“Seguimos creyendo y apostando a Canelones”

Fernando Pache, presidente de Zona Este, Parque Industrial y Logístico

Tras repasar la aventura de crear desde cero un parque industrial y logístico sin contar con marcos legales de promoción, el presidente de Zona Este, Fernando Pache, resaltó la importancia de contar desde el vamos con autoridades que faciliten el desarrollo de un centro de estas características hasta transformarse en la realidad de hoy en plena expansión. “Todo comenzó en el kilómetro 24 de la ruta 101 y fuimos adelante con el apoyo de muchos empresarios, (…) por eso seguimos creyendo y apostando a Canelones”, abundó.

“Nosotros empezamos con una idea que era medio loca entonces” de instalar un parque industrial y logístico, y las circunstancias hicieron que se mirara hacia Canelones, narró. “Nos encontramos con lo que llamó una oportunidad, como fue la aprobación en 1998 del Plan de Ordenamiento Territorial de Montevideo, que nos empujó afuera de ese departamento ante la imposibilidad de renovar en forma permanente las autorizaciones para la actividad allí”, añadió al hablar en los Desayunos Útiles, compartiendo el panel de expositores junto al intendente del departamento, Yamandú Orsi, y el empresario Luis Mateu.

Primero fue una solicitud el 12 de noviembre de 1999, al entonces intendente Tabaré Hackenbruch, de una resolución departamental que declarara parque industrial departamental, pues la ley nacional solo sería aprobada en 2002 y reglamentada en diciembre de 2005, recordó el empresario, para quien la actitud de los gobiernos de Canelones ha sido importante en todo este tiempo.

“Hablo muy a favor de lo que nos ocurrió en la Intendencia de Canelones, más allá de que ha habido buenas y malas, pero lo importante fue el espíritu de colaboración, con lo cual se genera algo muy importante, como es en todos los órdenes de la vida, que es la credibilidad”, agregó en el encuentro, realizado en las instalaciones del Aeropuerto Internacional de Carrasco.

Esa colaboración se apreció desde que comenzamos a construir los edificios de Zona Este, cuando “encontramos una intendencia abierta, donde el secretario general era, justamente, Yamandú Orsi, el actual intendente de Canelones, y Marcos Carámbula (2005-2015) estaba al frente”.

“Orsi creyó en nosotros desde el primer día y, cuando se crea en 2015 la Agencia de Promoción de Inversiones, no han dejado él y su equipo de estar detrás de cada una de las opciones, de las propuestas y de las inversiones que llegan a Canelones”, aseguró.

Comentó que en todo momento en que hubo necesidad de hacer un planteo ante la intendencia hubo un apoyo total, así como en todos los casos en que había que resolver algo o cumplir con alguna exigencia de parte de la firma. Una muestra de ese intercambio es que “nos han visitado más de una vez en este tiempo de desarrollo del parque industrial y logístico los dos intendentes, tanto Carámbula como Yamandú”.

Terreno fértil

Pache se detuvo en las vicisitudes de los comienzos del proyecto que luego se transformó en Zona Este, Parque Industrial y Logístico, tanto en la elección de Canelones y en cómo había que convencer a propios y extraños de que ese era el lugar del futuro empresarial, como así también en la convocatoria a firmas para que invirtiesen en un proyecto que parecía un poco “alocado”.

“Venía de trabajar en la actividad privada en distintas partes del mundo, donde había visto el desarrollo de muchos parques industriales y logísticos, y la pregunta era cómo hacer en Uruguay un emprendimiento de ese tipo”, recordó.

Fue así, según narró, que con un amigo salieron a ver lugares por el eje de la ruta 5, de la 1, de la 102 y de la ruta 8, entre otros. “Me acuerdo de que en aquellos tiempos contratamos una agencia para que nos hiciera un estudio de mercado para ver cuál era la demanda, e increíblemente encontramos algo que no teníamos muy claro entonces, y fue la felicidad que les daba a las personas vivir muy cerca de donde trabajaban”, dijo.

Así se dio la situación de que por la ruta 101 se habían creado barrios privados –después se dio una explosión– donde en un radio no mayor de cinco kilómetros comenzaron a vivir personas que tenían poder de decisión en empresas, es decir cerca de sus lugares de trabajo.

“Ahí se aterriza la idea”, afirmó. “Ustedes dirán que para crear un parque industrial hay que tener dinero, pero yo digo que hay que tener coraje, porque dinero no había”, pero “entonces tenía 36 años y eso me daba un poco de inconciencia, que nos llevó a tener de las buenas y de las malas, momentos difíciles”, añadió el también hoy presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay.

