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Jonathan Sasson, director comercial de Goodlife, contó a Somos Uruguay Revista cómo fueron los inicios de la empresa, cómo se las ingeniaron para incorporar el hábito de comer fruta en los lugares de trabajo, el conocimiento de los equipos y los desafíos que significaron para la empresa la emergencia sanitaria y el teletrabajo. Unas 400 organizaciones reciben semanalmente las frutas de Goodlife.
¿Cómo surgió la idea de crear Goodlife?
La empresa se dedicaba a la producción de fruta de exportación, y cuando yo me incorporé, en el 2009, parte de mi desafío fue desarrollar el mercado local. Luego de haber hecho el estudio de mercado y haberlo entendido, detectamos que había un consumo per cápita siete veces menor que en países desarrollados como Australia, Nueva Zelanda, Francia o Inglaterra. Empezamos a averiguar por qué, y vimos que había acciones aisladas para fomentar el consumo, de parte de los supermercados, el Mercado Modelo, actores privados, pero que no lograban cambiar la realidad.
Entonces pensamos: “¿Y qué pasa si la fruta es un regalo?”. Investigando un poco vimos que en algunos países habían tomado iniciativas de ese tipo, en Suiza o Estados Unidos, en Silicon Valley, por ejemplo, que estaban con algo no muy armado, dando beneficios desde el lugar de trabajo y fomentando los buenos hábitos, un poco para atraer talento, otro poco porque el lugar de trabajo es en donde pasamos la mitad de nuestro día.
Ahí empezamos a elaborar un plan para ofrecerles a los gerentes de recursos humanos una herramienta para sus colaboradores.
¿Cómo fueron los inicios del proyecto?
En aquel momento no nos planteamos un tamaño de organización, aunque naturalmente para que la idea funcionase necesitábamos algunas organizaciones ancla. Elaboramos una caja de frutas para entregar en organizaciones para que se pusieran a disposición de los empleados.
La idea era que la gente que no compraba, la recibiera, que se acostumbrara a verla y a comerla, y que, por transitiva, con el correr de los años y con un material de educación que nosotros mandábamos semanalmente, trasladara esos hábitos a su familia.
Nosotros llevamos la fruta a las organizaciones, la gente se acostumbra a comerla y después lleva para ellos y para su familia. Era un programa a largo plazo, pensábamos que podíamos mover un poquito la aguja del consumo per cápita.
¿Qué resultados obtuvieron?
La idea funcionó, los gerentes estaban encantados porque les habíamos dado un beneficio nuevo para otorgarles a los colaboradores, los equipos lo valoraban, era una acción promovida por ellos dentro de la organización y era una herramienta bien tangible y de un impacto diario. Empezamos entregando en una, y hoy tenemos casi 400 organizaciones que reciben nuestra fruta todas las semanas.
Pospandemia hemos entendido que el mercado se ha alineado con nuestro pensamiento y que desde el lugar de trabajo necesitan un beneficio como este para atraer a la gente y pensar en lo saludable mucho más que antes.
¿Con qué obstáculos se encontraron desde el punto de vista de la cultura organizacional de las diferentes empresas?
Hay muchos tipos de organizaciones; algunas organizaciones compraban bizcochos todos los días para el desayuno de su personal, y no dejaron de comprarlos, sumaron la fruta, a ver qué pasaba. Tenemos organizaciones que hacen desayunos, reuniones de equipo, festejos, y las masitas, los bizcochos y las harinas son una obligación, y todo el mundo las está esperando. Entonces decidimos crear, además de las frutas que reciben todas las semanas, un catering saludable, y el cliente queda muy contento porque recibe algo no tradicional que realmente es valorado por su personal.
¿Qué desafíos han tenido desde el punto de vista logístico?
Con el correr de los años hemos entendido que más allá de ser una empresa que trabajaba en el suministro de frutas para organizaciones, nos estábamos transformando en una empresa logística, por la demanda misma de dichas organizaciones, que requerían la entrega en tiempo y forma.
La manera que encontramos para desarrollar una logística eficiente fue ir generando otro tipo de productos, otro tipo de servicios que se unieran con lo que nosotros estábamos haciendo para que nuestros vehículos pudieran estar en movimiento continuo y poder entregar a todos nuestros clientes, y eso requirió también una mayor cantidad de unidades de transporte.
Actualmente tenemos tecnología aplicada a la distribución, software con GPS que nos indica en qué lugar está cada uno de los vehículos, horarios de llegada a cada una de las organizaciones y rutas recomendadas.
¿Qué han aprendido en estos años sobre el funcionamiento de los equipos de trabajo en las organizaciones?
Organizaciones hay muchas, cada organización es un mundo. Nosotros hemos aprendido que tenemos que categorizar a los clientes según su industria, porque cada industria requiere servicios diferentes. Las empresas de inteligencia artificial, que están en expansión, de repente tienen necesidades diferentes a las que tiene una fábrica que trabaja en tres turnos, o a las que tiene un estudio donde trabajan cien profesionales, o uno en el que trabajan ocho. Cada uno está categorizado para que nosotros podamos darle el mejor servicio según sus necesidades. Cada una de esas industrias maneja presupuestos diferentes para una acción como esta.
¿Cómo se logra convencer a las empresas de que inviertan en este tipo de servicio, que eso redundará en algo positivo?
La realidad es que a quien no está convencido ni siquiera se le pasa por la cabeza contratarlo. El beneficio de los buenos hábitos alimenticios desde el lugar de trabajo es algo que está ya instalado a nivel académico, en las universidades donde se forman las personas que llevan adelante las áreas de recursos humanos; hay organizaciones que tienen áreas de beneficios para el lugar de trabajo. La gente que se está formando ya está aprendiendo que esto es algo esencial. Hoy hay fruta en casi todas las organizaciones de Montevideo. A nivel presupuestal esto no es un costo importante para una organización; cuando lo trasladamos a costo por persona, sea cual sea el plan que la empresa quiera contratar, termina en pocos pesos por persona por mes.
¿Cómo los afectó la pandemia? Porque, por un lado, sacó a las personas de los lugares de trabajo; pero, por otro, puso a la salud entre las principales preocupaciones.
La pandemia fue bastante dura para empresas como la nuestra, que trabajamos con otras empresas, porque vimos de un día para el otro cómo el 70 por ciento de la cartera nuestra ya no estaba más trabajando en la oficina, los empleados estaban en sus casas, se habían organizado muy bien y muy rápido.
A lo largo de la pandemia fuimos aprendiendo los beneficios que tiene trabajar en el hogar, pero también lo importante que era trabajar en la oficina, verse con el equipo de trabajo, con reuniones, debates. La realidad es que hoy constatamos que los empleados volvieron a las empresas, las oficinas están abiertas, tienen protocolos de asistencia que no son al cien por ciento, como antes, pero la gente está presente.