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Por Víctor Manuel Barceló R.
Agradezco a la afamada Somos Uruguay Revista la oportunidad de explayarme respecto a la relación de amistad entre nuestros países, México y Uruguay, que proviene desde principios del siglo XIX (1832) y se viene prolongando, fortalecida hasta nuestros días.
Este contacto de países hermanos se vigoriza con la relación económica, destacando la comercial a partir del surgimiento de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (1960), la que adquiere vigor en la inversión, con la prolongación definida en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI, 1980), ambas felizmente instaladas en la ciudad de Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay.
Las relaciones entre México y Uruguay
Poco después de la independencia (tercera década del siglo XIX), las dos naciones instalaron firmemente sus relaciones diplomáticas, el 22 de febrero de 1831. Para 1882, Uruguay estableció un consulado en Ciudad de México, en tanto México mantuvo su presencia a través de su representación en Buenos Aires. En 1941, México eleva su misión diplomática en Montevideo a una embajada con Uruguay; dos años más tarde, en 1943, ocurre lo mismo con Uruguay en la capital mexicana. Desde entonces, y con eventos estelares en que los dos países dieron muestras de respeto a los principios de soberanía, autodeterminación de los pueblos y a la no intervención, es invariable la relación de amistad.
Muestra de su constante concordancia en ámbitos multilaterales son sus participaciones en la Organización de las Naciones Unidas, así como su integración a organismos regionales como la ALADI, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Organización de los Estados Americanos.
El instrumento que está impulsando las relaciones económicas es el tratado de libre comercio entre México y Uruguay, en vigor desde el 2004. Sus mecanismos llevan a un sustancial fomento del intercambio comercial bilateral, mismo que se fortalece en las Expo ALADI, que desde hace seis años se realizan en países de la Asociación, en que se potencian oportunidades de las empresas para crecer y aumentar su participación en el mercado regional —en particular las mipymes—, colaborando a la propagación de la oferta exportable y a un mejor y mayor aprovechamiento de las oportunidades comerciales, originando más comercio, conocimiento y mayor integración regional.
El intercambio hasta ahora es favorable a Uruguay. Las exportaciones de México a esta nación hermana son principalmente productos manufactureros de tecnología media y alta, mientras que Uruguay nos provee materias primas y manufacturas basadas en bienes primarios y de tecnología media.
La asociación estratégica entre nuestras naciones se inicia el 14 de agosto del 2009, con cuyas acciones se impulsó el acuerdo de libre comercio del 2004. También existen acuerdos relativos a las conexiones aéreas, la investigación científica sobre la Antártida, la educación, la evasión fiscal y la protección, conservación, recuperación y restitución de bienes culturales robados o comercializados ilícitamente.
Por esas fechas México atendió un tema de exportación muy sensible para Uruguay: la carne de vacuno, que enfrentaba dificultades para su importación a México, abriendo un espacio comercial sólido para este producto.
Acuerdos bilaterales
El Acuerdo sobre Intercambios Culturales; el Acuerdo de Cooperación Científica y Técnica; Acuerdo de Cooperación Turística; el Convenio para la Prevención del Uso Indebido y la Represión del Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas y sus Precursores y Productos Químicos Esenciales; un tratado de extradición; el Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones; el Tratado de Cooperación en Asistencia Legal Mutua en Materia Penal; un acuerdo sobre transporte aéreo; Convenio para evitar la Doble Imposición y Prevenir la Evasión Fiscal en Materia de Impuestos sobre la Renta y sobre el Patrimonio; y Convenio para la Cooperación en Materia de Protección, Conservación, Recuperación y Restitución de Bienes Culturales y los que conforman el Patrimonio Natural que hayan sido Materia de Robo o Tráfico Ilícito. Todos ellos muestran sus bondades en cada oportunidad en que es necesaria su aplicación.
Incremento del comercio
Puede señalarse, como ejemplo del incremento comercial, el hecho de que en el 2018 el comercio entre las dos naciones ascendió a 560 millones de dólares. Las exportaciones mexicanas a Uruguay incluyen: vehículos, televisores y tractores. Las exportaciones uruguayas a México comprenden: lácteos y productos alimenticios. México es el cuarto mayor socio comercial de Uruguay, mientras que Uruguay es el decimoquinto socio comercial de México en todo el mundo. La inversión extranjera directa de México a Uruguay ascendió a 200 millones de dólares en el 2011. En el año 2019, la inversión directa uruguaya en México ascendió a 396 millones de dólares. Las empresas multinacionales mexicanas como América Móvil, Binbit, Gruma, Grupo Bimbo y Grupo Omnilife, entre otras, operan en Uruguay y se incorporan al desarrollo de esta querida nación.
En el contexto complejo que nos impuso la pandemia provocada por el COVID-19, nuestros países han tenido acciones colaborativas de la mayor importancia. Las que resaltan por su impacto social son: el retorno de 38 uruguayos a su país y de 32 mexicanos a Ciudad de México, repatriación recíproca dentro de la operación Todos en Casa, que coordina la Cancillería de México con un equipo de funcionarios de primer nivel que se empataron con otro equipo de la misma categoría de su par en Uruguay. Este operativo se realizó con la colaboración de las fuerzas armadas, a través de la Fuerza Aérea uruguaya, que voló a Ezeiza, Buenos Aires, en donde un avión de la Fuerza Aérea mexicana llegó con 386 nacionales de Argentina, Chile y Uruguay, para llevar a mexicanos de los tres países a su destino patrio. Esta gestión aún no culmina, estamos esperando nuevas oportunidades para seguir acercando a nuestros connacionales a sus respectivas familias.
En lo bilateral, en el marco de las 14 actividades que se acordaron en México durante la reunión de trabajo de Coordinadores Nacionales de la CELAC, cuya presidencia pro tempore se encuentra a cargo de mi país, la delegación uruguaya fue parte importante de los contactos bilaterales en el marco del Encuentro sobre la cooperación regional de la Unión Europea con América Latina, que tuvo lugar los días 5 y 6 de marzo pasado, en la Cancillería mexicana.
De igual manera, Uruguay formó parte de la declaración por la conmemoración del 53.o aniversario de la adopción del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (Tratado de Tlatelolco) el 14 de febrero del 2020, así como del Taller Regional del Atlántico Tropical Occidental celebrado de manera virtual el 28 y 29 de abril de este año.
Ante el advenimiento de la propagación del COVID-19 y las acciones mundiales para contenerlo, el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Talvi, la subsecretaria de Relaciones Exteriores de Uruguay, Carolina Ache Batlle, y el director general de Salud, doctor Miguel Asqueta, participaron en la Reunión Virtual en Materia de Salud para la Atención y Seguimiento de la Pandemia del COVID-19 de la CELAC, celebrada el 26 de marzo.
Asimismo, el día 16 de abril, el doctor Henry Albornoz, de la Dirección General de Salud del Ministerio de Salud Pública de Uruguay, participó en la III Reunión de la Red de Expertos en Agentes Infecciosos y Enfermedades Emergentes y Reemergentes de la CELAC (antes Red de Virólogos). Por último, es significativa la invitación del secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard Casaubón, a su homólogo uruguayo, el economista Ernesto Talvi, para sumarse a la Coalición para la Preparación y la Innovación Epidémica.
El futuro de las relaciones bilaterales y multilaterales entre nuestras naciones será más intenso y promisorio, dada la similitud de visiones del mundo y en particular del futuro de nuestros pueblos, aparentemente lejanos en distancia, pero muy cercanos en sus anhelos de libertad, soberanía y paz.