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Las fórmulas Álvaro Delgado-Valeria Ripoll, del Partido Nacional (PN), que lidera a los partidos de la coalición de gobierno, y Yamandú Orsi-Carolina Cosse, del Frente Amplio (FA), transitan estos últimos días de campaña hacia el balotaje buscando convencer a quienes votaron en blanco o faltaron a las elecciones generales, a los que aún permanecen indecisos y, especialmente, a aquellos que no los acompañaron en la primera vuelta y optaron por otros partidos para configurar un Parlamento que, por primera vez, tendrá una mayoría del Frente Amplio en el Senado, pero a ninguno de los bloques alcanzándola en la cámara baja.
Al cierre de esta edición de Somos Uruguay Revista, ambas campañas aguardan con expectativa los datos de los primeros sondeos sobre intención de voto para el balotaje realizados después de la primera vuelta, y los candidatos preparan su participación en el debate, obligatorio por ley, que ya ha sido pactado y se realizará el domingo 17.
El equipo de campaña de Delgado apunta a retener la mayor parte de los votos de los partidos de la llamada Coalición Republicana –que perdió al desaparecido Partido de la Gente e incorporó, la noche del 27 de octubre, para sorpresa del ambiente político y del propio involucrado, a Eduardo Lust y su Partido Constitucional Ambientalista– con la firma de acuerdos entre ellos y haciendo hincapié en lo que consideran una experiencia exitosa del gobierno de Luis Lacalle Pou.
El FA, en tanto, exhibe las ventajas de contar con la mayoría en el Senado y apuesta a que una parte de los votos no nacionalistas de la coalición terminarán votando por Orsi, y juega sus cartas a convencer en el mano a mano con la gente, más allá de las huestes propias, para mostrar las virtudes conciliadoras de su candidato, y que será un “presidente de todas y todos los uruguayos”.
Las dos campañas coinciden en exaltar “el perfil negociador” de sus candidatos, para lo cual ponen como muestra lo hecho al mando de la Intendencia de Canelones (2015-2024), en el caso de Orsi, y el trabajo en la Secretaría de la Presidencia de la República (2020-2023) y como inspector general del Trabajo (2000-2004) en el caso de Delgado.
“Cuando en Canelones teníamos un acuerdo con el resto de los partidos para firmar un fideicomiso, porque hay alcaldes del Partido Nacional, vino la orden del Poder Ejecutivo de no votar y no acordar. A la hora de la llave de la gobernabilidad, no solo cuenta el discurso, sino la experiencia y las actitudes y lo que la realidad demuestra cuando nos tocó gobernar”, sintetizó Orsi en la prensa como ejemplo de su accionar y, de paso, cuestionar en ese campo a su contrincante.
Orsi comentó a la prensa que su campaña hace hincapié en los “20 años de gestión y, a nivel general, los 15 años de gobierno del FA en los que Uruguay creció como nunca”, y que su planteo “no es en contra del Partido Nacional ni del Partido Colorado, sino a favor del país”.
Por su lado, Delgado aseguró, en nota que recoge el programa radial En perspectiva, que se siente “preparado para ir a buscar los encuentros que se necesitan cuando hay que votar leyes para avanzar. Creo ser un articulador, generar confianza para dialogar, por ejemplo, con la Asociación Rural, el PIT-CNT u otros actores sociales”, por eso “la gente debe estar tranquila de que nos vamos a poner de acuerdo”. Aseguró, además, que si gana va a instaurar mesas de diálogo con el FA para acordar líneas estratégicas en temas en que no hay dos visiones.
Ese énfasis de ambos sin duda responde a los resultados de las elecciones del 27 de octubre, que dejaron sin mayoría en la Asamblea General al futuro presidente de la República, sea cual fuera la oferta ganadora.
La gobernabilidad está en juego ahora. Delgado, en caso de ganar, tendrá minoría en las dos cámaras, aunque reitere, como ya ha sido confirmado, el acuerdo multicolor que en su momento firmó Lacalle Pou con los partidos Colorado (PC) e Independiente (PI) y Cabildo Abierto (CA). Tampoco el FA alcanzó mayoría propia en Diputados, aunque enfatiza en la importancia de la mayoría que sí obtuvo en el Senado, clave para algunas decisiones esenciales del gobierno.
