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Gran expectativa y un mayoritario apoyo recibió la noticia del inicio de las negociaciones con China para la concreción de un tratado de libre comercio. El anuncio del gobierno, realizado en primera instancia a los líderes de los partidos políticos e inmediatamente después a la opinión pública, fue celebrado por los exportadores y, con alguna cautela, por la Cámara de Industrias y los partidos de la coalición de gobierno. El Frente Amplio y el movimiento sindical valoraron también positivamente la noticia, aunque expresaron preocupación por la posible afectación de sectores manufactureros
Todos coincidieron, sin embargo, en que el comercio con el principal destino de las exportaciones uruguayas debe facilitarse, como lo indica el hecho de que gobiernos de distinto perfil ideológico han trabajado en ese sentido a lo largo de 33 años de relaciones bilaterales. El antecedente más concreto se remonta al 2016, cuando el entonces presidente Tabaré Vázquez firmó en Beijing con su par, Xi Jinping, un acuerdo para avanzar en tratativas con la meta de llegar a un tratado de libre comercio (TLC).
Varios expertos entienden que el momento es propicio para estas tratativas, pese a que impactan de lleno en la ya tensionada relación en el Mercosur derivada de la postura uruguaya de buscar acuerdos comerciales bilaterales ante las dificultades para hacerlo de modo conjunto. Con matices en sus énfasis, Argentina y Brasil recordaron la regla de consenso del bloque al respecto, al igual que el miembro pleno restante, Paraguay, que además no mantiene relaciones con China por continuar su vínculo con Taiwán.
“Beijing se frustró al tratar de negociar con el Mercosur, aunque le interesa tener un pie en el sur de América Latina por razones logísticas, y si Montevideo es el único que quiere avanzar, lo va a aprovechar”, analizó, al ser consultado por La Diaria, el presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China, el empresario y consultor Gabriel Rozman.
Anuncio impactante
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, informó sobre la oferta formal de la República Popular China para iniciar el análisis de prefactibilidad para avanzar hacia un tratado de libre comercio entre ambos países, en una conferencia de prensa celebrada en Torre Ejecutiva. Poco antes, se reunía con representantes de todos los partidos políticos para informarles sobre este acercamiento.
El presidente, que compareció acompañado por el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, y el prosecretario, Rodrigo Ferrés, recordó las expresiones que brindara en las últimas cumbres del Mercosur a favor del comercio exterior con todos los socios del bloque regional, manifestando que, de no ser posible, Uruguay intentaría ese camino individualmente.
“Hubo una vocación histórica en nuestro país de pertenecer al Mercosur y, al mismo tiempo, de abrir nuestros mercados y nuestras fronteras a distintos países del mundo”, especificó el mandatario.
Indicó que el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, ha informado a sus pares del Mercosur sobre los avances del proceso, y que se ha comunicado con el canciller argentino, Felipe Solá. También confirmó que Brasil está enterado y sostuvo que hay un retorno aceptable sobre el tema. “Esta respuesta formal de China nos hace ilusionarnos bastante”, subrayó. Respecto a Estados Unidos, como con otros países del mundo, dijo que Uruguay está abierto a firmar tratados comerciales. “Queremos abrirnos al mundo, tenemos esa vocación”, insistió.
Sobre el estudio de prefactibilidad, Lacalle Pou dijo que desde China se propuso su finalización al terminar este año. “Veremos si es posible, haremos las cosas profesionalmente”, señaló el mandatario. “Estamos ansiosos y apurados, pero el apuro no puede llevar a equivocarnos, lo debemos hacer en conjunto”, apuntó.
En la reunión con los partidos políticos estuvieron Pablo Iturralde, en representación del Partido Nacional; Julio María Sanguinetti, por el Partido Colorado; Guido Manini Ríos, por Cabildo Abierto; Pablo Mieres, por el Partido Independiente; Daniel Peña, por el Partido de la Gente; César Vega, por el Peri, y María José Rodríguez, por el Frente Amplio.
