Atenas de San Carlos apuesta a ser uno de los cuadros grandes

Figura 1. Ubicaciones de los objetivos Figura 1. Ubicaciones de los objetivos

El presidente de la asociación civil de Atenas de San Carlos, Rodrigo Santos, y el presidente de Sociedad Anónima Deportiva del Grupo Pachuca, Juan Pablo Fassi, que encabezan el proyecto futbolístico y social de Atenas de San Carlos, conversaron con Somos Uruguay Revista sobre sus objetivos de gestión, el rol del fútbol en lo social, los derechos de televisación y la apuesta a convertir al tradicional club en un referente del fútbol uruguayo

El Atenas de San Carlos fue fundado en 1928 y comenzó compitiendo en la Liga Carolina de Fútbol, en la que ganó 24 títulos en 44 temporadas. Luego se integró a la Organización del Fútbol del Interior, y en el 2001 se convirtió en el club del interior con más campeonatos ganados.

Ese año se afilió a la Asociación Uruguaya de Fútbol y en el 2002 comenzó su competencia en la segunda división. Su primer ascenso a la primera división fue en el 2009, y jugó en la máxima categoría en los campeonatos del 2014-2015, 2015-2016 y 2018.

En agosto del 2020 la asociación civil de Atenas de San Carlos firmó un acuerdo con la Sociedad Anónima Deportiva (SAD), que integra el Grupo Pachuca, que deja por 25 años al grupo inversor la administración y el gerenciamiento del proyecto futbolístico al grupo mexicano.

El Grupo Pachuca es el mayor accionista de la SAD. Sus referentes son el ex preparador físico y empresario argentino Andrés Fassi, presidente de Talleres y vicepresidente de Pachuca mexicano, y su hijo Juan Pablo Fassi, quien será el responsable del proyecto en Uruguay.

¿Cómo se inició el vínculo entre la Sociedad Anónima Deportiva y el Atenas de San Carlos?

RS: El club hace un tiempo que tenía la idea de que el camino para seguir adelante en el fútbol profesional debía ser a través de una SAD. Como muchos cuadros del Uruguay, hemos transitado por varias sociedades que nunca dieron la talla en cuanto a la seriedad.

El año pasado, en agosto del 2020, faltando 15 días para empezar el torneo, mediante un vínculo uruguayo nos presentaron al grupo, cuya cabeza es Juan Pablo Fassi, que es el encargado de toda la parte de la SAD en Uruguay.

En ese momento, ya conociendo todos los antecedentes de Andrés Fassi en Talleres y en el Pachuca, empezamos a dialogar. Nosotros somos una asociación civil sin fines de lucro, con muchos directivos trabajando mucho, y la negociación fue fácil y muy buena, porque el proyecto en sí es un proyecto de fútbol y con un desarrollo social paralelo.

Nosotros pretendemos dedicarnos al fútbol, tener un crecimiento edilicio y un trabajo social continuo.

¿Cuáles son las particularidades de trabajar en Uruguay, en comparación con México o Argentina?

JPF: La principal diferencia es la materia prima, que es el jugador. Es un país muy chico, pero tiene muy buenos jugadores y en un análisis estadístico Uruguay es el primer exportador de jugadores al mundo per cápita, desde el vamos esa es la primera comparación. Después tomamos en cuenta las bondades que le da el país, su estabilidad, la Asociación Uruguaya de Fútbol Infantil, eso le da a la SAD seguridad para poder invertir y sentirse seguro.

¿Por dónde pasa la rentabilidad de este tipo de negocios?

JPF: El fútbol —yo diría, desde hace más de diez años— es una industria; y si no genera jugadores no es rentable, y más en un país como Uruguay, que tiene los ingresos por televisación y patrocinio más bajos de toda la región. La única manera de subsistir y tener un proyecto rentable es a través de un proyecto serio. Sabemos que tenemos que invertir tres o cuatro años en divisiones formativas, que para nosotros son el corazón del proyecto, y sabemos que de lo producido de esos jugadores podemos empezar a ser rentables y seguir creciendo.