El escrutinio definitivo de la Corte Electoral sentenció que la cantidad de votos emitidos de un total de 2.727.120 habilitados sumaron 2.443.801, de los cuales 1.071.826 (43,86 %) fueron para el FA, en tanto que 655.426 (26,81 %) se repartieron entre las listas del PN, 392.592 (16,05 %) recogió el PC, 60.549 (2,5 %) CA y 41.618 (1,7 %) el PI, mientras que 11.865 sumó el Partido Constitucional Ambientalista.
De este modo, se aprecia un crecimiento del FA de cinco puntos porcentuales respecto de las elecciones generales de 2019 y la consecuente obtención de 16 senadores y senadoras que le da mayoría propia en esa cámara, más allá de que se sume Cosse en caso de triunfar en el balotaje. En cuanto al sector oficialista, el PN subió casi dos puntos porcentuales en la misma comparación, mientras que el PC aumentó cuatro puntos.
La novedad esta vez fue la votación alcanzada por Identidad Soberana, del abogado Gustavo Salle, al llegar a 65.796 sufragios, que le otorgaron dos lugares en una Cámara de Representantes prácticamente repartida en partes iguales entre los dos grandes bloques, con el consecuente papel clave en la discusión legislativa. Los demás partidos que compitieron sin llegar al Parlamento son Asamblea Popular (10.102 votos), el Partido Ecologista Radical Intransigente (9.281), el Partido por los Cambios Necesarios (3.183) y el Partido Avanzar Republicano (1.909).
Los cambios de dos artículos de la Constitución planteados en simultáneo con las elecciones generales tampoco lograron el 50 % más un voto para ser aprobados. El referido a la habilitación de allanamientos nocturno (artículo 11), apoyado por los partidos de la coalición de gobierno, fue seguido por 961.926 papeletas amarillas en las urnas, poco más de 39 %, y el que proponía cambios al sistema de seguridad social (artículo 67), impulsado por el PIT-CNT, varias organizaciones sociales y sectores minoritarios del FA, recogió 947.381, casi 39 %.
También hizo ruido en el ambiente político la caída notable de CA, que pasó del 11 % de los votos en 2019, que le dieron tres bancas en el Senado y una decena en la Cámara de Representantes, a recoger menos de 3 % de adhesiones y por tanto solo un par de diputados. Tampoco el PI pudo llegar al Senado y se conformará con mantener un representante pese a crecer algo su votación.
Así, el Senado estará conformado por el FA, que aumentará de 13 a 16 bancas, el PN, que bajó de diez a nueve, y el PC, que sumará una para completar cinco lugares, un aumento modesto a juicio de sus propios dirigentes por las expectativas que se habían creado en las semanas previas por el empuje de la candidatura de Andrés Ojeda y la vuelta al ruedo de Pedro Bordaberry.
Tras el gol de oro
Los antecedentes en materia de balotaje indican que desde que se instauró este mecanismo, con la reforma constitucional de 1997, el candidato del FA siempre ha logrado aumentar su caudal electoral respecto de la primera vuelta, incluso cuando no pudo llegar a la presidencia, como ocurrió en 2019, cuando pasó de concitar el 39,01 % de los votos a 47,9 %, quedando a solo unos 37.000 votos del ganador, Lacalle Pou, o en 1999 cuando creció de 40,11 % a 45,87 %, aunque fue superado por Jorge Batlle (1927-2016).
El FA también creció en las dos veces que ganó en segunda vuelta, como en 2009, que aumentó de 47,96 % a 54,63 % de los votos y en 2014, de 47,81 % a 56,50 %. Pero en este 2024, con escasos electores sobrantes para repartir y ante un bloque oficialista más cohesionado, los expertos vaticinan una reducción de la fuga.
Delgado, médico veterinario de 55 años, afronta la disputa con el apoyo de una coalición de partidos con un período de gobierno encima que le da, según analistas, una mayor consolidación electoral a la que presentó en el pasado, cuando el armado se concretó entre la primera y la segunda vuelta electoral, y la suma de votos por partidos fue de 55 % en primera vuelta, que se redujeron a un triunfo de Lacalle Pou con 48,8 %.
La expectativa entonces está en ver si Delgado logrará mantener la suma de votos de la coalición, minimizando las fugas, y qué porcentaje de ellos optará por Orsi, y si conseguirá atraer adherentes entre los partidos pequeños ajenos a los dos bloques mayoritarios, cuyos sufragios sumados superan apenas los 90.000. Es de destacar que los balotajes son entre dos fórmulas presidenciales, por encima de banderías partidarias.
