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Dr. Pablo Durán Maurele
Asesor laboral
Integrante titular del Consejo Superior Tripartito
Representante empresarial en varios Grupos de Consejo de Salarios
El mundo no ha terminado de adecuarse y adaptarse al vertiginoso impacto de las redes sociales, internet, ciberespacio, aplicaciones, tecnologías de la información que se han instalado en la casi totalidad de los actos diarios de las personas: para trabajar, para el ocio y el esparcimiento, para la comunicación, para la compra de bienes y servicios, entre muchas otras, cuando la inteligencia artificial sin lugar a dudas representa la revolución tecnológica más exponencial que se ha vivido hasta el presente.
Como lo ha expresado el informático Británico Andrew NG, la “inteligencia artificial es la electricidad del siglo XXI”. La inteligencia artificial se basa en un modelo lógico (algoritmos) de razonamiento, que procesa grandes volúmenes de datos e información, buscando patrones y haciendo análisis relacionales, para predecir consecuencias o resultados a partir de ese análisis de datos, generando respuestas relevantes a partir de un texto de duda o pregunta, que procesa con el lenguaje natural, lo que conlleva la comprensión y generalización del habla. Permite a una máquina un aprendizaje automático partiendo de datos procesados, optimizando los rendimientos y mejorando los tiempos.
La expresión IA fue utilizada para referirse a la inteligencia igual o superior a la capacidad humana. La IA se asocia al concepto de máquina inteligente y está asociada a la robótica, que es un componente de la IA. El robot es una máquina que capta el exterior y procesa lo que percibe y actúa sobre el mundo.
Es una ciencia informática que tiene por finalidad diseñar una tecnología que emule la inteligencia humana, llevando a cabo procesos propios de la inteligencia humana tales como el aprendizaje, el razonamiento y la autocorrección.
Como toda tecnología, la IA tiene amplia aplicación en las relaciones de trabajo, debiendo regularse a nivel legislativo la tutela de los derechos de los trabajadores ante la IA como forma de que la automatización de los datos no constituya un escudo para violentar e infringir derechos humanos fundamentales como el de la intimidad, dignidad, la no discriminación y, sobre todo, el principio de igualdad.
La pandemia de covid en 2020, el confinamiento, el teletrabajo terminaron de catapultar a las empresas digitales, el e-commerce y toda forma de relacionamiento humano a través de la tecnología de la información y los procesos algorítmicos.
Así, la IA tiene amplia aplicación no solo en las empresas de tecnología, sino en empresas pequeñas, grandes, industriales, comerciales y de servicios sin distinción, a los efectos de:
Un ejemplo claro de ello es Uber: los trabajadores se enfrentan a un nuevo tipo de control algorítmico que termina organizando el trabajo y, según la performance del propio chofer, el propio algoritmo suspende la accesibilidad al sistema.
Todo lo antedicho determina, como siempre ha sucedido con el advenimiento de las nuevas tecnologías, que estas se apliquen respetando y en equilibrio con los derechos humanos de la personalidad del trabajador.
Por ello, la IA nos enfrenta a grandes desafíos:
Todo esto, indudablemente, está en proceso de construcción. No existe un marco regulatorio legal de todo lo dicho; sí existe un proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo al Parlamento, no aprobado a la fecha, que contiene aspectos referidos precedentemente.
Un marco legal basado en la necesidad de la transparencia de la información y en la importancia de adaptar el uso de tecnologías al respeto de los derechos humanos fundamentales del trabajador, garantizando que las decisiones automatizadas sean justas y transparentes.
Asimismo, Agesic ha establecido principios rectores que deberían constituir la hoja de ruta de una futura regulación legal de la IA, teniendo competencias al respecto, todo lo que ha desarrollado el prestigioso Dr. Gustavo Gauthier en su obra El impacto de la IA y los algoritmos en el trabajo, donde destaca, entre otros, los siguientes principios de aplicación al ámbito público, pero que pueden integrar vacíos existentes en el sector privado:
El Poder Ejecutivo en setiembre de 2022, como se dijo, remitió al Parlamento un proyecto de ley que regula en el ámbito de las plataformas de reparto de mercaderías y transporte de personas muchos de los aspectos antedichos, recalcando que es un proyecto de ley no aprobado a la fecha:
En definitiva, las transformaciones tecnológicas han impactado profundamente en las empresas, no solo en la forma de trabajar y organizar la producción, sino en su propia estructura.
Es necesario crear nuevos vínculos entre IA y seres humanos, tutelando al trabajador sobre los impactos de la primera poniendo especial eje en el respeto de sus derechos humanos fundamentales (dignidad, intimidad, etc.), aprobándose el marco legal regulatorio correspondiente.