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Mover el cuerpo para crear nuevas neuronas: la ciencia que une músculos y cerebro

Imagen ilustrativa Meta IA

Durante años se habló de "gimnasia mental" como el camino para cuidar la memoria. Ejercicios cognitivos, lectura, crucigramas, aprendizaje continuo... y sí, todo eso suma. Pero la ciencia actual amplió el mapa: nuestros músculos también son un potente estimulante del cerebro. Contraerlos de manera repetida no solo fortalece el cuerpo, también activa procesos biológicos que favorecen la creación de nuevas neuronas y protegen nuestra salud mental.

Hoy sabemos que el tejido muscular está lejos de ser un simple "motor" que nos permite movernos. Es un órgano endocrino capaz de liberar moléculas que impactan directamente en el funcionamiento cerebral, mejorando la memoria, elevando el ánimo y favoreciendo un equilibrio emocional más estable.

Cómo el movimiento genera nuevas neuronas

Cada vez que realizamos actividad física —caminar, nadar, practicar yoga, levantar pesas o simplemente movernos con intención— nuestros músculos liberan una serie de proteínas inteligentes, entre ellas las famosas neurotrofinas.

Estas sustancias funcionan como verdaderos "fertilizantes neuronales":
• estimulan el crecimiento de nuevas neuronas,
• favorecen la conexión entre las ya existentes,
• y ayudan a que las redes cerebrales sean más eficientes y resistentes al estrés.

Aunque todavía queda mucho por descubrir, la evidencia es consistente: un estilo de vida activo es una de las pocas prácticas que promueve neurogénesis adulta, es decir, la capacidad del cerebro de generar nuevas células nerviosas incluso en la vida adulta.

Ejercicio: medicina para la ansiedad, la depresión y el insomnio

Cuando nos movemos, no solo mejoramos la memoria: fortalecemos nuestra salud mental en profundidad. Diversos estudios muestran que la actividad física regular puede:
• reducir síntomas de ansiedad y depresión,
• mejorar el estado de ánimo,
• actuar como tratamiento complementario en trastornos emocionales,
• y disminuir los niveles de inflamación cerebral asociados al estrés crónico.

Otra ventaja enorme: favorece el sueño. Y aquí es donde el círculo virtuoso se completa.

Dormir bien: el laboratorio nocturno del cerebro

Dormimos porque el cerebro lo necesita. El sueño es una función biológica diseñada para repararnos. Durante la noche se activa un proceso interno que regula hormonas, limpia proteínas tóxicas y produce nuevos neurotransmisores.

Un descanso reparador:
• mejora la memoria,
• regenera circuitos neuronales,
• reduce la irritabilidad,
• y protege nuestra salud cognitiva a largo plazo.

Dormir es, literalmente, "llevar al cerebro al taller" para que vuelva a funcionar a punto al día siguiente.

Movimiento y descanso: el binomio imprescindible

Cuidar la mente no es solo meditar ni solamente leer. Tampoco es solo salir a correr. Es integrar hábitos que trabajen en conjunto: mover el cuerpo, nutrir la mente, descansar bien y permitir que la biología haga su magia.

Cada paso, cada estiramiento, cada respiración consciente y cada noche bien dormida construyen un cerebro más sano, más plástico y más resiliente.

En una época en la que el estrés crónico es casi una epidemia silenciosa, apostar por la actividad física y por el sueño reparador es una decisión de autocuidado con impacto real y medible.

Bibliografía
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