El trabajo social que se está haciendo trasciende San Carlos

RS: Ese fue un punto muy importante en nuestra negociación, y es bastante inusual en Uruguay que a través del fútbol se haga un trabajo tan grande en lo social, no solo a nivel departamental en San Carlos, que va a ser la base y el inicio, sino también a nivel nacional.

Están proyectadas canchas sintéticas de Atenas en todo el país, ya hay un relacionamiento comercial y deportivo continuo con todos los departamentos.

¿Se proyectan como un club que va más allá de lo futbolístico?

RS: La historia del club marca que nunca ha sido netamente futbolístico, siempre ha tenido un rol social. Los clubes, con el solo hecho de competir y de abarcar 150 chicos todos los días en sus actividades, ya cumplen un rol en sí; pero esto va mucho más allá, porque hay un retorno de la sociedad de acuerdo a la captación, y con un trabajo mucho más serio de lo que uno está acostumbrado.

Nuestro proyecto es ser uno más de los cuadros grandes de Uruguay. Tenemos un centro de formación ateniense en Punta del Este, que ya es una realidad, con 60 chicos en un hotel con todas las comodidades; esa es una labor que ya se viene haciendo en este corto tiempo de trabajo, y eso refleja también a lo que apuesta el grupo.

El objetivo y el producto en sí del negocio va a ser la formación de jugadores.

¿Cómo fue la llegada de Diego Forlán como entrenador?

JPF: La llegada de Diego se da luego de la salida de Sebastián Eguren, que en su momento tenía contrato y tuvo la oportunidad de ir a la selección de Chile; y nos vimos en la tarea de buscar el perfil idóneo que no solo llevara la dirección técnica, sino que era fundamental que toda la gente del entorno pudiera asociar el proyecto a la persona. ¡Qué mejor que Diego!

Aparte de tener una gran capacidad y un gran equipo como técnico, es un profesional con todas las letras, que comparte los mismos valores, que está enamorado del departamento de Maldonado; fueron muchas cosas que se fueron dando para que Diego pudiera ser parte del proyecto institucional, deportivo y social.

¿Cuáles son los principales desafíos de Atenas en los próximos dos o tres años?


JPF: Los principales desafíos son llevar a cabo todo lo que estamos planeando respecto a lo social, la infraestructura y lo deportivo; ese es el desafío más grande.

¿Cómo es la dinámica de trabajo para que el proyecto alcance una dimensión nacional?

JPF: Un grupo de scouting [captadores de jugadores], con Luis González a la cabeza, se divide entre todos los departamentos y va creando nexos y convenios con otros clubes, en los que se respeta que si ese jugador, hoy o mañana, triunfa en nuestra institución, se le da al club un reconocimiento, y de esa manera mantenemos la fidelización de esos clubes hacia nosotros.

¿Cómo es la presencia del club en otros deportes?

RS: El club ya venía hace tiempo preparándose para esta oportunidad de encontrar un socio, y de un tiempo para acá dejó de apuntar solo a la parte futbolística y social, y dio un paso más que fue ir por lo deportivo y social.

Hoy por su sede pasan más de 500 chicos —aunque ahora no, por la pandemia— que hacen otros deportes como básquetbol, rugby, pádel, atletismo; eso también acompaña todo el crecimiento de la estructura del club y hace crecer su vida deportiva social, que era algo que teníamos pensado desde hace mucho tiempo, y hoy creemos que es el futuro. Estamos muy contentos con el proyecto.

¿Las áreas social y deportiva se retroalimentan en el proyecto?


RS: Sin duda. Como todos los clubes que son asociaciones civiles sin fines de lucro, vive a través de los socios.

