Martes, 17 Enero 2023 09:41

“Miles de veces nos han ofrecido vender prolimpio en los supermercados”

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Con de Ignacio Sánchez uno de los directores de Prolimpio

Uno de los directores de Prolimpio Ignacio Sánchez nos cuenta como un emprendimiento familiar creado para atravesar la crisis de 2002 se convirtió en una cadena que irrumpió el mercado de los productos de limpieza y cambió la forma de comprar. Hoy unas 180 empresas tiene vínculo directo con la empresa que cuenta con 18 locales. 

 ¿Cómo fue el inicio de Prolimpio?

 Los momentos de crisis son momentos de oportunidad más allá del cliché es una pura realidad, cuando las otras cosas no funcionan, por necesidad, con un poco de ingenio y un poco de audacia también se nos ocurrió junto con mis dos hermanos este formato, que es un emprendimiento familiar.

 ¿Tenían alguna experiencia en la industria química?

Mi padre había sido distribuidor y habíamos tenido un pequeño emprendimiento de productos de limpieza, pero con otro formato y que había dejado de funcionar unos años antes. Esto fue como una readecuación de lo que habíamos visto unos años antes en el emprendimiento de mi padre.

¿Cuál era la ventaja comparativa de lo que ustedes ofrecían?

Eran épocas de crisis y del club del canje, la gente se juntaba para canjear cosas porque no tenía plata para comprar. En esa realidad, nosotros de forma sumamente artesanal lográbamos un muy buen precio, reutilizando y reciclando envases de refrescos y todo tipo de envases y lográbamos un producto de buena calidad, con lo que se podía conseguir, con un bajo costo dada la presentación un poco artesanal y técnica.

¿Cuál era la situación laboral de los que empezaron el emprendimiento?

Teníamos 3000 o 4000 pesos en producto que nos trajo nuestro padre, y una garantía de alquiler que nos dio un tío, en San José, y unas tablas de obra que estaban en el fondo de la casa de mi suegro con el que hicimos el mostrador y una estantería y cuatro bloques. En ese momento yo estaba haciendo algunas tareas por ahí, no teníamos un trabajo fijo, empezamos de cero. Me acuerdo en aquel momento que se vendía el refresco Fresquita y empezamos reutilizando esas botellas.
Recorríamos los diferentes depósitos y nos traíamos las botellas, como un recolector cualquiera. Empezamos con Gonzalo, después se incorporó Juan José. Hicimos caminos paralelos, esto ha sido una carrera de postas. Hace tres años nos asociamos y nos juntamos en una sola empresa con mucha inversión propia, muchas veces es difícil ver el esfuerzo y el sacrificio que hay detrás de esa inversión, no es que vino alguien y nos dijo “pongan acá la fábrica”, es mucho esfuerzo.

Es habitual a veces ver en los barrios esa oferta de esos productos ¿por qué ustedes pudieron desarrollar Prolimpio a partir de ese tipo de emprendimiento?

Son muchas cosas, es la pregunta del millón. Creo que la calidad, la rigurosidad, la exigencia y el trabajo infinito desde las cinco de la mañana a las diez de la noche, porque uno daba todo por sus clientes y hasta el día de hoy lo seguimos dando con otras herramientas, creo que es un poco eso. En definitiva, es cómo vende uno, no solo lo que vende, darle un valor agregado al cliente más allá de que sea un detergente o un hipoclorito. Esas diferencias, esa sintonía y comprensión de lo que el otro necesita, buscando una ganancia mutua, es lo que lleva a esto. Ofrecemos un muy buen producto a un buen precio con una presentación respetuosa y humilde, y a la gente le gustó. Después hay que trabajar duro.

¿Cómo es el proceso de fabricación de los productos?
Es un negocio que mezclando productos se puede lograr algo y se puede vender, está lleno de personas que lo hacen buscando una salida laboral. Hay productos que son por simple mezcla y hay otros que llevan procesos más elaborados, con temperaturas y presiones.  Nosotros empezamos mezclando y a medida que uno empieza a aprender, a charlar con los proveedores y los colegas, se va profesionalizando.

¿Qué es lo mejor de Prolimpio?

La calidad del producto, la calidad de atención y la preocupación por el cliente. El asesoramiento, la prolijidad y la limpieza de los locales y el compromiso para cumplir, porque uno para vender mucho tiene antes que haber producido mucho y antes tiene que haber invertido y trabajado mucho, creo que esa conjunción de cosas es lo mejor de la empresa.

¿Cómo fue el proceso de darle confianza a la marca Prolimpio?

A la confianza de los nuevos clientes, se llega con la confianza de los viejos clientes, el popular boca a boca es fundamental. La comunicación, las campañas publicitarias son fundamentales pero lo más importante es que después que captaste un cliente que ese cliente no se vaya, que quede tan contento que sea un agente promotor, entonces un cliente te trae diez clientes más.

Nosotros hemos hecho nuestro camino, hemos tenido nuestra propuesta original y diferente a todo lo que había hasta el momento y eso también es un diferencial. Miles de veces nos han ofrecido vender prolimpio en los supermercados, pero nosotros vendemos solo en nuestros locales porque en un supermercado no le podés preguntar a una cajera cómo se le quita el alga a la piscina, podés comprar el producto pero no vas a saber usarlo.

¿Qué te gustaría que pasara con Prolimpio?

Nuestro proyecto de corto plazo es estar presente en todas las ciudades importantes y las capitales departamentales. Vamos por el local número 18, y ya tenemos el 19 medio pronto y después hay proyectos internacionales, alguna línea de trabajo por ahí siempre hay.

 

 

 

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