Tras la reunión con los partidos políticos de este martes, el presidente mantendrá encuentros con delegados de las cámaras empresariales y los sindicatos. “Veremos quiénes serán ganadores y perdedores de estos acuerdos y si hay medidas compensatorias”, agregó.
“Confiamos en el trabajo de los uruguayos, en la excelencia de lo que producen. Debemos bajar barreras arancelarias que se nos ponen para entrar en una competencia en igualdad de condiciones […]. Con esa cancha abierta los uruguayos andarán bien”, enfatizó.
Lacalle Pou confía en que no haya rispideces con los países que integran el Mercosur, porque considera que Uruguay fue trasparente y leal. “Queremos la prosperidad de todos los países del bloque, y estoy seguro de que el resto quiere lo mismo para Uruguay”, agregó. “Dijimos que el Mercosur en su conjunto tiene más poder negociador que solo; lo que no estábamos dispuestos o no creíamos oportuno es que, porque los demás países no avancen, el Uruguay deba quedarse quieto. Eso nos parecía, a todas luces, equivocado”, concluyó.
En tal sentido, aseguró que le importa el bienestar de los compatriotas y que a Uruguay le vaya bien. “Si podemos lanzar un tratado de libre comercio con China, y, eventualmente, con Estados Unidos, bienvenido sea. Esto no es uno u otro. Los dos, mejor. Uruguay perdió un tren en 2007, pero dos veces no lo vamos a dejar pasar”, aseveró.
Mencionó el anuncio del expresidente Tabaré Vázquez de noviembre del 2016, para la firma de un tratado de libre comercio con China en el 2018, como ejemplo de vocación de todos los partidos para avanzar en este objetivo. Esto también motivó la convocatoria a los partidos políticos, complementó.
Principal socio comercial
China tiene 1.400 millones de habitantes, es la segunda economía mundial y responsable del 18 % del producto global, además de contar con 400 millones de personas de renta media, según datos oficiales.
Es desde el 2013 el principal destino de la producción uruguaya al exterior, performance que en los primeros ocho meses de este año alcanzó los 1.568 millones de dólares, que representan el 32 % de las exportaciones totales. Detrás vienen Brasil con alrededor de 15 %, la Unión Europea con 14 %, Estados Unidos con 7 %, Argentina con 5 % y México con 3 %.
Según el informe del instituto Uruguay XXI, las ventas al gigante asiático estuvieron lideradas por la carne bovina, con 60 % del total, seguida de productos lácteos con 9 %, subproductos cárnicos otro 9 %, la soja 7 %, ganado en pie y madera con 5 % cada uno, y la carne ovina y caprina con 4 %.
Este mercado sustancial para Uruguay, sin embargo, afronta problemas con competidores directos de bienes similares como Australia y Nueva Zelanda, que a la cercanía geográfica y sus consecuentes menores costos de transporte les agregan los tratados de comercio en vigencia que rebajan o eliminan aranceles de importación. Casi el 80 % de los productos uruguayos a ese destino afrontan restricciones tributarias que en el 2019 costaron 184 millones de dólares, lo que constituyó el 55 % de lo abonado por las ventas externas generales de ese año.
En cuanto a las importaciones uruguayas de China, se situaron el año pasado en casi 1.500 millones de dólares, alrededor del 20 % del total, con vestimenta y teléfonos como los principales productos.
Carta de Beijing
“Apreciamos altamente y acogemos la propuesta de la parte uruguaya de iniciar las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre los dos países”, señala un tramo del mensaje de las autoridades chinas, recibido el martes 7 de setiembre en Uruguay, que leyó el presidente Lacalle Pou en la conferencia de prensa.
