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Con el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic
El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, afirmó que la transición energética es deseable, es un objetivo, pero tiene que ser responsable, porque todos los energéticos tienen que coexistir, competir y complementarse. El funcionario habló con Somos Uruguay Revista sobre la Expo Uruguay Sostenible, las prácticas de la empresa para avanzar en políticas ambientales, la realidad de la transición energética, el mercado y la generación de combustibles, y cómo se proyecta la empresa en el futuro. Stipanicic sostiene que en el largo plazo es conveniente una fusión entre UTE y Ancap.
¿Cómo evalúa la experiencia de la Expo Uruguay Sostenible 2023?
La expo para nosotros es un lugar espectacular, está a nivel de muchas de las exposiciones internacionales a las que habitualmente asistimos. Se genera allí un ecosistema de gente vinculada a temas ambientales que es muy constructivo y positivo, en el cual Ancap no puede dejar de estar.
Para nosotros es un ámbito importante, al cual vamos con humildad. Todas las empresas de la industria petrolera están vistas como enemigas del ambiente, pero eso no es así; cualquier actividad humana tiene una afectación al medio ambiente, y las empresas petroleras han mejorado muchísimo su operación.
Ancap sigue las mejores prácticas de la industria y estamos asumiendo compromisos con el ambiente, como, por ejemplo, la remediación de todas nuestras propiedades, todos nuestros terrenos, desde La Teja hasta las estaciones de servicio [por “remediación ambiental” se entiende el conjunto de medidas destinadas a eliminar o reducir los contaminantes en los sitios contaminados, hasta su eliminación o reducción a un nivel seguro para la salud y el ambiente].
¿En qué consisten esos procesos de remediación?
Nosotros cuando asumimos quisimos darle un giro a la política ambiental de Ancap, porque tenía dos caras, una muy buena y otra no tanto. La cara muy buena es que había muy buenos diagnósticos, excelentes profesionales y lineamientos ambientales; la mala era que no se aplicaban.
Cuando asumimos decidimos registrar en nuestros estados contables la deuda ambiental, registrar el pasivo ambiental de una manera muy creativa en los estados contables, que obliga a que cada año Ancap gaste de acuerdo a un plan de remediación.
Si Ancap no sigue su plan de remediación ambiental, tiene pérdidas económicas en el balance. Eso nos pone una presión para hacerlo, y eso significa remediación de suelos en la refinería de La Teja, que es donde está el pasivo ambiental más grande, remediación de suelos en la planta de La Tablada, en la planta Terminal del Este, y estamos avanzando en la identificación de los pasivos ambientales en las estaciones de servicio propiedad de Ancap e incluso en los terrenos que son propiedad de terceros.
¿Cómo se proyecta la empresa en un momento clave para el desarrollo de combustibles alternativos, con el hidrógeno verde o la movilidad eléctrica?
Desde 2020 o 2021 acuñamos el hashtag “Transición responsable”, porque la transición energética es deseable, es un objetivo, aunque también hay mucho de moda, de que queda bien decir que estamos en una transición, pero la transición tiene que ser responsable: significa que todos los energéticos posibles tienen que coexistir, tienen que competir y tienen que complementarse. Los energéticos que predominan en el mundo hoy son los que provienen del mundo fósil. El 80 % u 82 % de la energía que mueve al mundo hoy, la energía primaria, proviene del mundo fósil. Hace 20 años también era 80 %. A pesar de todos los esfuerzos, no venimos mejorando la matriz energética del mundo.
Sin embargo, Uruguay ha logrado hacer un cambio.
Sí, Uruguay ahí tiene una ventaja competitiva muy grande, y la primera transición energética que se dio para hacer que la generación eléctrica sea casi 100 % renovable no es común encontrarla en otros países del mundo. Hay una confusión muy grande, muchas veces se habla de energía como sinónimo de energía eléctrica, pero la energía eléctrica es una de las formas de energía, y cuenta por menos del 20-25 % de lo que es la energía total que se consume en el mundo.
