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Somos Uruguay Revista conversó con Sabrina Zapata, creadora junto a su familia de este emprendimiento, que nació hace ocho años, con su primera hija. Hoy Paloé Juguetes vende a través de redes sociales a clientes particulares y por catálogo digital a diferentes instituciones educativas. También participa en ferias. Ahora busca crecer para poder cubrir la demanda interna y lograr exportar hacia la región, y entiende que Canelones Exporta puede ser una importante plataforma para potenciarse como empresa y seguir proyectándose en el mercado local y más allá de fronteras
Los inicios
Sabrina comenzó su emprendimiento junto a su pareja, hace ocho años, luego de que naciera su primera hija. Querían que tuviera juguetes diferentes, nobles, duraderos, además de didácticos y coloridos. “Allí nos surge la inquietud de buscar nuevos juegos y juguetes que pudieran despertar otro tipo de dinámica, de entusiasmo, y de jugar con otros materiales. Entonces surge el tema de la madera”.
Su compañero es hijo de carpintero, por lo que entiende y aprendió el oficio, y ella estudió bellas artes. Es por eso que comenzaron a crear juguetes de madera pintados con muchos colores. Al principio fue algo casero, para su hija Dzaia, y después decidieron animarse a dar el paso y concretaron una venta en una escuela ubicada en El Pinar, en la que ambos trabajaban, que se caracterizaba por utilizar pedagogía alternativa. “Ahí empezamos a ver las necesidades y las diferentes pedagogías relacionadas a los juegos y los juguetes. En ese momento estaban por abrir un CAIF [Centro de Atención a la Infancia y la Familia] y tuvimos la oportunidad de mostrar lo que estábamos haciendo. Eso fue en el 2014. Luego comenzamos a perfeccionar muchas cosas, gracias a la práctica y la experiencia. Pero ese fue el comienzo oficial, la primera vez que hicimos una producción de diferentes juguetes para una institución, y cuando armamos el primer catálogo, que luego comenzamos a difundir a través de internet y mediante una página de Facebook”.
Desde ese entonces comenzaron a vender a varias instituciones, como centros CAIF, y de forma particular (las dos modalidades de venta que aún conservan). Decidieron dedicarse exclusivamente al emprendimiento. “Fuimos un poco kamikazes, pero queríamos compartir más tiempo con nuestras hijas. En ese entonces la más grande tenía 3 años, y estaba por nacer la segunda. Queríamos trabajar en casa, por eso montamos allí el taller y compramos las herramientas básicas”. El mencionado taller está ubicado en la zona de Neptunia, en donde residen, en la Costa de Oro de Canelones.
Madera y color
Para Sabrina la calidad de la madera no tiene comparación con otros materiales. “Creo que no es solo la calidad y la calidez, sino que genera en los demás eso de volver a la infancia: tiene la durabilidad, tiene ese toque de eterno, tiene el recuerdo, la cercanía, el peso, el olor, la textura. El plástico es solo plástico. La madera tiene como otro peso en lo que genera, tanto en el juego en sí mismo como en lo que genera hacia atrás”.
En sus redes sociales promocionan estos juguetes como generadores de momentos entre niños y entre generaciones, juguetes que dejan recuerdos. Sabrina explica que es algo muy personal y hasta filosófico. “Buscamos que, más allá de los juguetes en sí mismos, lo que se regale sea el momento, el recuerdo, lo que genera el niño jugando con sus pares, el niño jugando con otras generaciones, y los adultos jugando también; y eso genera un momento de compartir. Este tipo de juguetes son como una semilla para esas instancias. Me quedo con eso porque también me lo han transmitido los propios clientes cuando me cuentan sobre las sonrisas, las anécdotas, y eso es lo que les va a quedar; y más allá de todo, para mí eso está buenísimo”.
Sus productos se difunden y comercializan a través de un catálogo digital (que envían por email) y a través de las redes sociales (hoy, además de Facebook, también tienen Instagram), así como también mediante su participación en ferias puntuales, como la Feria Nocturna del Parque Rodó, en donde estuvieron durante cuatro años consecutivos durante diciembre. “Es un mes muy intenso, la feria es como una gran vitrina, es visitada por miles de personas; pero además va más allá de eso, queda el contacto, el boca a boca, no es solo la venta de ese mes”.
