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La colaboración entre el sector público y el privado fue clave para desarrollar en solo cuatro días Coronavirus UY, una app dirigida a aquellas personas que tengan sospechas de haber contraído COVID-19 o sean casos positivos. Según los expertos, la mejor forma de atender a la población de forma rápida y segura es de manera digital, y por eso los esfuerzos se aunaron en ese sentido.
El presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), Leonardo Loureiro, destacó el apoyo recibido desde todos los sectores para lograr este objetivo. En diálogo con Somos Uruguay Revista, aseguró que se contó con la colaboración de 15 empresas de la CUTI, además de Agesic, Antel y el Sinae
La CUTI ha colaborado, estando en la primera línea de batalla para poder desarrollar la aplicación Coronavirus UY, que lanzó el gobierno para hacer frente a la pandemia por la COVID-19 en nuestro país. ¿Cómo fue el proceso?
Todo esto surge un poco antes de que se confirmara el primer caso en Uruguay, el pasado 13 de marzo. Muchos de nosotros ya sabíamos que iba a suceder, que se iba a dar, y muchos ya estábamos viendo qué se había hecho en este sentido en otras partes del mundo. Pero al final todo se disparó muy fuerte cuando se anunciaron los primeros casos, junto con la emergencia sanitaria.
Desde ese día, la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), Antel y varias empresas privadas se empezaron a comunicar en forma desinteresada, porque nos parecía que era importante aportar. Varios se sumaron; y al mismo tiempo otras empresas que empezaron a ver que había que hacer algo comenzaron a juntarse por sí solas, y a comunicarse también con Agesic y Antel.
Teníamos que coordinar de alguna manera; entonces nos pusimos de acuerdo para darle una cierta gobernanza a la situación, centralizar todo de cierta manera, y se armó un equipo coordinado por Agesic, Antel y empresas de la CUTI, y se empezó a trabajar el mismo viernes 13 de marzo.
Para que tengan una idea, el día 16 y el 17 ya teníamos una cantidad de líneas de código construidas, ya se habían armado equipos de desarrollo de más de 150 personas, a muchos niveles. Tal vez la gente ve solo la app en sí, pero eso es el producto final; para realizarla se tuvieron que hacer un montón de cosas antes.
Otra cosa muy importante a destacar, que no depende solo del mundo de la tecnología, es que también hubo mucho aporte y conocimiento de parte de los médicos para solucionar lo que nosotros llamamos en nuestra jerga —cuando debemos afrontar este tipo de problemas— los problemas “funcionales”. En este caso fue fundamental el aporte de los médicos, que son los que realmente saben del tema. Ellos ya tenían en claro lo que querían, lo que necesitaban; entonces de acuerdo a cómo se fueron desarrollando las cosas ellos nos fueron dando los instrumentos.
Antel puso a disposición todo su call center, después hubo chat bot, después hubo una cantidad de información que había que pedir a la ciudadanía; todo esto se fue canalizando, las necesidades, las cosas que se podían hacer y cómo podían hacerse; y también desde el gobierno, de acuerdo a cómo iba evolucionando la enfermedad, se fueron definiendo las etapas de las cosas necesarias para afrontar las circunstancias en cada momento.
¿Cuál es entonces la importancia de haber trabajado codo a codo el sector público con el privado, y haber desarrollado el proyecto en tiempo récord?
Hay muchas cosas que son importantes de resaltar. Primero que nada, destacar que Uruguay tiene una infraestructura tecnológica que muy pocos países en el mundo tienen; entonces, partir desde esa base para nosotros es mucho más fácil. Y cuando hablo de infraestructura no solo hablo de conectividad, hablo de sistemas, de información, de datos. O sea, hay mucho que Uruguay tiene resuelto y otros países no. Entonces eso habilita a que se puedan hacer muchas cosas en forma muy rápida. A veces lo que puede enlentecer el proceso es la decisión de cómo hacerlas, y no tanto la tecnología disponible.
