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El enólogo Renzo Stagnari habló con Somos Uruguay sobre la vendimia y qué puede esperarse de la calidad del vino en 2023, un año que promete buena calidad, por las condiciones excepcionales para la viña y luego de dos años complicados para el sector.
Renzo dijo que 2023 se parece a 2020, el último buen año para la viña que tuvo Uruguay: “Al no haber humedad en el ambiente, los hongos que suben a atacar-más acá en Uruguay- no pueden desarrollarse, entonces tenés una uva sana, de un grano chico, por lo que hay menos kilaje porque la planta genera uva más chicas pero mucho más concentradas. La deshidratación en la planta concentra el azúcar, que es lo que se convierte en alcohol después, y la concentración de los colores, es una uva de mayor calidad, que es lo que nosotros más deseamos”, explicó.
Consultado sobre el rol del riego para el desarrollo de la planta, Renzo respondió que la bodega cuenta con el riego por goteo, que no abarca el 100% de los cultivos: “Hemos visto mucha diferencia entre una parcela que la regaste en la sequía y una que no, la sequía sin un buen riego es algo que te puede llegar a afectar, la planta lo sufre de verdad y ves las hojas quemadas por el sol”, señaló.
Renzo explicó que las uvas blancas están en Canelones, donde el suelo es pedregoso y las condiciones del clima no son tan extremas como en Salto, donde tienen los cultivos de uvas tintas. “Con los años supimos que plantando uva blanca acá en el Sur van muy bien, pero que las tinto, tienen que estar sí o sí en el norte, en todo lo que es Salto y Paysandú”, comentó.
En cuanto a qué puede esperarse para 2023, el enólogo advirtió que hasta que culmina el proceso no puede asegurarse una buena cosecha. “Estamos recién arrancando, estamos contentos pero sabemos que esto es algo largo, uno cuando está en un año muy seco así, el día a día es muy cambiante, vas al viñedo lo ves impecable y quizás en tres días vas y cambió, dos días de lluvia te cambian todo, te pueden llegar a romper la uva, por ahora estamos contentos, pero sabemos que esto es el día a día. Hasta que la uva no esté en nuestros tanques fermentando es imposible estar tranquilo”.
Consultado sobre las expectativas desde el punto de vista empresarial, Renzo señaló que la bodega tiene muchos proyectos internos, como algunos cambios en la línea de fraccionamiento y envasado, con los que se alcanzará el nivel de las mejores bodegas internacionales y hay una “gran apuesta familiar” que apunta al mercado brasileño, el principal destino de las exportaciones de las bodega. Renzo señaló que hace varios meses, que su hermano Franco está instalado en San Pablo para contactar directamente a los compradores.
La bodega H. Stagnari es una bodega familiar a cargo de Héctor Stagnari, Virginia Moreira y sus hijos Renzo, Franco, Lara y Luca. Está enfocada en la producción de vinos premium, elaborados a partir de sus propias uvas en dos viñedos, uno ubicado en la zona La Puebla, y otro en Salto, en La Caballada, donde en 1874 Pascual Harriague, inmigrante vaso francés introdujo la cepa tannat y llegó a cultivar unas 200 hectáreas de esa cepa.
La Caballada, ubicada en el valle del Río Dayman, tiene un clima ideal para el cultivo de tannat, con temperaturas de hasta 40 grados en el día y 20 grados en la noche, con suelos arcillo-arenosos, en su capa superior y de cantos rodados en sus capas inferiores,lo que sumado a un buen drenaje forman las condiciones ideales para el viñedo.