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El Centro Integral de Reproductores Ovinos (CIRO) es un emprendimiento uruguayo que busca mejorar la competitividad del pequeño y mediano productor ovino mediante el acceso compartido a servicios de reproducción, genética, sanidad y asistencia técnica en distintas zonas del país. Nacido en plena pandemia y con el apoyo de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), CIRO combina un espacio físico en Canelones, servicios móviles en campo y una plataforma digital que conecta a productores con tecnología de primer nivel.
Conversamos con Agustina Idiarte, creadora del proyecto, sobre sus orígenes, desafíos, crecimiento y las proyecciones para el futuro.
Para quienes todavía no conocen CIRO, ¿qué es y cómo funciona?
CIRO es un Centro Integral de Reproductores Ovinos que brinda accesibilidad a servicios de reproducción, genética, sanidad y asistencia técnica, principalmente al pequeño y mediano productor agrupado por zona del país. Tiene la particularidad de funcionar en tres espacios: uno físico, que está en Canelones y donde se encuentran los carneros de diferentes razas; uno móvil, ya que vamos a los establecimientos de los productores a dar los servicios; y uno virtual, donde se encuentra toda la información del Centro y los catálogos de los reproductores, que incluyen la evaluación espermática una vez que los animales ingresan a CIRO.
—¿Cómo surge este emprendimiento?
—CIRO nace en el año 2020, en plena pandemia, aunque la idea venía desde mucho antes. Yo estuve viviendo en Nueva Zelanda en 2011, y allí vi que muchos productores no cuentan con personal fijo todo el año, sino que contratan servicios puntuales: inseminación, esquila, ecografías, sanidad, comercialización. Cuando volví en 2012 empecé a pensar cómo adaptar ese modelo a Uruguay.
No fue un camino fácil. Me presenté a varios llamados, pero siempre me decían que la idea no era lo suficientemente innovadora, a pesar de que no existía nada igual en el país. En 2019, cuando vi la convocatoria de Semilla ANDE, me animé nuevamente. Busqué una institución patrocinadora y me contacté con la Intendencia de Canelones. Ellos me ayudaron muchísimo a transformar la idea en un proyecto sólido, porque muchas veces uno tiene la visión pero cuesta bajarla a papel.
Finalmente, en 2020 obtuvimos el financiamiento y arrancamos. Por suerte el sector agropecuario no se detuvo durante la pandemia, lo que nos permitió trabajar, poner en marcha el proyecto y "armar el barco", como decimos nosotros, para empezar a navegar.
¿Qué tipo de servicios ofrecen actualmente a los productores?
Brindamos servicios durante todo el año: inseminación artificial, renta de reproductores, ecografías, contratación de personal especializado, esquila, acopio y comercialización conjunta de lana y corderos. Agrupar a los productores nos permite bajar costos fijos, principalmente de traslados y mano de obra, y alcanzar los volúmenes mínimos que exige la industria para la comercialización.
Trabajamos en diferentes zonas del país y siempre buscamos generar ese trabajo colectivo que fortalezca a cada productor individual.
¿En qué aspectos fue clave el apoyo de ANDE?
Sin dudas, el apoyo económico fue fundamental para poder arrancar. Cuando no se cuentan con recursos propios, es muy difícil comenzar. Gracias al financiamiento pudimos hacer el laboratorio, arreglar la infraestructura edilicia del predio en Canelones y equiparnos para realizar diagnósticos sanitarios, análisis coproparasitarios y chequeos de todo tipo.
Pero el respaldo de ANDE fue mucho más allá de lo económico. Está también el acompañamiento para pasar de ser emprendedor a empresario, que es una transición difícil: aprender a fijar precios, manejar una empresa, trabajar la comunicación, las redes, la promoción y la difusión. Todo eso implica conocimientos que uno no tiene necesariamente cuando empieza, y el acompañamiento en esas áreas fue clave.
¿Qué proyectos tienen para el próximo año?
Estamos terminando la App CIRO, que postulamos a través de Modo Digital, y que está pronta para lanzarse. Eso va a permitir centralizar información, catálogos y servicios de forma mucho más ágil para productores de todo el país.
Además, seguimos fortaleciendo CIRO Educa, un proyecto educativo que comenzó hace dos años y que trabaja principalmente con educación primaria, especialmente con alumnos de cuarto, quinto y sexto año que abordan contenidos de reproducción y mejoramiento genético. Los chicos visitan el centro, observan muestras de semen al microscopio, aprenden sobre razas, comparan genética y entienden cómo funciona la reproducción animal. Ha sido una experiencia sumamente positiva, con cada vez más escuelas interesadas, por lo que estamos pensando en ampliar la propuesta para que puedan quedarse más tiempo e incorporar nuevas actividades.
En paralelo, seguimos mejorando la comercialización conjunta, apuntando a fortalecer la calidad de la carne, desarrollar líneas de corderos premium y lograr producciones más homogéneas durante todo el año.
También queremos retomar capacitaciones para nivel terciario, como estudiantes de UTU y escuelas agrarias. Este año no pudimos hacerlas por un tema de costos, por lo que estamos buscando alternativas de financiamiento, incluso a través de INEFOP, para poder llevar adelante estas instancias de formación.
¿Por qué creés que son importantes programas como los de ANDE para el ecosistema emprendedor? ¿Qué fortalezas y desafíos ves en Uruguay?
Estos programas son fundamentales, sobre todo por el apoyo económico inicial, que muchas veces es lo que permite "dar el salto" e ir por un proyecto propio. Ese respaldo también valida la idea de negocio, porque exige que el emprendimiento sea viable y sostenible a largo plazo, no algo que se caiga a los pocos meses.
El proceso es exigente, pero eso también es bueno: te obliga a revisar la idea, mejorarla, darle forma para que realmente funcione. Además, ANDE brinda capacitaciones, encuentros, webinars y espacios de intercambio que son muy valiosos. Poder conocer a otros emprendedores, compartir experiencias y darse cuenta de que todos enfrentamos problemas similares es sumamente enriquecedor.
Hace poco se celebraron los 10 años de ANDE y fue una experiencia muy positiva. Esos encuentros generan comunidad, ayudan a sentirse acompañado y fortalecen el ecosistema emprendedor. Creo que Uruguay viene avanzando mucho en este sentido, y siempre hay espacio para seguir mejorando, sobre todo en el acceso al financiamiento y el acompañamiento continuo de los proyectos que ya están en marcha.
¿Cómo puede la gente conocer más sobre CIRO?
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También en nuestra web: https://www.ciro.com.uy/
