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El director de negocios del Montevideo City Torque, Javier Nóblega, habló con Somos Uruguay Revista sobre el modelo de negocios [DMB1]del club, el equilibrio entre fútbol y empresa, el vínculo entre la administración y la gestión deportiva, el peso del público y la identidad, los desafíos del fútbol uruguayo y la integración al grupo económico del Manchester City
¿Cuál es la estructura de Torque como institución?
Somos una sociedad anónima deportiva, el organigrama en sí consiste en directores, que son los representantes de la sociedad anónima, que se llama Terenti Sad. Montevideo City sería el nombre comercial.
Por debajo de los directores está la organización del club, con la parte de negocios y la parte deportiva. Yo soy el director de negocios y el director deportivo es Germán Brunatti. A partir de esos dos pilares se ramifican las diferentes áreas que corresponden al club; en la parte comercial tiene el área legal, más finanzas, marketing, comunicación, sponsorship, todo lo que no tiene que ver con lo deportivo.
La parte deportiva tiene los cuerpos técnicos de primera y formativas, los cuerpos médicos y los jugadores. Los directores no ejercen una función ejecutiva; los que la ejercemos somos el director de negocios, el deportivo, y tenemos como asesor externo a Pedro Bordaberry, y también lo que sería un nexo entre el Montevideo City y el Manchester City, que se llama Diego Gigliani, que es un ejecutivo del grupo que también participa muy activamente.
¿Cuál es el peso del Manchester City en la institución? ¿Se puede pensar en Torque sin el Manchester?
Formamos parte del mismo holding de clubes, que tiene a Manchester City como su buque insignia y el más importante del grupo, y tiene ocho clubes, entre los cuales está Montevideo City, pero también hay otros en Estados Unidos, Australia, Japón, China, India y Bélgica. Somos como una gran familia, somos entidades independientes, pero hay un relacionamiento íntegro que contempla el aspecto financiero, el legal, el comercial y el de comunicación; todos son parte integrante del club.
¿Cuáles son los principales desafíos en su rol como director de negocios?
El principal desafío que tengo en esta función consiste en pensar hacia adentro, pensar en qué quiere uno como club para que, después, esos grandes principios que uno quiere —más tomando en cuenta que este es un club muy chico— se puedan expresar hacia afuera de diversas formas. Una de ellas y la principal es a través de las redes sociales, que son la carta de presentación para cualquier club.
Después tengo un rol secundario para apoyar a la parte deportiva, que al final en un club de fútbol es la parte más importante. Asumir que uno tiene un rol de soporte a la parte deportiva y a los principales protagonistas —que no somos nosotros, que trabajamos detrás de bambalinas, sino que son los jugadores y el cuerpo técnico— es fundamental en un club de fútbol.
Otro desafío, siendo un club que está en pleno crecimiento, es encontrar la forma de que la gente sienta un impacto positivo sobre lo que representa el club. Para nosotros es fundamental porque somos una empresa, pero somos un club de fútbol, y un club de fútbol al final de cuentas es de la gente. Por eso, que la gente nos acepte, que vea el buen trabajo que estamos haciendo o que intentamos hacer es muy importante y la tarea más desafiante que tengo como director de negocios.
¿Puede pensarse que el club crezca como empresa sin que eso vaya necesariamente acompañado de éxitos deportivos?
La parte del negocio fuera del fútbol en un club de fútbol es un elemento en que los clubes uruguayos debemos crecer. Estamos trabajando para ello, pero es algo que tiene un límite. No es lo que te va a producir rentabilidad para poder sustentar un club.
Además del apoyo del Manchester, ¿los principales ingresos vienen de la venta de jugadores?
Sí, sin duda, más en clubes de nuestro tamaño.
¿Cree que este tipo de alianzas es recomendable para otros clubes uruguayos?
Nosotros estamos convencidos de que este es un modelo exitoso. Simplemente hay que trabajarlo mucho, porque este tipo de inversiones —y más en el fútbol, que es un negocio particular— llevan tiempo para que se vean los resultados. Eso es lo que a veces pasa, que el fútbol no espera y los tiempos se acortan cuando los resultados son malos, y eso es lo que el inversor no debe hacer.
Nosotros nos fuimos a segunda división después de estar una temporada en primera, mantuvimos el técnico y los jugadores, y hoy estamos de nuevo en primera división, habiendo salido campeones de segunda división, con los mismos jugadores que de repente en 2018 eran muy chicos, y hoy tienen más años de experiencia y un futuro muy promisorio.
¿Esa decisión de aguantar y esperar próximos resultados fue aconsejada desde Europa o la definieron acá?
Es un poco de todo. Hay que valorar al director deportivo, que fue el que tomó la decisión de mantener al cuerpo técnico porque estaba convencido de que ese era el camino, y en segundo lugar valorar a los jugadores y al técnico que se quedaron a pesar de haber descendido. Fue imprescindible el apoyo de toda la estructura del City Fútbol Club, que confió en nosotros y que nos permitió seguir trabajando tranquilos a pesar de haber descendido.
Si vos ves ese año, el 2018, el único aspecto negativo que tuvo fue el descenso, pero hubo muchos aspectos positivos —que se vieron tapados por el descenso—, incluso a nivel de resultados, como la transferencia de jugadores como Valentín Castellanos al New York City, el club que tenemos en la liga de Estados Unidos, o jugar una final de un torneo oficial. Todo ese tipo de cosas se tomaron en cuenta para tomar la decisión de mantener el proyecto.
¿Cuáles son las diferencias sustanciales entre administrar un comercio y un club de fútbol?
Me recibí de abogado, empecé trabajando en un estudio de abogados, después en la parte comercial de una empresa marítima y finalmente me decanté por este rol. Diría que la particularidad que tiene este trabajo es que no es una empresa en sí misma; esto es un club de fútbol que debe administrase como una empresa, pero al final termina siendo un club de fútbol. Eso nunca se debe perder de vista, sos un generador de emociones, le generás calenturas, felicidad, identidad a la gente que te va a ver, sea poca o mucha.
Hay gente que paga una entrada para ir a ver un partido de Montevideo City y vos en parte sos responsable de las emociones que se le generen a ese hincha en el estadio. Tiene toda una parte emotiva y un componente social que es muy fuerte y muy movilizador.
¿Cómo se imagina al Torque en los próximos dos años?
En lo deportivo esperamos estar viajando a algún país de Sudamérica para jugar las copas regionales, esperamos estar consolidados en primera división; y desde el aspecto del negocio, generar rentabilidad e ingresos por fuera de los derechos de televisión para poder seguir haciendo crecer este muy lindo proyecto que tenemos por delante.
¿Hay algún cambio que sea necesario hacer en la estructura del fútbol uruguayo?
Hay muchas cosas que podemos cambiar de la estructura del fútbol uruguayo. Los clubes, que tenemos la responsabilidad de negociar el contrato de televisión, debemos posicionarnos de manera muy fuerte en nuestras pretensiones, sabiendo que tenemos un producto que hoy está devaluado, que es un gran producto fundado principalmente en la capacidad de generar estrellas a nivel mundial, generación tras generación. Debemos valorar el producto que tenemos y posicionarnos fuerte ante los oferentes que quieran participar en la adquisición de los derechos de televisión de los próximos años.
[DMB1]En la ´línea anterior dice “negocios”. Ver si aquí se puede cambiar por “comercial”, o “de actividad”.