Entonces, partimos de una buena base tecnológica, también de una industria tecnológica muy buena y fuerte, que sabe lo que tiene que hacer y cómo hacerlo. Por ejemplo, si una empresa como Genexus tiene que desarrollar una aplicación móvil en un corto lapso, ya lo sabe hacer.
Hay algo que poca gente sabe, y es todo el tiempo que se necesita para poder coordinar con Apple Store y Google Play para que acepten una aplicación. Previendo eso, se contactó a las personas que pueden hacerlo en forma rápida.
Realmente se aportó todo el conocimiento indispendable para que esto saliera lo más rápido posible, y con los elementos necesarios.
¿Cuántas empresas de CUTI participaron en el desarrollo de esta app?
Cuando uno habla de desarrollo hay muchas cosas: está la base de datos, la calidad de los datos, cómo se integran, de dónde viene la información, hay que hacer el testeo, el desarrollo de la aplicación, hay que hacer el chat bot (que es una respuesta automática que se utiliza por chat y por WhatsApp). En todo este proceso participaron entre 10 y 15 empresas.
Por la parte pública, Agesic es la responsable de toda la parte tecnológica del Estado, pero con el que más se trabajó en esto fue con el Sistema Nacional de Emergencias. El Sinae fue el que determinaba las necesidades. Obviamente en este caso los integrantes del Ministerio de Salud Pública (MSP) en el Sinae fueron muy importantes para nosotros; pero el articulador, el centro coordinador de todo ha sido el Sinae. De hecho, el secretario de Presidencia Álvaro Delgado participó también de algunas de las reuniones. Esto ha sido realmente una coordinación país y, como han dicho muchas autoridades, seguramente este tema también sea un caso de estudio y un ejemplo de Uruguay para el mundo.
También hay que destacar el tiempo récord en que lo hicieron. ¿Cuánto tiempo les llevó?
El anuncio fue el viernes 13 de marzo por la noche, y la gente trabajó durante todo el fin de semana en forma impresionante. Hubo reuniones técnicas ese fin de semana, el lunes y el martes, y ese día la primera parte de la aplicación ya estaba pronta. Digamos que los primeros pilotos y prototipos probables ya estaban listos el martes, o sea, en cuatro días.
El testing se va haciendo durante todo el proceso. El chat bot también se probó y había que chequear que los servidores que estaban disponibles para contestar no se saturaran, soportaran la alta demanda, la cantidad de personas que se iban a conectar. Cuando uno habla de test, no solo hace referencia a que el sistema dé el resultado correcto, sino a que el sistema funcione. Y de hecho se tuvieron que corregir algunas cosas antes de ponerlo en producción, porque la performance podía caer dependiendo de determinadas circunstancias.
Cuando se habilita algo que ya se sabe que va a tener una afluencia muy importante, y va a haber un pico de demanda, hay que preparar los sistemas. Primero para que no se mueran durante ese pico de demanda y segundo para que den respuestas y no se enlentezcan.
¿Qué funcionalidades tiene la aplicación en esta primera etapa?
La más importante que se lanzó al principio, durante la conferencia en que el vocero privado fue el ingeniero Nicolás Jodal, fue la posibilidad de que las personas pudieran hacer consultas sobre eventuales síntomas asociados al nuevo coronavirus COVID-19.
Cualquier persona que tenga la sospecha puede bajar de la app un cuestionario armado por especialistas y al finalizar se le indican los pasos a seguir. De acuerdo a lo que la persona responde, que se envía a su prestador de salud, puede que se concluya que no tiene nada, o que necesita consultar a un médico o hasta hacerse un test para saber si tiene o no coronavirus.
A su vez, el Ministerio de Salud cuenta con la información centralizada, accediendo a ella en tiempo real.
¿Qué otras prestaciones se le podrían agregar?
