Afrecor, combustibles alternativos obtenidos de residuos petroleros

El agua de sentina de los buques, los residuos de limpieza de los tanques de petróleo, el aceite que se descarta en los talleres mecánicos, los restos que quedan en los filtros y los trapos son la materia prima que utilizaron dos ingenieros químicos uruguayos para crear una empresa que vende en Uruguay y exporta a la región productos petroleros, en un país que no produce petróleo.

Somos Uruguay Revista conversó con Matías Artigas y Juan Pablo Luizzi, creadores de Afrecor, sobre la evolución de la empresa en sus primeros 13 años, los mecanismos para buscar soluciones ambientales para necesidades específicas, y la asociación con el grupo chileno Resiter, que les permitió proyectarse, consolidarse en Uruguay y prestar los servicios creados y desarrollados en Uruguay a varios países de la región.

El ingeniero Artigas habló sobre los inicios de la empresa en 2010, en el Polo Tecnológico Industrial, cuando absorbieron una empresa con seis trabajadores que se dedicaba al tratamiento de aguas que se juntan en la sentina de los barcos.

“Lo que lográbamos era generar de todo ese residuo un combustible alternativo líquido”, señaló Artigas, que se vendía a cementeras para alimentar el horno. Además, tenían otra línea de negocio dedicada a la limpieza de tanques de petróleo, para Ancap. Los residuos los recuperaban y se los vendían a Ancap como combustible alterno.

“Esos fueron los primeros casos de éxitos de Afrecor. Para 2019 ya habíamos tenido un crecimiento sostenido, ya no éramos cinco o seis personas y pasamos a ser 30, y ya con un abanico de servicios bastante más grande”, agregó.

A partir del tratamiento del agua de sentinas, Afrecor avanzó en la recuperación de aceites, recorriendo talleres, estaciones de servicio y cualquier centro que hiciera cambio de aceite de vehículos.

En 2019 el grupo chileno Resiter compró parte de la empresa y comenzaron a trabajar como socios. “Ahí incorporamos nuevas líneas de negocios y pusimos nuestros servicios, desarrollados en Uruguay, Chile y Perú, con procesos totalmente innovadores”, señaló.

“Sabíamos que en el mundo del residuo había oportunidades, pero con la dificultad de que a esas oportunidades hay que darles un valor agregado. Nuestro objetivo es que nada se tire, pero eso debe generar un valor, porque para todas las empresas los residuos son un costo. Hace años nadie abría una planta industrial pensando en esos costos, entonces era muy difícil para empresas como las nuestras, que somos gestores de residuos. Ahora la cultura ha ido cambiando, tanto de las empresas como de la población en general, y eso nos ha ido abriendo puertas”, expresó.

Consultado sobre cómo se desarrollan esas soluciones, en cuanto al conocimiento y la creatividad que requieren para generarlos, Artigas señaló que la empresa tiene un laboratorio de desarrollo. “Vamos un par de horas y jugamos, y vemos qué vuelta les podemos buscar a los problemas, probamos, buscamos alguna solución que no estemos viendo, y probamos mucho. Se han ido encontrando soluciones que no las manejábamos al inicio y que han generado valor, siempre en función del desarrollo y la prueba”, señaló.

Comentó que uno de los servicios que ofrecen es la recolección de filtros. “Empezamos a recolectar el aceite usado y las empresas nos dijeron que también cambian los filtros, que el operario se limpia las manos y se genera un trapo contaminado, y que todo eso iba a disposición final. Entonces empezamos a investigar, la parte del aceite era algo que ya lo habíamos solucionado generando un combustible alternativo”.

Los filtros, añadió, básicamente lo que hacemos es recuperar el aceite y limpiar el filtro para recuperar el metal. Con el trapo generamos unos rolos de trapo, que se usan en calderas, entonces el trapo ya no termina enterrado, explicó el experto.