Paloé ofrece juguetes de encastre, de arrastre, de ingenio, puzles, cajas de herramientas, módulos de cocina, hamacas y mucho más.
El diseño de los juguetes y la pintura se hace de forma manual. Sabrina y su pareja se inspiran en cosas que ven en internet, en cosas que van necesitando y demandando sus propias hijas, y en juguetes que se usaron durante todos los tiempos, como por ejemplo los zancos, o los baleros, a los que les agregan un toque personal con los colores y el diseño.
El nombre Paloé viene de la canción: “Palo, palo, palo, palo palito, paloé…”. Y para ellos Paloé es madera y color.
Apuntar a la calidad
Sabrina asegura que les fue bien a pesar de ellos mismos, porque entiende que hicieron todo mal en cuanto a seguir un plan de negocios. Dice que no previeron ni proyectaron nada.
Hace tres años se empezaron a “ordenar” en lo que refiere a armar una empresa, un plan de negocios. “Nos capacitamos en Inefop [Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional] con un curso de gestión empresarial y logramos una asesoría técnica durante el año pasado”. Actualmente aportan mediante monotributo, pero quieren armar una pyme con sociedad de hecho, lo que les permitirá contratar gente para trabajar con ellos. “Estamos en ese proceso de comenzar a delegar tareas, que es todo un tema, un aprendizaje nuevo. Yo particularmente estoy empezando a delegar la parte de pintura, que es lo que he venido haciendo todos estos años, para poder pensar en cómo y hacia dónde movernos”.
Tienen asimismo momentos de mayor demanda, como el inicio de clases y mediados de año en lo que refiere a las instituciones; y la temporada de fiestas y el día del niño en relación a los pedidos particulares.
Muchos de sus clientes buscan la calidad antes que el precio. Los juguetes tienen garantía “de hecho” en posventa (si algo se rompe, lo reparan), pero Sabrina está trabajando para diseñar una garantía en papel con un lindo diseño para que sea más fácil de gestionar para los clientes.
Por ahora no se han acercado a jugueterías de plaza, pero sí se les han acercado a ellos varios interesados en revender sus juguetes.
Poder crecer hacia la región
Para crecer necesitan, en primer lugar, invertir en infraestructura. Por un lado, deben ampliar el taller (que funciona en su misma casa), ya que el lugar les está quedando chico y están comenzando a tener problemas para producir y cubrir la demanda, pues no dan abasto. “Tenemos mucho potencial de crecimiento, pero no podemos responder; se ha generado un cuello de botella en cuanto a la producción. Si bien respondemos a la demanda que tenemos hoy, esa demanda está acotada. No hacemos más movimientos para que no haya un desfasaje”. Sabrina dice que tiene un montón de estrategias de venta que por ahora no puede aplicar por dicho motivo.
Por otro lado, deben invertir en maquinaria para la carpintería, destinada en primera instancia a los juguetes más fáciles de seriar, como por ejemplo las hamacas, de manera de que sea más rápida su producción.
Les encantaría exportar para seguir desarrollándose, pero entienden que el primer paso es crecer para lograr cubrir la demanda que hoy tienen en el mercado interno. “Tenemos que mejorar y ajustar todo el sistema productivo sin afectar la calidad del producto, y manteniendo un toque artesanal, que es el valor agregado que hace la diferencia; pero tenemos que ir paso a paso”.
Es por eso que se muestran confiados al integrarse al programa Canelones Exporta, impulsado por Somos Uruguay Educa, con el financiamiento de Inefop y el apoyo de la Comuna Canaria. Actualmente ya venden para todo el país, pero les interesaría mucho el mercado regional también, por una cuestión de similitud cultural. “Ya nos han contactado desde Córdoba, por ejemplo, pero la logística no se concreta. Igual las posibilidades están, y con el apoyo de Canelones Exporta seguramente se pueda concretar”. Entienden que esta iniciativa puede ser una importante plataforma para potenciar Paloé Juguetes y seguir proyectándose tanto en el mercado interno como más allá de fronteras.