Cuando tenés una base sólida en lo futbolístico, con un crecimiento continuo con una persona emblemática como es Diego, y con todos los trabajos que estamos hablando a nivel país, eso lleva a que la gente se haga socia de la institución, hay casos en los que ni siquiera están dadas las estructuras para que uno sea socio del club del que es hincha.

Todo lo que estamos haciendo atrae a mucha gente al club, lo vemos en los hinchas, que están contentos con lo que estamos haciendo.

El otro día fue el lanzamiento con el tema de Matías Britos, que es un jugador de la casa, y la gente quedó muy entusiasmada, y eso hace que cada vez quiera participar más, acercarse, hacerse socia y hacer deporte. Eso, a futuro, va a ser muy importante.

¿Cuáles son los principales problemas a solucionar para que el fútbol uruguayo deje de ser uno de los que menos recauda por patrocinios y televisación?

RS: Es un problema bastante serio, en el fútbol uruguayo, que ya lleva mucho tiempo. Desde nuestro inicio en el fútbol profesional nos plantamos en una vereda totalmente diferente, porque nosotros sabemos y tenemos bien claro que el fútbol vale mucho más de lo que están pagando hoy.

Inclusive, ya por ser un cuadro del interior tenemos un costo operativo mucho mayor a los cuadros de Montevideo, que son los que históricamente han manejado la política de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Hoy, con la llegada de Ignacio Alonso a la AUF, ha habido un cambio político, ya no es el fútbol metropolitano, está más repartido; y esperamos que en el 2025, cuando haya un cambio en lo contractual sobre la televisación, sea totalmente diferente.

Acá no se trata de quién está en lo cierto, sino de algo cuantificable que es que el fútbol uruguayo vale una plata que hoy no se está pagando. No es que esté mal la empresa, esto es un negocio, nosotros hemos dialogado con Tenfield, y tanto nosotros como la SAD estamos seguros de que cuando llegue el 2025 va a cambiar esa estructura y el ingreso va a ser mucho más importante.

¿Cómo ha sido la experiencia de la pandemia y los cambios que implicó en el campeonato?

RS: Para la división fue una experiencia muy buena porque la puso en un contexto totalmente diferente, con la totalidad de los partidos televisados; eso potenció mucho a la división, le dio un marco de exposición muy grande y valorizó a esta y a los jugadores.

El estadio Charrúa tuvo todo lo que se precisaba para soportar la cantidad de partidos que se jugaron, me parece que fue un puntapié inicial para algo diferente.

Además, hoy están en la división una cantidad de cuadros que jugaron tradicionalmente en la A, como Defensor, Danubio, el clásico Cerro-Rampla y nosotros, que estamos tratando de tener un rol protagónico con la llegada de Forlán y el plantel que se está formando.

Va a ser un campeonato altamente atractivo, y creo que se va a apostar a jugar en cada cancha.

¿La meta siempre es subir o puede ser una oportunidad de fortalecerse en la B?

JPF: Cualquiera que hoy esté compitiendo en la segunda división tiene el objetivo y el sueño de ascender, porque la misma competencia es querer ganar.

Nosotros estamos en un período de adaptación, y lo que nos planteamos como institución es hacer planteles lo más competitivos posibles y estar dentro de los seis primeros para poder tener una chance, lo que no significa que si no ascendemos el proyecto tome otro rumbo.

Ascendamos o no, el proyecto sigue por la misma vía. Nos enfocamos en competir de la mejor manera, el tiempo dirá para qué estamos.

 

¿Cuál es el rol de un club deportivo en un momento de crisis social como el que se está viviendo?


JPF: Nosotros, como institución de fútbol, el deporte más jugado en Uruguay y en Sudamérica, tenemos un gran compromiso desde lo social. Podemos ser un factor de cambio, fomentando valores a través del fútbol para ayudar a los chicos que vienen de contextos muy complicados y en el club tienen las puertas abiertas para salir de esa situación, y darles herramientas para que ellos puedan encarar la vida de otra manera.