugirió el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en su intervención en la cumbre semestral del bloque de diciembre, que culminó con un resultado inédito como fue, por primera vez en 30 años, cerrar con una declaración en la cual faltó una firma, y fue la uruguaya.

La rebaja del arancel externo común (AEC) y la flexibilización del artículo 32 del Tratado de Asunción metieron la cola, y a la hora de conciliar posiciones, Uruguay decidió no suscribir el texto que sí fue firmado por los restantes miembros fundadores y plenos del Mercosur, Argentina, Brasil y Paraguay, algo que desde la creación del grupo en 1991 nunca había ocurrido.

“Uruguay ha sido claro de cuál es el camino e insistiremos en los tiempos que vienen” en modificar la cláusula que impide negociar por separado acuerdos de libre comercio con otros países o bloque, sostuvo Lacalle Pou en su intervención en la LIX Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, realizada el viernes 17 vía Internet, en la que Brasil entregó la presidencia temporal a Paraguay. “Debemos buscar un punto intermedio para que todos se sientan satisfechos”, planteó.

Añadió que la realidad del Mercosur no deja a Uruguay con “todos sus intereses satisfechos”, aunque valoró que entre las mejores cosas que ocurrieron en el semestre que finaliza fue el “sinceramiento” de las posturas de los cuatro gobiernos y reclamó buscar un punto intermedio para que todos los estados parte se sientan satisfechos.

“Tenemos vocación de pertenecer al Mercosur, quizás con un futuro próximo un poco distinto, pero es allí donde tenemos que seguir tratando de hablar de prosperidad y libertad”, por lo cual “lamento que no haya habido entendimientos totales”, señaló el mandatario uruguayo. “Somos optimistas porque el mundo necesita nuestros productos, de la inteligencia de nuestros compatriotas, está ávido de mirar a esta región y nosotros como uruguayos y el Mercosur seguimos apostando firmemente y de manera muy optimista al mundo”, agregó.

La propia decisión de Argentina, Brasil y Paraguay de suscribir y hacer público un comunicado al término de la cumbre sin la firma de Uruguay marca las molestias con la posición del último país dado que el tratado establecido en 1991 en Asunción señala expresamente que todas las decisiones, incluidas las declaraciones y pronunciamientos, se toman con el consenso de los cuatro miembros pleno o no hay resolución

El primero en expresarse decepcionado con la posición de Uruguay que llevó a postergar la aprobación del bloque de rebajar el AEC fue el presidente anfitrión, Jair Bolsonaro, quien entiende que esa medida beneficiará a todos los sectores productivos de la región. En esa línea le siguió su secretario de Negociaciones Bilaterales y Regionales para las Américas, Pedro Costa e Silva, quien dijo que es una postura que “causa un bloqueo que es difícil de entender", según declaró al término de la reunión.

“La decisión de Uruguay de condicionar la rebaja arancelaria del Mercosur a la libertad para negociar en forma individual acuerdos comerciales, como el que trata de iniciar con China, puede dejar a ese país en un callejón sin salida”, advirtió el diplomático brasileño que coordinó esta cumbre.

Detrás de esos conceptos, igual Brasilia está dispuesto a conversar con Montevideo. "La puerta con Uruguay estará siempre abierta y queremos hallar caminos conjuntos, pero lo que no puede haber son bloqueos", puntualizó.

También se propone dialogar el mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quien se comprometió al asumir la presidencia semestral del Mercosur a “continuar participando en forma activa de procesos regionales de integración y a aunar los esfuerzos, a través del diálogo y la tolerancia ante las divergencias”.

“Los hechos han demostrado que el mejor camino para defender nuestros intereses es trabajar en forma conjunta y coordinada”, ante lo cual “daremos prioridad al proceso de revisión del AEC, en el que hemos llegado a un acercamiento importante de posiciones en los últimos meses”, complementó.

Esa intención positiva manifestada por Abdo Benítez fue delineada posteriormente ante la prensa por su canciller, Euclides Acevedo, al informar que el mandatario de ese país emprenderá en enero y febrero una gira para reunirse con sus pares Lacalle Pou, Bolsonaro y Alberto Fernández, de Argentina, en busca de consensos para dirimir los asuntos que generan rispideces.