El mensaje agrega que China acepta avanzar con Uruguay en un estudio de prefactibilidad, para identificar las potenciales ganancias y los eventuales sectores que se verían perjudicados con la firma de un acuerdo que libere de aranceles las importaciones y exportaciones entre los dos países firmantes, salvo los productos exceptuados que se pacten.
“Veremos quiénes serán ganadores y perdedores de estos acuerdos y si hay medidas compensatorias”, dijo el mandatario en referencia, precisamente, al camino de estudio que comienza y que se prevé pueda finalizar a fines de año.
Lacalle Pou también comentó que se trabajará mucho para concretar intercambios en materia de servicios, tecnologías, turismo y electrónica. “Confiamos en el trabajo de los uruguayos, en la excelencia de lo que producen, por eso debemos bajar barreras arancelarias que se nos ponen para entrar en una competencia en igualdad de condiciones […]. Con esa cancha abierta los uruguayos andarán bien”, apuntó.
Días después también la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, ponderó la propuesta, al dirigirse a empresarios de la industria láctea en la Expo Prado 2021.
“El mayor demandante de alimentos del mundo quiere trabajar con Uruguay, y esa es una oportunidad para este sector en particular”, que en los últimos 12 meses fue responsable del 9 % de las exportaciones nacionales, dijo. La posibilidad de avanzar en negociaciones con China generará un impacto directo en este sector, cuyas ventas a ese mercado aumentaron 14 % en lo que va de este año, quedando en tercer lugar detrás de Argelia y Brasil, añadió.
Varios expertos valoraron positivamente la apertura al diálogo del gobierno de Lacalle Pou y la relevancia que le dio al consenso político. Marcos Soto, economista y decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica del Uruguay, dijo a La Diaria que “la política de inserción internacional de los países debe ser concebida como política de Estado, que trasciende gobiernos”, como en este caso.
Lo fundamentó en que el camino hacia un tratado de libre comercio con China “es una construcción que viene de lejos, que tuvo un mojón muy importante con la visita del presidente Vázquez en octubre de 2016”, lo cual indica que es una política de continuidad. También marcó la necesidad de tener participación de la sociedad civil en el proceso, por parte de sindicatos, empresarios y “diversos representantes de sectores que pueden estar involucrados o afectados”.
Sin embargo, el experto marcó problemas como el perfil de los bienes que China nos va a comprar con un tratado, pues entiende que serán los mismos que en la actualidad. “Quizás se pueda avanzar un poquito más en los eslabones de valor, pero no mucho”, pues es “muy difícil que se diversifique demasiado la oferta”, explicó.
Soto se preguntó qué pasará con el mercado laboral en ese escenario. Al comparar la velocidad de recuperación de las exportaciones en el último año, “con todos esos productos como motores de la recuperación”, con la recuperación del mercado de trabajo, se puede percibir una “brecha” entre ambas variables que refleja el bajo impacto del sector agroexportador en el mercado laboral, señaló. “Podemos exportar muchísima más carne, pero eso por ahí no tiene un impacto concreto y rápido en la generación de empleo”, alertó.
Repercusiones políticas
A la salida de la reunión en Torre Ejecutiva, los dirigentes de los partidos de la coalición de gobierno se manifestaron entusiasmados ante los periodistas con la novedad, aunque hubo matices sobre la situación que puede generar en el Mercosur.
El secretario general del Partido Colorado, el expresidente Julio María Sanguinetti, dijo que es relevante que China emita esta respuesta a favor de las negociaciones comerciales, aunque advirtió que ello “no implica de ningún modo la voluntad de ir a una situación de fractura con el Mercosur, sino de mantener abierto el diálogo”.
“Uruguay hace tiempo ha mostrado su voluntad de comenzar esta negociación […] y este no es solo un mensaje para el país, sino también para los demás socios del Mercosur por lo que significa China”, añadió.