Hay una matriz de fuentes primarias, en donde el 80-82 % es de energía fósiles, y en la matriz de energía secundaria, ya con transformación de energía, la energía eléctrica cuenta con el 20-25 % del total. En el mundo, la mitad de la energía eléctrica que se genera es con fuentes fósiles; en Uruguay casi el 100 % de la energía eléctrica se genera con fuentes renovables.
En Uruguay, en la matriz primaria de energía, la energía fósil solo representa el 40 % de toda la energía que se consume, en el mundo es 80-82 %, en Argentina la energía fósil representa el 88 %, en Brasil es algo así como el 60 %, en Noruega es 50 %. Nosotros tenemos una matriz energética más verde que la de Noruega, y Noruega es exportadora de petróleo y gas.
La transición energética en Uruguay, como en el mundo, tiene que reconocer primero que para que haya transición energética tiene que haber energéticos, y hoy los energéticos que dominan en el mundo son los fósiles, tiene que seguir habiendo fósiles hasta que sean sustituidos por nuevos energéticos.
En 20 años no sustituimos la energía fósil, con toda la introducción de renovables que se puso en el mundo, con toda la energía eléctrica que se produce con fuentes renovables, con algunos consumos que se han sustituido con fuentes renovables. ¿Qué fue lo que pasó?
Básicamente, que las energías renovables entraron para desplazar generación eléctrica de fuentes fósiles, pero en menor medida, porque, en gran medida, sustituyeron energía atómica para generar energía eléctrica.
Ahí hay como una hipocresía o un contrasentido, o falta de realismo, porque le estamos errando al objetivo, que es descarbonizar la economía, bajar la cantidad de carbono que se vuelca a la atmósfera, y en ese sentido hablamos de autos eléctricos alimentados por energía eléctrica, que en Europa la mitad es de origen fósil. Queman carbón para producir energía eléctrica para después alimentar un auto eléctrico.
En el futuro la electrificación va a avanzar mucho, pero tiene, en determinados usos, en movilidad eléctrica todo el tema ambiental de las baterías, y las baterías tienen un problema de disposición final y un problema original, que es de dónde salen los metales para las baterías, que es la minería a cielo abierto.
Hidrógeno verde
“El hidrógeno se conoce como combustible hace más de cien años, pero como combustible directo es peligroso de manejar, y como es un gas, es difícil de contener. Lo que se ha desarrollado hace mucho tiempo es la tecnología de las celdas de hidrógeno, una determinada reacción química que genera una corriente eléctrica que mueve un motor eléctrico”.
“Si vamos a producir hidrógeno necesitamos potencia eléctrica, y la mitad de la potencia eléctrica que se usa en el mundo proviene de fuentes fósiles. Para descarbonizar la generación eléctrica, antes de agregar nuevos usos vamos a descarbonizar lo que tenemos”.
“El hidrógeno como energético se puede quemar solo, el hidrógeno en una reacción química permite generar electricidad para alimentar un determinado consumo, pero si lo vinculás con CO2 capturado de alguna manera del ambiente, formas una molécula de hidrocarburo.
De ahí en adelante tú puedes tratarlo casi como si fuera una molécula de petróleo, entonces ahí sale la línea de los combustibles sintéticos, que es el proyecto que vamos a impulsar en Paysandú. Esa gasolina sale tres veces más cara, porque que sea verde no quiere decir que sea barata”.
¿Cómo es el futuro en cuanto a la articulación entre Ancap y UTE en los próximos años?
Yo considero que en algún momento Ancap y UTE tienen que manejarse como si fueran una empresa sola, porque son empresas complementarias de energía. Tenés un tronco de costos corporativos que se duplica; si tenés ofertas complementarias y proyectos en conjunto, no es lógico que estén separadas. Debemos ir a un proceso lento de acercamiento, de 10, 15 años, empezar a mezclar los directorios, que los gerentes generales y los gerentes de planificación empiecen a trabajar más cerca.