Acevedo sostuvo que el Mercosur “tiene que buscar otros bloques para comerciar, pero actuando con toda la potencia de nuestro capital de más de 200 millones de habitantes”. “El mercado tenemos que saber usarlo", dijo.

Declaración tripartita

El comunicado en discordia que el gobierno de Uruguay se negó a suscribir indica en uno de sus tramos principales que los tres países "se comprometen con la revisión del arancel externo común (AEC), como instrumento primordial para el fortalecimiento de la unión aduanera del Mercosur, y a lograr un acuerdo cuatripartito en beneficio de la productividad y competitividad de las economías de los estados partes en la próxima presidencia pro tempore".

La discrepancia del gobierno de Lacalle Pou con el texto referido a la rebaja del AEC, sobre el cual acepta su discusión, es porque esa intención no quedó ligada al tratamiento de su reclamo de reformular el artículo 32 del tratado que prohíbe a los estados parte del Mercosur negociar en forma individual “acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias”.

Lacalle Pou insistió en muchas ocasiones previas que ambas discusiones “van de la mano”, actitud que reafirmó cuando Argentina y Brasil anunciaron un acuerdo primario, que se preveía firmar en esta cumbre y que finalmente no se hizo, de una rebaja de 10 por ciento del AEC, que rige desde el 1 de enero de 1995 para los bienes de extrazona, salvo los exceptuados expresamente. El tributo que se aplica en la actualidad se ubica entre 10 y 18 por ciento, con un promedio de 13 por ciento y un máximo de 35 por ciento, mientras que en el resto del mundo se cobra una media de 5,5 por ciento.

La flexibilización de la normativa 32 es planteada por Uruguay ante el avance las conversaciones con China para lograr el comienzo de negociaciones por un tratado de libre comercio bilateral.

“En el marco de la celebración de la LIX Cumbre de jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, precedida de la LIX Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común, los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay reiteran su compromiso con el bloque y expresan el propósito de continuar a trabajar, con espíritu constructivo y ánimo de entendimiento, en favor del fortalecimiento del proceso de integración”, comienza el texto emitido el 17 de diciembre.

Los tres presidentes “se congratulan por la celebración, en 2021, de los 30 años del Tratado de Asunción, cuya implementación ha traído beneficios tangibles e intangibles para la región, que se ha hecho más estable, cooperativa, integrada y próspera”.

Luego enfoca el mensaje hacia el AEC sobre el que destacan su compromiso con la revisión del mismo, “como instrumento primordial para el fortalecimiento de la unión aduanera del Mercosur”, por la tanto el compromiso es “lograr un acuerdo cuatripartito en beneficio de la productividad y competitividad de las economías de los estados partes en la próxima presidencia pro tempore”.

También se detienen en resaltar temas de salud en la agenda de integración, “con miras a apoyar los esfuerzos para enfrentar mejor los impactos económicos, sociales y de salud asociados a la pandemia de Covid 19, así como las situaciones de crisis que puedan presentarse en el futuro”.

“Nos comprometemos a continuar la modernización del Mercosur mediante el fortalecimiento del libre comercio y la convergencia y armonización regulatoria dentro del bloque; aumentar la competitividad y la integración con la economía regional e internacional; la generación de resultados concretos para la ciudadanía, en una agenda no limitada a temas comerciales; y la continuación del proceso de reforma institucional del bloque, para optimizar su estructura y funcionamiento”, sostienen más adelante.

Otro asunto abordado es el energético. “Argentina, Brasil y Paraguay se congratulan por la reanudación del tratamiento del sector en el Mercosur, después de 10 años de inactividad, y enaltecieron los términos de la declaración de los ministros de Energía de los estados partes del Mercosur, Bolivia y Chile sobre Integración Energética Regional, del 7 de diciembre de 2021, que apunta hacia la actualización de la agenda de integración energética en el Cono Sur”.

Luego repasa la prioridad dada a la integración regional en el marco de la cual se retomó, se indica, las reuniones de las comisiones administradoras de los acuerdos de libre comercio con Chile, Colombia y Perú, y se firmó el 1º. de diciembre el Acuerdo de Libre Comercio entre Paraguay y Chile, que completa los instrumentos comerciales de última generación del Mercosur con esos países.