Por su parte, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, en representación del Partido Independiente, recordó los antecedentes en la materia por parte de todos los gobiernos que se sucedieron desde 1988, cuando Uruguay y China establecieron relaciones diplomáticas, y destacó que “este es el inicio de un proceso que implica una decisión histórica de parte de los dos países”.
En la misma línea optimista se expresó el líder de Cabildo Abierto, el senador Guido Manini Ríos, para quien “los títulos no son el centro de la cuestión, sino lo que encierra este tratado, [por lo que] esperemos y tengamos confianza, pues la intención con China es lograr un tratado de libre comercio con todo lo que eso significa”.
El Frente Amplio emitió un comunicado en el que expresa “positivo el interés de China de avanzar en el relacionamiento comercial con Uruguay”, pero adelantó que la posición se fijará una vez que se pueda analizar en profundidad la propuesta con la información completa.
Dirigentes frenteamplistas, como el exvicepresidente Danilo Astori, relativizaron el anuncio, dado que “es apenas la decisión de hacer un estudio de prefactibilidad antes de fin de año”, y para llegar a un tratado de libre comercio “hay que trabajar mucho, y muchísimo tiempo”. En declaraciones a radio Universal, Astori aseguró que quiere que Uruguay avance con esto, pero también debe cuidar sus intereses y los del Mercosur.
“En 2017 tuvimos una experiencia similar e incluso un poco más avanzada. Cuando viajamos con el presidente Vázquez a China, las más altas autoridades de ese país anunciaron un tratado con Uruguay, que luego se frustró, incluso recuerdo a personal de su embajada en Uruguay bajándole el perfil al tema, y la razón fundamental radicaba en el cuidado que tiene el gigante asiático en sus relaciones con Brasil y Argentina”, narró el entonces ministro de Economía. Beijing “priorizó el cuidado de esos mercados y por eso no hizo el tratado”, concluyó.
El expresidente José Mujica coincidió en que “esto no es coser y cantar, no está a la vuelta de la esquina”. Señaló a la prensa que es natural que cualquier gobierno intente mejorar los términos de intercambio del país, por el bienestar de su gente, “pero por ahora apenas tenemos titulares”, y la experiencia indica que un tratado de esta naturaleza lleva concretarlo entre cinco y siete años como mínimo, como ocurrió entre Uruguay y Chile. “No hay trabas para que se pueda empezar a negociar, el problema es cuando haya que acordar y firmar”, advirtió.
Entusiasmo de exportadores, preocupación en sindicatos
Para la gerenta general de la Unión de Exportadores, Theresa Aishemberg, es una muy buena noticia que el país quiera seguir avanzando en acuerdos comerciales, y en especial “tratándose de China, que es nuestro principal comprador de productos, considerando que hace 20 años significaba el cinco % del total de nuestras ventas externas, y hoy ronda el 30 %”.
“Para eliminar aranceles hay que llegar a acuerdos de libre comercio, de cooperación, distintos a los que venimos tratando normalmente en las comisiones mixtas bilaterales, que se avanza, pero no en el caso de los aranceles”, explicó a distintos medios de comunicación. Tampoco cree que este asunto deba interferir con el Mercosur.
Aishemberg dijo que la Unión de Exportadores estudiará la oferta, hará propuestas y entregará insumos al gobierno, pues “hemos avanzado en una agenda que tiene que ver con la facilitación del comercio con China”. Explicó que el mecanismo es ir desgravando, sacándole el impuesto de a poco, para que lleguen en algún momento a un arancel bajo.
A los exportadores “les interesa que se negocie todo tipo de acuerdo con todos los países del mundo”. “Necesitamos abrir mercados, afianzar relaciones y dar competitividad”, valoró la dirigente empresarial, quien afirmó que los sectores que más se podrían perjudicar, como la industria textil, del calzado y metalúrgica, ya sufrieron sin existir acuerdo. “La invitación a sentarnos a la mesa con China, es algo que no podemos dejar pasar”, alentó.
