“Me gusta mucho ayudar a las personas”

Con María Noel Acosta, de Estética Mano

A principios de los 2000, María Noel Acosta comenzó a entrenar personas. Su éxito como entrenadora de fitness, de zumba y entrenadora deportiva fue la antesala de su incursión en el mundo de la estética, donde ya cuenta con una trayectoria de 15 años, en los que logró desarrollar varias líneas de negocios manteniendo su condición esencial: estar al servicio de las personas. En diálogo con Somos Uruguay Revista, relató cómo fue evolucionando su actividad, y cómo se desarrolló su historia de éxito.

“Empecé como entrenadora porque fue lo que más me llamó la atención en su momento, porque me gusta mucho el deporte, amo entrenar. Empecé con mucho entusiasmo, mucha energía, y, como siempre, poniéndole una cuotita de lo mío, y se fue dando. En un momento, la actividad se llenó tanto de gente que tenía clases por todo Montevideo, empecé a trabajar los fines de semana, hacíamos eventos solidarios y la gente empezó a conocerme más. Cuando quise acordar tenía mis clases con 100 personas”, recordó María Noel, quien fue parte de un staff de profesores que apoyan a futuros instructores.


El comienzo de los masajes

“Un día la gente empezó a preguntarme por qué yo no hacía masajes. Yo odiaba hacer masajes, nunca me gustó, me quedaban doliendo las manos, los brazos.  Mis alumnas empezaron a pedirme que estudiara para hacer masajes, porque los maridos o sus parejas iban a hacerse masajes a otro lugar y ellas no querían ir ahí. Empecé a estudiar porque ellas me lo pidieron”.

A la semana o dos de haberme recibido como masajista terapéutica, “empezó a venir mucha gente y nunca paré. Fue muy sacrificado, obviamente, por los horarios y por los costos. La primera camilla la tuve que comprar a crédito, con mucho esfuerzo, porque yo hacía todo esto sola, sin ningún tipo de apoyo. Mientras tanto, seguía dando clases y seguía trabajando los domingos gratis”, recordó.

María Noel explicó que una vez que comenzó con los masajes terapéuticos, las clientas comenzaron a pedirle masajes reductores. “No conocía nada de ese mundo y empecé a investigar. Fui al mismo lugar donde hice el curso de terapéuticos, pero antes de empezar el curso consulté a mi primo, que es masajista de la UTU, y él ofreció enseñarme.

Los masajes reductores

“Desde el primer día que toqué a una persona le cambié el cuerpo, pero no tenía cómo comprobarlo, porque antes no se sacaban fotos. Un día vino una alumna y me dijo: ´profe, mira cómo estoy ahora! ´. Y me mostró una foto de un mes antes de haber empezado conmigo, y otra de un mes después. Yo la miré y me dije que no era posible haber logrado toda esa reducción”, comentó.


A partir de ese momento comenzó a sacar fotos a sus clientas y a publicarlas, algo que se fue naturalizando con el desarrollo de las redes sociales. La demanda creciente la llevó a instalar la primera clínica estética en Montecaseros y Centenario, donde tenía tres boxes para masajes.

“Se empezó a llenar, la gente hacía filas en la calle porque no tenía lugar ni sala de espera”, recordó. De allí se mudó a otro local más grande, a dos cuadras, con cinco boxes, y el negocio siguió creciendo.

“Empezó a llenarse mucho la agenda, tenía más o menos un año de agenda completa. En ese momento decidí capacitar gente y a dar cursos para agrandar mi equipo, y me mudé a una casa enorme en Montecaseros y Luis Alberto de Herrera. Éramos como siete en el staff, pero la agenda seguía llenísima hasta que empezaron a confiar en mi equipo”.

Fusión de técnicas

María Noel explicó que ella desarrolló su propia técnica a partir de la fusión de distintos tipos de masajes. “Tenía una técnica de masaje terapéutico, hice un año medicina, soy entrenadora, tengo un buen conocimiento de anatomía y fisiología del cuerpo humano, de los músculos, la forma. Cuando estoy enfrente del cuerpo, arriba de una camilla, busco eso, la forma, busco dónde se puede reducir, dónde no, qué tanto puedo trabajar”.

Siguió explicando que conoce muy bien “todos los receptores del cuerpo, las células, todo nuestro cuerpo es célula y nuestras células responden a todos los estímulos, los malos y los buenos. Además, soy terapeuta holística, trabajo mucho desde el lado energético. Le sumo siete técnicas a mi masaje, no creé yo las técnicas, pero por ese conocimiento específico de anatomía y fisiología pude fusionarlas. En la mayoría de los lugares las técnicas están repartidas. Se hace un masaje para esto y otro masaje para esto otro, yo los hago todos juntos”.

“La evaluación es totalmente sin costo. La persona viene, yo la conozco, me conoce, me hace todas las preguntas que quiera, yo le hago todas las preguntas referentes a su cuerpo, su vida, cómo son sus días, qué es lo que come, su familia, trato de conocer un montón de cosas para saber por dónde ir, porque todos somos distintos. Hay gente a la que tengo que atacarla desde una zona, de una forma, y a otras de otra”.

Línea de cremas

También desarrolló su propia línea de cremas, luego de seis años utilizando las cremas de mercado, que afectaban su piel. “Todas las cremas tienen productos químicos, y a lo largo del tiempo mis manos se empezaron a lastimar, me dolían, me picaban, me acostaba de noche con las manos en agua para poder dormir tranquila. Un día, charlando con uno de mis amigos, que conoce mucho de plantas, me dijo, ´yo te voy a hacer un tecito para las manos, con unos yuyitos y antes de hacer el masaje ponete, y así me fui curando´”, comentó. 

Luego de estar varios días con licencia y ver la recuperación de sus manos, María Noel comenzó a utilizar cremas artesanales, que elaboraba un amigo, y las clientas le empezaron a pedir para comprar.

“La gente notó el cambio de crema, lo notó en su piel y me empezaron a decir ´¿puede ser que la crema me haya dejado la piel más fina? ´, y empezaron a venir con un tarrito a pedirme que les vendiera”.

Nos pusimos con mi amigo a investigar, como podíamos. “La crema que hacemos nosotros tiene que usarse en tres meses, después pierde el efecto, pero no te hace daño, porque no tiene químicos”, comentó. Comenzó a investigar para la elaboración de cremas para el rostro, considerando las diferentes estaciones del año, dado que la piel no precisa siempre lo mismo.

Consultada sobre a qué atribuye el vertiginoso éxito de sus emprendimientos, María Noel respondió: “A mí me gusta mucho ayudar a las personas, toda mi vida lo hice de forma desinteresada, de chica salía a la calle a buscar niños y los traía a mi casa y les daba la merienda. Las personas evolucionan y se ponen contentas, yo me pongo tres veces más contenta que ellas, por lo que yo pude lograr con ellas. Siento que la gente siempre me eligió, primero como su entrenadora, después como su esteticista, tengo una conexión con las personas”, concluyó.