“Durante el semestre se realizaron la II Reunión del Comité Conjunto del Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y Egipto, así como la II Reunión del Comité Conjunto de Administración del Acuerdo de comercio preferencial con la Unión Aduanera de África del Sur, oportunidades que permitieron monitorear la implementación de los acuerdos y explorar posibilidades de profundización del comercio”, se detalla.

También indica que se continuó con el esfuerzo de “reforma institucional con miras a dotar al Mercosur de una estructura eficiente y ágil, para la consecución de los objetivos de la integración.

Los tres países firmantes apuntan en otros pasajes los acuerdos alcanzados en el bloque en materia de reconocimiento de estudios, títulos y diplomas de enseñanza superior técnico-profesional, tecnológica, artística y de formación de profesores entre los estados parte del bloque, así como la adopción del “acuerdo del Mercosur para la prevención y lucha contra la corrupción en el comercio y en las inversiones internacionales”.

En el ítem final, Argentina, Brasil y Paraguay manifiestan “su voluntad en avanzar con el proceso de adhesión plena de Bolivia al Mercosur para la consolidación del proceso de integración de América del Sur”.

Cada uno a su tiempo

“Lamentamos no haber podido llegar a un acuerdo sobre la rebaja del AEC este semestre, a pesar de los esfuerzos realizados por Brasil y nuestra voluntad de aceptar una reducción menor a la inicialmente prevista, pero este tema seguirá siendo una prioridad en la agenda porque beneficiará a nuestro sector privado y a nuestra ciudadanía”, enfatizó Bolsonaro al abrir la cumbre y dar la bienvenida a sus pares del Mercosur, Luis Alberto Arce, de Bolivia, en proceso de adhesión plena, y otras autoridades de países asociados.

Bolsonaro admitió, apenas comenzada la reunión, y marcando así el talante que tuvo el encuentro, que la revisión del nivel de este tributo común para los productos importados de fuera del bloque fue una meta prioritaria de su presidencia semestral del bloque, que no se pudo alcanzar pese a las negociaciones que llegaron a buen puerto con Argentina, que se había mostrado reacio en un comienzo.


En otro tramo de su discurso defendió una modernización del grupo para que sea un instrumento de "progreso y libertad para los pueblos”.

Su canciller, Carlos França, fue el encargado a continuación de resumir el balance de lo hecho en el segundo semestre del año e informar sobre las discusiones en el Consejo de Mercado Común, que reúne a los cancilleres y ministros de Economía en el día previo a la cumbre. No hubo acuerdo pese a los esfuerzos sobre algo que parecía virtualmente consensuado, informó.

A su vez, Costa e Silva indicó que Uruguay apoya la reducción de los aranceles externos, pero "el problema está en la vinculación que hace" entre ese asunto y su pretensión de flexibilización el Mercosur.

"Se debe buscar la flexibilidad dentro de las reglas, sobre todo cuando hay dos países que ya han dicho que no lo van a aceptar" de la forma en que lo propone el gobierno uruguayo, explicó. “Ese país ha anticipado una discusión que no era para ser tenida ahora", dijo.

Por su parte, Fernández sostuvo que se debe priorizar la integración dinámica y competitiva en las cadenas regionales de valor. “Este proyecto de integración regional es el más importante para la Argentina, porque entendemos que en este mundo cada vez más regionalizado no hay futuro para países ermitaños que se encierren en sí mismos o emprendan aventuras en soledad”.

“La vecindad es una condición natural que se convierte en una ventaja comparativa, cuando se le agrega el valor del esfuerzo conjunto, de la construcción permanente, de confianza y de los proyectos comunes”, apuntó. Luego instó a sus pares a “discutir a fondo con lealtad y franqueza cómo seguir asociándonos en materia de infraestructura, conectividad, energía e inteligencia comercial (…) sin miedo ni importar los signos políticos distintos o las diferencias ideológicas de los gobiernos del bloque".

Para el mandatario argentino, un “Mercosur sólido da mayor capacidad de negociación colectiva con el resto del mundo y la clave es conseguir aperturas de mercados relevantes sin asumir obligaciones imposibles de cumplir”. “Esto nos exige una visión comercial integrada y una capacidad de coordinación para atender a cada uno de nuestros intereses nacionales”, puntualizó.

“Vivimos este tiempo y vemos el desarrollo de los demás socios como nuestro desarrollo, pero no solamente por generosidad, lo que les estoy diciendo surge de los hechos. No competimos, todos nos comprometimos por la creación de empleo, el crecimiento de uno siempre ha favorecido el crecimiento del resto”, expresó en otro pasaje de su intervención.

