Economía
Fortalezas estructurales

Uruguay y el bastión invisible: fortalezas que sostienen la estabilidad

Tolosa (BCU) presenta el "bastión invisible" de Uruguay: reservas altas (21,6% del PIB), cuenta corriente equilibrada, banca sólida y deuda de largo plazo sostienen la credibilidad y blindan la desinflación frente a shocks externos.
por Felipe Palavecino 24-09-2025
Línea de Encuentro de Somos Uruguay. Fotografía: Antonio Scuro.

En su ponencia, Guillermo Tolosa, presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), subrayó que la estabilidad económica del país no descansa únicamente en la política monetaria. Más allá del régimen de metas basado en la tasa de interés, Uruguay ha tejido en los últimos años un conjunto de fortalezas estructurales que actúan como colchón frente a crisis externas. Tolosa las definió como un "bastión invisible": un andamiaje robusto, construido "ladrillo a ladrillo", que rara vez ocupa titulares, pero que respalda la credibilidad del país y reduce su vulnerabilidad.

Reservas en niveles excepcionales

Según Tolosa, Uruguay cuenta con reservas internacionales equivalentes al 21,6% del PIB, un nivel que en América Latina solo se compara con Perú. En la mayoría de los países de la región, los ratios son sensiblemente menores.

Las reservas actúan como seguro ante crisis cambiarias, caídas de términos de intercambio o turbulencias financieras globales. Tolosa remarcó que no se recurrió a ese stock en los últimos cuatro años: la inflación se controló mediante la tasa de interés, sin necesidad de usar el colchón de divisas. "Estamos montados sobre el 21% del PIB en reservas, y no las usamos hace cuatro años", resumió.

Uruguay, segundo en la región en reservas/PIB (21,6%).

Cuenta corriente en equilibrio

Históricamente, los déficits externos anticiparon crisis (1982, 2002). Hoy la situación es distinta: el déficit de cuenta corriente ronda 1% del PIB y el sector privado exhibe un superávit cercano a 3%.

"Es muy difícil imaginar una depreciación fuerte cuando un país tiene un superávit de cuenta corriente", remarcó Tolosa.

La cuenta corriente vuelve hacia el equilibrio: menor presión cambiaria potencial.

Diversificación exportadora

Otro pilar del bastión invisible es el perfil exportador. Uruguay reparte aproximadamente un tercio de sus ventas en la región (Brasil y Argentina), un tercio hacia China y alrededor del 10% a Estados Unidos. Esta distribución atenúa vulnerabilidades: un shock en un mercado puede compensarse con demanda de otros.

La diversificación de productos —con mayor peso de bienes agroindustriales de valor agregado— también contribuye a estabilizar el sector externo.

Bancos sólidos, deuda de largo plazo y riesgo en mínimos

Tolosa destacó la solidez del sistema financiero: los bancos operan con colchones de liquidez y capital muy por encima de los estándares de Basilea, lo que les otorga resiliencia ante shocks. A ello se suma una deuda pública con una de las duraciones más largas del mundo emergente, que evita concentraciones de vencimientos y reduce la exposición a cierres de mercado.

La credibilidad se refleja en una prima de riesgo (EMBI) entre las más bajas de la región y sistemáticamente por debajo de sus pares.

El riesgo país de Uruguay se mantiene por debajo de sus pares regionales (EMBI).

Además, a diferencia de crisis pasadas, las empresas están hoy mayormente calzadas en moneda, reduciendo el riesgo de descalces que antes amplificaban las turbulencias.

Competitividad y precios internos

El bastión invisible no se limita a lo financiero. Los datos muestran que la inflación de no transables se ubica en mínimos históricos y que la desinflación fue más simétrica que en el pasado. Tolosa añadió que el tipo de cambio real se encuentra en niveles más altos (más depreciados) que en 2022-2024, lo que deja un margen adicional frente a shocks externos.al frente a shocks externos.

El bastión invisible

"Uruguay ha ido tejiendo, ladrillo a ladrillo, un bastión invisible", afirmó Tolosa. Invisible, porque no se percibe en la vida diaria, pero bastión, porque ofrece una defensa silenciosa frente a crisis que en otros países provocan inestabilidad. "El país ya no se rompe": la resiliencia no elimina sequías o turbulencias, pero evita rupturas sistémicas.

Estas fortalezas —reservas altas, equilibrio externo, diversificación exportadora, sistema financiero robusto, deuda de largo plazo, riesgo bajo, empresas calzadas y desinflación más simétrica— son el resultado de políticas consistentes en el tiempo. La estabilidad inflacionaria actual no está aislada: se apoya en un entramado institucional y financiero que refuerza la credibilidad del régimen monetario.

El "bastión invisible" distingue a Uruguay en la región y constituye una garantía de resiliencia frente a shocks externos: un basamento que da sustento a la idea de que, esta vez, la inflación baja llegó para quedarse.