“Cuando uno se pone más veterano empieza a darse cuenta por qué se negaban al comienzo (del proyecto) a otorgarnos créditos los bancos, al igual que la intendencia, que no tenía un ordenamiento territorial muy marcado sobre lo que después terminó siendo el triángulo logístico de las rutas 101, 102 y 8, y ni siquiera estaba pensado el bypass a Pando”, indicó.

El empresario recordó el enojo que le daba no ver actitudes positivas, aunque hoy reconoce que “en realidad es que era un proyecto loco, poco viable”. Era muy difícil vender el planteo a la intendencia de montar un parque en el lugar que se había elegido.

“Por suerte muchos funcionarios y colegas empresarios, que en aquel momento me acompañaron, siempre me dieron para adelante; no hubo nadie que me dijera que era una locura, aunque posiblemente lo pensaran”, razonó. “Entonces esto avanzó. Como decía, encontré un terreno fértil de voluntad de gente que se quería ir de la ciudad de Montevideo, aunque la mejor opción en aquel momento era San José y no Canelones”, precisó.

En definitiva, detalló, “pasamos por todos los permisos, cumplimos con los requisitos que se requerían, hasta que llegamos a la autorización final entre abril y mayo del 2000, luego hasta 2005 tuvimos que preparar el terreno, desmalezar la zona, hacer alguna construcción independiente, aun sin el paraguas de parque industrial, para llegar finalmente al primer almacén ancla con nuestra propia empresa, nuestra industria del momento, que era una elaboradora de productos alimenticios”.

“Con esa instalación en la esquina de la ruta 101 y Camino Las Cañas le dimos mayor credibilidad al proyecto de parque industrial y logístico”, agregó.

Llegaron las empresas

Con el proyecto en marcha apareció primero una empresa que está hasta hoy, que es Danone, un grupo transnacional francés de productos lácteos y distribución de productos de empresas uruguayas del mismo ramo, y luego llegó L’Oreal, originaria del mismo país. “Ya en ese momento llegamos a hacer 11 fraccionamientos al ritmo de la demanda que recibíamos”, repasó.

“Luego vino nuestra propia división de empresas FPache SA, que tuvimos que abrir con certificaciones internacionales requeridas, como son Cacao del Plata”, que ya tuvo que ampliar sus instalaciones, y “la Fábrica Elaboradora de Cacao en polvo con fines de exportación, que vende al exterior 95 % de lo que produce y trabaja los siete días de la semana”, apuntó.

Pache rememoró que cada empresa que llegaba “nos enseñaba cómo desarrollar el proyecto a nosotros y al personal de la propia Intendencia de Canelones, ya sea en calidad, en terminación de los edificios, en seguridad (…), como cuando se instaló la firma holandesa Axionlog Cold Solutions, dedicada a la logística y abastecimiento de la red de restaurantes McDonald’s, que tuvo todas las inspecciones que podrán imaginar, muchas más de la propia empresa que de la intendencia, con sus depósitos que requerían frio y congelado para la distribución de las hamburguesas”.

A esas firmas se suman la autopartista de Kia Motors, Maxion Montich, que fabrica para la región los chasis de los camioncitos Bongo, la española Mecalux, con base en Argentina y proveedora de soluciones de estiba, la estadounidense Sherwin-Williams, de productos químicos, la transnacional de alimentación Mondelez (ex Kraft foods), que favoreció al parque con su centro de distribución, y Nestlé.

Posteriormente se levantaron edificios de depósitos “para muchas empresas que no tenían condiciones ni voluntad de alquilar galpones de 2.000 o 3.000 metros cuadrados porque necesitan áreas pequeñas del tamaño de un contenedor. Se hizo y funcionó”, puntualizó.

Para Pache, “es un placer ver a las empresas dentro del parque cuando el funcionamiento de su actividad dentro del Uruguay va para adelante”.

“Les aclaro que todo esto, como verán, conlleva permisos municipales, o sea que de la mano de este crecimiento también está la colaboración, el cumplimiento de las normas, que tenemos que gestionar junto a la Intendencia de Canelones”, destacó.

El empresario aseguró seguir apostando a Canelones y, como muestra de ello, “hoy estamos con las etapas 1, 2 y 3 prontas y estamos con el Estudio Gómez Platero desarrollando los nuevos 100.000 metros cuadrados de ampliación que va a tener este año Zona Este, para pasar a las etapas 4 y 5”.