Precisó que “estamos terminando el segundo año de una pandemia der COVID-19 que, a diferencia del anterior, ha sido el de la recuperación de nuestras economías, que han comenzado a recobrar impulso, y ahora tenemos por delante el desafío de hacer sostenible esa expansión, asegurando que sus beneficios puedan llegar a toda la población”.

“Hace 10 años alcanzamos récords de intercambio, el desafío hoy es recuperar esos niveles”, enfatizó.

Finalmente dijo querer que “el Mercosur mire a sus propios integrantes y a sus propios pueblos, así como a nuestros vecinos, para que el resto de América Latina acompañe y se asocie a nuestro proyecto integrador”.

A su turno, el nuevo presidente temporal del Mercosur, Abdo Benítez, señaló ante sus pares que “Paraguay, como expresión de su política exterior, reafirma su compromiso de continuar participando de forma activa de procesos regionales de integración y abogó por aunar los esfuerzos a través del diálogo y la tolerancia ante las divergencias, para avanzar hacia una vinculación real y efectiva orientada a las necesidades de nuestros ciudadanos respetuosa de la democracia, el estado de derecho, la protección y promoción de los derechos humanos”.

A continuación se comprometió a dar prioridad a la discusión por la reducción del AEC y aseguró que “el mejor camino para defender los intereses es trabajar de forma conjunta y coordinada”. “El Mercosur ha multiplicado más de 12 veces el comercio entre sus socios en 30 años y en el caso de mi país, es su principal socio comercial, aún en plena pandemia el bloque concentró 64 por ciento de nuestras exportaciones, más de 80 por ciento con valor agregado, y es responsable de 35 por ciento de nuestro intercambio global”, detalló.

“En este semestre hemos tenido conversaciones en temas muy relevantes como son el AEC, los regímenes especiales de importación y de origen, así como también en las dimensiones sociales, culturales, educativas y la coordinación de políticas en materia de derechos humanos y la construcción de una ciudadanía común en el bloque”, sostuvo.

Abdo Benítez anunció que durante su presidencia temporal va a “desarrollar una agenda dinámica y proactiva y, en ese contexto, daremos prioridad al proceso de revisión del AEC, en el que hemos llegado a un acercamiento importante de posiciones en los últimos meses”, además de “impulsar las conversaciones respecto de la coordinación de políticas macroeconómicas en el Mercosur, tratar de avanzar en la aplicación de la Agenda Digital y dar continuidad a los trabajos para la adecuación del sector automotor a la unión aduanera”.

Salud y ambiente

Entre los varios asuntos con tratamiento específico en la cumbre del Mercosur se destaca el referido a la lucha contra el COVID-19 sobre lo cual se acordó sumar esfuerzos para promover la recuperación post pandemia y encontrar respuestas conjuntas a los desafíos en materia política y social de la región.

Los cuatro países del Mercosur señalaron que esas respuestas deben superar “lo meramente económico, teniendo como centro el bienestar de sus ciudadanos, para que los mismos puedan percibir resultados tangibles y concretos derivados de la integración regional”.

Los presidentes y ministros saludaron la realización de los trabajos de los distintos foros del bloque, en especial sobre recuperación postpandemia, y alentaron a los gobiernos y sociedades a que dediquen especial atención a la formulación de políticas públicas que incluya a los grupos más vulnerables y afectados por la crisis sanitaria, incluidos los migrantes.

Otra área abordada en la reunión virtual fue el Acuerdo de París sobre sobre cambio climático. El Mercosur reafirmó su compromiso con su plena implementación, pero también pidió tener en cuenta las distintas "realidades nacionales" y una acción climática global que considere "los principios de equidad y las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y sus respectivas capacidades".

Precisamente, varios países europeos han condicionado la aprobación de un tratado con el Mercosur a la realización de pasos concretos de parte de Brasil para terminar con la deforestación ilegal de la Amazonía y otras políticas que dañan el ambiente regional.

En el documento, también hacen un llamamiento a los países industrializados "para que cumplan la meta de movilización anual de 100.000 millones de dólares desde 2020" para lograr un cumplimiento global de los compromisos del Acuerdo de París.

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