Consultado sobre el conocimiento y las soluciones desarrolladas en otras partes del mundo, Artigas contestó que, si bien han salido a ferias, lo hacen “con cuidado”, considerando las diferencias culturales entre los diferentes países.

“Hemos ido a Houston, a Inglaterra, a Italia, hemos recorrido mucho, pero también recorremos la región porque a veces nos endulzamos mucho con soluciones europeas y nos olvidamos de que estamos en Latinoamérica, que la realidad de inversión no es la misma, que la capacidad de las empresas en trabajar de una forma no es la misma, que las autoridades ambientales tampoco tienen la misma capacidad, que todavía las leyes no te acompañan 100 % para que los residuos se canalicen de una forma correcta, entonces también vamos a Chile, Colombia, Perú, Argentina, a Brasil mismo”, agregó.

Tanques de petróleo

Artigas dijo que Afrecor es la única empresa uruguaya que realiza limpieza de tanques de petróleo, lo que hacían manualmente hasta 2016, con unas 20 personas, dado que cada tanque tiene 64 metros de diámetro.

En una feria en Houston conocieron una tecnología en la que invirtieron, lo que redujo los tiempos de trabajo de un año a tres meses, utilizando solo cuatro personas. “Esa tecnología necesita que una persona entre al tanque, pero este año hicimos una nueva inversión, para traer otro equipo que no requiere ingreso de personas, porque todo se comanda desde el exterior”, agregó.

Afrecor también realiza servicios de limpieza de cursos de agua, lagos, dragado, tratamiento de efluentes con un equipo anfibio, además de contar con una planta de tratamiento de agua potable para la eliminación de arsénico. “Instalamos en la localidad de San Pedro en Colonia un sistema de filtración para la remoción de arsénico. Ahí irrumpimos con una tecnología buena que está dando buenos resultados”.

En cuanto al vínculo con el sector público, Artigas señaló que en Uruguay es imprescindible. “En Uruguay las grandes empresas son públicas, y el relacionamiento como proveedor del Estado es muy buena, es una relación cercana y transparente. 

Artigas destacó, sin embargo, la necesidad de que el Ministerio de Ambiente incremente su capacidad de fiscalización para las empresas que no están en regla. “Leyes arriba de la mesa hay unas cuantas, y unas cuantas que se están queriendo hacer, pero si vos no podés fiscalizar la ley, es complejo para los que hacemos las cosas bien, porque tenemos obligaciones adicionales y más costos, y aquellos que no están cumpliendo se siguen diferenciando a nivel costo”, agregó.

Soluciones innovadoras

Por su parte, Luizzi habló sobre el área de desarrollo de la empresa, que busca encontrar oportunidades en Uruguay para solucionar temas ambientales específicos para empresas, de líquidos, sólidos, residuos industriales, y por otro lado llevar a la región los desarrollos que la empresa realiza en Uruguay, principalmente en la industria petrolera, portuaria, dragado y tratamiento de lodos.

“Cuando nos asociamos con Resiter lo que veíamos para nosotros era la posibilidad de fortalecernos en Uruguay con su estructura más que nada en lo administrativo, y en la región la posibilidad de contar con los clientes del grupo, su desarrollo y la presencia de Resiter como líder en economía circular”, comentó.

Consultado sobre la experiencia de exportar los servicios, Luizzi dijo que ha sido “muy enriquecedora desde muchos puntos de vista”. “Lo primero es darnos cuenta de que en Uruguay realmente hemos podido desarrollar cosas que son de interés para la región; la verdad, todavía me cuesta creer que estemos exportando servicios petroleros, por ejemplo, cuando Uruguay no tiene una gota de petróleo”, agregó.

Luizzi destacó el rol de la asociación con Resiter en la evolución de la empresa. “Nos cambió la forma, la dinámica, la estructura comercial, todo lo que tiene que ver con la parte administrativa, nos ha hecho crecer mucho, proyectarnos, y nos ha permitido encarar inversiones de relevancia”.