Esta es la primera versión de la app, pero hay una segunda que permite hacer un seguimiento al paciente que ya tiene coronavirus. En esta segunda versión el prestador ya puede contactar a la persona para hacerle el seguimiento sanitario, siempre que no haya tenido la necesidad de internarse. Hay muchos pacientes que cursan la enfermedad en domicilio, y con la app se puede realizar el seguimiento a distancia: se piden datos clínicos, como la temperatura corporal (que la puede ingresar el propio paciente), mientras un médico lo contactará para hacer una consulta a través de la aplicación.
Todos estos datos están interconectados con el Sistema Nacional Integrado de Salud y el MSP. Además, esto se hace con las máximas garantías tecnológicas de seguridad. Para que te hagas una idea, la información, en algunos casos, se almacena de manera tal que no la puede ver ni el administrador del sistema. Esto se llama “enmascarado”, que es, por ejemplo, cuando se ven solo los últimos dígitos de la cédula, aunque el sistema la reconoce.
Hablando de la protección de datos y la preservación de la identidad de los pacientes, ¿cómo se manejó la posibilidad de la georreferenciación? En Corea del Sur se sabía en qué barrios había brotes; en el caso de Uruguay, ¿es posible?
La georreferenciación se descartó en Uruguay, si bien tecnológicamente se puede hacer. Las autoridades entendieron que no tiene sentido saber si en el edificio o barrio en el que estoy hay algún contagiado, o algún brote, porque idealmente yo no me tengo que mover, estoy en cuarentena voluntaria; y si lo hago (por necesidad), tengo que tomar todas las precauciones correspondientes.
La diferencia con el caso de Corea es la cantidad de población, además de que había un consentimiento expreso del sistema. Pensemos que en Uruguay la ciudad con más habitantes es Montevideo. Además desde Vigilancia Epidemiológica se hace un seguimiento activo. Por ejemplo, en el caso de Salto, en que las dos pacientes positivas viajaron en ómnibus, se contactó a todas las personas que viajaron con ellas. Entonces esa actividad ya se hace de forma interna. No es necesario que la población sepa dónde está cada caso, ni el gobierno tiene por qué saber por dónde ando yo.
Además, también hay que destacar al ciudadano o vecino responsable que, si se entera que es un caso positivo, avisa inmediatamente a sus contactos.
¿Saber más o menos por distribución? Sí, eso le puede servir al MSP, a las autoridades de la Salud. Ese tipo de información se puede usar hoy sin violar la privacidad, y de forma interna, y de hecho ya lo hace el Sinae.
¿Qué evaluación hacen de las primeras semanas de puesta en marcha de la aplicación?
Tuvo un conjunto de descargas muy importante. En el primer día fueron alrededor de 60.000, y a la semana ya eran 200.000 las descargas.
En cuanto al funcionamiento ha transcurrido sin inconvenientes, al igual que el ingreso de los datos a los prestadores de salud.
Quanam, análisis de información (PARA RECUADRO)
Leonardo Loureiro es el CEO de la empresa Quanam, una de las participantes en el desarrollo de la aplicación Coronavirus UY.
Quanam es una empresa de servicios profesionales en tecnología de la información, fundada hace más de 40 años, que se dedica a elaborar sistemas que ayudan a empresas y entidades gubernamentales a lograr sus objetivos.
En cuanto a los servicios, brinda implementación de soluciones que se denominan “de clase mundial” y está trabajando muy fuerte en todas las áreas de data & analytics, toda la parte de análisis de la información, transformando datos en información confiable, implantando soluciones de negocio y aplicando técnicas innovadoras de advanced analytics, big data e inteligencia artificial.
PARA FRASES:
“Se empezó a trabajar el mismo viernes 13 de marzo. El día 16 y el 17 ya teníamos una cantidad de líneas de código construidas, y se habían armado equipos de desarrollo de más de 150 personas, a muchos niveles”