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El presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Patricio Cortabarría, destacó en su intervención en la ceremonia de clausura de la Expo Rural varios aspectos de la gestión del gobierno, como los éxitos en la baja de la inflación y los esfuerzos por avanzar en una mejor inserción internacional, pero cuestionó el atraso cambiario y los nulos logros en la disminución del gasto público.
En este período “se corrigió la inflación, se avanzó en infraestructura”, pero, sin embargo, hay que seguir creciendo. Afirmó que “es ineludible bajar el déficit fiscal, debemos apostar al superávit primario y contener el incremento de deuda. Para ello, necesitamos el estudio exhaustivo del funcionamiento del Estado. No duplicar y superponer acciones y malgastar recursos; necesitamos un plan de acción para poder reducir los sobrecostos internos”. El Estado, dijo, “tiene el desafío de articular las acciones para permitirnos crecer”.
El dirigente agropecuario sostuvo que el sector pagó el costo de bajar la inflación; “ahora debemos alcanzar los beneficios de esa política. La clave del crecimiento de este país está en el agro. Tenemos el desafío de crecer, de aumentar producto para poder sostener las políticas sociales. Tenemos el desafío de pensar en un mejor y más próspero futuro, y como sector actuamos en consecuencia”.
“Cuando se dan las condiciones, el agro siempre responde”, dijo Cortabarría; “el agro hoy necesita de esa pista de despegue, esa mejora de la competitividad que ya mencionamos, que nos permita crecer para poder dejar a nuestros hijos una mejor sociedad”.
Reconoció también el avance del sector tecnológico, el cual “ha mostrado un enorme crecimiento, generando divisas para el país. Tenemos mucho para trabajar en la tecnología y la información junto con el agro para entre todos empujar el desarrollo de los uruguayos, pero tenemos que estar todos alineados. Hoy las reformas son necesarias y urgentes”.
Este Poder Ejecutivo “ha logrado mantener una tasa de inflación dentro del rango meta en más de 15 meses, logro que felicitamos. Pero no se ha conducido con una política fiscal de reducción del gasto público: pasamos de un PIB de 62.000 millones a 72.000 millones, pero el gasto sigue siendo del 30 % del mismo”, cuestionó.
“En este gobierno vivimos dos situaciones extremas, la pandemia y la sequía. Entre ambas generaron gastos y pérdidas cercanos a 4.000 millones de dólares, un año y medio de déficit fiscal. Lo comprendemos, pero como empresas nosotros hemos vivido situaciones que nos llevaron a ajustarnos, a recortar gastos, para seguir siendo rentables. Con este nivel de déficit fiscal y con esta política monetaria, seguirá estando el atraso cambiario. Es nuestro rol como gremialistas seguir pregonando para que esto cambie”, añadió el presidente de la ARU.
Manifestó que el atraso cambiario “nos preocupa y mucho. Mencionamos que la política monetaria está orientada a lograr una tasa de inflación baja que permita preservar el valor de nuestra moneda. Una moneda estable contribuye al crecimiento de la producción, al desarrollo económico y social, a la generación de empleo y a mantener el valor de los ingresos de los ciudadanos”.
Agregó que no debemos pretender “imponer regulaciones ambientales sin un estudio sobre el impacto económico y social que ellas pueden tener. Debemos utilizar las herramientas en las que ya se invirtió, como la trazabilidad bovina, no incrementando costos en certificaciones y buscando valorizar nuestra forma de producir”.
Abogó también por “eliminar las tasas y los trámites que ya no tienen sentido. Debemos mantener las leyes de promoción de inversiones. Debemos promover acceso a mercados, mejorar los que ya tenemos y bajar aranceles. Debemos seguir fortaleciendo la investigación para poder superar nuestras propias metas productivas, manteniendo la sostenibilidad”.
Cortabarría criticó “las regulaciones que están llegando desde el exterior”, ya que afectan “nuestra agenda de crecimiento, imponiendo mayores costos. En pocos meses comienza a regir el reglamento de cero deforestación de la Unión Europea, exigencia tomada de manera unilateral que no respeta las normas de la Organización Mundial de Comercio como tampoco la soberanía de los países”.