También habrá que ver si ambos candidatos pueden convocar al menos a parte de los 283.319 habilitados para sufragar que faltaron a la cita del 27 de octubre, muchos de los cuales residen en el exterior, la mayoría en Argentina. A ello se suman los 34.383 sufragantes que solo introdujeron en las urnas papeletas por el Sí para los plebiscitos de la seguridad social y los allanamientos nocturnos, otros 32.356 que lo hicieron en blanco y 52.750 a quienes les anularon el voto por diversas razones.
Son porcentajes pequeños, pero que se tornan importantes en vista de la diferencia muy pequeña entre ambos contendientes.
Con bandera uruguaya
La confianza es lo que prima en las dos fórmulas presidenciales, que, para empezar, ya han dejado de lado sus símbolos partidarios propios para enarbolar la bandera nacional.
Orsi, consultado por el diario argentino Clarín respecto de dónde sacaría los votos para superar a Delgado, explicó, precisamente, que lo haría de entre “unas 85.000 personas que votaron a partidos menores y de una gran cantidad de votos en blanco que llevaban la papeleta del plebiscito por la seguridad social, además “de la población común, porque el ciudadano no se pone una camiseta (partidaria) y se la deja pegada a la piel”.
“Para las elecciones nacionales, en muchos lugares del interior ganamos nosotros, pero históricamente miles de esos votantes siempre apoyan a los blancos en las elecciones municipales (que se realizan casi un año después), son las mismas personas, pero el ciudadano desdobla”, añadió. El FA obtuvo la mayor votación respecto de sus competidores en 12 departamentos cuando solo gobierna en tres de ellos (Montevideo, Canelones y Salto). También recordó que “siempre que hubo balotaje crecimos entre un 5 % y 8 %”.
En cambio, Delgado está seguro de que “no habrá fuga de votos de la coalición”, duda planteada por analistas que comparan balotajes pasados. “Lo que quiero darle a la gente es un mensaje de tranquilidad” de que se mantendrán los votos de la primera vuelta, “es más, nosotros esperamos abrir los brazos", dijo en conferencia de prensa.
“Seguramente vamos a encontrar a muchos que votaron a algún candidato o lista del FA y ya cumplieron con su partido, ahora van a cumplir con el país”, aventuró, para luego asegurar que esta vez “es muy diferente a 2019, cuando hubo que formar la coalición después de las elecciones, para lo que necesitamos 12 o 13 días para poder armarla e ir al balotaje”.
En este marco, la dirigencia de la coalición de gobierno aparece por estos días muy cohesionada en materia electoral, pero las intenciones de dirigentes nacionalistas de institucionalizarla pueden encontrar dificultades en caso de no continuar en el gobierno. “Si estamos en la oposición, no le veo sentido a una coalición”, dijo días atrás el senador Guido Manini Ríos, y recordó que “ya se ha dicho más de una vez que la coalición es para gobernar”.
Dar de nuevo
Con los resultados en las manos y las expectativas en lo más alto, los equipos de campaña del FA y de los partidos liderados por los nacionalistas rediseñaron en estos días sus respectivas estrategias y la agenda de recorridas y comunicaciones para vencer este cabeza a cabeza del 24 de noviembre.
En este cuasi empate, “los dos tienen elementos para mostrar resultados positivos a partir de lo que ocurrió en octubre ante una segunda vuelta que se va a definir por microsegmentos, es decir, segmentos muy pequeños de electores”, indicó el director de la empresa consultora Equipos, Ignacio Zuasnábar, al semanario Búsqueda.
El Frente movilizado
El FA ya se lanzó al ruedo con la ampliación del comando de campaña, coordinado por Alejandro Sánchez, al que se incorporaron ocho senadores electos, cabezas de sus respectivas listas, para “generar un respaldo común a la fórmula Orsi-Cosse y profundizar la reflexión política”, según explicaron a La Diaria dirigentes del sector.
También, como es costumbre en este tipo de campañas, desaparecieron los símbolos frentistas, como la bandera tricolor de Otorgués, para dar paso a la bandera y el escudo nacional junto a la afirmación “Sabremos cumplir”, contenida en el himno nacional.