También la Cámara de Industrias se manifestó dispuesta a colaborar con el gobierno en este tema. Su presidente, Alfredo Antía, propuso la creación de un equipo de trabajo para ayudar con el estudio de factibilidad que Uruguay y China comenzarán en poco tiempo.
Antía dijo a canal 10 que algo bueno que manifestó el presidente Lacalle Pou fue que se estudiará la prefactibilidad de esto, y vamos a hacerlo de aquí a fin de año para tener tiempo de analizar quiénes pueden ser vistos como ganadores y quiénes como afectados. Precisó que ya habló con los presidentes de las principales cámaras empresariales interesadas acerca de la conformación de este equipo de trabajo.
La idea es identificar las ventajas de un eventual tratado con China para algunos sectores, así como los que pueden perjudicarse. A estos “habrá que reconducirlos quizás a cambios, y eso el país lo debe valorar como un todo, como una oportunidad para crecer que incluya a toda la comunidad”.
Este enfoque es puesto en tela de juicio por el sindicalismo por entender que probablemente el intercambio comercial a priori con China sea que Uruguay mejora su capacidad de oferta de materias primas y productos intensos en recursos naturales o commodities, pero liquida lo poco que tiene de industria manufacturera.
“Los tratados de libre comercio no necesariamente implican trabajo de calidad y desarrollo de nuestros países, porque, cuando dos estados de estructuras económico-productivas tan distintas mejoran sus flujos comerciales, lo que sucede es que se hacen aún más profundas las asimetrías”, sostuvo el secretario general de la central sindical PIT-CNT, Marcelo Abdala, en rueda de prensa. Agregó que los países se tienen que preparar mucho para una inserción internacional que potencie su desarrollo y su trabajo de calidad.
Preocupación en el Mercosur
Paraguay “observa con inquietud esta decisión”, comentó a la prensa el mismo día del anuncio el canciller de ese país, Euclides Acevedo. “La posición de Asunción es de ser fiel a lo establecido en el tratado fundacional de 1991 y en el protocolo complementario firmado en 1994 en Ouro Preto, en Brasil”, sobre la unanimidad en las decisiones del grupo, puntualizó, según publicó la agencia AFP.
Empero, Acevedo relativizó el tema al señalar que aún no se ha comenzado la negociación entre Uruguay y China, sino que solo ha habido un planteo de intención de hacerla.
Más cautas todavía fueron las reacciones desde Brasil. Ante consultas periodísticas, portavoces respondieron que Uruguay solamente hizo un anuncio preliminar y, como tal, “aún no se han visto elementos concretos”. Esos comentarios se alinean con la idea que maneja el gobierno de Lacalle Pou de tener a Brasilia en una posición más cercana debido a sus planteos de bajar el arancel externo común del Mercosur.
En Argentina, como se suponía, la respuesta fue acorde a su postura de que el Mercosur debe negociar todo tratado en conjunto. Los medios de comunicación de Buenos Aires recogieron expresiones del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien recordó que el bloque “se rige por la regla del consenso, no de modo individual”.
La oferta de China fue notificada por Bustillo al entonces canciller Felipe Solá (fue sustituido el 17 de setiembre por Santiago Cafiero) minutos antes de la conferencia de prensa de Lacalle Pou. Por eso, cuando Kulfas fue consultado aclaró que el gobierno de Alberto Fernández todavía no había tomado posición sobre el anuncio, aunque sostuvo que “Uruguay es un país soberano y como tal puede tomar la decisión que le parezca más conveniente”.
“Uruguay puede hacer un acuerdo bilateral con China por afuera del Mercosur o puede seguir en el Mercosur, pero la normativa del bloque es muy clara, los acuerdos se hacen en conjunto, no de manera unilateral”, advirtió. Analistas de Argentina entienden que el gobierno de ese país teme que una futura triangulación de productos chinos desde Uruguay, facilitada por un tratado comercial, dañe severamente la importante industria local.