La estrategia esta vez no se está desarrollando a partir de la realización de escasos actos masivos en Montevideo y otras ciudades, más allá de los tradicionales “banderazos”, sino que se basa en el contacto directo de los candidatos o de grupos de senadores en todo el territorio nacional, con énfasis en algunas zonas consideradas más relevantes por los expertos electorales como es el área metropolitana Montevideo-Canelones-San José.
En estos encuentros de cercanía, la intención es conversar con las personas y familias de aspectos concretos del programa de gobierno de la fuerza de izquierda, poniendo énfasis en las propuestas de modificación de la ley de seguridad social y los planteos referidos a seguridad y convivencia. Para ese fin es que se agregan a estos equipos que recorrerán el país un conjunto de especialistas en educación, salud, economía, desarrollo y otros, contenidos en sus bases programáticas y en el programa de gobierno.
Entre las prioridades del programa del FA, según los 48 puntos resumidos por Orsi en un acto en setiembre en Colonia del Sacramento, se cuentan grandes ejes centrales, a saber, la economía nacional, “un gobierno que cuide y proteja a la gente”, y medidas en busca de mejorar la seguridad.
“Vamos hacia un Uruguay con estabilidad económica, pero, por sobre todo, enfocado en el crecimiento con inclusión y bienestar”, y para ello es necesario el desarrollo tecnológico y la gestión pública eficiente, apuntó entonces el candidato izquierdista.
En ese marco, se plantean medidas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas y distintos sectores productivos. “Hay un universo potencial de 182.000 empresas, microempresas y 18.000 profesionales independientes que facturan menos de 50.000 pesos por mes y hay que estar a su lado”, dijo.
También se prevé implementar un Plan Nacional de Aguas que permita seguridad hídrica y así tener abastecimiento garantizado de agua en calidad y cantidad, y para la producción y la protección del recurso, un programa de riego, y fortalecer el Instituto de Colonización con 25.000 hectáreas para productores lecheros, mujeres y jóvenes rurales. Además, se plantea un programa de empleo para jóvenes de 18 a 24 años, formal, y la reforma del sistema de protección social con foco en la infancia.
Coalición de gobierno en marcha
En filas de la coalición oficialista, en tanto, también comenzaron los movimientos por el balotaje apenas finalizado el conteo primario de votos. Primero se concretó la reunión de Delgado con los líderes de las fuerzas aliadas Andrés Ojeda, del PC, Guido Manini Ríos, de CA, Pablo Mieres, del PI, y Eduardo Lust, del recién incorporado Partido Constitucional Ambientalista, para comenzar a aunar los temas a incluir en el programa de gobierno, continuador del firmado por el hoy presidente Luis Lacalle Pou.
Ese documento, denominado finalmente “Gobernar entre todos – Compromiso país”, se hizo público rápidamente, el 4 de noviembre, y propone entre sus puntos destacados políticas públicas destinadas a bajar los precios de los artículos de bienes personales y exonerar impuestos a la importación de artículos tecnológicos, como teléfonos móviles, según informaron varios medios de prensa.
En total, consta de 400 propuestas y respuestas, “para decirle a la gente cuál es nuestro rumbo, con certezas, sin que retrocedamos”, dijo Delgado en su presentación. Para ello se concertaron 22 ejes temáticos, que incluyen políticas económicas, en el campo internacional y el comercio exterior, seguridad social, infraestructura, hacia la primera infancia, la salud mental, la discapacidad, la vivienda, para jóvenes en empleo y alojamientos, adultos mayores y jubilaciones, así como la reducción de empleos estatales, entro otros ítems.
Los partidos coaligados también resolvieron realizar en el marco de la campaña tres actos conjuntos de las cinco fuerzas, que ya comenzaron a transitar el país de manera individual. Luego se coordinarán las salidas conjuntas en compañía de la fórmula Delgado-Ripoll para visitar los 19 departamentos.
La secuencia de salidas se dio primero por las bancadas del Partido Nacional y luego las del Partido Colorado, con Ojeda y Bordaberry a la cabeza. También Cabildo Abierto comenzó con sus giras.
Los grandes actos conjuntos previstos serán en Salto, Montevideo y Canelones, los tres departamentos que hoy gobierna el FA y donde la Coalición Republicana competirá como tal en las elecciones departamentales de mediados del año próximo.